Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
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Parashat Ki Tavo     18 de Elul 5773     No 932

Anhelando al padre
Rav Eial Vered

“‘Efraím es para Mi un hijo querido’ (Irmya 31:19) – dijo Kneset Israel: D’s, todo el tiempo fui querida por Ti, y Tu me acercaste a Ti como un niño adorado por su padre, me llevaste en el desierto como sobre alas de águila, y me guiaste con una columna de nube por los días y una columna de fuego por las noches, me entregaste la Torá y me hiciste gran honor y magnificencia frente a los demás pueblos, me vengaste de mis enemigos. Y así le dijo D’s, Yo me comporté contigo como un padre misericordioso, y tú eres delante Mio como un hijo único amado y adorado, que anhela a su padre. Por ello está escrito ‘Efraím es para Mi un hijo querido… Mis entrañas se conmueven por él’ Mis entrañas se conmueven por tener misericordia de él, porque es Mi hijo único, como el que tiene sólo un hijo y hace todo lo que él desea” (Batei Midrashot 1:3).
Nos encontramos en días especiales. Días de renovación. Elul ya se encuentra en su apogeo, se acercan Rosh HaShaná, los Días Tremendos, Iom Kipur y Sucot. En medio del trajín cotidiano, de vez en cuando surge una voz interna, una voz que anhela el Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá), la labor de arrepentimiento, el rezo y el estudio de la Torá. Pero junto con esa voz se escucha el lamento: “Yo estoy tan lejos de todo eso…”
Pero a veces justamente el distanciamiento genera cercanía, y justamente la carencia prepara la llegada de su suplemento.
Ese anhelo que mencionamos al principio, que a veces realmente acongoja al corazón, ese anhelo – es la esencia del arrepentimiento. Porque el arrepentimiento, antes de ser el corregimiento de las acciones, es el corregimiento del corazón, sentir la afinidad. El hecho que nuestro anhelo se vincula con el estudio de la Torá y el Beit HaMidrash, con el rezo, eso mismo es el testigo fiel del profundo proceso de arrepentimiento en el que ya nos encontramos. Dime a quien y a qué anhelas, y te diré cuál es tu mundo interior y a donde perteneces.
Ese anhelo surge justamente cuando se está alejado, justamente cuando no se logra estudiar en la forma que desearíamos. Entonces, el alma se acongoja y llama, “un abismo llama a otro abismo, a la voz de Tus cataratas, todas Tus ondas y Tus olas han pasado sobre mí” (Tehilim 42:8). Ese llamado es especial, dulce y agradable. Conviene prestarle atención.
Es muy interesante que el profeta Ionah – cuyo libro leeremos en el rezo de Minja en Iom Kipur – le reza a D’s justamente del vientre del pescado, del abismo, del lugar más bajo, que no tiene ninguna existencia de por sí, el fondo del fondo. De ese lugar surge y se eleva al anhelo de la cercanía a D’s: “Desciendo hasta los cimientos de las montañas, la tierra con sus cerrojos me tiene aprisionado para siempre, empero Tú haces subir mi vida desde la fosa, oh Señor, D’s mío. Cuando mi alma desfallece dentro de mí, me acuerdo del Eterno, y entra mi oración delante de Ti, en Tu santo templo” (Ionah 2:7-8). Las cosas que se ven de allí, no siempre se las ve de aquí…
La meta del anhelo es hacernos llegar meritorios al encuentro con el Rey en Rosh HaShaná. Antes que nada, a través del corregimiento de las acciones, que ahora serán hechas con muchas ganas, con alegría y adecuada intención. Y después, el encuentro mismo. El coronamiento. El mérito de coronar al Rey sobre todo el mundo será interpretado por nuestra parte en forma correcta, no sólo por el temor, sino que también por el anhelo, “¿Cuándo reinarás sobre Tzion? Pronto, en nuestros días mora” (Rezo de Kdushá), el anhelo a los tiempos inmemoriales, el deseo de la época en la que no había maldad, sino que la justicia era el trono de D’s, anhelo de la época en que todo Am Israel (el Pueblo de Israel) moraba en su tierra, y en el monte de Moria se encontraba en su lugar apropiado el corazón, latiendo y viviente, y enviaba vida y alma a todo el mundo.

