Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
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Parashat Truma     1 de Adar Alef 5771     Rosh Jodesh     No 804

“Cuyo corazón lo haga donar”
Rav Iaacov Filver

La persona es buena en su naturaleza, como dice el versículo (Kohelet 7:29): “El Señor hizo recto al hombre, mas ellos se han buscado muchos artificios” - son los “muchos artificios” los que le hicieron pervertir su camino. Por eso, en la situación en la que se encuentra hoy en día, no se puede dejar la dirección moral de la persona al juicio de cada uno. El Creador del Mundo nos entregó la Torá y las mitzvot, que son las direcciones mínimas que el que desea expresar su naturaleza moral debe cumplir en su vida cotidiana.
En cuanto a la relación entre la naturaleza moral de la persona y el cumplimiento de la Torá y sus mitzvot escribe el Rav Kuk (Orot HaTshuva 6:3): “El temor natural del pecado es la naturaleza humana sana en cuanto a la moral general (véase Ein Aya Shabat, Cáp. 4:1, donde escribió que “las Leyes de los Hijos de Noaj son las bases morales naturales”), y es la naturaleza Israelí singular en relación a todo pecado y crimen en el plano de la Torá y las mitzvot, que son el patrimonio de la Congregación de Iaacov”. Y continúa allí y dice que “y esa naturaleza no vuelve a Israel sino que a través del estudio de la Torá del público, el estudio de la Torá que tiene por objetivo criar talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) y un estudio de la Torá fijando horarios para el público general. E Israel no puede volver a su vigor, a vivir una vida natural, sino que cuando vuelva también a su naturaleza espiritual, en toda su plenitud”.
Pero junto con la obligación de cuidar un sistema de leyes obligatorios, la sociedad humana no puede subsistir sólo en base a la justicia, cuando la expresión “dime cuál es mi obligación, y la cumpliré” es la que dirige a sus integrantes. Y al respecto dijeron en la Gmará (Baba Metzia 30B): “Ierushalaim fue destruida porque juzgaron según la Torá, y no fueron más allá de la obligación pura”. Por ello, la persona como particular o la sociedad en general no puede conformarse únicamente con la obligación, y debe incentivar el voluntarismo y actuar más allá de la obligación pura. Es más, en la Gmará (Baba Metzia 83A) nos cuentan que Raba Bar Bar Janan contrató obreros, y estos le quebraron un barril de vino. Por eso, Raba Bar Bar Janan tomó sus túnicas en pago del daño. Cuando los obreros exigieron que se las devuelva, él arguyó que según la ley los obreros son considerados cuidadores pagos, y tienen la obligación de pagar el daño, y le corresponde recibir indemnización por el barril de vino. Pero Rab lo obligó a devolverles las túnicas, y cuando Raba Bar  Bar Janan le preguntó si así es según la ley, le contestó que sí. Luego, los obreros exigieron que se les pague por la jornada, a pesar que no cumplieron con su trabajo, y Raba Bar Bar Janan se negó. Nuevamente le dijo Rab que debe pagarles. Y también en este caso, cuando Raba Bar Bar Janan le preguntó si así es según la ley, le contestó que sí. De ambas respuestas de Rab aprendemos que las acciones que tratándose de una persona común y corriente no son consideradas obligación, sino que más allá de la obligación pura, tratándose de una persona como Raba Bar Bar Janan son parte de la obligación pura.
