Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Jukat     30 de Sivan 5771     Rosh Jodesh     No 824

¿Educando reprimiendo o sonriendo?
Rav Lior Engelmann

Por naturaleza, la labor de educación – ya sea de los hijos en la casa, ya sea en la escuela – es acompañada por confrontaciones necesarias. Casi no conocemos una educación que no esta acompañada por un poco de reprimendas de vez en cuando, y no nos encontramos con una educación que no tenga cierto aspecto de coerción. También virtudes que por lo general no nos alegran tienen un papel central en el campo de la educación – el enojo, la severidad y el rigor. Tal parece que las aguas del Manantial de la Contienda (Bamidvar 20:13) riegan la parcela de la educación, y no precisamente las aguas tranquilas. A veces parece que no se puede educar sin confrontarse, y a pesar de ello sentimos que ese camino no es bueno – ni para los padres, ni para los hijos.
¿
Acaso se lo puede hacer de otra forma? ¿Acaso se puede educar con amabilidad, sin contiendas? ¿Cuál es la raíz de las muchas contiendas que acompañan la educación de nuestros hijos? No podemos desentendernos del hecho que todo el sistema educativo está cambiando en forma significativa, y ya no se parece a la educación rigurosa que era acostumbrada hace algunos años. ¿Acaso ese cambio es bueno?
Para responder a esas preguntas el Rav Kuk nos propone analizar el episodio cuando Moshé golpeó la roca, que figura en la Parashá de esta semana. Allí - según el Rav Kuk - todo comenzó, y allí también está insinuada la corrección futura:
"Todos los enojos del mundo que llegan a través de las indicaciones del Musar (cultivo de las virtudes), de la Emuná (estudio de la fe), de las ideas y de las acciones, y todas las carencias inevitables que la falta de paciencia y el rigor hacen en el mundo... la raíz de todo eso es el Pecado del Manantial de la Contienda y el enojo de Moshé. Cuando dijo 'oíd ahora, rebeldes' (Bamidvar 20:10) que condujo al golpeado de la roca en vez de lo que tendría que haber sido el deseo, el sosiego y el hablado. Y en el contenido de las direcciones de Emuná y los detalles de la Torá se mezcló por ello el rigor, hasta tal punto que el padre y su hijo o el Rav y su discípulo que se encuentran en un mismo portón y estudian Torá, se hacen como enemigos" (Shmoná Kvatzim Guimel 9).
No es la intención del Rav Kuk que nuestro Rav Moshé sea "culpable" – D's no lo permita – de que el mundo de la educación se caracterice por el enojo y la falta de paciencia. Moshé mismo fue ordenado al principio de la salida de Egipto golpear la roca, pero después de 40 años de educación en el desierto, un poco antes de la entrada a Eretz Israel (la Tierra de Israel) que es llamada "tierra deseada" – la tierra del deseo - nuestro Rav Moshé tenía la oportunidad de hacer una revolución en la relación educador-educado en el mundo, y con la potencia de su gran humildad acuñar en el mundo de la educación un sello de paciencia, conciliación y hablado. De momento que esa oportunidad fue desperdiciada, en un mundo de educación a través de confrontación - a pesar que después de muchos años se revela nuevamente un gran amor entre los padres y sus hijos, entre los maestros y sus alumnos, un amor que a veces se perdió de vista en el trajín educativo - puede quedar una cicatriz de una educación de confrontación. "Y si bien está escrito que finalmente habrá amor, la impresión de la enemistad pasajera no se borra totalmente, sin dejar ninguna carencia" (Shmoná Kvatzim Guimel 9).
Todo lo que no es pleno, finalmente será corregido – y por supuesto algo relativo a la educación, que es nuestro punto más sensible. Incluso si fue decretado que durante muchos años la educación estará acompañada de tonos altos de enojo y rigor, finalmente llegará el ansiado cambio, y conoceremos un mundo de educación totalmente distinto, un mundo de educación a través de la bondad y la amabilidad. El cambio llegará paulatinamente con el avance del mundo en dirección a su gueulá (Redención), un cambio que será dirigido por talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) que saben el valor de la Torá de bondad, y llegará a su cima con la aparición del profeta Eliahu, que retorna el corazón de los padres a sus hijos, y el corazón de los hijos a sus padres:
"La Torá de la bondad es la encumbrada Torá, la Torá esotérica que se le revela a los rectos según Eliahu en su base... para hacer las paces en el mundo y salvar las diferencias de opinión, acercar y no alejar. Y él mismo es el contenido del hablado de nuestro Rav Moshé a la roca, que volverá a hablar en vez de golpear como fue en el pasado, y la revelación de la Torá de la bondad y su amplio comentario a través de los talmidei jajamim de las últimas generaciones, ellos que vienen del aspecto de Moshé..." (Shmoná Kvatzim Guimel 9).
