Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Mishpatim
24 de Shvat 5774 No
953
Rav David
Landau
El primer tema en nuestra Parashá
es “las leyes que pondrás delante de ellos” (Shmot 21:1). Las
leyes son las
pautas que ordenan la vida pública, las normas de la vida social
según la Torá,
y por ello son las pautas de la manifestación de la Shjina (Presencia
Divina) en la totalidad genérica de Israel. De ello emana la kdushá
(santidad) de las leyes (véase Orot, Pág. 21) en Am
Israel (el Pueblo de
Israel).
Pero antes de todas las pautas de la
vida social, lo primero debe ser tratar el tema de la esclavitud.
Primero se
debe ser persona, una persona plena y normal, no un esclavo que es
subyugado
por algo externo. Si la libertad no puede expresarse, la esencia
judía está
siendo imposibilitada de expresarse, la libertad de la Torá
que es la
libertad auténtica. Dicen nuestros sabios que D’s dijo: “Dije en
el Monte de
Sinai, ‘porque los Hijos de Israel son siervos para Mí’ (Vaikra
25:55), y no
esclavos de esclavos”. Si esa libertad es obstruida, eso debe ser
tratado, y
sólo después se puede ordenar los asuntos de la vida
pública.
El menoscabo de la esclavitud existe
en todo tipo de sumisiones. También el Ietzer HaRrá (mal
instinto) es
algo ajeno al hombre, como dijeron nuestros sabios: “‘No habrá
dios ajeno en
ti’ (Tehilim 81:10) - ¿qué dios ajeno se encuentra en el
cuerpo de la persona?
Ese es el Ietzer HaRrá”. Y hay otro tipo de esclavitud.
Una vez me dijo
un muchacho de un Kibutz del movimiento HaShomer HaTzair:
“Ustedes le rinden culto al espíritu, y nosotros le rendimos
culto a la
materia”. ¡Ese es un ejemplo muy interesante! Es cierto que la
agricultura en Eretz
Israel (la Tierra de Israel) es una mitzva – como dice el
autor del
libro Jata”m Sofer – pero a veces la persona se vincula tanto
con el
trabajo hasta que se transforma en un esclavo del trabajo, de la
agricultura,
del materialismo. La persona llega a una situación en la que “no
hay tiempo”.
Está esclavizado a las corridas, y no tiene tiempo para vivir.
No tiene tiempo
para darse cuenta, no tiene tiempo para hacer retrospección, no
tiene tiempo
para ser persona. No se debe llegar a una situación en que la
persona pierde su
libertad, en que la persona está esclavizada y tiene
adicción a su trabajo.
Somos un pueblo de gente libre. En contraste con los gentiles que “se
olvidan
del Señor” (Tehilim 9:18), nosotros no nos olvidamos, recordamos
a D’s,
recordamos toda la Torá, recordamos el valor de nuestra
vida, y en base
a ello tenemos fuerzas espirituales e ideales para aclarar los
cálculos de
nuestra vida y el camino de nuestra vida que nos es afín, el
camino de la Torá
(según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Shmot Pág. 232-3,
254).
Rav Zeev
Karov
(reimpresión)
Muchos saben citar el versículo
“decidirás por mayoría” (Shmot 23:2), pero muchos se
olvidan que también está
escrito “no seguirás a la mayoría para hacer el mal”
(Shmot 23:2).
La corta historia luego de la salida
de Egipto supo deseos de la mayoría del pueblo, que fueron
sumamente dañinos
para Am Israel (el Pueblo de Israel). La mayoría
del pueblo
anhelaba “la olla de la carne”, la mayoría del pueblo no
quería ir a Eretz
Israel (la Tierra de Israel), la mayoría de los
espías difamaron a Eretz
Israel. La opinión de la mayoría no garantiza el
bien o la justicia.
Las personas son iguales cuando son
juzgadas, pero no cuando juzgan. Todos son iguales frente a la ley,
pero no
todos son iguales cuando se trata de legislar. ¿Por qué?
El mensaje de Am Israel para
el mundo es: “Porque el juicio es de D’s” (Dvarim 1:17). La
innovación de Am
Israel para el mundo es que toda la vida, con todos sus aspectos,
es
alumbrada por el resplandor Divino. Si - D’s no lo permita -
pensásemos que el
plano de la ley es librado sólo al pensamiento humano, y no es
dirigido por D’s,
estaríamos abandonando el mundo al pensamiento relativo del
hombre, que cambia
en cada momento y es influido por tales o cuales intereses.
Nuestra fe - que hay un Creador del
mundo, y Él lo dirige - anuncia que D’s se manifiesta
también en la tierra, y
el mundo no fue abandonado al amparo de las limitaciones y los
caprichos
humanos. “TenLo presente en todos tus caminos, y Él
allanará tus senderos”
(Mishlei 3:6).
La justicia de la Torá, es
una justicia Divina. El sistema judicial se basa en las direcciones
fundamentales y eternas que le fueron entregadas del cielo en forma
singular a Am
Israel. Buscar la justicia entre las personas, es buscar a D’s. La
Ley
Hebrea tiene su origen en el kodesh (el origen de lo santo), en
la
palabra de D’s. Se trata de un sistema de valores absolutos, y no
sólo un
intento de mejorar el nivel de vida del individuo particular o la
sociedad.
