Beahavá Ubeemuná
Majón
Meir |
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Parashat Shmot 19
de Tevet 5772 No
851
Rav Ioram
Eliahu
Cuando
D’s se le rebela a Moshé en la
aparición de la zarza, le dice que ha llegado el momento de
salvar a Am
Israel (el Pueblo de Israel) de Egipto, “para hacerle subir de
aquella
tierra a una tierra buena y espaciosa, tierra que mana leche y miel”
(Shmot
3:8).
Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk,
acostumbraba a explicar esa definición singular de Eretz Israel
(
Tierra
También respecto a la miel hay algo
parecido. Es cierto que en
Y a primera vista, ¿cómo puede ser que
está permitido comer miel de abeja? La abeja es considerada por
Explica el Rav Tzvi Iehudá Kuk que esa es
la definición más maravillosa y singular de Eretz
Israel, una tierra que
mana leche y miel, “que es capaz de transformar lo prohibido en
permitido. A
través de
Y en base a ello se puede comprender –
continúa el Rav Tzvi Iehudá – que en el Palacio del Meshiaj
está escrito
que el que no es capaz de transformar oscuridad en luz, lo amargo en
dulce, no
puede entrar. “El que no ha llegado a ese nivel, y el que no tiene
semejante
valentía, no puede entrar allí. Él no pertenece a
la ieshiva (centro del
estudio de
Por ello en este momento, cuando la
oscuridad y lo amargo se fortalecen, nosotros, que queremos actuar con
D’s en
el avance de la gueulá (Redención) y entrar en el
Palacio del Meshiaj,
debemos estudiar en profundidad cómo transformarlos en luz y
dulzura, aprender
a evaluar esos procesos como Rav Iosef, que en contraste a sus
compañeros dijo:
“Que llegue [el Meshiaj], y tenga el mérito de sentarme
a la sombra de
los excrementos de su burro” (Sanhedrin 98B). “A pesar de la tendencia
materialista que se fortalecerá, y a pesar que las tendencias
burdas que son
consideradas un oprobio incluso entre los gentiles se
fortalecerán, Rav Iosef
tiene su consuelo en que finalmente todo eso se rendirá frente
al resplandor de
Midreshet
Majón Orá
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Se
jardinera
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta: Si tú sientes dentro tuyo tendencia a ser jardinera,
no tengas dudas.
Debes ser jardinera.
Un jardín de infantes no es sólo un
lugar donde cuidan a los niños. Es mucho más. Por
supuesto, no menospreciamos a
las que cuidan niños - lo que es una bondad enorme para las
madres necesitadas
que se ven obligadas a ir a trabajar, y con muchas incertidumbres
entregan su
hijo al cuidado de una mujer ajena. El niño puede llegar a
experimentar
sentimientos de abandono, y cuando la jardinera es inteligente y
materna se
sentirá maravillosamente bien y seguro. Por supuesto, no como
con mamá, pero de
todas formas bien. Y debemos decir con pesar que a veces la casa es
complicada
y dura por todo tipo de razones, y el pequeño niño se
siente allí apartado y de
más, y por el contario, el jardín de infantes es el
único lugar que le
proporciona seguridad. Y por supuesto, agregaremos que hay mujeres que
van a
trabajar no porque tengan necesidad económica, sino porque
sienten que se
ahogan en la casa y tienen que ocuparse de alguna otra cosa, lo cual
también es
considerado una necesidad seria y justificada para traer al niño
al jardín de
infantes. Entonces, no menospreciamos a las cuidadoras de niños,
sino que
decimos que el jardín de infantes es más que eso.
Tampoco menospreciamos lo que se
aprende en el jardín de infantes. Un niño pequeño
no es un pequeño tonto, es un
pequeño sabio. Las facultades mentales que se desarrollan en la
tierna infancia
son la base de todo el aprendizaje futuro, sobre todo según la
psicología de
desarrollo que surgió en las últimas décadas.