El mundo está pasando un proceso irreversible, de la coerción a la voluntad. Las dictaduras van desapareciendo, y son suplantadas por regimenes que toman en cuenta la voluntad del pueblo. Las escuelas cambiaron, y pasaron del "bastón de ataduras" al "bastón de gracia" (Zjaria 11:7). Es cierto, ese cambio tiene un precio, y a veces es notoria cierta flojedad educativa y moral, pero el proceso en sí es bueno: El mundo pasa de la coerción y la obligación a la voluntad y la aceptación.
En paralelo a ese proceso mundial – siendo el corazón de todo el tema – en Am Israel (el Pueblo de Israel) crecen talmidei jajamim que saben presentar al público general la Palabra de D's con satisfacción y amor, como un fuego que todos quieren calentarse a su luz – y no como un fuego que quema y destruye.
¡Cuánto placer hay en una educación cuyo centro es el hablado! Dirigir a nuestros hijos hablándoles, con dulzura y amor, edifica niños que se identifican con el camino de los padres, niños que no buscan satisfacer a sus padres o actúan por miedo – y cuando llegue el día apropiado, encontrarán cómo escaparse de ese trabajo forzado – sino que niños que actúan por amor y con alegría. Lentamente, ese secreto será revelado en el mundo, el secreto de la educación a través del acercamiento y el convencimiento, el secreto de la educación con amor. 

Midreshet Majón Orá

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Sociedad mixta correcta
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Todo el tiempo escucho que sociedad mixta está prohibida según la Torá. Me lo dicen todos los Rabanim (Rabinos) – ya sean ashkenazim (provenientes de comunidades de Europa), sfaradim (provenientes de comunidades del norte de África y otros lugares), jaredim (ultra ortodoxos) o datiim leumim (religiosos nacionalistas) - salvo pocos que no pertenecen a la primera línea de nuestros grandes poskim (los eruditos que determinan la halajá), por lo que entiendo que su opinión no es tomada en cuenta para determinar la halajá. Pero hay algo que no tengo claro: Parte de nuestra vida es mixta, en contra de nuestra voluntad, y no me parece que podemos cambiarlo. Entonces, en vez de limitarse a expresiones genéricas como "está prohibido", ¿quizás sería preferible explicarnos cómo debemos comportarnos en esos campos en los que nuestra vida es mixta en contra de nuestra voluntad? ¿Cómo edificar una sociedad mixta según la halajá?
Respuesta: Muy bien por tu diferenciación entre lo que es mixto en contra de nuestra voluntad, y lo que puede ser separado. En cuanto al primero hay que dirigirse según la halajá, y lo segundo hay que separar. Esa diferenciación ya figura en la Gmará (Baba Batra 57B): Si hay un camino alternativo, y la persona decide dirigirse por un camino en el que se encontrará con falta de recato, es llamado rashá (malvado). Pero si hay sólo un camino, puede andar por él – y debe esforzarse por no pecar, por ejemplo cerrando los ojos para no ver lo que está prohibido.
Por ejemplo, no se puede separar un casamiento: Casamiento del novio junto con los hombres, y otro casamiento de la novia junto con las mujeres. No hay más remedio, los hombres estarán presentes en la jupa donde se encuentra también la novia, y la solución es que ella se cubra el rostro.
Otro ejemplo: Entierro. Hay sólo un muerto que es enterrado, no se puede hacer dos entierros – uno para los hombres y otro para las mujeres – y por ello la Gmará cita el versículo "y se lamentará la tierra, cada familia por separado, la familia del linaje de David por separado, y sus mujeres por separado" (Zjaria 12:12), es decir, es necesario que estén separados. Incluso si se trata de algo triste y serio, y se está hablando del futuro lejano cuando será asesinado el Meshiaj (Mesías) del linaje de Iosef, en la guerra de Gog, rey de Magog. Y la Gmará (Suca 52A) agrega que en ese entonces el Ietzer HaRrá (mal instinto) no tendrá fuerzas – y a pesar de todo eso, tienen que estar separados los hombres de las mujeres.