Sólo quien se ve comprometido con los valores absolutos de la Torá
y su
dirección, puede enseñar los valores de la vida. Los
sabios de todas las
generaciones nos enseñaron cómo deducir en base a los
principios de la Torá,
la dirección de nuestras vidas en cada generación. Por
ello, no nos vemos
“esclavizados” a las personas. La mayoría no fijará los
valores de la vida y
las leyes que derivan de ellos.
No es por azar que la Torá
antecede en miles de años a la ley humana en todos los campos.
Por ejemplo, ya
hace más de tres mil años que la Torá
fijó cual debe ser la actitud
frente al esclavo: Él tiene derecho a condiciones sociales, una
pensión de
despido, y sobre todo, una actitud humana. En el sistema legal humano
todavía
no han logrado instituir como es debido las condiciones del salariado:
Somos
testigos de conflictos y huelgas, una y otra vez, en relación a
ese tema.
No nos extraña que las principales
pautas morales del mundo fueron tomadas de nuestra Torá:
Desde el “no
matarás” (Shmot 20:12) hasta el “amarás a tu
prójimo como a ti mismo” (Vaikra
19:18). La ley cívica no tuvo éxito hasta el día
de hoy: No logró transformar
al mundo en un mundo más moral, no es capaz de evitar la
corrupción, violación
e injusticia, por ser humana y subjetiva. Pero la Torá que
nos fue
entregada a través de Moshé llevó al mundo a un
alto nivel moral, y una
justicia más auténtica.
Esa singular Ley Hebrea está fuertemente
relacionada con Eretz Israel. Sólo Am Israel
viviendo en toda su
tierra puede vivir una vida moral plena, y traer al mundo el mensaje de
la
justicia del “D’s de la tierra”.
Nuestra Parashá nos enseña
que la ley y la vida social verdaderas sólo pueden darse en Eretz
Israel,
y sólo según la dirección Divina. “Tzion
será rescatada con juicio” (Ishaya
1:27) - no pienses que la ley humana tiene su origen y su centro en el
hombre.
“Porque el pueblo viene a mí a buscar a D’s” (Shmot 18:19). Toda
ley que tenga
su origen en el ser humano, relativo y limitado, no podrá
redimir al mundo de
la oscuridad en la que se encuentra.
Por ello, es recalcada en nuestra Parashá
la severa prohibición de concertar un pacto con los pobladores
de la tierra y
sus dioses: “No hagas pacto con ellos ni con sus dioses, ellos no han
de
habitar en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra Mí,
sirviendo a sus
dioses” (Shmot 23:32). La prohibición de rendir culto a otros
dioses no es sólo
en Eretz Israel, pero es más severa en ella. El
asentamiento en Eretz
Israel debe ser el principio de una nueva forma de vida -
más profunda, más
amplia y plena. Una vida en la que el vínculo con el Creador del
hombre y el
mundo llega a cimas que no es posible alcanzar en ningún otro
sitio.
Todo tipo de plebiscitos no pueden
cambiar los valores absolutos, de la misma forma que todo tipo de
mayorías no
son necesariamente morales y justas. De la misma forma que no se
hará un
plebiscito respecto al asesinato - ya que el sólo plantear si el
asesinato es permitido
o no es un indicio de corrupción moral - tampoco se
planteará un plebiscito
respecto a cada uno de los valores de la Torá, lo que
sería un indicio
de distorsión de los valores de la vida.
Reforzaremos y nos esforzaremos en
el reconocimiento que “el juicio, es de D’s”.
Rav
Shlomó
Aviner
Arik (Ariel) Sharón se elevó al
cielo, y dejó en muchas personas sentimientos
contradictorios. En efecto, como toda persona sobre la tierra, era una
persona
compleja, con luces y sombras. Por ello, junto con toda la
crítica, hay que
recordar que nos encontramos frente a una persona que se lo puede
definir como
un valeroso héroe de Am Israel (el
Pueblo de Israel).
Un valeroso héroe que luchó con bravura, con
talento e inventiva. En la Guerra de Iom Kipur logró una
victoria brillante, y
todos le debemos agradecer por su decisivo papel.
Un valeroso héroe que tuvo un gran papel en
el asentamiento de Iehudá
y Shomrón (Judea y Samaria).
Y ese valeroso héroe fracasó en la
destrucción de Gush
Katif (los asentamientos
judíos
de la Franja de Gaza), aunque podemos decir en su mérito que
pensó hacer un
bien para la nación de esa forma. Pero sus fracasos no anulan
sus virtudes,
como Iojanan Cohen
Gadol (Sumo Sacerdote) que 80 años
desempeñó ese
papel, y finalmente se adhirió a la secta de los Tzadokim
(Brajot 29A):
Sus buenas acciones como Cohen Gadol no fueron anuladas por
ello.
Un valeroso héroe que adquirió una casa en la Ciudad
Vieja de
Ierushalaim, en el barrio apodado “Barrio Musulmán”: Beit
Sharon. De esa
forma nos hizo saber a nosotros y a todo el mundo que aquí hay
tierras de Am
Israel, patrimonio de nuestros antepasados para toda la eternidad,
que
vinieron extraños y construyeron sobre ellas sin nuestro permiso
en nuestra
ausencia, y nosotros nunca olvidamos nuestra herencia que recibimos de
nuestros
patriarcas.
Se elevó al cielo un guerrero, un colono, un líder, que
todos le
debemos dar gracias. Se elevó al cielo una persona compleja, y
rogamos que
encuentre su descanso en lo alto.
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