Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
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Parashat Vaikra     6 de Adar Bet 5771     No 809

“Y verterán la sangre”
Rav Azriel Ariel
(reimpresión)

¿Qué es lo principal en la ofrenda? ¿Cuál es la acción más importante para que el sacrificio cumpla su cometido? A primera vista, pensaríamos en dos posibilidades: Una de ellas, es el degollado del animal. Cuando la persona trae un animal como oblación para D’s, y lo degüella frente al altar - siente como si él mismo estirase su cuello para ser degollado frente a D’s, se siente como su abuelo Itzjak cuando estaba atado sobre el altar y esperaba que el cuchillo que se encontraba en manos de su padre Avraham tocase su cuello. La segunda posibilidad, es la incineración sobre el altar: Cuando la carne del sacrificio es depositada sobre el altar, las llamas la envuelven y elevan, y el humo sube a lo alto, a los cielos eternos – la persona siente como si su carne se estuviese quemando, como si su cuerpo es el que sube con las llamas al cielo.
Pero una corta lectura de las halajot relativas al sacrificio nos enseña que no es así. El degüello - que es una de las cuatro importantes acciones del sacrificio - puede ser efectuado por alguien que no es Cohen (sacerdote). Y la incineración sobre el altar no es crítica: Si por alguna razón imprevista el sacrificio no fue incinerado en el altar, la persona que lo ofreció cumplió con su obligación. La principal acción - que es la que logra la complacencia Divina - es justamente el vertido de la sangre sobre el altar. Y en ese aspecto, debemos dejarnos guiar por el gran visionario, el Rav Kuk z”l (Olat Reayá Alef, Pág. 134).
Las acciones relativas al sacrificio son distintas. Las dos acciones sobre las que hablamos anteriormente - el degollado y la incineración - se hacen sobre el cuerpo del animal sacrificado. Pero el vertido de la sangre - se hace con lo que representa la esencia de vida del animal, “porque la sangre es la vida” (Dvarim 12:23). Pero hay una diferencia más notoria y más esencial. Tanto el degollado como la incineración son acciones que destruyen. El degollado destruye la esencia de vida del animal, y la incineración destruye la propia existencia física de la carne y el sebo. El vertido de la sangre, en contraste, sólo la transporta de un lugar al otro. No destruye, sino que eleva.
Cuando se degüella al animal, se destruye la esencia de su vida. Pero esa pérdida no es en vano: Su cometido, no es destrucción y devastación. De la Medida de la Justicia Divina del degüello, la sangre - la esencia de la vida - se eleva al altar de D’s, gracias a la Medida de la Misericordia Divina, que no tiene por cometido destruir y devastar, sino que construir y elevar. Esa es la medida de los Cohanim hijos de Aharon, que “ama la paz y la persigue, ama a las criaturas y las acerca a la Torá”. Ellos - y sólo ellos - son los adecuados para efectuar esa acción. La esencia de la vida de la persona - que se expresa en su sangre - no es más que su voluntad, que se eleva en el altar. No buscamos la devastación del cuerpo humano, que sea incinerado y deje de existir, sino que elevar la voluntad humana al nivel del bien y del kodesh (lo santo).
Por ello, rogamos en la noche festiva: “Y comeremos allí de los sacrificios y los Psajim (sacrificio de Pesaj), que será vertida su sangre en la pared de Tu altar, para complacerte” (Hagada de Pesaj). 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
¡¡Están todas invitadas!!
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o escribir a anachman2@walla.com, editorial@alumbrar.org
Para las interesadas, hay dormitorios en el lugar. 

Charla sobre sionismo y retorno al judaísmo
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: El Rav Kuk escribió varias veces que el regreso a Tzion de Am Israel (el Pueblo de Israel) traerá consigo un renacimiento espiritual inmediato y el regreso al judaísmo – ¿pero no vemos nada de eso?
Respuesta: Antes que nada, hay que comprender que tratándose de procesos nacionales el término “de inmediato” no debe ser interpretado como cuando se trata de procesos de individuos. Por ejemplo, lo que está escrito en la Torá “y perezcáis pronto de sobre la buena tierra” (Dvarim 11:17) – se refiere a 850 años.
En segundo lugar, no todo se ve. Hay también procesos internos en lo profundo de la conciencia nacional, el entendimiento de la nación, la voluntad de la nación, la fuerza de la nación.
En tercer lugar, hay que entender que el regreso a la tierra y la edificación de ella, la construcción del estado y la formación del ejército, la unificación de Israel y las guerras de Israel, todas ellas en sí son también un regreso al judaísmo, como es explicado en el último capítulo del libro “Orot HaTshuva”.
Dicho sea de paso, ese concepto – que el renacimiento nacional traerá con él un renacimiento espiritual – no es un invento del Rav Kuk, por supuesto, sino que ya fue dicho por los antiguos sabios, e incluso hay versículos explícitos en donde se habla del retorno (Dvarim, Cáp. 30), y en el vaticinio de la reunión de los exilios (Iejezkel, Cáp. 37).

