Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Ki Tavo     18 de Elul 5774     No 985

Cuando lleguéis a la tierra
Rav David Landau

Mishne Torá” – así es apodado el libro Dvarim (Deuteronomio) – es el final, la conclusión general. Todo es repetido, toda la edificación de la elevada kdushá (santidad) de esta nación, el Pueblo de D’s, todo el ordenamiento de la vida de este pueblo, de esta creación. “Porque el Eterno ha elegido a Tzion” (Tehilim 132:13), “nos eligió de entre los pueblos” (bendición antes de la lectura de la Torá), “porque el Eterno escogió a Iaacov para Si” (Tehilim 135:4). ¡Elección Divina, es creación! La elección y la creación de esta porción de la humanidad, y de esta zona geográfica – Eretz Israel (la Tierra de Israel). Una elección y creación en el plano de la humanidad y del mundo. No fuimos nosotros los que elegimos esta tierra, D’s la eligió. Él eligió y creó esta tierra y este pueblo. La vinculación entre Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel) y Eretz Israel comienzan del cielo. Esta tierra singular es celestial. Y este pueblo – “pueblo que Me creé” (Ishaya 43:21) – es celestial. Y del cielo, se continúa hasta la tierra.
Por supuesto, “seréis kdoshim, porque Yo soy kadosh” (Vaikra 19:2). En base a Mi kdushá, se manifiesta vuestra kdushá. La base es la Torá del cielo, y del cielo se continúa la kdushá hasta la tierra. Se continúa el orden Divino y la división Divina de las heredades – hasta nosotros. En base a esta Torá, surge la división de la tierra para cada tribu, para cada persona particular de Israel, las almas de Israel. Y en base al orden Divino de esta creación y esta elección, se continúan los órdenes de nuestra vida en la tierra. Y en base a ello, la bendición de la agricultura, y en base a ello las mitzvot relativas a la tierra.
En los
Bikurim (primicias) se manifiesta la fuerza de crecimiento, la fuerza del plantado. Los Bikurim son la manifestación de la tierra para contigo. La fuerza Divina que se manifiesta en la tierra, que no comienza contigo, sino que es una creación Divina. “Cuando lleguéis a la tierra” (Dvarim 17:14), en base a la vinculación y relación con esa realidad, la tierra te entrega y recibe su bendición para ti. Hay diferencias entre Bikurim y Maaser (diezmo): En primer lugar, los Bikurim son los frutos que surgen en la tierra para ti. Es un hecho. De esa forma se te revela la tierra con su Divinidad. Y luego, está el Maaser, en base a la relación de Israel con su tierra, en base a los detalles de tus acciones, a través de tu acción agricultora. Y por ello, “mira desde el recinto de Tu santidad, desde el cielo, y bendice a Tu pueblo, a Israel” (Dvarim 26:15). Esas son dos mitzvot que revelan el vínculo básico del alma de Israel y la tierra, del orden Divino del Pueblo de D’s y su heredad.
Hacia el final de la Parashá figuran los versículos del pacto, que culminan con la determinación Divina de la realidad de este pueblo, y su vinculación con esta tierra: “Estas son las palabras del pacto… además del pacto que Él hizo con ellos en Jorev” (Dvarim 28:69). “
Mishne Torá” es el repaso y la repetición de todo el asunto de Israel, la Torá y D’s, y todo eso en forma básica, muy resumida y genérica (según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Dvarim, pág. 385-390). 

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Los neo-sabateos
Rav Shlomó Aviner

