Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir


Shabat Jol HaMoed     17 de Tishrei 5771     Sucot     No 786

“No come el pan de la ociosidad”
Rav Lior Engelmann

La primera noche en la Suca (tabernáculo). Dijimos la plegaria de los Ushpizin (invitados espirituales en la Suca). Nuestro patriarca Avraham se hospeda la primera noche. Él no fue el único: Muchos invitados hubo en nuestra Suca, aparte de Avraham – familia, amigos… Todos los años le consagramos a nuestro patriarca Avraham algunas líneas en arameo. Este año, me parecía que nuestro patriarca Avraham había resucitado dentro de nuestra Suca. Él no se sentó en ninguna silla, ni comió nada – pero estaba presente. Estoy seguro. Quizás la gran cantidad de invitados fue la que lo trajo a nuestra Suca. Avraham hospedaba invitados, y seguramente vino a ver si heredamos un poco de sus virtudes. No pretendo decir que nosotros hospedamos como lo hacía nuestro patriarca Avraham, pero seguramente podemos considerarnos como parte de sus discípulos. Hace sólo 7 años edificamos nuestro hogar. Cinco niños, y 26 invitados llegaron a la cena festiva en nuestra Suca. Hubo invitados que se ofrecieron para participar también ellos con los preparativos de la fiesta, pero yo me negué. Cuando mi padre invitó huéspedes, nunca consintió que lleguen a la casa con algo en las manos. Realmente, no es respetable para la anfitriona que se siente a la mesa como si se hospedase en casa de otros. Y si no cuidaré del respeto de mi esposa en los días de Sucot, ¡¿cómo se verá la fiesta en nuestra casa?!
Yo me senté en la cabecera de la mesa, en la silla giratoria acolchonada. Mi esposa se encargó de traer la comida de la casa a la Suca. Realmente, toda una “mujer virtuosa” (Mishlei 31:10), con manos de oro, una cocinera por gracia Divina. El aroma de los manjares – era como del paraíso, realmente. El sabor era maravilloso. No falta mucho para que me pueda equivocar y los confunda con los manjares que servía mi madre a la mesa en mi infancia. Las manos de mi esposa sirven los platos, y después los lleva a la cocina, las piernas se mueven ágilmente, corriendo para cumplir la mitzva  de agasajar a los huéspedes. Sus oídos están colmados de las alabanzas de los invitados. Y los ojos… los ojos están cansados. No es de extrañarse, mi esposa es una mujer virtuosa, cocinó para Rosh HaShaná (Principio del Año), horneó para Shabat Shuva, preparó carne para la última comida antes del ayuno de Iom Kipur (Día del Perdón) y delicias para después del ayuno. También para la fiesta de Sucot se esforzó mucho.
Yo lo juro: La ayudaría con mucho gusto - pero no se cocinar. Yo puedo pelar y cortar, pero ¿quién preparará las enseñanzas de la Torá para decir en la mesa festiva, si yo me ocuparé de los ajos y las cebollas?... No digo que toda la víspera de la fiesta estuve ocupado preparando las enseñanzas de la Torá, pero elegir las cuatro especies del Lulav selectas no es algo fácil. En el mercado había mucha gente, apretujados, hacía calor, y hay que revisar minuciosamente con siete ojos la apariencia del Etrog y la columna del Lulav. Gracias a D’s, regresé a casa con las cuatro especies selectas en mi mano, pero mi cuerpo estaba cansado y mis ojos pesados, de tanto esfuerzo. Mi esposa temía que mis ojos se cierren en la noche de la fiesta, y me pidió que descanse un poco. Con cuidado, me dirigí al dormitorio, tratando de no ensuciar el piso que mi esposa acaba de lavar en honor a la fiesta. Es como dije, D’s me dio una mujer virtuosa, realmente. El aroma de las jalot (panes) que eran horneadas era como un sedante en mi nariz, y me dormí profundamente. “No come el pan de la ociosidad” (Mishlei 31:27): Muy bien lo dijo el rey Shlomó respecto a mi mujer. En la cena, yo me sentía en la cima de mis fuerzas, y la alegría de la fiesta colmaba todo mi ser. Con mucho gusto habría ayudado a mi esposa a servir y quitar los platos al final de la comida, pero mi deber era ser el anfitrión de la cena festiva, cantar los cantos de shabat y festivos y prestarle atención a los muchos huéspedes. Yo sabía que si yo no me esforzaré por ellos, nadie lo hará. “¿Y si yo no lo hago, quién lo hará?”
Seguramente nuestro patriarca Avraham estaba muy satisfecho en ese momento. Yo miré a mi esposa con orgullo. Realmente, su rostro está iluminado, sobre todo en las fiestas. ¿Y los ojos rojos?... es sólo un poco de cansancio que ella siente. Al final de la cena ella lavará los platos para que estén listos para mañana, descansará un poco y tendrá fuerzas para el nuevo día. Me parece que también nuestro patriarca Avraham se dio cuenta de los ojos de mi esposa… Miró sus ojos, y me miró a mí. Nuevamente, miró a mi esposa y me clavó la mirada. Lentamente, su figura comenzó a desvanecerse, hasta que desapareció totalmente. Nuestro patriarca Avraham abandonó la Suca antes de tiempo.
Me lamenté que no pudo ver el placer de nuestros huéspedes cuando mi esposa trajo a la Suca todos los manjares que preparó como postre… 

