Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Beshalaj     15 de Shvat 5773     Shabat Shira     No 903

¿Cómo te curaré?
Rav Ioram Eliahu

“La razón por la cual se comen frutas en el día 15 de Shvat es mencionada en el libro ‘Adnei Paz’; para que recuerden que ese día es Rosh HaShaná (principio del año) de los árboles frutales, y rueguen ser bendecidos con frutas”.
Entre lo que se debe rezar para con los árboles y sus frutas, figura un rezo para que los árboles no estén enfermos. ¿Qué quiere decir que un árbol está enfermo? ¿Qué podemos hacer cuando está enfermo? En la Gmará (Shabat 67A) dicen que un árbol cuyos frutos caen “lo pinta de rojo y lo carga con piedras”. La Gmará dice que entendemos por qué se lo debe cargar con piedras; de momento que el árbol tiene mucha sabia y fuerzas sus frutos caen antes de madurar, y si se lo carga con piedras eso lo debilita, limita sus fuerzas, y de esa forma entregará sus frutos correctamente (Rashi). Pero, ¿por qué se lo pinta de rojo? ¿Qué provecho de cura tiene eso? Contesta la Gmará: Para que las personas que lo vean pidan misericordia por el árbol. Lo aprenden del Metzorá (leproso), que es alejado del campamento y él clama “impuro, impuro”: Yo soy impuro, aléjense de mí. De esa forma le hace saber su dolor al público, y el público pedirá misericordia por él.
Explica el Rav Kuk (Ein Aya, Shabat Bet 127) que de la misma forma que el deseo de hacer el bien por algún particular “cuando es orientado al rezo al Señor de Todo” ejerce su influencia para bien respecto a ese particular, así también “el deseo de muchos de hacer el bien” actúa “a través del vínculo espiritual entre las personas” e influye para bien sobre su amigo, y ese deseo de hacer el bien también influye sobre el reino vegetal y toda la creación. Por ello, cuando hay muchos que piden misericordia por el árbol que de tanta abundancia sus frutos caen, eso influye y orienta la potencia de crecimiento del árbol “exactamente de la misma forma que la cura llega a través de la inclusión del individuo particular en el público genérico, a través del público y para él”.
Aprendemos de ello que el rezo del público - que influye y acerca la salvación de todos, y de cada uno en particular - también trae la salvación y la bendición para toda la existencia, todas las plantas y árboles que fueron creados por la Voluntad Divina, bendito sea.

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
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Neo-reforma y fe
Rav Shlomo Aviner

En toda generación hay quienes intentan reducir la Torá, o agregarle lo que "le falta", hacerla más flexible donde es rigurosa, o más rigurosa donde es flexible.
De momento que la Torá es un resplandor Divino por encima de todo pueblo o persona, nacen falsificaciones por doquier.
Los falsificadores buscan amparo tras las palabras de nuestros sabios, “la Torá tiene 70 rostros”. Pero en realidad, ellos son el rostro 71, ellos están fuera de la Torá. Ellos arguyen: Hay diferencias de opiniones, y también nuestra posición es legítima dentro de la Torá. No es así, ella es la destrucción de la Torá.
Es cierto que a la persona sencilla le parece diferencias de opinión comunes en la
halajá, pero no es así, porque todo depende de la actitud. Es cierto que la mayoría de las personas no se dan cuenta, por ello hay obligación de gritar: ¡Peligro! Pero esas queridas personas no entienden todavía de qué las están advirtiendo. A primera vista, se trata de algo que el público no escuchará, y no se debe decir lo que el público no es capaz de escuchar. Pero no es así. Es capaz de escuchar, porque es afín con la capacidad intelectual y moral de las personas, sólo que llevará tiempo, y finalmente será escuchado.
¿Cuál es la alteración? Todos están de acuerdo en que la Torá es una
Torá de vida. Pero, ¿qué es una Torá de vida? ¿Acaso se debe adecuar la Torá a la vida, o adecuar la vida a la Torá? Nosotros, los discípulos de nuestro Rav Moshé decimos: La Torá antecede a la vida, es el alma de la vida, es el orden de la vida, es la luz de la vida.
De otra forma: ¿Acaso la realidad debe ser afín con la
halajá, o – D’s no lo permita – al revés, la halajá debe adecuarse a la realidad, hay que encorvar la Torá según la opinión del público?
Por supuesto que hay que relacionarse en forma positiva con todo el pueblo, la Casa de Israel. Y dijo el anciano Shamai: “Debes recibir toda persona con buen semblante” (Avot 1). Pero no es la intención tergiversar la Torá, D’s no lo permita.
O como lo planteó el Rav Kuk: “Permitimos rezar con los criminales”, pero no debemos tomar en cuenta sus criminales ideas (Iguerot HaReaya).
El Rav Kuk contó una alegoría: “Es como un médico que debe mirar a los enfermos desde el punto de vista médico para curarlos, no desde el punto de vista de los deseos de los enfermos que estropearon su salud por conducirse en forma indebida”, así también “los santos guías deben siempre mirar desde el punto de vista de la Torá, de la vida en el
Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá). Allí verán en forma clara cómo debe ser la vida según la Torá, y se ordenarán de acuerdo a ella. Pero si la persona le agregará también el punto de vista de la realidad corrupta de la calle, estropeará la buena intención” (Ein Aya, Shabat 17A, Cáp. 1, inciso 79).
El médico debe proceder según la medicina, y no según la voluntad de los enfermos para enaltecer su posición. Así también “D’s no lo permita, que la vida fuera del
Beit HaMidrash con todo su deterioro influya en la determinación de las halajot y las direcciones que deben salir justamente del Beit HaMidrash, del lugar de la Torá” (Ein Aya, Shabat 17A, Cáp. 1, inciso 79). Por supuesto que bien se debe conocer la vida, para que se la pueda corregir, pero no se debe dejar influir por ella.
Por ello, explica el Rav Kuk, esa es la razón por la que nuestro Rav Moshé subió al Monte de Sinai por la mañana para recibir la Torá, y bajó por la mañana para entregárnosla (Shabat 86A). Porque durante el día la vida es efervescente, sobre todo la vida social, mientras que la Torá no debe recibir ninguna influencia de la vida y del entorno. No es necesaria esa mezcla, y por el contrario, sólo la degrada. La Torá debe permanecer pura de toda influencia externa, y entonces puede dar vida (Ein Aya, Shabat 86A, Cáp. 9, inciso 16).
Estamos muy contentos que tenemos un estado, pero la Torá no está administrada por el estado. Ella lo ama, lo alumbra y lo educa.

