Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Pekudei     29 de Adar Alef 5774     Shabat Shkalim     No 958

El libro de la galut y de la gueulá
Rav Iaacov Filver

El Ramba”n al principio del libro Shmot apoda ese libro “el libro de la galut (exilio) y de la gueulá (redención) de ella”. ¿Acaso la gueulá de Egipto fue un episodio único, en su momento, que es parte de la antigua historia, y no es más que un recuerdo sin ningún sentido práctico para el futuro, de forma que no es relevante para nuestra época? El profeta Mija (Mija 7:15) nos anuncia: “Como en los días de tu salida de Egipto, nos mostrará maravillas”. El profeta nos enseña con ese versículo que la gueulá de Egipto no fue sólo un episodio en su momento, sino que también es el modelo de la gueulá futura. Según las palabras del profeta hay un gran mensaje también para las generaciones futuras que nos dice que cuando analizamos los acontecimientos del pasado de la salida de Egipto, podremos comprender los fenómenos y acontecimientos que volverán a ocurrir también en la gueulá futura. Las palabras del profeta Mija fueron dichas en forma genérica, no descienden a los detalles, en qué serán semejantes las maravillas futuras a la salida de Egipto. La complementación de la profecía de Mija la encontramos en la profecía del profeta Iejezkel (Iejezkel 36), que nos deja una descripción detallada de las facetas del camino de la gueulá futura - que son similares a la galut y gueulá del libro Shmot. Incluso en la razón de la galut encontramos cierta similitud entre ellas – la razón de la galut en la que nos encontramos hasta hoy en día es “odio gratuito”, y esa razón era también válida también en la galut de Egipto, como dice Moshé: “Pues ahora es sabido” (Shmot 2:14) como comentó Rashi según el Midrash (Shmot Rabah 1): “Y vio Moshé – se preocupó porque vio en Am Israel (el Pueblo de Israel) malvados que delatan. Se dijo: Entonces, ¿quizás no son merecedores de la gueulá? Ahora yo se la respuesta de la pregunta que me decía a mí mismo, ¿en qué pecó Am Israel más que los otros pueblos, para merecerse la dura esclavitud? Ahora veo que ellos se la merecen”.
Pero no sólo en las razones de la galut hay similitud entre ambos, sino que también en el camino de la gueulá. En la gueulá de Egipto hay tres etapas: Gueulá física (la salida de Egipto), gueulá espiritual (la entrega de la Torá), y manifestación de la Presencia Divina (con la edificación del Mishkan), como culmina el libro Shmot: “Porque la nube del Eterno estaba sobre el Mishkan por el día y el fuego sobre él por la noche, a la vista de toda la Casa de Israel en todos sus viajes” (Shmot 40:38). Y en la profecía de Iejezkel (cap. 36), luego de la descripción de la galut (versículos 16-21): “Y os diseminé entre los gentiles, y entre las tierras”, describe el profeta tres etapas de la gueulá. La primera etapa (22-25) es la gueulá física, cuando sean reunidos los exilios, como dice el versículo: “Y os tomaré de entre las naciones, y os recogeré de todos los países y os traeré a vuestra propia tierra”. La segunda etapa (25-27) es la gueulá espiritual: “Y os rociaré agua pura y os purificaréis de todas vuestras impurezas… y os daré un nuevo corazón y un nuevo espíritu dentro de vosotros… y haré que hagan Mis leyes y Mis juicios cuidéis y haréis”. Y finalmente la tercera etapa (28) de la manifestación de la Presencia Divina en forma evidente en Israel: “Y Me seréis un pueblo, y Yo os seré vuestro Señor”.
Ya en la primera etapa de la gueulá física encontramos similitud entre esas dos gueulot. En la gueulá de Iejezkel dice el profeta: “No por vosotros Yo lo hago, oh Casa de Israel, sino que por Mi santo nombre” (Iejezkel 36:22). Así también encontramos en la gueulá de Egipto, como dice el Midrash (Shir HaShirim Rabah 2): “‘La voz de mi amado, he aquí que viene’ (Shir HaShirim 2:8) – ese es Moshé. Cuando le dijo a Am Israel; este mes ustedes son redimidos, le dijeron: Nuestro Rav Moshé, ¿cómo puede ser que seamos redimidos? No tenemos el mérito de las buenas acciones. Les dijo: De momento que Él desea redimirlos, no presta atención a vuestras malas acciones. ¿En qué presta atención? Mira a los tzadikim (justos) que hay dentro vuestro, y sus buenas acciones”. Es decir, ambas gueulot no fueron por mérito de Israel, sino que una bondad del Cielo. También en la segunda etapa, la gueulá espiritual, encontramos similitud entre ambas. En el episodio del Monte de Sinai está escrito “y se pararon bajo el monte” (Shmot 19:17). Y al respecto dijeron en la Gmará (Avoda Zara 2B): “Nos enseña que D’s les puso el monte sobre sus cabezas, y les dijo: si ustedes reciben la Torá, está bien, pero si no la reciben, aquí serán sepultados”. Semejante coerción encontramos también en la profecía de Iejezkel: “Y Mi espíritu pondré dentro vuestro, y haré que hagan Mis leyes y Mis juicios cuidéis y haréis” (Iejezkel 36:27). Y eso no contradice al libre albedrío de la persona, respecto al cual fue dicho: “Todo está en manos del Cielo, salvo el Temor al Cielo” (Brajot 33B), ya que esa regla se refiere al individuo particular, la conducta de la persona como particular. Pero cuando hablamos de procesos que están relacionados con la totalidad genérica de Am Israel, allí no hay libre albedrío, sino que son derivados del programa Divino para Am Israel.
Sólo en la última etapa encontramos una diferencia significativa entre ambas: Mientras que en la gueulá de Egipto la manifestación de la Presencia Divina fue limitada solo al Mishkan, y el resto del mundo quedó en su situación anterior sin cambio, no es así en la gueulá futura, cuando la Presencia Divina se manifestará en toda la creación. Como escribe el Rav Kuk en su libro Orot HaKodesh (Pág. 311): “La elevación de todo lo laico a lo santo, esa es la más elevada medida de los tzadikim, y es la medida que le es deparada al mundo en el encumbrado futuro, en ese día en que estará escrito en los cencerros de los caballos 'consagrado al Eterno' (Zjaria 14:20)”.