Midreshet Majón Orá

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La fiera humana
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: El Ramba”m describe el hundimiento del género humano, nivel tras nivel, hasta que surgió nuestro patriarca Avraham. Y nuevamente un hundimiento hasta nuestro Rav Moshé (Hiljot Avoda Zara, Cáp. 1). Pero según la interpretación sencilla de los versículos tal parece que no se trata de un descenso teológico, sino que una corrupción de los deseos y la moral: Kain asesinó, y también Lemej. La generación del Diluvio – que pecó robando. La generación de la Torre de Babel – que despreció el valor del hombre, cuando si caía una persona y moría no les importaba, pero si caía un ladrillo, se sentaban y lloraban: ¿Qué será de nosotros? ¿Cuándo podremos traer otro ladrillo en su lugar? (Pirkei DeRabí Eliezer, Cáp. 4). El episodio de Sdom y Amorá, la maldad de Egipto. Todo eso no parece ser una equivocación de pensamiento o de fe. ¿Acaso se trata de la fiera humana que irrumpe?
Respuesta: El culto a otros dioses no es sólo una equivocación en el plano de la fe, sino que toda una concepción que le da legitimización e incluso santifica todo instinto del hombre, incluso los más bajos, animales y bestiales. Por ello, sus dioses son descritos como salvajes, que están ocupados todo el tiempo con la envidia y la venganza, el asesinato y las relaciones prohibidas.
En los pueblos idólatras le rindieron culto a los animales y las fieras. No porque realmente pensaron que se trata de entidades elevadas – no eran tan tontos – sino que se trata de la admiración de la fuerza animal y fiera que hay en ellos (ver More Nebujim 1:1, en cuanto al término “Tzelem”). Ellos le rindieron culto a las bestias y los animales, es decir, la bestialidad y la animalidad.
En la India - el país idólatra - el sacrificio de seres humanos y el quemado de la viuda en vida junto con el cuerpo de su difunto marido fueron prohibidos sólo por los británicos.
Incluso el cristianismo – que es considerada una fe monoteísta – tiene mucha idolatría escondida, y derramó mucha sangre.
La cultura occidental contemporánea – descendiente de la cultura griega antigua – colocó como valor superior el placer, diciendo que el mundo es un mundo para gozar. Y nosotros, discípulos de nuestro patriarca Avraham, creemos que el mundo es un mundo de
deber como es expresado en el libro “Mesilat Iesharim” (Cáp. 1). Por supuesto, no estamos en contra del placer correcto, pero no es el ideal de la vida: No es un valor, es una necesidad. En contraste, la cultura occidental estará de acuerdo con cumplir la obligación a condición que sea placentera.
Por ello, siempre debemos cuidarnos de la fiera que se esconde en el hombre. La generación de la Torre de Babel dijo “construyamos una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, y nos haremos famosos” (Bereshit 11:4) – se proponían competir con D’s. “Todos tenían por intención el culto a otros dioses” (Sanhedrin 101A). Pero la consecuencia fue la corrupción moral, y el castigo fue que se transformaron en monos, espíritus y demonios… No se está refiriendo a una interpretación literal, sino que personas que en realidad son monos por dentro – y esa es también la interpretación de demonios.
Así explica el Ramba”m lo que dijeron nuestros sabios respecto al versículo “y vivió Adam ciento treinta años, y engendró a su semejanza, conforme a su imagen” (Bereshit 5:3) – “todos esos 130 años que el hombre fue excomulgado, traía a luz espíritus” (Irubin 18B, Bereshit Rabah 20:24). “Es decir, demonios” (More Nebujim 1:7). “No es una persona, sino que un animal con apariencia de persona, que es capaz de dañar y hacer el mal, lo que no pueden hacer los demás animales” (More Nebujim 1:7). Un demonio es una persona en apariencia, pero por dentro un animal – mucho más peligroso que un animal común.
El Rav Kuk explica que la concepción evolutiva – según la cual el origen del hombre es el animal – es como una espada de doble filo, que puede ser para bien o para mal, D’s no lo permita. Por un lado, “se dirá cuando lo ataque algún mal espíritu y lo impulse a alguna avidez excesiva para una criatura como él, que su fuente es la bestialidad y el burdo salvajismo” (Orot HaKodesh Bet 543). A pesar que el hombre es salvaje, no es tan malo. Por otro lado “cuando tome en cuenta el pasado, eso lo fortalecerá con temor, porque tendrá presente la terrible bajeza de antaño, y sentirá que cuando pervierte sus caminos puede llegar a caer en esa misma oscura bajeza” (Orot HaKodesh Bet 543).
Ten cuidado, hombre, tú llegas del animal, cuídate mucho que no vuelvas allí, “a través de la corrección de sus caminos y acciones, privadas y sociales, un gran resplandor que va alumbrando en una elevación sin límite, más y más, se encuentra a su frente” (Orot HaKodesh Bet 543).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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