Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Vaieji
11 de Tevet 5774 No
947
Rav Eial
Vered
Los últimos 17 años de vida de
Iaacov fueron buenos años: Sus hijos alrededor suyo, Iosef
proporciona a todos el
sustento según sus necesidades, Menashé y Efraim se
encuentran con él siempre
para servirlo y estudiar lo que él les enseña.
Es extraño entonces que al principio
de esos años, cuando Iaacov ya comprende que los 22 años
malos han concluido, y
ahora le espera una vida diferente, elige Iaacov resumir su vida con
pesimismo,
cuando Paró (el Faraón) le pregunta
“¿cuántos son los días de los años de
tu vida?”
(Bereshit 47:8). La respuesta de Iaacov es corta y tajante: “Y le dijo
Iaacov a
Paró, los días de los años de mis
peregrinaciones han sido ciento
treinta años, pocos y malos han sido los días de los
años de mi vida, y no han
alcanzado los días de los años de vida de mis padres”
(Bereshit 47:9).
Esa es una muy extraña respuesta. En
primer lugar, ¿de donde sabe Iaacov que su vida es corta?
¡Tiene todo el futuro
delante! Y también decir que su vida fue mala no está
claro: Es cierto que
Iaacov sufrió mucho durante los últimos 22 años,
pero hubo también otros años
en su vida, cuando estaba cercano a Itzjak y cuando estudió Torá
en el Beit
Midrash (centro de estudio de la Torá) de Shem y
Ever. También los
años en la casa de Lavan fueron buenos, cuando Iaacov
formó una gran familia y
enriqueció mucho. ¿Esos son “pocos y malos” años?
El Midrash cuenta que en
efecto, Iaacov fue castigado por lo que dijo. “Cuando Iaacov dijo que
los días
de su vida fueron pocos, dijo D’s: Yo te salvé de Lavan y de
Esav y te devolví
a Iosef, ¿y tú así dices? Por tu vida,
faltarán años de tu vida, no vivirás
como tu padre Itzjak… su padre vivió 180 años, y
él vivió
Pero todavía no nos quedamos
tranquilos: ¿Por qué habló así Iaacov?
Hay quienes intentaron interpretar
en forma diferente la palabra “malos”: No era su intención decir
que no fueron
buenos, sino que no fueron unificados, no fueron continuos. Iaacov le
dice a Paró
que los días de su vida estuvieron llenos de cambios, subidas y
giros bruscos
que por lo visto influyeron en él, y lo hicieron verse viejo. En
nuestros días,
diríamos que vivió en “alta tensión”, con gran
intensidad producto del cuidado
de una gran familia, en la casa de Lavan, cuando debe hacerle frente a
Lavan y
luego a Esav, y también la tensión interna en la casa de
Iaacov entre Rajel y
Lea. La vida de Iaacov fue buena, plena - pero muy cargada. Así
explica el
autor del libro “HaKtav VeHaKavala”: “Y puede que la palabra
‘malos’
aquí no es lo contrario de bueno, sino que el separado y el
disgregado en
contraste con la unidad y la vinculación, como ‘sus ramas
están malas’ (Irmya
11:16), que quiere decir que se separaran y se dividieran a
través del rompimiento.
Y también ‘el viento se alimentará de todos tus pastores’
(Irmya 22:22), que
fue traducido se dispersarán en todas direcciones. ‘Los
quebrantarás con barra
de hierro, como vasos de alfarero los destrozarás’ (Tehilim
2:9), es decir que
se separarán los unos de los otros y no tendrán la
unión para luchar contra tí.
‘La tierra está quebrantada, despedazada’ (Ishaya 24:19)
separación y división
entre las personas, cada uno se separa del otro como migajas, y por
ello ‘hace
la paz y crea el mal’ (Ishaya 45:7), cuando la palabra mal en este caso
quiere
decir separación de los trozos y diseminación, cuando
nadie coincide con el
otro, y es lo contrario de unión y coincidencia de
opinión entre las partes…”.
Entonces, malo en el sentido de
falta de continuidad. Iaacov se ve obligado todo el tiempo a pasar de
un
desafío al otro, no tiene descanso entre un papel y otro, y ese
movimiento deja
su huella en su apariencia, junto con la dificultad de los años
en los que
Iosef le falta.
Pero mi corazón me dice que la
respuesta de Iaacov esconde algo más: Tal parece que el problema
no es lo que
dice Iaacov, sino que la pregunta de Paró.
Preguntarle a una persona anciana
“¿cuánto?” hablando de la vida, es una pregunta
materialista baja. “Cuanto” se
puede preguntar hablando de un bebé que acaba de nacer: Cuanto
comió, cuanto
aumentó su peso, cuánto creció. Pero la vida de
una persona mayor, y por
supuesto una persona como nuestro patriarca Iaacov, no se mide en
conceptos de
“cuanto”, sino que “como” y “que”.
