Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Pinjas 14
de Tamuz
5771 No
826
Rav
Elishá Vishlitzki
No es necesario hablar del amor propio de
la persona; parece ser tan esencial y necesario para la existencia
misma, hasta
que no podemos vivir sin él. Por ello, hay que aclarar y
purificar ese
concepto, y no debemos equivocarnos y pensar que el amor propio se
limita a lo
que recibiré, lo que ganaré, lo que disfrutaré,
etc. El precio de ese error, es
la cárcel. No una cárcel externa, en nombre de
Por ello, la sensibilidad y la entrega para
el prójimo expresan no sólo un interés social
moral, sino que principalmente
son fiel y exacta expresión de la libertad y dignidad humanas –
“respetar a las
criaturas”. Quizás por ello dijo
En base a la sinceridad y la rectitud que
se encuentran dentro nuestro, entenderemos a través de “ustedes
son hijos del
Eterno, vuestro Señor” (Dvarim 14:1) que “somos personas
hermanas” (Bereshit
12:8). El común denominador entre la persona y su prójimo
en Am Israel
(el Pueblo de Israel) no está relacionado con la pertenencia a
tal o cual
congregación, su forma de pensar o estilo de vida, sino que es
de alma, Divino,
y no cambia en ninguna situación. Nuestras misiones que expresan
hermandad son
aclaradas a través de la ayuda de las mitzvot, como la mitzva
de devolver
lo que fue perdido al prójimo, cuando
Si realmente el centro de nuestra vida y
nuestros conceptos son determinados de acuerdo a ese punto clave
interno del
alma, y no pensamos en las controversias superficiales ni las sentimos,
entonces se abre el camino para descubrir la valentía y el
sacrificio de Am
Israel en épocas de paz y en épocas de guerra. La
persistencia, la
hermandad, el espíritu de lucha no son sólo temas
relacionados con el profesionalismo
en el combate, sino que algo crítico que depende de nuestra
alma. Porque ser
nosotros mismos es el principal motor de la persona en su vida en la
época de Jevelei
Meshiaj (los suplicios del Mesías), y justamente el
individualismo se
transforma en una herramienta para la revelación de la pureza de
nuestro ser y
su misión en el mundo. El odio de los demás pueblos – que
va aumentando sin
límites ni vergüenza – sólo nos hace despertar y ser
más nosotros mismos
realmente, “realmente una nación solitaria, y entre los pueblos
no será contada”
(Bamidvar 23:9).
El amor propio tiene su origen en la base
auténtica del ser, allí se revelan naturalmente el amor
por el prójimo y por la
nación. Por ello, en la contradicción imaginaria entre la
verdad y la paz existe
un arbitrador, que es el amor. Como Beit Hilel (los
discípulos de Hilel)
y Beit Shamai (los discípulos de Shamai), que no
escondieron su
singularidad, sus ideas y sus diferencias de opinión – incluso
en temas de
relaciones prohibidas y familiares – pero no por ello dejaron de
casarse entre
ellos. Es decir, no mezclaron intereses personales en el contenido de
su
doctrina, y no convirtieron a los que no piensan como ellos en enemigos
en el
aspecto personal.
Cuando el amor es limpio y auténtico,
entonces la aclaración de la verdad es parte de él, sin
tapujos. Y a través de
un amor como ese no se le da importancia a nimiedades, no se llega a
puntos de
vista pequeños, a malas virtudes, a la falta de paciencia, al
enojo y la pérdida
de estribos.
Según la forma en que el Beit HaMikdash
fue destruido podemos imaginarnos su reconstrucción. Titus
trituró harina
molida – quemó y destruyó, porque la corrupción
dentro de Am Israel son
en realidad los que destruyen, y tienen su fuente en la soberbia y en
el
egoísmo. Ellos son los opresores que nos van estrechando en su
pequeñez, hasta
que acogotan al alma. Y nosotros debemos esculpir en nuestra alma y
quitar de
ella las cáscaras y los impedimentos, y liberarla de su ahogo.
Si andaremos dando vueltas y no entraremos
en los portones del corazón y corregiremos el odio gratuito, las
críticas y las
divisiones artificiales, el Beit HaMikdash no será
reconstruido. Porque después
del tercero no habrá otro, y no habrá otra galut
(exilio) después de la
tercera gueulá (Redención).