Rosh HaShaná es un día en el que escuchamos, prestamos oídos: “Escuchar la voz del Shofar” – el Shofar externo que hace despertar nuestra belleza interna, esa voz sencilla que existe dentro de cada uno de nosotros antes que el pecado nos complicó y nos enturbió el escuchar. El anhelo es la primer nota de nuestro Shofar interno. Con él se puede comenzar a tejer un canto entero, un canto nuevo, el canto del alma.
Y de allí, del Shofar que escuchamos en Rosh HaShaná, se puede llegar a Iom Kipur de otra forma, con el deseo de encontrarnos con D’s. Es cierto que como pobres y vacíos llegamos frente a Él, y no nos acompañan las mitzvot ni las buenas acciones que deberíamos haber cumplido en forma plena, pero por otro lado - ¡golpeamos Tus puertas! Golpeamos, queremos vincularnos, buscamos la cercanía, anhelamos. Ese anhelo Le hace mucho placer y deja su impresión en el cielo, y D’s se alegra con ello. ¿Han visto algún rey que no se alegra cuando sabe que sus súbditos, sus hijos, lo anhelan? Por supuesto que nuestro anhelo se eleva y se suma junto con los rezos de todo Am Israel para un buen y dulce año, y una inscripción en el Libro de la VidaAmén.

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
¡¡Están todas invitadas!!
Para más detalles llamar al 052-4621830
o escribir a anachman2@walla.com, editorial@alumbrar.org
Para las interesadas, hay dormitorios en el lugar.