Sabemos que esos años son
cruciales en cuanto a la capacidad futura del niño. El
niño pequeño asimila los
pimpollos del pensamiento
racionalista. También aprende a conocer el mundo que lo rodea.
Pero un jardín
de infantes es más que eso: No es una pequeña escuela, no
es una pequeña
academia. Es otra cosa.
Y hay otro punto muy importante en
el jardín de infantes: Los amigos. El niño aprende a
vivir con su prójimo, a
tomarlo en cuenta. Escucharlo. Aprende a ayudar y recibir ayuda.
Aprende a
compartir, con los juegos de grupo. Aprende disciplina. Todo eso lo
capacita
para asimilarse en la sociedad. ¿Acaso no vemos que muchas
personas no son
capaces de vivir con su prójimo – en la familia, en el
matrimonio, en el
trabajo, en la nación? ¿Para qué esperar el ser
adulto para solucionar ese
problema, cuando será acompañado de muchas dificultades?
¿Por qué no comenzar
en la tierna infancia, cuando es tan sencillo? En efecto, de esa forma
el niño
pequeño se hace merecedor de una gran bendición. Pero un
jardín de infantes es
mucho más que eso, es más que una preparación para
la vida social, es más que
un lugar donde cuidan al niño, es más que una academia
pequeña, es más que un
taller de colaboración.
¿Qué es un jardín de infantes? Es el
lugar donde el niño se desarrolla y crece, en cuerpo y alma. Se
desarrolla en
forma natural. No le embutimos lo que no hay en él, sólo
tratamos de ayudarle a
sacar afuera lo que se encuentra dentro suyo – con la ayuda de un
entorno
adecuado a su forma de ser y cualidades. ¿Por qué es
llamado “jardín de
infantes”? Porque el niño es como una flor, y como toda flor
necesita de un
jardín y un jardinero, es decir, un jardín de infantes y
una jardinera. No para
introducirle lo que no hay en él, sino que para descubrir lo que
se encuentra
en él.
¿De qué forma? A través de
movimientos naturales. ¿Cuáles son? Sobre todo, el jugar.
Todo eso parte de la base general:
También un niño pequeño
fue creado a
imagen y semejanza Divinas, tiene un valor Divino escondido, y ese
contenido
Divino hay que descubrir, con la ayuda de las condiciones de entorno
correctas.
Así explicó nuestro Rav, el Rav Tzvi
Iehudá Kuk, en su artículo (HaTarbut HaIsraelit,
LeNetivot Israel Alef), el
primer artículo que escribió en su vida, donde explica
que la meta de la
educación es descubrir lo que se encuentra oculto en la persona
que D’s hizo
recta, y entonces en todo lo que haga tendrá éxito. Pero
si intentan
introducirle elementos ajenos a su esencia, se transforma en un
fracasado - D’s
no lo permita.
¿A qué se parece? A un trasplante de
órganos. A pesar que es por el bien de la persona, el organismo
lucha contra el
trasplante como si se tratase de un cuerpo extraño, y para que
no sea rechazado
es necesario debilitar su sistema inmunitario, es decir, debilitar a la
persona.
Por ello, hay que crear para el niño
un paraíso natural, donde cada uno crecerá libre,
según su camino. Sin dudas,
esa pauta debe prevalecer sobre el aspecto de estudio-académico
y el aspecto
social-disciplinario. Lo principal, es el aspecto personal.
Esa es la meta de todas las
actividades: Correr, bailar, jugar en ronda, cantos acompañados
de pantomima,
paseos y visitas en el entorno. Observación de plantas: Prestar
atención cómo
crecen, para ayudarle al niño a entender que él mismo
crece. Y todo tipo de
juegos muy bien pensados, que le ayudan a desarrollar todas sus
fuerzas. Y la
jardinera recibe preparación profesional profunda para dirigirlo
en todo eso.