Judío puro, judío íntegro, judío fiel, judío temeroso de D’s - ¡cuídate de los sabateos [discípulos del falso mesías Shabtai Tzvi, maldito sea su recuerdo. N. del T.]! Es cierto que Shabtai Tzvi, maldito sea su recuerdo, hace tiempo que murió, pero su concepción continúa envenenando las cabezas y los corazones hasta nuestros días. ¿Cuál era la concepción de él?: Trasgresión disfrazada de mitzva. En nuestros días hay reformistas que dicen en forma clara que Moshé no fue auténtico y su Torá no fue auténtica – pero por supuesto que nosotros no opinamos así. Hay conservadores que dicen si y no y no están seguros: La Torá de Moshé es auténtica, pero no del todo, que la Torá oral es auténtica pero su interpretación es libre. Eso ya es más sofisticado, pero tampoco coincidimos con ellos.
Pero la determinación de la halajá según una concepción neo-sabatea declama día y noche que es fiel a la halajá hasta el ínfimo detalle, pero valiéndose de artimañas, engaños y confusiones transforma lo bueno en malo, y lo malo en bueno.
Por ejemplo, Shabtai Tzvi, maldito sea su recuerdo, sostuvo que de momento que ha comenzado la Gueulá (Redención) – de momento que él es el mesías – ya no es necesario cuidar tanto el ayuno de Tisha VeAv [ayuno del noveno día del mes de Av, relacionado con la destrucción del Templo. N. del T.], ya que nuestros sabios dijeron en la Gmará que cuando llegue la Gueulá los ayunos se convertirán en días festivos. Y él también abrazaba mujeres, arguyendo que no se trata del Ietzer HaRra (mal instinto), sólo de la mitzva de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, que todo abrazo de él está totalmente limpio de todo bajo deseo. De esa forma, utilizando ideas espirituales brumosas anuló halajot
explícitas, y muchas personas cayeron en su trampa.
Y si ustedes quieren, ya hubo en el pasado una halajá basada en la concepción de Koraj. Koraj arguyó: Por supuesto que una casa llena de libros de la Torá no necesita mezuza, porque toda ella está colmada de Torá, se debe comprender el principio básico y no limitarse a los detalles. Y también un talit que todo él es tjelet por supuesto que no necesita de un hilo tjelet. Y en general, toda la congregación, toda ella es kdoshá (santa), porque Am Israel (el Pueblo de Israel) es un pueblo singular, y no sólo
Aharón, el Cohen. El principio básico: Las grandes ideas son preferibles a las pequeñas halajot (véase Orot, pág. 32).
Y en esencia, esa es también la concepción de la halajá del cristianismo. Los cristianos no simpatizaron con las mitzvot, de momento que le dificultaban al carácter bárbaro. Pero ellos no querían anularlas en forma evidente, por ello arguyeron que son alegorías, como explica el Ramba”m al final del capítulo 11 de Hiljot Melajim UMiljamoteihem. Los cristianos dijeron: No se debe quedar encarcelado por los pequeños detalles, y en vez de marchar según la ley al pie de la letra, se debe marchar según el espíritu general de la ley. Jesús se burló de la kashrut, y dijo que no es importante lo que se introduce en la boca, sino que lo que se saca de la boca. Se burló de la justicia, porque el dinero no tiene valor. Y se burló del Shabat, porque es sólo una limitación. Quizás también podemos sumarle lo que dijeron en la Gmará en cuanto a la herencia de la hija: Hay quienes pensaron que no es humano-moderno-moral-culto que la hija no reciba parte de la herencia, a la par del hijo. Por ello, al mismo tiempo arguyeron dos cosas contradictorias: Arguyeron que no agregan ni disminuyen nada de la Torá, y al mismo tiempo difundieron su creencia que la Torá fue sustituida por otra (Shabat 116A-B).
También se le puede apodar a esa concepción de la halajá como “Zimrista”. Porque lo que hizo Zimri no es comprensible: Si él quiere pecar, ¿por qué hacerlo frente a los ojos de Moshé y toda la congregación de Israel (Bamidvar 25:6)? El Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Iosef Jaim Zonenfeld en su libro “Beit-Av” explicó que él pretendió salvar a todo Clal Israel. Ya que nuestro Rav Moshé ordenó ejecutar a todo el que pecó rindiéndole culto a Peor – es decir, 176.000 personas (Rashi), aparte de las 24.000 que cayeron en la epidemia (Bamidvar 25:9). La gente de la tribu de Shimon se juntaron con su dirigente, Zimri (Bamidvar 25:10) y le dijeron: ¿Nosotros somos juzgados a muerte y tú te quedas sentado…? (Rashi, Bamidvar 25:6). Por ello, Zimri tuvo una idea brillante: Nuestros sabios nos cuentan que las hijas de Moav vendían prendas de lino fuera de sus tiendas, y cuando los hijos de Israel llegaban para comprar los atraían dentro de la tienda, les proponían tener relaciones pero a condición que se arrodillen frente a Peor (Sanhedrin 106B, Rashi Bamidvar 25:2). “Y comenzó el pueblo a prostituirse… y se juntó Israel a Baal Peor” (Bamidvar 25:1-3). El castigo de muerte no era por la prostitución sino que por el culto a otros dioses. Por ello, Zimri pensó que la prohibición de tener relaciones con las hijas de Moav es lo que los obliga a los hijos de Israel a salir del campamento y rendir culto a otros dioses. Por ello, se le ocurrió una solución sencilla: Traer a las hijas de Moav dentro del campamento, permitirles tener relaciones con ellas, endulzar el mal a través de la inclusión dentro del campamento de Israel mismo, y de esa forma será posible controlarlo, y es preferible permitir en forma oficial un pecado menos severo para salvarlos de una trasgresión más severa. Pero por supuesto, todo eso es un engaño. Y Pinjas fue el que tuvo la razón, y logró detener la epidemia (Bamidvar 25:8, Bamidvar 25:11). Y al respecto fue dicho: “Cuídense de los hipócritas… cuyas acciones son como las acciones de Zimri y dicen ser acreedores de la recompensa como Pinjas” (Sota 22B). Una idea semejante se encuentra en el libro “Maase HaShem” de Rabí Eliezer el médico y Jatam Sofer.