Cuando el Mishkan (Tabernáculo) es edificado fue recalcada la importancia del altruismo - ya que sin él no hubiese podido ser edificado. Por ello, cuando la Torá habla de la condición preliminar para las donaciones del Mishkan dice: “De toda persona cuyo corazón lo haga donar tomaréis ofrenda para Mi” (Shmot 25:2). Y tratándose de voluntarismo, la Torá no se conforma con una donación de dinero, como en la mitzva del Majatzit HaShekel - cuando cada persona tiene la obligación de donar “la mitad de un shekel 20 ghera, son un shekel” (Shmot 30:13) - en este caso Am Israel (el Pueblo de Israel) debe donar los materiales mismos necesarios para la edificación del Mishkan: “Oro, plata y cobre” (Shmot 25:3), “hilo azul celeste, y púrpura, y carmesí y lino fino y pelo de cabra” (Shmot 25:4), y también “pieles de carnero teñidas de rojo, y pieles de tajash y maderas de acacia” (Shmot 25:5), a pesar que podrían haber comparado con el dinero donado todos esos materiales. Esa necesidad la explica el Maguid de Dubnah: En la construcción del Mishkan D’s quería principalmente la donación de corazón, la buena voluntad de Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel), como fue dicho respecto al Beit HaMikdash (El Templo) que fue construido por Shlomó: “El rey Shlomó hizo para sí una litera… hizo sus columnas de plata, y su interior tapizado de amor por parte de las hijas de Ierushalaim” (Shir HaShirim 4:9-10), que el amor debe “tapizar” los materiales para la construcción del Mishkan. Y por eso – que el Mishkan fue construido con las donaciones – los enemigos no se apoderaron de él. Como dice el Midrash (Eliahu Raba, Cáp. 25 al final): “¿Por qué fue escondido el Mishkan hasta hoy en día? Porque fue construido con la donación de personas correctas, y D’s no quiere que sea estropeado todo lo que es hecho con el altruismo de personas correctas. Y en el futuro, D’s volverá a manifestarse en él como antaño”. Y también dijeron (Midrash HaGadol): “El Mishkan – en el que donaron con todo el corazón – no fue visto, pero el Beit HaMikdash [primero y segundo] – el que donaron sin sentimiento de corazón – el enemigo se apoderó de él”. 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués.
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Yo fundo un movimiento
Rav Shlomó Aviner

Yo fundo un gran movimiento, gigante, el movimiento más grande de Am Israel (el Pueblo de Israel). Ese movimiento es “El Pueblo de Israel Auténtico, Serio, Fiel y Entregado” – que comprende a la mayoría de Am Israel, que es considerado como todo, casi todo el pueblo.
Realmente, ese gran movimiento ya existe hace tiempo, e hizo grandes obras: La reconstrucción de la tierra, el regreso a Tzion, la edificación del estado, las guerras de Israel, el regreso de la Torá a Eretz Israel (la Tierra de Israel) y el regreso de la unión en Am Israel.
Por ello, ese movimiento ya existió desde tiempos lejanos, y mi intención es sólo recordarnos que existe, “repitiendo lo sabido”, como dice Rashi. Es muy importante repetir miles de veces, para hacerle frente a los que nos quieren confundir con la ayuda de artículos de editorial y periodísticos, con la ayuda de manipulaciones y mentiras que son repetidas hasta que se transforman en “verdades” – como si así fuera. Nuestras fuentes de información son estadísticas auténticas y serias, de las que queda claro que Am Israel es religioso, y Am Israel es nacionalista.
Por supuesto, en cuanto al concepto “religioso” hay que valerse de un poco de paciencia y tolerancia. Hay un religioso sin tzitzit, y hay religioso sin kipa. Incluso hay religioso que va al Beit Kneset (Sinagoga) en Shabat por la mañana, y después va a la playa – que necesita ser corregido, pero es una persona recta y buena, y hace caridad. Eso también es cierto tipo de religiosidad, ¿verdad? Debes saber que él tiene una kipa trasparente. Debes saber que Am Israel tiene fe en su alma, y es también muy religioso en sus acciones. Pero le dijeron tantas veces que se encuentra del otro lado de la verja, que realmente empezó a creer en ello.
Y Am Israel es nacionalista, en el sentido sencillo y recto del sacrificio por la tierra, por toda la tierra. Si, toda la tierra. El pueblo que habita en Tzion piensa que la división de la tierra es una desgracia, y la división de Ierushalaim una desgracia al cuadrado. No le presta atención cuando tratan de engañarlo diciendo que “los mitnajalim (colonos) son un 4% y obstaculizan las esperanzas de paz, y por lo tanto deben desocupar sus casas”. Tiene claro que no es un problema de los mitnajalim sino que de todo el pueblo, que no volvió a su tierra sólo para encontrar un refugio en una tierra diminuta que será llamado “Estado de Israel”, sino que vino para renacer y volver a vivir como en antaño. Él no cree en el Tren de la Paz imaginario – y engañoso – que comenzó a andar – como si así fuese, un tren que no nos conduce a ningún lado ni a nada, sólo declama la renuncia de la exigencia de Am Israel a su tierra. No es necesario ser derechista para pensar así, alcanza con ser Ben-Gurionista corriente.