Todos los aspectos del niño
necesitan educación: Físico, psicológico,
sentimental, social, científico,
moral y de fe. Y realmente, todo es una misma cosa, que emana de un
solo D’s
con un solo nombre. El niño tiene que crecer en unidad y
armonía de todas sus
fuerzas. Y ese es el papel de la jardinera. También en el mundo
empezaron a
llegar a esas conclusiones, con la aparición de la nueva
educación, hace unos
200 años. Fue lo que dijeron Comenio, Rousseau, Pestalozzi,
sobre todo Froebel
y después Montessori. La educación antigua tenía
por meta inculcar
conocimientos, cuanto más cantidad y cuanta más calidad.
La educación nueva
trata de hacer partícipe al niño del proceso de estudio y
aprendizaje.
Sobre todo con la aparición de la
psicología profunda, que también ella determinó
que la tierna infancia es la
edad crítica para la formación del contenido interno de
la persona.
Sobre todo con la aparición de la
psicología profunda, que también ella determinó
que la tierna infancia es la
edad crítica para la formación del contenido interno de
la persona.
Los juegos no son sólo juegos. Son
una gran pedagogía, y también otras actividades como
dibujar, leer, escribir,
música. Ser jardinera no es algo sin importancia, es algo muy
importante.
Nuestros sabios compararon a los talmidei jajamim (eruditos del
estudio
de
El jardín de infantes es una
institución de enseñanza maravillosa, quizás la
más maravillosa que hay. Es un
poco parecido a una ieshiva (centro de estudio de
En realidad, el jardín de infantes
ideal es el hogar, es la madre, la mamá simple y amante. El
jardín de infantes
es una imagen del hogar, y la cualidad central de la jardinera debe ser
la
maternidad. Ella enrola el amor maternal para cantarle al niño
cantos de madre
(expresión de Pestalozzi), hacerlo maravillarse de la
naturaleza, del mundo,
del amor por D’s, del amor por todo, y de esa forma salir de su
egocentrismo.
Esa es la “Torá de tu madre” (Mishlei 1:8). El
jardín de infantes es una
concepción familiar de la educación, es un ambiente de
confianza e intimidad.
Salir del egoísmo, no precisamente en el sentido de
preparación para la vida
social, sino que el niño se abre al amplio mundo, se abre a D’s.
Ya explicó el Rav Kuk en su carta
respecto a la educación (Iguerot HaReaya, carta 170) que la meta
principal de
la educación es hacer a la persona recta y buena, y la meta
secundaria es
prepararla para la lucha de la vida. Y en efecto, esa es la meta del
jardín de
infantes: No una preparación profesional es lo principal, sino
que el
desarrollo de la personalidad. No un “ciudadano de provecho”, sino que
una
“persona”.
Hemos dicho: Los juegos no son sólo
juegos. Desarrollan el cuerpo, el pensamiento, las buenas virtudes. Los
juegos
del jardín de infantes fueron ideados cuidadosamente para
permitir un
desarrollo del niño, comprender las leyes de la naturaleza y de
la vida, no a
través de una charla frontal sino que a través de
actividades personales y
experiencias personales. Es el derecho del niño a desarrollarse
según su
naturaleza, y el juego es lo más típico en esa edad.
Dicho sea de paso, limpiarle la
nariz al niño es algo importante que no hay que despreciar, es
decir, la
preocupación por la higiene del niño pequeño es
también parte de la actitud
cálida y amistosa de la jardinera. Ella también lo ayuda
en su relación con sus
amigos. Genera un entorno sencillo, seguro y protegido. Un
paraíso en este
mundo.
Se puede decir mucho más de lo que
dije respecto al maravilloso jardín de infantes. Tú eres
madre, o lo serás.
Toda madre es una jardinera, y toda jardinera es una madre.
Sorprendentemente,
en la enseñanza nacional-religiosa faltan jardineras – como si
esa función no
fuese respetable. No es así, es muy respetable, muy importante,
es la base de
todo.
Bienaventurada eres, que deseas ser
jardinera. Bienaventurada eres, que has recibido un regalo como ese de
D’s.
Se jardinera.
Departamento
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Majón Meir
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Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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E-mail: sfaradit@emeir.org.il,
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