Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Vaetjanan
13 de Av 5774 Shabat
Najamu No
980
Rav Jagai
Londin
El Mahara”l (Jidushei Agadot, Sota
2) explica que el nombre “Aza” tiene su raíz en la palabra “azut”
[descaro, en hebreo. N. del T.]: “Hay que saber y entender ese nombre,
ya que
el comienzo del menoscabo de Shimshón fue en Aza”. Es decir, hay
algo en esa
ciudad que está relacionado con la fuerza salvaje, sin
límites.
No es por azar que los plishtitas (filisteos)
en el Tana”j (
Por azar o no, los palestinos de hoy en
día tomaron el nombre de los antiguos plishtitas. Es importante
entender que el
concepto de “pueblo palestino” es un concepto nebuloso, que fue
definido en los
últimos cien años para agrupar un conjunto de refugiados
árabes del medio
oriente, en un intento de forjar un vínculo histórico
nacional que parezca
tener miles de años (los más cómicos de entre
ellos intentan vincularse con los
pueblos knaanitas ancestrales). Pero como es sabido, “la mentira no
tiene pies”.
La sociedad palestina - que en su esencia no es una nación con
raíces
históricas conjuntas, sino que una invención virtual -
está colmada de altercados
internos brutales y cruel salvajismo, que es difícil encontrarle
alguna
similitud en otra sociedad. Por lo tanto, la lucha contra ellos puede
ser
resumida como la lucha del “plishtita clásico” – es decir,
Goliat – y el
“israelí clásico” – es decir, David. “Y respondió
David al plishti: Tú vienes a
mí con espada, con lanza y con venablo, pero yo voy a ti con el
Nombre del
Eterno de los Ejércitos, el D’s de las Huestes de Israel, al
cual has
insultado” (Shmuel Alef 17:45). No hay que confundirse: El hecho que
hoy en día
nosotros tenemos “espada y lanza” mientras que los palestinos tienen
piedras, es
un problema de ellos. Pero el espíritu es el mismo: Sensibilidad
y moral frente
a fuerza bruta y salvajismo, raíces profundas frente a un
torbellino pasajero.
Lo eterno termina triunfando. Siempre.
Donación
de emergencia
Majón Meir se encuentra en una muy difícil
situación financiera que le
dificulta continuar con su actividad y pone en peligro de cierre su
actividad
en Arutz Meir.
Queridos amigos de Majón Meir, los necesitamos hoy más
que siempre para
continuar con nuestra bendita actividad y nuestro estudio y
enseñanza de
Por favor, apóyenos con su donación y serán
bendecidos del cielo.
Dov Bigún
Director de Majón Meir
Rav
Shlomó Aviner
La respuesta es muy
sencilla. La galut (el exilio) fue ocasionado por Sinat
Jinam (odio
gratuito) y Lashon HaRra (calumnias) (Ioma 9B, prólogo
al libro Jafetz
Jaim). Por ello, el Meshiaj llegará a través de Ahavat
Jinam (amor
gratuito) y el cuidado de la lengua. Así escribe el autor del
libro “Jafetz
Jaim” en su libro “Shmirat HaLashón” (Segunda parte,
capítulo 7).
Para ello, es conveniente fijar un estudio diario de algunas halajot
en
ese libro, y también un párrafo diario del libro “Shmirat
HaLashón”.
Cada uno debe esforzarse por ello, día y noche.
Todos bien sabemos que
hay que amar al prójimo, pero hay malas virtudes que nos lo
impiden – enojo,
envidia, orgullo. Y cada día el Ietzer HaRra (mal
instinto) de la
persona se fortalece y se renueva. Él nos incita, nos seduce,
nos engaña. Pero
el que quiere purificarse, lo ayudan del cielo.
Y la primera instrucción
es combatir una lucha sin cuartel todas las teorías de odio que
nos inducen a
llamar a todo tipo de judíos “malvados”: Derecha o izquierda, jaredi
(ultra
ortodoxo) o sionista, jiloni (secular) o dati
(religioso) – y
similares. No hay que olvidar que todos somos judíos, y el
común denominador es
mucho mayor que lo que nos separa: “Son apreciados Israel, que fueron
llamados
‘hijos’ por D’s”. “Ustedes son hijos del Eterno, su D’s” (Dvarim 14:1).
Hay una alegoría en el Talmud
Ierushalmi, que nos aclara la necedad de la venganza y el rencor:
Si una
persona comiendo lastimó su mano con el cuchillo, ¿acaso
la mano herida tomará
el cuchillo para castigar a la mano que la cortó? ¡Es una
misma persona! Así
también Am Israel (el Pueblo de Israel), somos una
misma cosa. Todos los
miembros de Am Israel son responsables los unos de los otros,
son una
sola cosa. Todos son destellos particulares del alma de Clal Israel
(la
totalidad genérica del Pueblo de Israel). Y en la
práctica, toda persona recta
que habita en Tzion debe reconocer que él solo no puede
subsistir, necesita de
los otros, y así también es respecto a todo sector de la
sociedad.