La vestimenta
Rav Shlomó Aviner

El famoso sicólogo norteamericano de hace cien años William James decía: El hombre está compuesto de cuerpo, alma y vestimenta.
El alma es lo principal, el cuerpo es secundario, su valor es ser el lugar donde reside el alma – y la vestimenta carece de valor en absoluto. Pero en la práctica, la persona le da gran importancia a la vestimenta, y cada uno intenta expresar su profundo "yo" a través de su vestimenta.
Entonces, las vestimentas de la persona y todos sus otros adornos expresan su personalidad, su carácter, sus costumbres, sus cualidades, sus defectos, sus problemas y sus adicciones.
Hay quien se viste en forma extravagante, por su deseo de desafiar, de rebelarse, de choquear a las personas comunes y mimadas. En su momento, el hippie se vistió a propósito con prendas que no eran acostumbradas y dejaron crecer su pelo. Más tarde lo hicieron también los Beatles, como protesta anti social. Hay personas que sienten una profunda necesidad de hacerse notar, en la forma en que se visten. Cuando sienten que llaman la atención, sienten el sabor del Gan Eden
Y al revés, hay personas muy capaces y de gran altura que se visten como todos, no necesitan hacer teatro, les alcanza con su valor interno, y por el contrario ellos ven en toda desviación de la norma de vestimenta un síntoma de mal gusto.
Esa es la cuestión: ¿Fluir, disolverse entre la muchedumbre, no llamar la atención, nadar con la corriente – o por el contrario, nadar en contra de la corriente? ¿Ser como todos, o no ser como todos? – en la personalidad y en la vestimenta, que es su sombra.
Es notorio en los hombres, y más aún en las mujeres. Porque en contraste con el hombre – que tiende a vestir uniforme, ya sea un uniforme en el ejército u uniforme de pertenencia a algún sector social determinado – la mujer tiende a expresar en su vestimenta su "yo" particular.
Y esa es la prueba: ¿Acaso ella es llevada por el deseo de caer en gracia - sobre todo a los ojos de los hombres - de agradar, de tentar, de provocar – o ser introvertida, recatada, y colmada de humildad? ¿Acaso su vestimenta, su peinado y todos los demás elementos de su apariencia externa llaman en dirección a los hombres, diciendo “mírenme”? Y también valiéndose de adornos, pañuelos de todos los colores, bisutería y todo lo demás. ¿O ella se esconde a sí misma, con delicadeza y humildad?
Hay aquí toda una profunda e interesante psicología de la personalidad. La vestimenta nos revela la personalidad, y también influye en el que la viste.