El pueblo que habita en Tzion es un pueblo sano y fuerte, no está cansado y está colmado de fe. Él no entregará trozos de su tierra o de su capital a cambio de una sopa de lentejas o por amenazas. Incluso no le tiene miedo a la amenaza atómica de Irán – y eso mismo aleja esa amenaza. ¿A qué se asemeja? Cuando Hitler – maldito sea su recuerdo – bombardeó London, el pánico causó más bajas que las bombas mismas. Cuando lograron superar el pánico exagerado, la vida volvió a su cauce en gran medida.
Por ello, nuestro pueblo – valiente, sin temor – tiene razón. ¿Acaso tienen idea de cuantas bajas puede – D’s no lo permita – producir una bomba atómica que caiga en la zona más poblada de nuestro país – es decir, la santa Tel-Aviv? ¿Medio millón? ¿Cien mil? ¿Cincuenta mil? No: Incluso una bomba atómica del tipo que Irán está preparando, si caerá – D’s no lo permita – en la zona más poblada de nuestra tierra, en la santa Tel-Aviv, con una preparación adecuada de la población, según expertos dejará menos de 10 mil muertos. Por supuesto, diez mil es muchísimo, también mil, incluso cien, diez, o uno. Pero no se trata de la destrucción de una ciudad o un país, no es una amenaza existencial.
Entonces, ¿cómo es que en Hiroshima y Nagasaki murieron más de cien mil personas? Por varias razones:
1. El principal daño fue causado por la onda de choque, porque esas ciudades estaban construidas con materiales ligeros (madera). Pero en nuestro caso hay refugios y construcción pesada.
2. Se produjeron incendios catastróficos, por la construcción con materiales inflamables. En nuestro caso, se utiliza el cemento.
3. Las personas tomaron del agua que cayó con la lluvia, de las nubes que habían absorbido escorias radioactivas.
4. Las sirenas de alarma no funcionaron, y las personas continuaron circulando. Nosotros tenemos sirenas sofisticadas (un misil que es lanzado desde Irán demora más de 10 minutos hasta caer aquí).
¿Y qué hay con los que murieron muchos años después, por la radioactividad? 1200 personas.
Y todo eso si suponemos que no podremos utilizar el sistema de defensa llamado “Kipat Barzel”. De todas formas, por un daño puntual no entramos en pánico, y no nos desmoronaremos. De esa forma, ya no le conviene al enemigo lanzar una bomba a raíz de la cual tendrá que soportar un duro ataque contrario – porque como es sabido, tenemos varios cientos de misiles “Ierijo” armados con ojivas nucleares… Todo eso sin mencionar el virus “
Stuxnet” que está arruinando decenas de computadoras relacionadas con el programa nuclear de Irán, una tras otra, y necesitarán por lo menos dos años para repararlas…
¡Bienaventurados somos! Un pueblo valiente, creyente, seguro de sí mismo, que ama toda su tierra. No un pueblo amedrentado encerrado en un refugio, sino que un pueblo redimido. Nuestro pueblo no siempre sabe lo que ocurre en Iehudá y el Shomrón (Judea y Samaria), pero cuando se entera, su actitud no es que se trata de un problema particular de un puñado de mitnajalim, sino que un asunto de potencia, salubridad y honor nacional – y por supuesto que no abandonará su capital, Ierushalaim.

El gigantesco Am Israel no se encuentra con esos hermanos faltos de responsabilidad nacional y moral, que están presos en sus miedos y están dispuestos a todo tipo de renuncias. Esa pequeña minoría publica titulares que hablan de dos estados y dos Ierushalaim. Pero Am Israel nunca lo aceptará. ¡Am Israel es sionista! También los jaredim (ultra-ortodoxos) son sionistas, a su forma. Ellos viven aquí, y construyen aquí.
El gran pueblo es conciente que vive aquí gracias a grandes milagros. No se trata de milagros extraños, contrarios a la naturaleza, sino que milagros naturales. Am Israel es un gran creyente. Lo vimos en forma clara en la operación “Oferet Ietzuka”, y en muchas otras ocasiones.
Todo él está convencido que ha nacido nuevamente, que fue creado nuevamente como en antaño. Está colmado de vigor, está convencido que marcha adelante y no en dirección contraria – y esa fe es el secreto de su existencia.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
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