¡Bienaventurada es la
persona que llega al nivel de sentir amor por todo judío!
¡Qué deleite elevado!
“¿Quién es el hombre que desea vida, que quiere
días en que vea el bien? Cuida
tu lengua de hablar mal y tus labios de decir engaños” (Tehilim
34:13). Eso es
lo primero, es la llave de oro. Véase el prólogo del
libro “Jafetz Jaim”,
que Lashon HaRra comprende muchas trasgresiones de
Y de la boca, al
corazón: Es una mitzva de
Cuando Iosef y Binyamin se encontraron luego de 22 años, “y se
echó sobre
el cuello de su hermano Binyamin y lloró, y Binyamin
lloró sobre su cuello”
(Bereshit 45:14). ¿Por qué lloraron? Tendrían que
haberse alegrado. Rashi
explica: “‘Y se echó sobre el cuello de su hermano Binyamin y
lloró’ – por los
dos Beit HaMikdash (El Templo) que serán edificados en
la porción de
Binyamin y finalmente serán destruidos. ‘Y Binyamin lloró
sobre su cuello’ –
por el Mishkan (Tabernáculo) de Shilo que será
edificado en la porción
de Iosef, y finalmente será destruido” (Meguila 16:B). Con ello
nos enseñaron
para todas las generaciones que la razón del distanciamiento y
la destrucción
es el odio gratuito, y el corregido será a través del
amor gratuito.
En esta tierra somos distintos, pensamos distinto - pero todos somos
judíos. Todos somos uno, y entonces, y solo entonces,
“quién como Tu pueblo, como
Israel, un pueblo en la tierra” (Shmuel Bet 7:23), entonces “el Eterno
será
Uno, y Su nombre uno” (Zjaria 14:9), “Él será Rey de
Ieshurun” – el rey de los
reyes. ¿Cuándo? – “cuando se reúne el total del
pueblo” (Dvarim 33:5) – con la
unidad.
Hay que juzgar cada persona para bien, también si lo que hace es
a nuestro
entender muy severo, en todo tipo de campos, en cuanto a
Esa es la regla: ¡No odiar ningún judío! ¡Es
la base de todo! ¡Esa es
toda
Dice el Mahara”l (Netivot Olam, Netiv HaRea al principio) que
si
la persona arguye que ama a D’s pero no ama a su prójimo, no ha
dicho nada,
porque D’s se revela también en su prójimo. Por ello, el
que cae en la
trasgresión del odio debe llorarle a D’s, rogarle: Mi D’s, mi
D’s, ayúdame a amar
a Tus criaturas. Y todo el que ve un defecto en su prójimo, es
porque él mismo
tiene ese defecto. Y todo el que juzga a su prójimo para bien,
D’s lo juzgará
para bien. Es cierto que como toda mitzva, hay duras pruebas,
hay mal
instinto, hay teorías que incitan a odiar a los malvados y
muchos otros
obstáculos – pero tenemos un alma pura, y lograremos vencer,
amar a todos,
juzgar a todos para bien, rezar por que todos se arrepientan
sinceramente.
Véase “Mesilat Iesharim” que cita a nuestros sabios en
cuanto a las
cuatro especies del Lulav, que simbolizan cuatro tipos de
judíos, más o
menos tzadikim (justos) – “vendrán estos y
purgarán a estos otros”.
Y cuando la persona ve algún defecto en su prójimo, y eso
lo colma de
odio, debe correr al espejo, mirarse a sí mismo y verá
que tiene tanto para
corregirse a sí mismo. Por ello, la confesión es en
primera persona: Somos
culpables, hemos traicionado… Y no en segunda persona: Sois culpables,
habéis
traicionado… O tercera persona: Ellos son culpables, ellos han
traicionado…
Esa es la regla, si deseamos traer la gueulá
(Redención), que
lleguen los días del Meshiaj, debemos estar todos
juntos, en un solo
corazón. Amar y juzgar para bien también a aquellos que
no se dirigen según los
caminos de D’s a nuestro entender, también los que no han sido
merecedores de
entender lo que nosotros entendemos, y rezar por ellos, que vuelvan al
buen
camino. Todos tenemos un alma israelí, interna, pura – y la
suciedad es sólo de
por fuera. Todos somos una misma alma, tu prójimo es tú
mismo.
Y la regla, “no juzgues a tu prójimo hasta que llegues a su
lugar”. Es
decir, no juzgues. Si estuvieses en su lugar, en su situación
física y anímica,
quién sabe qué harías, quizás serías
peor que él. Por ello, no juzgues a tu
prójimo, míralo junto a tu espejo. Y así seremos
merecedores de la llegada del Meshiaj.
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