El hilo Tjelet
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso es correcto utilizar el hilo Tjelet que fue innovado en el tzitzit?
Respuesta: De momento que ya hace más de mil años que no tenemos Tjelet, está claro que esa innovación de la halajá debe ser con el consentimiento de los grandes Rabanim de la generación. Y nosotros vemos con nuestros propios ojos que casi todos los grandes Rabanim de nuestra generación no utilizan el hilo Tjelet en sus tzitziot, o sea que la halajá fue determinada. Y el que utiliza el hilo Tjelet en público en desacuerdo con esa costumbre, será considerado un arrogante religioso, como si se considerase más sabio y más tzadik que ellos. Entonces, no estamos preguntando si se debe usar o no, sino que estamos preguntando: ¿Por qué los grandes Rabanim no lo utilizan?
Analizando las extensas respuestas que fueron escritas al respecto por los grandes Rabanim encontramos tres razones principales de la posición de los grandes Rabanim:
1. La determinación negativa considerando los últimos mil años.
2. No se puede confiar en demostraciones para renovar una costumbre perdida.
3. Las demostraciones son poco convincentes.
Y explicando:
1. En su momento, cuando el Admo”r de Radzin innovó la identificación del pescado “Jilazon” (del que se fabrica el color para teñir el hilo Tjelet. N. del T.), citó la respuesta del Gaón Rav Iosef Dov Solovietchick autor del libro “Beit HaLevi”, donde dice que si el animal que es identificado como  Jilazon era conocido y también la forma de obtención del color era sabida todo el tiempo cuando Am Israel dejó de utilizar el Tjelet, es como si hubiese ahora una tradición clara que ese
no es el pescado del que hablaron nuestros sabios. Y si también expondremos muchas demostraciones que ese es el Jilazon no tendrán ninguna validez, porque en la práctica Am Israel no lo utilizó.
Lo citó el Gaón Rabí Avraham Shapira en
el libro "Hiljot Leil HaSeder" del Rav Harari, Carta 1, y agregó que el hecho que ese Jilazon era conocido y no fue utilizado es la demostración que no se trata del Jilazon del que habló la Torá, porque es inconcebible que el Jilazon se encuentre a nuestro alcance y Am Israel no se sacrifique por buscar y aclarar, para no dejar de cumplir la mitzva del hilo Tjelet de la Torá. Solo si no existiese el Tjelet cabría aclarar y buscar su identificación. Y concluyó diciendo que ese principio es lo que dijeron nuestros sabios: Israel, si no son profetas, son hijos de profetas, y no puede ser que la kdushá de la Torá no ilumine sus almas para cumplir la mitzva como fuimos ordenados.
Y así también acotó el Gaón, Rav Iosef Shalom Eliashiv zt”l en cuanto a lo que fue escrito en el libro “Beit HaLevi” hablando del Tjelet de nuestros días, y también acotó que la identificación del Admo”r de Radzin no fue aceptada, y también la identificación del Gaón, Rav Itzjak Aizik HaLevi Hertzog, y ¿quién nos puede asegurar que la identificación actual no será refutada como las anteriores? (Kovetz Tshuvot Alef 2).
2. El Gaón Rav Iosef Dov Solovietchick citó el libro “Beit HaLevi” un poco distinto: “De momento que la tradición en cuanto a la identificación del Tjelet fue determinada, ya que hace varias generaciones que no sabemos cuál es el pescado Jilazon, incluso si logramos aclarar y renovar el conocimiento a través de demostraciones técnicas científicas claras, de todas formas ese conocimiento no podrá ser considerado como tradición nueva, y no se puede determinar en la halajá según ese conocimiento sin tradición al respecto” (Nefesh HaRav 52-53). Es decir, no es posible renovar la tradición que fue perdida en cuanto a una mitzva o prohibición alguna con la ayuda de demostraciones, sino que a través de una tradición continua de generación en generación de los que lo vieron con sus propios ojos.
Es un poco similar a los testigos necesarios para determinar algunos asuntos en la halajá: A veces es necesario testigos que sepan que algo ocurrió – como en asuntos financieros – en contraste con situaciones en las que es necesario testigos que lo vieron con sus propios ojos – como tratándose de asesinato o casamiento.
La forma en que es citado el libro “Beit HaLevi” en este caso es más determinante que lo que citó el Admo”r de Radzin. Porque según este último no hay un problema básico con las demostraciones, pero son desplazadas por la continuación de los años en los que no fue utilizado el Tjelet, como si hubiese una tradición opuesta a su identificación positiva. Pero si el Jilazon hubiese desaparecido durante mil años, se podría volver a utilizar basándose en demostraciones. Según el Gaón, Rav Iosef Dov Solovietchick incluso en esa situación no se puede fiar en las demostraciones, es necesaria una tradición continua.
3. Las demostraciones de la identificación nueva están muy lejos de ser finales. Nuestros sabios – Tanaim y Rishonim – hablan de 7 características del Jilazon del que se puede obtener el Tjelet:
a. Tiene caparazón (Shabat 75A).
b. Hay que obtener el color del Jilazon cuando este está vivo, y no después que murió (Shabat 75A).
c. Sube del fondo del mar una vez cada 70 años, es decir, en forma muy esporádica (Menajot 41A).
d. Se parece a un pescado (Menajot 41A).
e. La salamanquesa rosada lo muerde y él muere (Sifri, Zot HaBraja 13).
f. El color que es extraído de él es negro como la tinta (Ramba”m, Hiljot Tzitzit 2:2).
g. Él es como la arena del mar (Ramba”m, Hiljot Tzitzit 2:2). Azul, y no blanco.
Si analizamos la identificación nueva del Hexaplex Trunculus (caracol de mar muy común en el Mediterráneo) encontraremos que:
a. Tiene caparazón.
b. De muchos tipos de caracoles marinos es necesario obtener el color enseguida después de haberlo matado. Pero justamente este caracol puede ser desecado, y extraer el color mucho tiempo después.
c. Ese caracol no sube a la superficie del mar, sino que está adherido al fondo. Y además no sólo que no es poco común, sino que se encuentra en todos los puertos del Mediterráneo en cantidades, y son utilizados como alimento.
d. No se parece a ningún pescado.
e. Su caparazón es dura, y ninguna salamanquesa puede romperla. Se necesita un martillo para hacerlo.
f. El color que es posible sacar de ellos es trasparente (sólo se vuelve oscuro expuesto a la luz del sol).
g. No es azul, sino que blanco.
Los que apoyan esa identificación se empeñan en solucionar todas las contradicciones, pero no se puede decir que esa identificación es clara y concluyente. En general, debemos saber que en esencia toda teoría científica no es certera. Puede que en el futuro sean descubiertas nuevas pruebas que cambien las suposiciones, y todo científico que plantea una teoría la antecede, con gran precaución: “Según lo que sabemos hoy en día…”.
Por ello, resumiremos citando al Gaón, Rabí Ioshua de Kutna en su respuesta al Admo”r de Radzin: “…ya fue ocultado durante mil años, y según la interpretación sencilla de las palabras del Ar”i z”l es adecuado que no haya Tjelet sólo cuando el Beit HaMikdash (El Templo) existe, y la Providencia se encargó de ocultarlo”. Véase: Sefer Piskei Tshuvot 8:2. Kuntres Tjelet VeArgaman del Rav Adler. Bein Tjelet LeArgaman del Majon Derej HaTorá. Iturei Cohanim 140, 144, 174, 200, 232, 244. Shu”t Sheilat Shlomó 4:12-13-14-17-18-19-20.
Y escribió el Jid”a: “Escribió el Rav Mekubal, nuestro piadoso maestro y Rav, el Rav Iaacov Tzemaj zt”l que hay que mirar al tzitzit como si tuviese el hilo de Tjelet, porque a pesar que no tenemos el Tjelet, su iluminación no cesó, y no se mezcla con el blanco” (Darkei Iosef, Orej Jaim 8, inciso 4).
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
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