Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Emor     3 de Iyar 5774     No 966

La próxima etapa
Rav Eran Tamir

66 años del estado y casi 150 años de sionismo son sin lugar a dudas el gran “milagro” de la nueva era de Israel en particular, y por supuesto para todo el mundo en general. Mucho más después del Holocausto…
Pero todos nos preguntamos muchas veces: ¿A dónde va el Estado de Israel? ¿Cuál es la próxima etapa? ¿Qué será al final? ¿Acaso nos encontramos en un proceso de avance en la gueulá (Redención)? ¿O D’s no lo permita, en un proceso de deterioro de valores y espíritu, como tal parece a primera vista?
La respuesta a esa pregunta es profunda y amplia, y no es este el lugar para explayarnos, pero por lo menos intentaremos aclarar un punto básico en relación a ello, que es mencionado muchas veces en los escritos del Rav Kuk zt”l.
La naturaleza del mundo es que “la persona conoce al principio lo que le es necesario y recibe las influencias de lo superficial” (Maamarei HaReaya, pág. 177). La primera fase del desarrollo de la persona, del pueblo, es ocuparse y cuidar de lo que es necesario para la existencia. O en una palabra: Subsistir. “Es necesario” y “no hay remedio” son los conceptos básicos en la primera etapa, ya sea que la  persona o el pueblo lo reconocen por sí mismos, ya sea que la realidad práctica superficial los obliga a hacerle frente a los problemas existenciales que encuentra a su paso y deben ser resueltos. El niño pequeño necesita comida, el pañal limpio, la temperatura adecuada y el apoyo materno, o en pocas palabras – sustento y seguridad, exactamente como el pueblo al principio. Y por lo tanto “cuando surgen cuestionamientos prácticos [respecto a la existencia en sí] el espíritu no puede revelarse de lo profundo, y concepciones superficiales surgen al principio y se transforman en la fuerza de acción en la vida práctica, al despertado del nacionalismo”. Es decir, cuando el punto de partida es sólo la necesidad interna y externa, la vida se llenará de pensamientos y concepciones superficiales, parciales e incluso falsas, que a primera vista de ellas surgirá la salvación.
En esa etapa el tema de seguridad y economía estarán en el centro de las discusiones, cuando las concepciones en cuanto a ellos serán muy prácticas y concretas, porque ahora hay que resolver los problemas, y no hablar en forma teórica de temas como de dónde hemos llegado y a dónde estamos yendo. Pero está claro que de la misma forma que en la persona particular la vida se va desarrollando lentamente, el raciocinio comienza a profundizar la comprensión en cuanto a la necesidad de existencia física y su meta, “hasta que su raciocinio madure y llegue al nivel interno de conocerse a sí mismo y a su personalidad y su esencia básica”, así también en cuanto al público, el público que se manifiesta en el pueblo y el estado, llegará el turno de una aclaración más profunda, más básica y esencial, en cuanto a la identidad nacional y por lo tanto las metas y los medios para alcanzarlas.
Muchas veces justamente a consecuencia del fracaso de las soluciones prácticas existenciales, que no proporcionan respuestas a las preguntas más auténticas y esenciales de la vida, “y sólo después de una etapa llena de escollos, en la vida general y en el proceso de despertado nacional, estamos preparados para un movimiento más profundo, más fundamental y genuino, basado y edificado sobre el conocimiento de nuestra auténtica esencia, basado en el profundo alma de nuestro pueblo y su pureza de espíritu”.
Ya hace bastante tiempo que muchos identifican que nos encontramos en los portones de la nueva fase, o incluso al principio de ella. La sociedad israelí comienza a interesarse por una aclaración más profunda y más básica - ¿quiénes somos?, ¿por qué hemos vuelto a casa luego de una galut de 2000 años? – una aclaración que va acompañada en forma natural con fricciones entre distintas fuerzas que incluso parecen ser antagónicas, y en forma paradoxal a veces también se unen. Eso se expresa en forma muy clara en el gobierno actual, un gobierno que – esperamos – pueda ser un medio (por supuesto, no el único ni el más auténtico) para esa gran aclaración, que nos elevará por encima de las cuestiones inmediatas existenciales, y nos hará ocuparnos de los temas esenciales de nuestra existencia, una aclaración compleja y muy cargada, pero que hará avanzar el proceso de nuestra gueulá, con la ayuda de D’s…