Tenemos que comprender las consecuencias de
las destrucciones, para que nuestra siembra y preparación para el tercer Beit HaMikdash den el
fruto adecuado. Y cuando D’s degüella el Ietzer HaRra (mal
instinto) en
la época de Jevelei Meshiaj (Suca 52), es cierto que se
parece a una
montaña, pero en realidad es como un pelo. Porque como hemos
visto, el amor
gratuito puede empezar con el amor propio, y justamente partiendo de
allí puede
ser puro e idealista, pero así también las malas
tendencias en forma genérica.
El horno de fundición de Israel no sólo
salva las distancias entre los grupos y las corrientes, las fracciones
y las
ideas, sino que también es un camino complejo de
edificación de una
personalidad que ama, limpia, que lucha por su verdad con humildad y
pureza, y
no con agresividad y crueldad. Fuimos vendidos gratis porque nos
despreciamos a
nosotros mismos, y no nos redimiremos cambiando sólo aspectos
superficiales,
sino que elaborando nuestro ser y purificándolo, hasta que
reconstruyamos
nuestra tierra, nuestra patria que vive una vida esplendorosa, una vida
de
libertad auténtica para hacer nacer un amor auténtico en
la persona individual
y en el público general, y esas son las anchuras de las que D’s
nos concederá
abrirnos a ellas auténticamente.
Midreshet
Majón Orá
Centro de estudios
de Torá para chicas en
español y portugués.
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Rav
Shlomó
Aviner (reimpresión)
Hay muchos problemas en
nuestra tierra kdoshá (santa). Muchas dificultades,
complicaciones y
crisis: ¿Por donde se debe comenzar para superarlas? Es como una
madre, que
al mismo tiempo el bebé llora, la bañera se desborda, la
comida en la cacerola
se quema, los hermanos se pelean, suena el timbre de la puerta, en el
teléfono
la llama su padre... ¿Por donde se empieza? O una persona que, D’s no lo
permita, llega al
hospital destrozado por un accidente de tránsito, ¿por
donde se debe comenzar? Por el corazón.
¡Y nosotros, con problemas
políticos, de seguridad nacional, económicos, sociales,
morales, de
educación..! Todos entienden que es imposible solucionarlos en
cuestión de un
día, ni tampoco en una generación. Pero, ¿por
donde se debe comenzar? Lo más importante en este momento para Am
Israel es:
Unión. Cuando estemos unidos, lograremos solucionarlo
todo, superaremos
todas las crisis. Incluso si no lograremos solucionarlos al
término de un día,
yendo por ese camino llegaremos a la solución. Porque la aptitud
que yo no
poseo, la tienes tú. Y la que ambos no poseemos, la tiene el
tercero, y estando
todos juntos – lo tenemos todo.
Pero si disputamos entre
nosotros, cada uno estorba al otro. Consumimos nuestra energía
con el fuego de
la disputa. Toda la maquinaria se va quemando por el calor generado por
la
fricción, y nuestros enemigos se alegran con nuestro oprobio:
¡La tarea de los
malvados es llevada a cabo por otros!
Después que el rey Shaul cayó
en la batalla, el gran combatiente que luchó contra los
Plishtitas, ellos
dejaron de atacar a Am Israel: ¡¿Para
qué esforzarse, si pueden observar con regocijo cómo los
seguidores de David y
los seguidores del linaje de Shaul se consumen mutuamente?!
El sublime remedio:
¡Pero no es cierto! Tú
necesitas que haya alguien distinto a ti, porque él sabe hacer
lo que tú no
eres capaz: Tú no eres perfecto. Incluso nuestro Rav
Moshé, el más selecto del
género humano, no era perfecto: Él no era nuestro
patriarca Avraham (Rashi,
Shmot 6:2-3). Necesitamos que haya personas diferentes a nosotros.
Quizás tú digas: ¡Pero el
distinto daña y corrompe! Es cierto, porque él
está solo. Pero cuando tú
estés con él, no dañará. El daño
que él hace será disuelto en la mayoría de
las acciones de los demás. Su concentración
disminuirá, y en pequeñas dosis,
sorprendentemente, será beneficioso. Es necesario un poco de
sal, pero demasiada,
desbarata el gusto de la comida. Es necesario que haya fuego debajo de
la
cacerola para cocinar, pero si es muy alto, quemará la comida.