La Torá no es una descripción de lo que hay, sino de lo que tiene que ser. Como dice el Mahara”l de Praga (Netivot Olam, Netiv HaTorá, Cáp. 14). Si tú deseas saber lo que ocurre en la vida, compra un diario. Pero si tú deseas saber cómo debe ser la vida, que es lo que será en la vida, estudia Torá. La Torá no es configurada por la realidad, sino que por el contrario, ella modela la realidad.
Cuídate de toda flexibilidad, escribe el
Ramja”l en su libro, “Mesilat Iesharim” (Mesilat Iesharim, al fina del capítulo 6). Revísala con siete ojos, porque quizás se trata de un rendimiento frente al Ietzer HaRrá (mal instinto). Sobre todo cuídate de toda flexibilidad en el plano del recato, porque ese es un Ietzer HaRrá muy fuerte, que logra engañar personas puras (Mesilat Iesharim 11). Y ya escribió el Ramba”m que no hay nada en toda la Torá que no le sea más difícil al público de alejarse como de ese Ietzer (Ramba”m, Hiljot Isure Bia 22:8); con quién está prohibido casarse y qué está prohibido cuando no se está casado.
Esa es una lucha antigua, de nuestro patriarca Avraham frente a la idolatría, que arguye que la meta del hombre sobre la tierra es la armonía de los placeres, en la que también se conjugan los ídolos. Y nosotros decimos que el mundo es un mundo de deber, y los placeres son sólo para ayudarnos a sentirnos bien, para que podamos cumplir nuestra tarea en forma correcta.
¿Acaso la Torá es el ideal de la vida, y el placer es una necesidad? ¿O el placer es el ideal de la vida, y la Torá es una  necesidad, que debe ser conservada en una dosis mínima?
No digas: "Hay que transformar la Torá
en algo más amistoso, sonriente". Ella es la cima de la amistad. Ella nos fue entregada por “el que ama a Su pueblo Israel con amor”, “ama a Su pueblo Israel”, “un amor eterno nos has amado, el Eterno, nuestro Señor… y nos has enseñado las leyes de vida para hacer Tu voluntad de pleno corazón” (bendiciones de Kriat Shma). La Torá es amistosa, solo que nosotros debemos marchar por los caminos de D’s y cumplir con “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Los que se encuentran alejados de la Torá no buscan concesiones pálidas, sino que un gran resplandor. El remedio a la neo-reforma es el añadido de fe en D’s, temor a D’s y amor a D’s.
Kneset Israel (el alma genérica de Israel) ama el resplandor Divino, “béseme Él con los besos de Su boca, porque Tu amor es mejor que el vino” (Shir HaShirim 1:2), ella anhela y espera esos besos, anhela y desea la vinculación con D’s y el amor de Él. El vino es una experiencia efervescente, pero “Tu amor es mejor que el vino”, en su dulzura (véase Zohar Jadash, Shir HaShirim 63:2, 64:1). 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
machon.espanol@gmail.com, editorial@alumbrar.org

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