Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Kdoshim 26
de Nisan
5771 No
815
Rav
Azriel
Ariel (reimpresión)
Es sabido cómo le contestó el
anciano Hilel a esa
persona que para convertirse, pretendía que le enseñen
toda
Pero más allá de la halajá, se encuentran
las virtudes de los piadosos. Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá
Kuk zt”l muchas
veces citaba a Rabí Jaim Vital, que dice en su libro “Shaarei
Kdushá” –
un libro que dirige a la persona para alcanzar la inspiración
Divina: “El
quinto portón, donde se aclara el nivel del piadoso... y
también se trata de
temas más severos que el resto... en primer lugar, en cuanto a
las virtudes...
y amará a todas las criaturas, incluso a los gentiles...”.
Ese amor – por toda persona que fue creada a imagen
y semejanza Divina – debemos profesarlo por varias razones. La primera,
es por
nuestro amor a D’s mismo: “No se puede dejar de amar a D’s... y no se
puede
evitar el colmarse de amor por toda la creación que Él
hizo. Ya que la
abundancia del resplandor Divino alumbra todo, y todo es una
expresión de la
deseada gracia Divina.
Y lo amplía su hijo, el Rav Tzvi Iehudá Kuk en sus
charlas (Sijot, Parashat Vaiera): “El que realmente ama al Creador, ama
también
a todas las criaturas de Él... en contraste, hay un tipo de
personas que no se
relacionan bien con las criaturas, son pesimistas. Ellos están
‘enojados’ con
D’s, lo critican, y por ello también están enojados con
Sus criaturas”.
También el papel de Am Israel – corregir el
mundo con el Reinado de D’s – nos exige una actitud positiva para con
los
gentiles: “No se puede llegar de ninguna forma al elevado
espíritu de ‘alabad
al Eterno, anunciad Su Nombre, haced conocer entre los pueblos Sus
hazañas’
(Tehilim 105:1) – sin un amor interno, que brota de lo profundo del
corazón y
del alma, sin el deseo de hacer el bien para todos los pueblos, de
enmendar sus
adquisiciones, de hacer felices sus vidas. Esa cualidad es la que
posibilita al
espíritu del rey Meshiaj (Mesías) revelarse en Am
Israel” (Midot
HaReaya, Ahava 5).
Y por ello “el amor por las criaturas debe vivir en
el corazón y en el alma, el amor por cada persona, y el amor por
todos los
pueblos, el deseo de su elevación y renovación –
espiritual y material. Y el
odio, debe ser dirigido sólo hacia la maldad y la inmundicia del
mundo” (Midot
HaReaya, Ahava 5).
Un maestro que no ama a sus alumnos, debe dimitir.
Y de momento que Am Israel no puede dimitir - no puede dejar de
ser “una
luz para las naciones” (Ishaya 42:6) - no puede tomar una actitud
básica
negativa para con los gentiles. El odio debe ser focalizado contra los
malvados
y los enemigos, debe centrarse en la maldad y la hostilidad de ellos, y
no debe
difundirse a los aspectos positivos que existen en ellos. “Nosotros
penetramos
en las profundidades de
Una actitud de amor para con los gentiles le confiere
una dimensión de profundidad al amor nacional, al amor por todo Am
Israel:
“El amor por la nación podrá elevarse con todo su
esplendor y grandeza -
espiritual y práctica - sólo en una persona con un alma
rica en amor por todas
las criaturas y por todo hombre. Y la antipatía que hace ver a
todo lo que se
encuentra fuera de los límites de la nación singular...
sólo fealdad e impureza
– es parte de la terrible oscuridad que arruina toda la
edificación del bien
espiritual, que toda alma sensible anhela su resplandor” (Orot HaKodesh
Dalet
405).
Pero tenemos prohibido que el amor por toda la
humanidad borronee el reconocimiento de Am Israel como el
Pueblo Elegido
y su papel - lo que nos exige un amor mucho más profundo por
todo judío.