David y Shlomó tenían razón
Rav Shlomó Aviner

Por supuesto que David y Shlomó tenían razón. Ellos fueron nuestros reyes más maravillosos. Entre otras cosas ellos tenían razón en cuanto a la prohibición total de conversión en su época. ¿Por qué? Porque en aquel entonces era muy conveniente convertirse, mientras que la conversión debe ser motivada por la buena causa. Si la situación es tan buena, ¿cómo podremos saber que es motivada realmente por la buena causa?
Y así dice el Ramba”m, en cuanto a la aceptación de conversos: “El asunto así es, que la mitzva correcta es cuando un hombre o una mujer llegan para convertirse se los investiga, quizás quieren regresar a la religión por algún dinero que piensan recibir, o por algún puesto que quieren desempeñar, o por miedo. Y si es un hombre, se investiga si quiere casarse con alguna mujer judía. Y si es una mujer, quizás quiere casarse con algún muchacho de Israel. Si no se encontró ninguna razón ajena, se les hace saber la severidad del yugo de la Torá y cuánto esfuerzo significa su cumplimiento, para que desistan de su voluntad. Si lo entendieron y no desistieron, y es notorio que lo hacen por amor, se los acepta. Como dice el versículo ‘y vio que Rut estaba firmemente dispuesta a ir con ella, y dejó de hablarle’ (Rut 1:18)” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:14).
“Por ello el tribunal no aceptó conversos todos los días de David y Shlomó. En la época de David, porque quizás se convierten por miedo. Y en la época de Shlomó, porque quizás se convierten por el gran y buen reinado del que gozaba Israel. Porque todo el que retorna de los gentiles por alguna vanidad de este mundo, no es un converso auténtico” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
Y a pesar de ello, hubo casos en los que tres judíos decidieron que ellos pueden ser considerados un tribunal apto, y convirtieron gentiles: “Y a pesar de ello, hubo muchos que se convirtieron en la época de David y Shlomó, frente a personas simples” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
¿Cuál era la actitud del tribunal frente a esos conversos? “Y la Suprema Corte dudaba de su conversión, no los rechazaban luego que fueron a la mikve, pero de todas formas no los aceptaban totalmente, hasta que vean qué será de ellos al final” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
Y esas mujeres que “era evidente que no volvieron sino que por alguna conveniencia, y no fueron convertidas según un tribunal, eran consideradas como gentiles, y estaba prohibido casarse con ellas” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
Hubo otros casos en la historia en que los sabios de Israel ordenaron por distintas razones no realizar conversiones en absoluto, como lo menciona el Rav Kuk (Shu”t Daat Cohen 154), y no es este el lugar para explayarse, pero está claro que también en nuestros días esa terrible duda es válida: Hay en Eretz Israel (la Tierra de Israel) 320.000 gentiles. Ellos no están aquí porque desean la religión judía como Rut, que dijo: “Tu pueblo es mi pueblo, y Tu D’s es mi D’s” (Rut 1:16), sino que sencillamente nuestro país es un paraíso, por la bondad de D’s para con nosotros. Y su gran mayoría - casi todos - no está interesada en la conversión en absoluto, ellos se sienten bien en su situación actual. Estarán dispuestos a convertirse solo que si se les ofrecerá una conversión sin aceptación del yugo de las mitzvot, una conversión “nacionalista”, una conversión a “israelismo” - y no al judaísmo, una conversión de vinculación con el pueblo y la tierra. Pero si nuestra situación se deteriorará, D’s no lo permita, puede que se arrepentirán de su conversión.
Así dicen nuestros sabios: “En el futuro, llegarán los paganos y se convertirán. ¿Pero, quién los aceptará? ¡Hemos estudiado que en los Días del Meshiaj (Mesías) no se aceptan conversos! Y en forma similar no aceptaron conversos ni en los días de David ni en los días de Shlomó. Se convertirán en conversiones burdas. Se pondrán tfilin (filactelias) en sus cabezas y en sus brazos, tzitzit en sus prendas y mezuza en sus puertas. Pero cuando se acerca la guerra de Gog y Magog, esos conversos le preguntan [a Magog]: ¿Contra quién vienen ustedes? Les contestan ‘contra el Eterno y contra Su Meshiaj’, como dice el versículo ‘¿por qué se alborotan los pueblos y las naciones murmuran en vano? [etc.]’ (Tehilim 2:1). Entonces cada uno de esos conversos desata su mitzva y se marcha, como dice el versículo ‘rompamos Sus coyundas, y arrojemos Sus cuerdas de nosotros [etc.]’ (Tehilim 2:3). Y D’s se ríe, como dice el versículo ‘el que mora en el cielo se ríe’ (Tehilim 2:4)” (Avoda Zara 3B). ¿Por qué no llegaron los gentiles a adherirse a nuestro pueblo en la época del Holocausto? ¿O en los decretos del 5408 y 5409? ¿O en la expulsión de España? ¡¿Dónde estaban en ese entonces?! Como hemos dicho, ellos vienen ahora, cuando nuestro país es un paraíso sobre la tierra.
Por supuesto, no decimos que en nuestros días no hay que convertir a nadie. Gracias a D’s, hay muchos conversos auténticos que son personas justas y maravillosas. Pero alcanza con que seamos como el Rav Kuk, que en cuestiones de conversión temía decretar, como atestiguó su hijo, nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk – es decir, dudaba mucho hasta que aceptaba convertir a alguien. Y así escribió en sus respuestas, que si se convierte sin aceptación del yugo de las mitzvot, hay dos problemas: La conversión no tiene valor, e incluso si lo tuviese, le hacemos mucho mal a ese converso, porque ahora será castigado por toda trasgresión en contra de la Torá de Israel, lo que no era así antes de convertirse. Pero como hemos dicho, de todas formas la conversión no es auténtica (Shu”t Daat Cohen 154). Por ello, era muy cuidadoso, y convertía sólo al que estaba seguro que cumplirá las mitzvot. Y con razón – porque el consejero legal del Ministerio de Religión dijo que el 97% de los conversos no cumplen la Torá ni las mitzvot (ese es el número que figura en los expedientes de divorcios de ese ministerio).
Esa es la regla, nosotros rezamos “por los justos, por los piadosos, por los ancianos que restan en Tu pueblo, la Casa de Israel, y por los sobrantes de las casas de los escribas y por los conversos auténticos” (rezo de Shmoná Ezre). Aprendemos de ello que el converso auténtico es incluido junto con todos los justos, piadosos y sabios que son mencionados en el rezo (véase Maamarei HaReaya 200).

Es posible leer la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla directamente a su casilla de correo electrónico, escríbanos a suscribame@alumbrar.org