Otro ejemplo, más alegre: El festejo de Beit HaShoeva (en los días de la festividad de Sucot). También en ese caso, no hay más remedio, porque no hay un Beit HaMikdash (El Templo) para hombres y otro Beit HaMikdash para mujeres. Al principio los hombres estaban adentro, y las mujeres por afuera – pero vieron que no era recatado. Entonces, hicieron que los hombres estén arriba y las mujeres abajo – y todavía había problemas de recato. Finalmente, hicieron que los hombres se encuentren abajo y las mujeres arriba. Encontraron una solución para una situación mixta de acuerdo a la halajá (Suca 51B).
El tema de sociedad mixta surge también en el trabajo, cuando a menudo mujeres y hombres trabajan en un mismo lugar. Si se puede separar, por supuesto que es obligación. Pero a veces es necesario que trabajen juntos, y no hay más remedio: Entonces, se debe hacer que esa sociedad mixta se comporte según la halajá. El Ramba"m resumió las pautas con una frase genérica: Hay que distanciarse mucho, muchísimo (Ramba"m, Hiljot Isurei Bia 22), y así también en el Shuljan Aruj (Even HaEzer 21). Y en el libro para el público común, el Kitzur Shuljan Aruj del Gaón (genio del estudio de la Torá) Rav Shlomó Gantzfrid, cuando dictamina las reglas para una sociedad mixta según la halajá dice que "la persona debe distanciarse de las mujeres mucho, muchísimo. Está prohibido hacerle insinuaciones con las manos o los pies o los ojos a una mujer, y está prohibido divertirse con ella y comportarse con ligereza o contemplar su belleza. Y está prohibido oler sus perfumes... y está prohibido mirar las ropas coloreadas de una mujer... y el que contempla incluso sólo el meñique de una mujer con intención, su pecado es muy grande. Y está prohibido escuchar la voz de una mujer cuando canta, o contemplar su pelo. No se saluda a las mujeres" (Kitzur Shuljan Aruj 152:8-9). Como sea, se debe separar todo lo posible (Shu"t HaRadba"z Guimel 481).
Hay también ocasiones familiares que no se pueden separar, porque la familia es una sola. Pero la actitud para con los sobrinos, los tíos o los cuñados debe ser como para cualquier persona ajena, e incluso es más severo, como es sabido, porque se conocen. Por ello, se debe cumplir todo lo que citamos respecto al trabajo.
Pero hay también campos en los que no hay necesidad que la sociedad sea mixta -  por ejemplo, una cena o divertimento conjunto. Por ello, el Ramba"m escribe: "El Beit Din (jurado) tiene la obligación de elegir policías en los Regalim (las tres festividades en las que se llegaba a Ierushalaim) que anden y busquen en los jardines y campos y los ríos para que no se junten a comer o beber hombres y mujeres, y lleguen a pecar. Y también deben advertirle a todo el pueblo, para que no se mezclen los hombres y las mujeres en sus casas en los festejos" (Ramba"m, Hiljot Iom Tov 6:21). Y en el Shuljan Aruj concluye "para que todos sean kdoshim (santos)" (Shuljan Aruj, Orej Jaim 529:4). Y el autor del libro Mishná Brura dice que la obligación de separación no es sólo en Iom Tov (días festivos) sino que también en días comunes, pero en Iom Tov el problema es más común (Mishná Brura, inciso 22. Shaar HaTziun 21). Por supuesto, en nuestros días no nombraremos policías, sólo citamos un ejemplo de algo que es posible separar.
Otro ejemplo de algo que se puede separar, y entonces es obligación: Los banquetes de casamiento y Sheva Brajot (festejos de los siete días después del casamiento). Y si los hombres y las mujeres se ven los unos a los otros, no se puede bendecir "que la alegría se encuentra en Su lugar", porque esa no es una alegría correcta a ojos de D's (Even HaEzer 62, acotaciones del Ba"j. Kitzur Shuljan Aruj 149:1).
En resumen, escribió el Rav Kuk: "El esfuerzo por evitar la mezcla de hombres y mujeres en encuentros conjuntos es como un hilo que enhebra toda la Torá en forma genérica" (Maamarei HaReayá 189).
Y todos los esfuerzos en mezclar hombres y mujeres deben ser orientados sólo en una dirección: Fortalecer el amor, la hermandad, la paz y la amistad entre marido y mujer. Y también ayudar a los solteros y solteras a casarse, porque como es sabido, cuanto más separada es una sociedad, se casan más, se divorcian menos, y viven con más amor, hermandad, paz y amistad. 
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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