Y ahora en cuanto a la concepción de la halajá de los sabateos de nuestros días, que tiene tres grandes defectos: Adoración ciega de la cultura occidental, argumentos muy nublados y confusión de argumentos espirituales y de fe.
La cultura occidental le es muy amada a la halajá de los sabateos actuales, y es el elevado ideal de la vida, cuando la halajá es sólo una molestia que hay que eliminar en forma sofisticada, a través de la adaptación formal.
Dicho sea de paso, ya hubo algo así en el pasado, en la época de los Rishonim en España, cuando los iluministas se permitieron a sí mismos “rebajas” de la halajá: Netilat Idaim, tfilin, mezuza, Suca, barba, jurados de gentiles, concubinas, prostitución organizada con solteras (véase el comentario Akedat Itzjak a la Torá, portón 20). Y los sabios de Israel identificaron la razón de ello, que era la postración frente a la cultura ajena, y por ello la excomulgación del Rashb”a al que estudie las ciencias ajenas.
El campo preferido por la halajá neo-sabatea es el desbarato del recato y sus reglas, como fue también en la época de Shabtai Tzvi mismo, maldito sea su recuerdo.
Por ejemplo, hubo un judío simple que preguntó si en la gran reunión pública para la liberación de los tres muchachos que fueron secuestrados, que D’s los vengue, se puede traer una cantante y que el público esté mezclado, los hombres con las mujeres, porque así escuchó decir, que esas prohibiciones son relegadas tratándose de la salvación de vidas, y por el ideal de la unión.
En efecto, la halajá neo-sabatea utiliza un lenguaje dual: Por supuesto que hay que cuidar cada detalle de la halajá, pero “no se debe quedar encarcelado en las fuentes”, “sus caminos son amables”, “la Torá de Eretz Israel”, “hay que escuchar lo que D’s nos dice”, “ Clal Israel”, “unidad de Israel”, “acercar la Torá a los alejados”, “demoler las barreras”, “el Rav Kuk”, “prestar atención”, “añadir santificación del Nombre de D’s”, “no hundirse en una repetición mecánica de las fuentes, sino que sentir el espíritu”, “si cuidaremos todo detalle ahogaremos el avance”, “hay que determinar la halajá según herramientas extraordinarias, porque es lo necesario en esta generación”, “hay que saber cuándo buscar soluciones según la halajá y no caer en prohibiciones”, “hay que pensar fuera de la caja”, “hay que saber hacerle frente a la halajá”, etc., etc.
Por supuesto, la halajá neo-sabatea no se queda debiendo a los demás Rabanim (por supuesto, ninguno de los grandes Rabanim de la generación son parte de esa oscura corriente): “Los Rabanim que cuidan los detalles de la halajá obstruyen procesos”, “se ocupan de pequeños detalles” (respecto a pequeños detalles y grandes cosas, véase Ramba”m, Hiljot Isodei HaTorá, al final del capítulo 4, donde explica que las grandes cosas se basan en los pequeños detalles), “conocen sólo libros y no la vida”, “su mundo de la halajá los enterrará”, “el papel de los Rabanim no es sólo cuidar de la halajá, sino que también tener inventiva”, “el Rav debe ser fiel a su verdad” (véase Rav Kuk, Olat Reaya Alef, donde explica que “reconoce la verdad” antecede a “habla la verdad en su corazón”), “el Rav debe ser fiel a su independencia de pensamiento”, “el Rav debe ser fiel a sí mismo”, “la halajá obliga, pero se puede expresar también otra idea”, “el Rav debe ser sensible”, “el Rav debe ser dinámico”, “el Rav debe no sólo determinar la halajá sino que también hacerle frente, prestar oídos, preguntarse a sí mismo”, “si el Rav Kuk viviese hoy en día, los Rabanim  que pretenden ser sus discípulos no lo dejarían hablar”, “hay que comprender al prójimo”, “conectar la Torá al pueblo”, etc., etc.
Eso nos recuerda la respuesta falsificada que se encuentra en el libro Shu”t Besamim Rosh, según la cual el que le molesta está exento de la mitzva, en forma similar a la mitzva de la Suca.
Y todas esa tonterías, todas esas mentiras, todas esa falsificaciones, son dichas en nombre del Rav Kuk. Pero, en forma muy interesante, no son dichas en nombre de nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk – que por supuesto, era más fiel al Rav que los neo-sabateos.
Todos los argumentos sabateos a lo largo de todas las generaciones ya le fueron dichos a D’s por el Satán en la Entrega de la Torá, y se los puede resumir en pocas palabras: La Torá no es realista. El Satán dijo: “La busqué en toda la tierra, y no la encontré” (Shabat 89).
Explica el Rav Kuk: “Esa es la esencia básica de la maldad. No puede negar que existe lo elevado, lo majestuoso… en la realidad. Pero ella dice: La pureza santa no tiene lugar en la vida terrenal. La vida terrenal debe ser abandonada con su vida y deseos, según el trayecto burdo de la naturaleza de la vida en la tierra… y basándose en esa idea, creará un grupo de ideas que le recuerden de vez en cuando la moral celestial, que las recitará en su boca, y volverá a la vida terrenal sin ninguna influencia de la kdushá (santidad)” (Ein Aya, Shabat 89, inciso 112).
Y nosotros decimos: Moshé es auténtico, y su Torá es auténtica.

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