Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Nitzavim - Vaielej     25 de Elul 5771     No 836

“En tu boca y en tu corazón, para hacerlo”
Rav Azriel Ariel
(reimpresión)

Nuestro D’s nos ordena cumplir una mitzva desconocida. Él no especifica en qué consiste, sino que la llama en forma imprecisa: “Esta mitzva que Yo te ordeno hoy” (Dvarim 30:11). El nombre de “esta mitzva no figura, sólo son nombradas sus características - auténticas o imaginarias: “No es demasiado difícil para ti, ni te es lejana. No está en el cielo... ni está más allá del mar...” (Dvarim 30:11-12). ¿Qué mitzva nos parecería ser “demasiado difícil”, “lejana”, “en el cielo” o “más allá del mar”? ¿Qué mitzva nos es tan fácil, que “está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para hacerlo” (Dvarim 30:13)? Y si es una mitzva tan fácil, ¿por qué pensaríamos que nos es tan lejana?
El Ramba"n, como es sabido, dice que “esta mitzva” - es la mitzva de la tshuvá (arrepentimiento sincero). A la persona le parece que la posibilidad de corregir sus acciones es muy lejana. “Demasiado difícil”, desde el punto de vista espiritual y psicológico, y “lejana” desde el punto de vista práctico. Le parece que le es exigido hacer un esfuerzo sobrehumano. Por ello, le contesta D’s una respuesta corta y simple: “Está muy cerca de ti”. Es cierto que te será difícil, pero está cerca, se encuentra en tus posibilidades. Como dice el Rav Kuk zt”l: “Todas las decadencias surgen porque la persona no cree que la tshuvá es tan fácil de alcanzar”.
Pero nuevamente cuestionamos: ¡La tshuvá es muy difícil! Es cierto. El arrepentimiento sincero es difícil, y corregir las acciones a veces exige ir más allá del mar y elevarse hasta los cielos. “El que le roba a su prójimo el valor de una pruta (valor mínimo monetario, muy bajo)... debe ir para devolvérselo incluso hasta Madai” - un país muy lejano (Baba Metzia 55A). Pero el que descarta sus pensamientos de arrepentimiento diciendo eso, no sabe qué es tshuvá. La cuestión que debe resolver el que quiere arrepentirse sinceramente, no es: ¿Tú eres capaz? ¡Lo que no puedes alcanzar, lo que se encuentra más allá de tu capacidad, está fuera de tu responsabilidad! La cuestión es otra: ¿Tú lo deseas? Cómo hacerlo, en la práctica, ya es secundario: Depende más de la forma de ser de la persona, si tiene una gran fuerza de voluntad o no, pero eso es menos influyente en cuanto a la esencia de la tshuvá.
¿Por qué “está muy cerca de ti”? Porque se encuentra “en tu boca y en tu corazón, para hacerlo”. Así nos dice D’s en Su Torá. ¡Y a primera vista, falta lo principal! ¡La corrección principal que le es exigida al que se arrepiente, no es sólo “en tu boca y en tu corazón”, sino que también - y sobre todo - en tu mano! ¿Y qué sentido tiene decir: “En tu boca y en tu corazón, para hacerlo”? ¡Se hace con las manos, y no con la boca, y por supuesto que no con el corazón! ¿Y por qué en el versículo es mencionada en primer lugar la boca - cuando la palabra es superficial - y sólo después el corazón - donde se encuentra la “palabra” interna?
D’s conoce la sicología de la persona. Él sabe que si comenzará a corregir sus acciones - no tendrá fuerzas para terminar su tshuvá. Se valdrá de argumentos - ciertos o imaginarios - para explicar por qué no es capaz. Por eso, le dice D’s: Debes comenzar por lo más fácil, por la boca. Debes decir “yo quiero”, también si aún tu corazón no lo dice. Es sabido que en la halajá hay situaciones en que “se lo obliga hasta que diga; quiero hacerlo” (Rambam, Hiljot Guirushin 2:20). No está escrito “hasta que lo desee en su corazón”: Eso se encuentra más allá de nuestro control. Pero sí “hasta que diga; quiero hacerlo”. Todavía el corazón no coincide, pero la boca ya está diciendo. Y lo que dice, influye en su conciencia. Primero, “en tu boca”, después “en tu corazón”, y finalmente “para hacerlo”. La acción, es consecuencia del cambio en su voluntad. Sólo es exigido algo pequeño: Una pequeña acción que exprese esa voluntad. Un antiguo refrán Chino dice: “Todo camino de 1000 kilómetros comienza con un pequeño primer paso”. Da un pequeño paso. No te comprometas a nada más. Pero si tú lo deseas, y si ya has comenzado, seguramente llegarás hasta el final del camino.
Las Slijot (oraciones de perdón) - que los ashkenazim (procedentes de comunidades de Europa) comienzan a recitar a la salida de este shabat - son el principio del camino, es como decir “yo quiero”, lo que acarreará consigo el cambio en el corazón y la pequeña acción, y luego los grandes cambios.
Y del plano de la tshuvá del individuo particular, ascendemos a la tshuvá del Clal (la totalidad genérica de Am Israel). Nos encontramos en vísperas de un año decisivo para nuestro pueblo, nuestra tierra y nuestra Torá. Hay quienes han claudicado: ¿“Qué somos, y qué es nuestra vida... qué fuerza tenemos, qué valentía?” - frente a las potentes resoluciones políticas. Parece que la posibilidad de volver a encauzar las resoluciones de la nación “en volver a su tierra, su esencia, su espíritu y su cualidad” se encuentra en algún lugar lejano, “en el cielo” o “más allá del mar”. Nos dice D’s en su Torá: “Está muy cerca de ti”. No podrás eximirte de tu responsabilidad arguyendo que “no soy capaz”. Esa no es la cuestión. Sino que “en tu boca y en tu corazón, para hacerlo”. Primero, debes decir: “Yo quiero”. Paséate de casa en casa, y hablando con cada persona de Am Israel hazlo decir sólo algo pequeño: “Yo quiero”. La palabra hará despertar la voluntad. El susurro se transformará en una potente voz. La voluntad que se esconde en el corazón, encontrará alguna primera pequeña expresión. Y el primer paso, en la práctica, nos hará llegar hasta el final del gran camino. 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
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Recordarás el Holocausto
Rav Shlomó Aviner

