Beahavá   Ubeemuná

Parashat Toldot     29 de Jeshvan 5771     N^o 791

El fraude de Esav – ayer y hoy
Rav Ioram Eliahu

Nuestros sabios nos enseñaron que “es una halajá, Esav odia a Iaacov”. Pero con el correr de las generaciones hubo quienes se imaginaron que los hijos de Esav cambiaron, y surge cierta actitud de amor para con los hijos de Iaacov.
Así escribió uno de los comentaristas del siglo pasado: “Y también Esav poco a poco deja de lado sus armas, y se va asentando en él más y más el espíritu del amor por las personas”. Al respecto acotó la Rabanit Nejama Leibobitch – bendito sea su recuerdo: “Nos resulta fácil escuchar en sus palabras el eco del siglo 19, con su optimista ceguera. Pero no nos pelearemos con él por que no supo lo que nosotros sabemos hoy en día, después del Holocausto en el que fueron asesinados 6 millones de nuestros hermanos”.
Esa equivocada concepción en cuanto a Esav comienza ya en la lectura de nuestra Parashá. Cada año, tú encuentras entre los diferentes suplementos semanales los que critican la conducta de Iaacov, y la forma en que consiguió las bendiciones del primogénito.
Para llegar a la correcta comprensión de quién es y qué es Esav, debemos tener en cuenta las palabras de nuestros sabios y estudiar los versículos a la altura de sus ojos kdoshot (santos).
Y así escribieron nuestros sabios respecto a Esav, en relación a ese negro día en el que volvió “del campo, y estaba cansado” (Bereshit 25:29): “Dijo Rabí Iojanan, cinco trasgresiones cometió ese malvado en ese día. Violó a una muchacha desposada, asesinó, dejó de creer en la resurrección de los muertos, dejó de creer en el principio básico y despreció la primogenitura” (Baba Batra 16B). Nuestros sabios nos enseñan quién es Esav, cuáles son sus obras, y lo definen como un malvado que comete severas trasgresiones. Por ello, cuando Iaacov ve eso, trata de salvar la primogenitura, ya que “de momento que el culto a D’s en el Beit HaMikdash (El Templo) es para los primogénitos, se dijo Iaacov; este malvado no se merece ofrecer sacrificios frente a D’s” (Rashi, Bereshit 25:31). Esav vende a cambio de una sopa de lentejas la primogenitura, y encima la desprecia, como dice el versículo “y despreció Esav la primogenitura” (Bereshit 25:34). Y cuando Itzjak llama a Esav y le dice que le traiga manjares para bendecirlo, le está claro a Esav que su padre le quiere entregar las bendiciones del primogénito - de momento que Itzjak piensa que Esav es el primogénito (Midvar Shur, Darsha 29. Véase allí en extensión todo el comentario del Rav Kuk a ese episodio). Lo correcto sería que Esav le diga: “Padre, yo he vendido la primogenitura e incluso la he despreciado. Las bendiciones deben ser entregadas a Iaacov, que es ahora el primogénito”. Pero Esav no hace algo así, sino que se dirige a conseguir algún animal – cuando su intención es que si no encontrará nada para cazar, incluso está dispuesto a robar (Rashi, allí). Su intención es engañar a Iaacov e Itzjak, y recibir las bendiciones que ya no le corresponden.
Y D’s manda a sus emisarios, a Rivka que le fue dicho por inspiración Divina: “El mayor servirá al menor” (Bereshit 25:23). Ella sabe que la bendición le pertenece a Iaacov. También Iaacov lo sabe, y por ello utiliza la apariencia de Esav – sus vestimentas y su forma de actuar – no para engañar a su padre, sino que para evitar que Esav lo engañe. Él dice “soy yo, Esav tu primogénito” (Bereshit 27:19): Todos los comentaristas dicen que es cierto lo que dice Iaacov. Por ejemplo, el Jezkuni: "Porque la voz de la verdad no le mintió, así le dijo 'yo vengo en lugar de Esav, tu primogénito'. Porque él ya le vendió la primogenitura" (y véase el comentario del Rada”k). Itzjak se deleita con las palabras de Iaacov – que menciona a D’s a menudo – disfruta del aroma de sus ropas, se hace merecedor de la inspiración Divina, y lo bendice en forma adecuada. Cuando llega Esav y se encuentra con que fue bendecido el que se lo merece, en vez de reconocer que su intención era embaucarlo, continúa con su gran mentira, y dice “mi primogenitura tomó, y ahora también mi bendición” (Bereshit 27:36).
Cuesta no ofuscarse frente la mentira del que despreció la primogenitura y la vendió a cambio de sopa de lentejas. Pero no encontramos ningún indicio de que Itzjak se haya enojado por lo que hizo Iaacov. Por el contrario, se alegró mucho y dijo “también bendito sea” (Bereshit 27:33). Y Rashi cita a nuestros sabios, “para que no digas que si Iaacov no hubiese engañado a su padre no habría recibido las bendiciones, vemos que consintió y lo bendijo a sabiendas”. Y también a continuación Itzjak llama a Iaacov, lo bendice y le entrega la bendición de Avraham: “Que D’s, el omnipotente, te bendiga, te fructifique, te aumente y seas conjunto de pueblos. Que te entregue la bendición de Avraham a ti y a tu descendencia contigo” (Bereshit 28:3). Y también le entrega Eretz Israel (la tierra de Israel) por herencia, “para hacerte heredar la tierra de tu residencia, que entregó D's a Avraham” (Bereshit 28:3).
Solamente tomando en cuenta esa concepción auténtica en cuanto a Esav podremos hacerle frente a nuestros enemigos, y sobre todo los enemigos que se hacen pasar por quienes nos aman, y vienen a "ayudarnos" – como si así fuese – cuando en realidad el odio de Esav se esconde en su corazón, y todas sus maquinaciones son para mal.
Y de esa forma seremos merecedores de la bendición de Itzjak que le fue entregada a Iaacov lícitamente, “te servirán los pueblos, y se prosternen a ti los hijos de tu madre. El que te maldiga maldito sea, y el que te bendiga bendito sea” (Bereshit 27:29). 