Debemos recordar que el amor por todo judío es una mitzva
de
“El amplio corazón que a veces pretende incluir...
toda la humanidad en el amor singular por Am Israel, debe ser
verificado. Cuando el reconocimiento de la santidad de la esencia
espiritual
intrínseca singular de Am Israel permanece en su
cualidad, y de acuerdo
a esa claridad se difunde el amor por todo pueblo y por cada persona –
esa es
la virtud de nuestro patriarca Avraham, que fue llamado ‘padre de
muchos
pueblos’ – ‘y serán bendecidas en ti todas las familias de la
tierra, y en tu
simiente’ (Bereshit 28:14). Pero a veces el principio de ese amplio
amor llega
a través del entumecimiento del sentimiento y el apagado del
resplandor sagrado
del reconocimiento de la elevada singularidad espiritual de Am
Israel.
En ese caso, se trata de un amor venenoso, y sus acciones están
repletas por
dentro de una terrible destrucción, y se debe alejar de ese tipo
de amor como
de un toro rabioso...” (Orot Israel 8:5).
Ese es el “sendero de oro” por el que debemos
dirigirnos como Pueblo Singular, que marcha entre las familias de los
pueblos.
“Y acontecerá que en los postreros días, el Monte
de
El Ramja"l (Rabí
Moshé Jaim Luzato) nos enseña un importante
principio básico en su libro “Derej HaShem”: “Así
hizo
Bien lo explicó el Rav Elimelej Bar Shaul zt”l en su libro “Min
HaBeer” (Pág. 222): “No se debe apreciar el acontecimiento
como algo que
pasó… sino que debemos considerarlo como un acontecimiento de su
momento, y
para todas las generaciones… el acontecimiento abrió un
portón, y ese portón no
se volverá a cerrar nunca. Y toda generación se presenta
frente a ese portón y
ve las mismas imágenes iniciales”.
De ello podemos entender por qué fuimos ordenados cumplir todas
las mitzvot
relacionadas con cada festividad, porque esas mitzvot son los
medios a
través de los cuales nos vinculamos y captamos esa abundancia,
“la esencia de
la festividad es como un maravilloso vestido, que cuando la persona lo
viste se
eleva por encima del tiempo y el lugar, y llega al momento y al lugar
del
acontecimiento… el disco solar que alumbró con su brillo al
principio, en aquel
acontecimiento, vuelve a ser colgado cada año en ese mismo
día” (Min HaBeer,
Pág. 222).
Según ello podemos entender que “en cada generación la
persona debe
verse como si él hubiese salido de Egipto, ya que no sólo
a nuestros
antepasados redimió, sino que también a nosotros nos
redimió” – y no se refiere
a que también nosotros salimos alguna vez de Egipto, sino que
como agrega el
Ramba”m; “como si él mismo ha salido en este momento de la
esclavitud de
Egipto”. Es decir, “en este momento ha salido, en este preciso momento
ocurrió
esa gueulá (Redención)… nada se ha perdido, nada
ha pasado, sino que
ocurre en este preciso instante. El que se sienta al lado de la mesa
del Seder
en la noche del 15 de Nisan en este año no sólo recuerda
el milagro de la gueulá
de Egipto, sino que lo revive en sí mismo, realmente lo vuelve a
vivir en ese
momento. Vive ahora la gueulá del ahora, y es su
alegría en su corazón
ahora, porque en lo profundo del ser no hay distancias de tiempo” (Min
HaBeer,
Pág. 222).
De acuerdo a ello podremos entender lo que dice el Rav Jarla”p zt”l en
su maravilloso comentario a
Seremos merecedores de prepararnos
como corresponde y captar esa enorme abundancia que nos es otorgada, y
en base
a ella nos colmaremos de espíritu de libertad, ya sea en el
plano particular
como en el plano general, siendo un pueblo libre de toda esclavitud a
otras
naciones, y pronto D’s nos mostrará sus maravillas como en aquel
entonces, en
esta época.
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Rav
Shlomó
Aviner
(reimpresión)
Respuesta: Por supuesto, de
la misma forma en que está escrito “y haré tornar el
cautiverio de Mi pueblo Israel”
(Amos 9:14), también está
escrito “haré tornar el cautiverio
de los hijos de Amón, dice el
Señor” (Irmya 49:6). De la misma
forma en que está escrito
“entonces el Señor hará tornar tu
cautiverio, y se compadecerá de ti, y volverá a recogerte” (Dvarim
30:3), también está escrito “y haré tornar el cautiverio
de Egipto” (Yejezquel 29:14).