Pregunta: Pero, ¿qué hay con el regreso al cumplimiento de las mitzvot por la totalidad de la nación? ¿Cuándo sucederá? ¿Cómo podemos ser partícipes de ello?
Respuesta: El pueblo que habita en Tzion se interesa más y más por la Torá y su estudio. En contraste con la situación en la galut (el exilio) antes del regreso a Tzion y el comienzo de ese movimiento – cuando había una fuerte oposición a la Torá y cosas peores, como el desprecio de la Torá – ahora hay más y más estudio de ella, de distintas formas.
Los libros que más se imprimen en el país para el uso de las personas que están alejadas de la Torá – son libros de judaísmo. Y así es el orden del retorno al judaísmo de la nación en general, como lo describe el Rav Kuk al final de su libro “Orot HaTshuva”: Respeto por la religión, aprecio por la religión, estudio de la religión, y cumplimiento de la religión.
Antes que nada, se necesita el respeto por la religión – es decir, a pesar que no coinciden con la religión, la respetan, la valoran, reconocen que es importante y tiene profundidad.
En base a ello, llegará el aprecio por la religión – es decir, a pesar que no la cumplen, reconocen que es algo que le entrega dulzura a la vida, es como oxígeno para la vida, alegría, y en general, hace que la vida sea merecedora de ser “vida”.
Y en base a ello, llegará el estudio de la religión – es decir, a pesar que no la cumplen, sienten muchas ganas de estudiar esa religión que durante miles de años hasta hoy en día es tan respetada y amada.
Y finalmente, el estudio profundo y serio nos hará llegar al cumplimiento de la religión, porque la bendición se manifiesta en las acciones.
Por supuesto, no todos los miembros del pueblo se encuentran exactamente en la misma fase del proceso, cada uno se encuentra en su lugar – pero en general, ese es el proceso. Y lo que podemos hacer es añadir respeto por la religión, cuando nosotros – los que observan la Torá y sus mitzvot – no profanamos el Nombre de D’s comportándonos en forma inmoral, lo que hace que muchas personas piensen que ellos no necesitan en absoluto la religión para ser morales, e incluso pueden ser más morales fuera de la religión. Por el contrario, añadiremos un comportamiento moral. No son las palabras las que actúan e influyen, sino que principalmente las acciones – como lo explica el Rav Kuk en su libro “Eder HaIakar”. Y por supuesto, también hoy en día hay judíos que regresan a la religión, y eso nos alegra mucho – pero se trata de una minoría que no es representativa.

Pregunta: ¿Usted se refiere a los que buscan la Kabala y las corrientes neo-jasídicas?
Respuesta: Los que buscan la Kabala son una corriente muy pequeña, producto de una sed insalubre de lo que se encuentra más allá del nivel humano, a través de la holgazanería espiritual – como es aclarado en el libro “Orot” del Rav Kuk. En cuanto al neo-jasidismo – es nuestra versión de “la nueva era”, que se centra en la vivencia espiritual y coloca al hombre en el centro del cosmos – y no a D’s.
Pregunta: Pero, es un hecho que hay muchas personas que eso los atrae.
Respuesta: En primer lugar, se trata de una minoría que tal parece ser potente, por la cobertura periodística exagerada.
En segundo lugar, la certeza de una doctrina espiritual no puede medirse según criterios prácticos de éxito. Debe ser evaluada a largo plazo, y sobre todo, en base a la Torá.
En tercer lugar, en “la nueva era” y sus diferentes matices hay cierto destello de verdad – es una reacción frente al vacío espiritual de la cultura tecnológica hedonista. Pero esa no es la reacción más sana.