Iaacov comprende quién está frente a
él. Una persona que valora sólo la cantidad y lo
material. Frente a una
pregunta de ese tipo, Iaacov contesta: El que confía en lo
material, el que le
interesa la cantidad, prontamente encontrará que toda cantidad
es demasiado
poca, y finalmente, lo material decepcionará, y el sello
será el sello del mal.
El Paró curioso quiere saber
cuanto, así podrá medirse a sí mismo frente a
Iaacov. Quién es más, quién es
mayor, quién tiene más que el otro. Pero Iaacov no mide
su vida en conceptos de
ese tipo. El “cuanto” es mucho menos importante para Iaacov que el
“como” y el
“por qué”. Lo externo sirve a lo interno, y no al revés.
Cuando Iaacov hablará con su hijo
Iosef, el resumen de su vida se verá totalmente distinto.
Allí se expresará la
dimensión de calidad de la vida de Iaacov, la dimensión
de la Providencia
Divina que sintió que lo acompaña en todos los episodios,
y toda la crítica del
Midrash a Iaacov resultará ser palabras mismas de Iaacov:
“Y bendijo a Iosef y le dijo, el D's
delante del que marcharon mis padres, Avraham e Itzjak, el D's que me
guía desde
que existo hasta este día, que el ángel que me redime de
todo mal bendiga a los
jóvenes y que mi nombres sea llamado en ellos, así como
el nombre de mis padres
Avraham e Itzjak, y que se reproduzcan abundantemente en la tierra”
(Bereshit 48:15-16).
Entonces es aclarado que el resumen
de la vida de Iaacov es que no hubo ni un segundo en el que él
no sintió la
Providencia de D’s que lo guió, Iaacov está pleno de
presencia Divina que lo
orienta, a través de un ángel. Ese es el resumen de la
vida de Iaacov desde
adentro, para con sus hijos y nietos que saben el secreto de la vida
auténtica,
una vida que no se mide contando cuántos días
hubo en ella, sino que cuánta
vida hubo en esos días.
Midreshet
Majón Orá
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Los
diez mandamientos del que pregunta al
Rav en la radio
Rav
Shlomó
Aviner
1. Los buenos modales anteceden a la Torá:
Por favor, no llamar desde lugares donde hay ruido – como la calle, o
cuando
se está viajando. Puede que sea cómodo preguntar en ese
momento, pero se ofende
a los oyentes. Los buenos modales anteceden a la Torá
(Vaikra Rabah
9:3). Por ello, antes de preguntar al Rav respecto a la Torá
se debe
tener respeto por los oyentes.
Hay quienes preguntan: ¿Cómo puede ser que los buenos
modales antecedan
a la Torá? ¡Es la Torá la que nos
enseña buenos modales! Es que
hay niveles: Las buenas virtudes anteceden a la Torá, y
a través del
estudio de la Torá se llega a buenas virtudes más
elevadas aún (Orot
HaTorá 12:5. Véase Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Shmot
345).
Dijo el Gaón (genio del estudio de la Torá),
el Rav Pinjas
Hirshprung – que desempeñó el cargo de Ab Beit Din (director
de la Corte
de Justicia) de Montreal: Rashi dice al principio del libro Bereshit
(Génesis), “dijo Rabí Itzjak, la Torá
tendría que haber comenzado de
‘este mes les será para ustedes’ (Shmot 12:2), pero entonces las
naciones del
mundo dirán que Am Israel (el Pueblo de Israel) son
ladrones…” De ello
aprendemos que incluso si se sabe toda la Torá, si es un
ladrón no vale
nada (Gdulat Pinjas, Pág. 49).
2. Mujeres:
El Rav siempre dice “Shalom a las oyentes y los oyentes”. Y hay
quienes preguntan: ¿Acaso nuestro patriarca Iaacov no
antecedió los varones a
las mujeres (Bereshit 31:17, véase Rashi)? Y la respuesta: Ellos
estaban más a
menudo con él, para estudiar Torá (Maskil
LeDavid). Y no se puede traer
esa demostración a colación en nuestro tema. Y
está escrito: “Así le dirás a la
Casa de Iaacov, y le indicarás a los Hijos de Israel” (Shmot
19:3). Rashi
explicó que se debe decir según ese orden: Primero a la
Casa de Iaacov - que
son las mujeres - y después a los Hijos de Israel - que son los
varones (Véase
Drush Al HaTorá del Mahara”l, comienza “vaiei vajodesh
hashlishi”).
El Rav le pregunta a la oyente “¿quién es el oyente?” [en
vez de “la
oyente”. N. del T.] por recato. (Véase Shabat 140B).
3. Formulación exacta y precisa:
Hay que preguntar en forma exacta y precisa, decir todos los detalles
que es necesario saber - pero no más que eso. Conviene escribir
la pregunta
antes y leerla, en vez de empezar a preguntar un largo cuento.