Quizás tú digas: ¡Pero la
mayoría son corruptos! Esa es una afirmación producto del
orgullo, ¡como si tú
poseyeras toda la verdad y la justicia! Pero incluso si así
fuese, no todos son
corruptos de la misma forma: Uno no es suficientemente nacionalista, el
otro no
es suficientemente religioso, el tercero no es suficientemente moral, y
el
cuarto no es suficientemente valiente. Cada uno tiene su defecto
particular –
salvo tú, por supuesto, que posees todas las virtudes - y por
eso es anulado en
la mayoría. Esa es una conocida regla de la halajá
relativa a la kashrut;
prohibiciones de distinta índole se anulan mutuamente, es decir,
cada tipo de
prohibición se suma a la cantidad permitida para anular al otro
tipo de
prohibición (Zbajim 78A, Jojmat Adam 51:31-32).
Cada aspecto negativo se suma
a lo positivo, para anular los otros aspectos negativos. La
minoría de haraganes
es anulada por la mayoría de trabajadores, a pesar que ellos
tienen otros
defectos. Lo que es más, la minoría de haraganes
también aporta a su manera,
endulzando y tranquilizando. La minoría de iracundos no
daña, porque la mayoría
de tranquilos los anulan, y también aportan cuando es necesario
no contenerse y
reaccionar con firmeza.
Así escribió el Gaón
(genio del estudio de
Si todos tenemos el mismo
defecto, es una desgracia. Como pasó en la generación del
Mabul
(Diluvio): “Se ha colmado toda la tierra con el robo” (Bereshit 6:13).
Todo el
género humano se había enfermado de la misma dolencia
moral: Tomaban por la
fuerza y robaban, y no podían curarse unos a otros.
Pero en nuestra época no es
así. Las virtudes están dispersas, y también los
defectos. Cuando estamos
unidos, vencemos a todos los enemigos externos y superamos todas las
dificultades internas. Eso no quiere decir que debemos coincidir en
todo, es
posible tener diferencias de opinión y discutir, pero
discusiones de amigos. Es
posible mantener luchas ideológicas relativas a concepciones
distintas de la
realidad, pero a condición que sigamos siendo hermanos, amigos y
sigamos
queriéndonos.
Por el contrario, las
diferencias de opinión y diferentes virtudes son justamente las
que le dan a la
nación su riqueza y entereza. Cada uno luchará con
sacrifico por su punto de
vista, porque cada uno es necesario.
Dijo el Jafetz Jaim
que es semejante al ejército, donde cada soldado defiende con
orgullo la
reputación de su unidad, pero todos son necesarios, cada uno
tiene su papel
particular. Como una coalición amplia, desde la extrema derecha
hasta la
extrema izquierda, religiosos y los que no lo son, jaredim
(ultra-ortodoxos) y sionistas – ¡todos los judíos juntos!
¡Qué fuerza
tendremos! ¡Seremos capaces de superarlo todo!
Quizás tú digas: ¡Reñiremos! ¡Ese
es el punto! Se necesita madurez para aceptar que somos diferentes, y a
pesar
de eso, no fundaremos 16 estados homogéneos distintos, ni
tampoco un país en el
que nos adueñaremos de los demás y los oprimiremos.
¡No!: La unión es la base.
La unicidad es la columna vertebral del Estado. En aquel 5 del mes de
Iyar (el
día en el que fue declarada la independencia. N. del T.), se
reunieron en el
Museo de Tel-Aviv los distintos representantes de la nación,
cada uno con su
forma particular de pensar, y firmaron todos juntos la misma
declaración,
diciendo: Nosotros trabajamos juntos. Esa unidad tiene su alto precio,
de
dificultades y paciencia, pero la falta de unidad tiene un precio diez
veces
más alto. En la galut (exilio) adoptamos el principio
básico de la
unidad. Fuimos un pueblo disperso y disgregado, disperso
geográficamente
hablando, y disgregado desde el punto de vista de la orientación
de las ideas.
Sufrimos mucho por esa enfermedad. Pero ahora, la unión es
cuestión de vida o
muerte.
Gracias a D’s, nos curamos.
Tenemos una base común muy fuerte para la unión. Sobre
todo en nuestro
ejército, se revela el resplandor de la unión en toda su
gloria. Pero hay que
añadir más aún.
Dijo el Rav Kuk: Nos
reconstruiremos con amor gratuito – con el principio básico de
la unidad.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: machon.espanol@gmail.com,
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