Pregunta: ¿Acaso podemos decir que también en nuestro caso el despertar de la religión es una consecuencia de la crisis del sionismo que se desmoronó, y ya no atrae a las personas que no encuentran en él un contenido para sus vidas?
Respuesta: No es cierto. El sionismo no se desmoronó. Las personas tienen fe en el país y en el ejército. También tratándose de ese tema debemos tener cuidado de los medios de prensa, que publican artículos de editorial, o algunos intelectuales faltos de responsabilidad moral y nacional que no representan amplios sectores de la nación, con todas sus fracciones. Por el contario, el interés por el judaísmo es la continuación del sionismo, como lo dijimos al principio. Es decir, la aclaración interna de cuál es la meta cardinal del sionismo, cuál es el sentido interno del Estado de Israel, cuál es la cultura judía auténtica – lo que fue llamado antes de la creación del estado “la cuestión de la cultura”. Es decir: Todos estamos de acuerdo que hay que formar un estado, pero las discusiones y resoluciones en cuanto al contenido espiritual de ese estado lo aplazaremos para más tarde, cuando tengamos tiempo. De modo que el regreso al judaísmo a escala genérica del pueblo emana justamente del sionismo.
Pregunta: ¿Pero en contraste somos testigos del fortalecimiento del individualismo post-moderno?
Respuesta: También en este caso se trata de una minoría que hace mucho barullo. La amplia corriente central de la nación tiene valores y es moral, le entrega al prójimo y es idealista. Por supuesto, no podemos negar que pasamos difíciles crisis espirituales, como lo dijo de antemano el Rav Kuk en su libro “Orot” en cuanto a la revolución espiritual que llegará en reacción a la tranquilidad material. Pero también en cuanto a ello debemos aclarar que la crisis es superficial, y no produjo daños en lo profundo de la esencia que es pura y valiosa, como se expresa de distintas formas.
Pregunta: También si reconocemos que los seculares totales son personas morales y de valores, ¿en qué son considerados judíos, si no tienen religión?
Respuesta: Ese es quizás el punto central, somos un pueblo antes de ser religiosos – a pesar que la religión es la esencia del pueblo, la expresión del alma del pueblo. Por ello, nuestros sabios dicen: “Israel, a pesar que ha pecado, es considerado Israel”. Es Israel en su esencia interna, en su alma pura, en su pertenencia a la nación.
“Hijos sois del Eterno, vuestro D’s” (Dvarim 14:1) – incluso si ustedes no se comportan como hijos, como explican nuestros sabios, como dice el versículo “hijos insensatos” (Irmya 4:22), incluso si se equivocan y pecan – son llamados hijos.
Y como dice el versículo: “Hijos en quienes no hay fe” (Dvarim 32:20), que es más severo. Incluso si ustedes no tienen fe, son herejes – todavía son hijos.
Y es agregado: “hijos corruptos” (Ishaya 1:4), incluso si ustedes le rinden culto a otros dioses todavía son hijos, como ocurrió en muchas épocas en nuestra nación.
Y no te pienses que esos hijos son considerados “de segunda clase”: No es así, son hijos excelentes, como dice el versículo, “y acontecerá que en el lugar de decírseles no sois Mi pueblo, se les dirá hijos del D’s vivo” (Hoshea 2:1).

Pregunta: Entonces, preguntaremos al revés; ¿acaso no se debe unir a la Torá también ideales universales, valores genéricos humanos? ¿Quizás eso es lo que acercará a los seculares a la Torá?
Respuesta: No es necesario unirle a la Torá nada. La Torá de D’s es plena, lo comprende todo, también todos los ideales universales. Por el contrario, ellos no llegan como un agregado a la Torá, sino que son la base de ella: Los buenos modales anteceden a la Torá. La moralidad general humana es el prólogo a la Torá. Y cuando esa moralidad pasa a través del crisol de la Torá, se le añade un elevado valor, mucho más alto. No se le debe añadir a la Torá, sino que a nosotros mismos: Debemos cumplir más y más las partes morales genéricas humanas de la Torá. Y esa santificación del Nombre de D’s es lo que acercará a las personas.
Pregunta: Pero también en ese aspecto vemos justamente un proceso centrífugo contrario, cuando el alejamiento va creciendo, como el odio de los religiosos, de los seculares, de los jaredim (ultra-ortodoxos), odio de los mitnajalim (colonos), odio de los derechistas, odio de los izquierdistas, etc.
Respuesta: No es cierto. Nuevamente, ese es el odio de la prensa, que no representa a la nación. En la amplia y gran nación hay una hermandad que va creciendo entre los diferentes matices, ya sea en la familia como en el trabajo, y sobre todo en el ejército. Vamos volviendo más y más a ser un pueblo unido. “Y quién como tu pueblo, un pueblo en la tierra” (Shmuel Bet 7:23). 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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