Investigación policial – matrimonial
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Cuando un muchacho y una muchacha se encuentran ya varias veces, a veces están interesados en encontrarse también con otras parejas, para poder apreciar cómo se comporta el futuro cónyuge en sociedad. Por supuesto, no es la intención organizar un encuentro social en el que haya risas y libertinaje, solamente para poder darle una oportunidad al vínculo de abrirse y surcar en otra dirección. ¿Acaso se puede hacer algo así?
Respuesta: De ninguna forma, por tres razones – que cada una es suficiente de por si:
1. Es una exageración.
2. No es efectivo.
3. Está prohibido.
1. Es una exageración: ¿Qué te importa cómo se comporta ella en compañía de otras personas? Lo importante, es cómo se comporta contigo.
¿Acaso ella es un candidato a un puesto de relaciones públicas? Y si digamos que ella no se comporta de la mejor forma, entonces resulta que tiene algún defecto. Pero tú no estás buscando un ángel, sin defectos, para casarte con él. Y también si buscarás – no encontrarás. Y también si encontrarás – ella no se casará contigo, porque tú no eres un ángel, tienes defectos, sobre todo cuando intentas averiguar demasiado.
Eso me recuerda la respuesta del Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Moshé Fainshtein z”l respecto a un muchacho que le pide a su futura pareja que le cocine algo, para verificar que ella no le quemará la comida… Él no consiente con algo así (Shu”t Iguerot Moshé). Es de suponer que lograrán entenderse en cuanto a la comida, con la ayuda de D’s.
Y también si resulta que no se comporta de la mejor forma para con gente extraña, es de suponer que con la ayuda de tu bendita influencia ella mejorará. La pareja continúa avanzando moralmente, con la ayuda mutua y el amor mutuo.
2. No es efectivo: No se puede conocer a una persona en base a una experiencia pasajera, fortuita. Se necesita mucho tiempo, y sobre todo observar su comportamiento en situaciones de presión y crisis. Está claro que en la mayoría de las situaciones todos somos agradables y educados. La prueba, es en las crisis. ¿Acaso provocarás una crisis en público?
Hay otra solución, mucho mejor: Averiguar cuáles son sus cualidades a través de personas que la conocen bien, de muchos años – como su educadora o sus amigas en los dormitorios.
Y eso es mucho más objetivo de lo que tú verás en algún entretenimiento conjunto. En general, no se fija una cita con una muchacha sin antes averiguar todo lo que se puede a través de las personas que la conocen. ¿Acaso después de haberte encontrado con ella, y después que ella te cayó en gracia, de pronto te acordarás de averiguar algunas cosas de ella, y entonces llegarás a la conclusión que ustedes no son afines? La apenarás sin ninguna razón, es una maldad.
3. Está prohibido: Divertirse con una muchacha sin estar casados es una prohibición, incluso si no es esa tu intención. Es cierto que el Ramba”m escribe que no se debe casar con una mujer sin antes verla, para estar seguro que le cae en gracia – pero nada más, no para divertirse. Y también el Rahaba"d no se entusiasma de esa determinación del Ramba”m. Es cierto que hay que hablar juntos, para conocerse bien y aclarar las diferencias, y a veces es necesario hablar largamente. ¡Pero sólo eso! Los encuentros para buscar pareja no son entretenimientos prohibidos escudándose en la halajá.
Es más, se trata de un encuentro con otra pareja más. ¿Quién te permitió divertirte con la esposa de tu amigo, o su prometida? ¡Eso ya es el colmo!
En cuanto a "abrirse" y "surcar" - esa es justamente una de las grandes desgracias de los últimos tiempos – es decir, 250 a 300 años atrás. Las personas se vuelven esclavas del "surcar".
Como la parábola del filósofo Schopenhauer respecto al hombre que participó de una fiesta de máscaras, y se encontró con una mujer muy interesante. Después de haber conversado con ella hasta la medianoche, se dijo: “Finalmente he encontrado alguien con la que surco, y puedo hablar con ella con profundidad de mí mismo, no como esa otra mujer peleadora y lóbrega con la que estoy casado”.
Pero cuando llegó el momento de sacarse las máscaras a medianoche, se encontró con que es su propia esposa…
Es decir: Surcar – es fácil. Matrimonio, es otra cosa: Es responsabilidad, seriedad, moralidad y sacrificio.

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