Shabat Shkalim

En este Shabat, con la ayuda de D’s bendeciremos el mes de Adar Bet que comienza, en el que festejaremos Purim. A la lectura de la Parashá semanal, agregaremos la lectura del censo en el desierto, Parashat Shkalim: “Cuando formares el censo de los hijos de Israel... esto es lo que ha de dar todo aquel que fuere incluido entre los empadronados: La mitad de un shekel, conforme al shekel del santuario...” (Shmot 30:12-13). Cuando se enumera a Am Israel (el Pueblo de Israel), no se lo cuenta uno a uno y se los suma, sino que cada uno dona medio shekel, y luego son computados los shkalim.
Esa mitzva, nos enseña un principio básico de nuestra emuná (fe): En los días de Purim, cuando Hamán intenta disuadir al rey Ajashverosh de exterminar a todo Am Israel, le dice “...hay un pueblo disperso y dividido por entre los pueblos, en todas las provincias de tu reino...” (Ester 3:8). En efecto, Am Israel fue dispersado, triturado, diseminado a los cuatro vientos después de la destrucción del Beit HaMikdash (El Templo). A primera vista, así es. Pero nuestros sabios instituyeron anteceder a la lectura de la Meguilá, Parashat Shkalim, en la que cada individuo del pueblo es representado por medio shekel: Cada uno no es un individuo particular que también pertenece a un pueblo, sino que es en su esencia solo una parte de algo genérico, algo sublime, colectivo, que abarca a toda la generación presente y también todas las anteriores y futuras. Su esencia es colectiva, es un destello de una entidad espiritual común de todo Am Israel: Kneset Israel.
Hamán mintió: No somos un pueblo disperso y dividido. Él se equivocó porque no sabía mirar más allá del aspecto superficial, no supo penetrar en las profundidades del alma de Am Israel, en la que se unen todos los hijos de Israel una unión singular, sin par en la humanidad, una creación Divina. Y así dice el autor del libro Jafetz Jaim: “...porque ¿qué es su prójimo y qué es él? Todos tienen su origen en la misma raíz, como dice el versículo ‘quien como Tu pueblo Israel, un pueblo en la tierra’ (Shmuel Bet 7:23), y también ‘toda el alma de la casa de Iaacov’ (Bereshit 46:27), cuando tendría que haber dicho ‘todas las almas’, para enseñarnos que todas las almas de Am Israel en lo alto son como una sola alma, a pesar que cada uno posee un aspecto particular. A semejanza de la persona, que a pesar de ser una sola posee distintos órganos, algunos que son primarios, como la cabeza y el corazón, y otros que son secundarios, como la mano y el pie. Y también al fin de sus días serán recogidos todos los miembros de Am Israel en una misma raíz, que se encuentra bajo el Trono Celestial, como dice ‘más será la vida de mi señor atada en un mismo haz de vida con el Señor, tu D’s’ (Shmuel Alef 25:29), como comentaron nuestros sabios (Shabat 153). Solo que en este mundo, por el hecho que cada uno se encuentra en un cuerpo material por sí mismo, y cada uno se ocupa de sus tareas, se imagina que él es un individuo particular, y no tiene ninguna relación con su prójimo de Am Israel, pero en realidad no es así” (Shmirat HaLashon, primera parte, Shaar HaTvuna, Cap. 6).
A semejanza del cuerpo humano en el que hay distintos órganos, pero es un solo cuerpo, en Am Israel hay distintas personas, cada uno con su forma de pensar y actuar particular, cada uno con su aporte único, pero todos juntos componen un mismo organismo único.
En estos días en que “se alborotan las naciones” y “los reyes de la tierra y príncipes consultan a una contra el Señor y contra Su ungido” (Tehilim 2:1-2) - contra Am Israel, que lleva el Nombre de D’s en el mundo - demostraremos, como en Purim de aquel entonces, que Hamán mintió, que Am Israel a pesar de su aparente división y dispersión sigue unido por un lazo sin par, producto de la voluntad Divina. Y es gracias a esa cualidad que somos capaces de sobreponernos a todos los inconvenientes, que no podrán estorbar el renacimiento de Am Israel en Su tierra, “porque la boca de D’s ha dicho”.
“Tú eres Uno, y Tú Nombre es Uno, y quién como Tu pueblo Israel, un pueblo único en la tierra” (oración de Shmoná Ezre, Minjá de Shabat).

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