Toda determinación de la halajá está
compuesta de dos elementos:
La realidad, y la regla en ese caso. El que pregunta debe ser preciso,
muchas
veces el Rav se pierde de tantos detalles. Ocurrió una vez que
en un programa
en el que los entrevistados hablaron y hablaron, les dijeron:
“Sólo los hechos,
señora…”. Es la capacidad de resumir. Y por ello, muchas veces
el Rav vuelve a
repetir la pregunta, para estar seguro que eso es realmente lo que se
está
preguntando, y esa es la realidad de la que se está hablando, y
poder darle la
respuesta correspondiente a esa realidad.
4. Prohibido ofender:
Según la halajá, está prohibido ofender
personas. Y por supuesto
un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá)
(véase Perek
VeHiljot Tzibur del Rav Kuk, Maamarei HaReaya Pág. 55). Y por
supuesto está
prohibido ofender al Primer Ministro, porque ciertas halajot
del rey se
refieren también a él (véase Shu”t Mishpat Cohen
143 y adelante). El que ofende
alguna persona con su pregunta, el Rav no hablará con él.
Y también recibirá
una amonestación.
5. Lashón HaRrá (calumnias):
El autor del libro Jafetz Jaim en las halajot de Lashón
HaRrá (Jafetz Jaim 2:1) dice que el que habla Lashón
HaRra en
público su pecado es multiplicado según la cantidad de
personas que escuchan.
¡El que dice Lashón HaRra en su pregunta trasgrede
prohibiciones según
el número de oyentes!
6. El que no deja terminar de hablar al otro:
Hay personas que preguntan algo, y cuando el Rav contesta a la
pregunta,
ellos lo interrumpen hablando. Está escrito (Avot 5:7): “Hay
siete
características del golem (una persona que no ha llegado
a su plenitud) y
siete del sabio… y no interrumpe a su interlocutor… y lo contrario en
el golem”.
Nuestros sabios definieron al que interrumpe con sus palabras a su
interlocutor
como golem.
Ellos por lo visto se basan en el antecedente de los hijos de Gad y
Reuben. Ellos querían asentarse en la orilla oriental del
Iarden. Les dijo
Moshé: ¿Por qué ustedes se quedan aquí? No
es correcto. “¿Vuestros hermanos
vendrán a la guerra, y ustedes os asentaréis
aquí?” (Bamidvar 32:6). ¿Nosotros
nos disponemos a conquistar Eretz Israel (la Tierra de Israel)
- todo Eretz
Israel con todo Am Israel - y ustedes se han encontrado un
lugar
donde asentarse apaciblemente? ¿Acaso repetiremos nuevamente el
Pecado de los
Espías? Y ellos contestaron: No, D’s no lo permita, no es
nuestra intención,
“nosotros pasaremos a la vanguardia frente al Eterno” (Bamidvar 32:17).
Entonces, dice nuestro Rav Moshé, está bien. Y debemos
preguntar: ¿Por qué no
lo interrumpieron, diciendo algo así como “no te apenes
innecesariamente, no
nos hemos explicado en forma correcta”? Ellos no lo interrumpieron, lo
escucharon y callaron en silencio cuando él los reprimió,
esperaron con
paciencia y sólo después explicaron cuál era su
intención. También los amigos
de Iyov, nadie interrumpe al otro, cada uno habla según su
turno, con buenos
modales. Le dicen a Iyov duras palabras, y él escucha con
paciencia.
También los delfines hablan entre ellos, grabaron
“conversaciones” de
ellos, y nunca encontraron que un delfín interrumpa a su
compañero.
7. Discusión o panel:
Un programa de preguntas al Rav no es una discusión o un panel,
es un
programa de preguntas al Rav. Es decir, el oyente pregunta, y el Rav
responde.
Si se tiene ganas de discutir en la radio, se puede llamar a otros
programas,
hay muchos de ese tipo (véase el prólogo del Gaón,
el Rav Moshé
Fainshtein al Shu”t Iguerot Moshé, donde explica que él
responde las preguntas según
lo que le parece, y no obliga a nadie a aceptar su respuesta).
8. Portavoz de Rabanim (Rabinos):
Por favor, no preguntarle al Rav respecto a determinaciones,
concepciones o expresiones de otros Rabanim. Ellos no lo
nombraron portavoz
o representante de ellos.
Ni tampoco se debe indicar a los Rabanim qué hacer. Al
revés: Hay
que acatar a los grandes sabios de Israel, y no ordenarles qué
hacer.
9. Se puede llamar a casa:
Si se trata de preguntas complejas, personales o que deben ser tratadas
con recato, el Rav dice que se le puede llamar a su casa, y encontrar
el número
en la guía telefónica.
10. Prestar atención a la respuesta del Rav:
Hay que prestar atención a la respuesta, en vez de adivinar
qué
responderá. Muchas veces él contesta una pregunta, y el
oyente vuelve a repetir
la misma pregunta nuevamente, porque no prestó atención a
la respuesta. A fin
de cuentas se le pregunta al Rav para recibir respuestas, y no
adivinarlas. Por
ello, por favor, prestar atención a la respuesta.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: machon.espanol@gmail.com,
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