Visitar los Campos de Concentración en Polonia no es bueno, por varias razones que cada una de ellas es suficiente:
1. Está prohibido viajar fuera de Eretz Israel (la Tierra de Israel) salvo por corto tiempo para procurarse el sustento, para casarse o cumplir alguna mitzva. Visitar los Campos de Concentración no es definido como mitzva – ni de la Torá ni de nuestros sabios – y no es mencionado en ninguno de los cientos de miles de incisos de los libros de halajá que fueron escritos en las últimas generaciones.
2. No hay que procurarle el sustento a los polacos que ayudaron a los Nazis en la construcción de los campamentos e incluso ellos mismos persiguieron a los judíos muchas veces. ¿Has asesinado, y también quieres apoderarte de su dinero?
3. Muchas veces por el alto costo sólo los alumnos ricos pueden permitirse viajar. Es un escándalo, que en alguna actividad relacionada con los institutos de enseñanza haya discriminación entre pobres y ricos.
Quizá ustedes digan: Entonces, ¿cómo recordaremos el Holocausto? Muy sencillo: Con libros, fotografías, películas documentales, visitando “Iad VaShem” (el museo del Holocausto en Ierushalaim) y lugares similares. Quizá ustedes digan: Todo eso es muy bueno,  pero falta la vivencia de la visita real en el Campo de Concentración. Muy sencillo: Se encontrarán en forma real con algún sobreviviente del Holocausto. Hay alrededor de 87000 hoy en día, y escucharán de ellos qué fue lo que vivieron.
Y nuevamente, argumentaran: Pero un Campo de Concentración es una vivencia mucho más fuerte que un sobreviviente del Holocausto. Hay que preguntarse muy seriamente: ¿Realmente? ¡¿Reconstrucción de árboles y piedras es más “vivo” que una persona viva que habla?!
Por el contrario, el sentido común y la moral nos ordenan donarle todo ese dinero que es gastado en esos viajes a los sobrevivientes del Holocausto que hasta hoy en día sufren de las espantosas cicatrices, en sus cuerpos y en sus almas.
Es cierto que muchos de ellos se asimilaron en nuestra tierra y fueron de sus primeros colonos, pero muchos otros sufren hasta hoy en día. Es cierto que nuestro país hace todo lo que puede por esos sobrevivientes, pero es natural que no logre resolver todos sus problemas. Muchos de ellos sufren de carencia de alimento y servicios médicos. El informe del Contralor Estatal del año 5767 reveló que hay fallas en los servicios para esos sobrevivientes – a pesar que desde ese entonces su situación mejoró mucho.
Pero como hemos dicho, a pesar de la inmensa ayuda del país, no se logra resolver todos los problemas. Sobre todo cuando las leyes de ayuda de los sobrevivientes del Holocausto se refiere sólo a los que llegaron al país antes del año 5713. Y por supuesto que entre los que llegaron  después de ese año hay muchos que sufren.
Volvamos a nuestro tema: Viajar a los campamentos de exterminio para recordar el Holocausto, lo que nos hizo Amalek, y al mismo tiempo olvidar a las víctimas del Holocausto que viven hoy en día dentro nuestro – el que arguya que se trata de una hipocresía, no se equivoca totalmente. El que se horroriza cuando ve una persona que está dispuesta a gastar dinero por una vivencia importante en un campamento de exterminio en vez de ayudar al que fue herido allí y hacerle una bondad – también él no se equivoca totalmente.
Por ello, varias proposiciones prácticas:
1. Anular los viajes a Polonia y entregar todo el dinero a las asociaciones que ayudan y apoyan a los sobrevivientes del Holocausto. Hay muchas, y se las puede encontrar fácilmente. Mucho más sencillo que todos los preparativos necesarios para viajar al exterior. Sólo debo agregar que hay una asociación que reparte medicamentos gratis a los pobres – también a sobrevivientes del Holocausto – llamada “Javerim LeTrufa”.
2. Incluso si se viaja a Polonia, hay que utilizar un 49% del presupuesto en el viaje, y el otro 51% será entregado a las víctimas mismas. Para que podamos decir que la mayoría le es entregada a las personas, y sólo la minoría es para árboles y piedras.
3. Si esa proposición tampoco es aceptada, por lo menos por cada 90% que es gastado en el viaje, un 10% que será consagrado para los que sufren un sufrimiento indescriptible hasta hoy en día, algo así como un diezmo, y de esa forma por lo menos estaremos un poco limpios frente a D’s y las personas.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
machon.espanol@gmail.com, editorial@alumbrar.org

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