El que plantea ese paralelismo, es no menos que
nuestro gran comentarista, Rashi: “Es grandioso el día en
que vuelven a reunirse las diásporas, y es muy
dificultoso, como si D’s mismo tuviese que tomar de la mano a cada uno
y
sacarlo de donde se encuentra, como dice el versículo
“y vosotros seréis recogidos uno a uno, hijos de Israel” (Ishaya 27:12)”
(Rashi,
Dvarim 30:3). La reunión de las
diásporas es
tan importante, que es como si El Señor del mundo retorna todo el Pueblo de Israel,
uno a uno, a su tierra. Y
el agrega: “Y también con
respecto a los demás pueblos
es así; “y haré tornar el cautiverio
de Egipto” (Yejezquel 29:14)” (Rashi, Ídem.). Entonces, la reunión de
las diásporas no es un
concepto exclusivo del Pueblo de Israel, sino que El Señor
del mundo desea que cada pueblo goce de un
proceso similar.
Entonces, existe un vínculo entre cada pueblo y su tierra. El Maharal
de Praga explica en su libro “Netzaj Israel”, en el que analiza el
exilio y la
redención de
Israel, que un pueblo puede vivir en forma natural, o en forma
anti-natural.
Para llevar una vida natural, son necesarias tres condiciones: Que los
miembros
del pueblo vivan juntos, en su tierra, e independientes
(Cáp.
1). Esa definición, no se
refiere exclusivamente al Pueblo de Israel: Es una definición
general, común a todo pueblo de la
tierra. De la misma forma que toda persona que existe -que fue creada a
“imagen
y semejanza de D’s”- tiene derecho a vivir de acuerdo a su carácter
y naturaleza,
todo pueblo tiene ese derecho. “En repartiendo el Altísimo
herencia a las naciones, cuando hizo
separarse a los hijos de Adam, iba fijando los límites
de los pueblos” (Dvarim 32:8).
Cuesta prestar oídos a la idea que debemos preocuparnos por el
interés
y bienestar de los árabes, que
derraman nuestra sangre día a día, y nos afligen con
crueldad desde que volvimos a nuestra tierra, pero en esencia, no somos
un
pueblo guerrero. No deseamos la destrucción del mundo, y ni
siquiera la de nuestros
enemigos.
Es algo maravilloso, que el Pueblo de Israel a
lo largo de todas las generaciones, a pesar de que los demás
pueblos lo hicieron
sufrir tanto -un sufrimiento terrible y espantoso, indescriptible-
terminó siempre su oración diaria no con la
esperanza de que ellos sean aniquilados, sino que por el contrario, con
el
franco deseo de prosperidad de todos los pueblos: “corregir el mundo
con el
reinado de D’s, y todas las personas invocarán Tú
nombre, y los malvados de la tierra tornarán a Tí,
reconocerán y sabrán todos los
habitantes de la tierra que ante Tí toda rodilla debe inclinarse, y que toda lengua
debe hacerte votos de
fidelidad” (Oración diaria,
“Aleinu leshabeaj”). Más
maravilloso aún es que esa
oración fue
instituida por Ioshua Bin Nun (Kol-vo 16), el conquistador de
Es obvio que tenemos que defendernos de
nuestros enemigos, pero al mismo tiempo no debemos guardar un rencor
eterno al
pueblo árabe, o
los pueblos árabes, y
debemos aspirar a que también ellos gocen de su derecho de retorno. Por
supuesto que no es fácil de
realizar en un instante, sobre todo en estos días, pero cuanto más
convencidos estemos de la importancia de el
“retorno de las diásporas”,
también de los árabes -para nuestro
bien y el bien de toda la humanidad- encontraremos cómo
realizarlo, y cómo salvar los obstáculos, y
seguramente también las personas
idealistas de todo el mundo apoyarán ese elevado objetivo moral: Devolver cada
pueblo a su tierra. Qué grandioso será ese día, como dijo Rashi:
“Es grandioso el día en que
vuelven a reunirse las diásporas....
y también con
respecto a los demás pueblos
es así“.
Realicemos el derecho de retorno, y devolvamos
a sus tierras de origen los árabes de Israel!.
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Director del
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Rav Rafael
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Tel.: 972-8-9285216
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