Beahavá Ubeemuná
Majón
Meir |
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Parashat Pinjas 21 de
Tamuz
5770 No
774
Rav Ioram
Eliahu
En el Midrash (Midrash Rabah) las
alabaron aún más: “En esa generación, las mujeres
enmendaban lo que los hombres
arruinaban”. Un ejemplo que el Midrash cita es el Pecado del
Becerro de
Oro, cuando las mujeres no consintieron en entregar sus pendientes de
oro,
protestaron y no participaron en absoluto del pecado. También en
el Pecado de
los Espías – que hablaron calumnias respecto a Eretz Israel y
fue
decretado que mueran en el desierto - dice el Midrash: “El decreto era
para con
los hombres… pero las mujeres no participaron de ello”. El Midrash
se
basa en el versículo de nuestra Parashá, “porque
acerca de ellos había
dicho el Eterno; morirán irremisiblemente en el desierto. En
efecto, no quedo
ni un sólo hombre de ellos, salvo Kalev Ben Ifune e Ioshua Bin
Nun” (Bamidvar
26:65) – ni un sólo hombre, pero si quedaron las mujeres. Los
hombres fueron
castigados “porque no quisieron entrar en Eretz Israel, pero
las mujeres
solicitaron recibir herencia en ella”. De esa forma también nos
explica el Midrash
por qué está escrito el episodio de las hijas de Tzlofjad
(al principio del
capítulo 27) inmediatamente después del episodio de la
muerte de la gente de
Entonces, las mujeres fortalecieron a Am
Israel en tres principios básicos gracias a los cuales
existe la nación:
Fortalecieron la existencia física de Am
Israel preocupándose por los hijos en Egipto.
Fortalecieron el
cumplimiento de
Y si nos preguntamos, ¿de dónde le llegan
esas fuerzas a las mujeres, esa cualidad que les impide pecar y las
hace salvar
con éxito todas las pruebas por las que pasó el pueblo?
Podemos explicarlo según
las palabras de nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk que
escribió: “La cualidad
de la mujer, el principio básico de la sabiduría especial
que ella tiene es
revelada por una halajá. El hombre, en su rezo de la
mañana, bendice
‘que no me hizo mujer’, mientras que la mujer en contraste bendice ‘que
me hizo
según Su voluntad’. ¿A primera vista, se trata de una
discriminación? No es
así, porque el término ‘según Su voluntad’
tratándose de D’s, es algo muy
elevado, tiene un sentido muy profundo, expresa un vínculo
más cercano a D’s:
La mujer es menos ‘humana’, y más ‘Divina’”. Eso es producto de
la diferencia
de la “materia prima” de las que fueron creados, como explica el Rav
Tzvi
Iehudá: “El hombre fue creado de la tierra, del polvo, y
sólo después le fue imbuida
un alma Divina. Es decir, en una materia turbia fue soplada un alma
viviente
Divina. Pero la materia de la que fue formada la mujer no es el polvo
ordinario,
sino que ella fue tomada del cuerpo del hombre, cuando este ya
tenía un alma
Divina. El hombre comienza del polvo, mientras que la mujer comienza de
la
costilla que ya existía y tenía un espíritu
viviente Divino, era parte de un
cuerpo vivo. La mujer tiene de qué enorgullecerse, ella es
distinta del hombre.
Entonces, ‘según Su voluntad’ no es algo negativo, un
término de aceptación de
cierta inferioridad. ¡Por el contrario! En contraste con la
declaración del
hombre que bendice ‘que no me hizo mujer’, la mujer contesta con
determinación,
reconociendo su valor: 'Fui hecha según Su voluntad, como D’s
quiso, toda una
creación singular'. Una criatura viviente que nació de un
cuerpo viviente, con
un alma Divina” (fue citado en el libro HaIsha VeJanuca, Pág.
57).
Esa creación de la mujer, en base a una
materia más pura, más Divina, la hace cumplir en forma
más natural y sencilla
la voluntad Divina, y le da fuerzas para no pecar ni desalentarse en
las
situaciones críticas por las que pasa la nación.
Las mujeres deberán saber su fuerza y su
papel en la redención de Am Israel, reforzarse y
fortalecer a Am Israel
con pureza, con recato, con sacrificio por el cumplimiento de
Midreshet
Majón Orá
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Él no conoce límites y es difícil
frenarlo, porque se alimenta de una de las fuerzas más potentes
nuestras: La curiosidad. Tenemos curiosidad por saber quién
nos está buscando, qué quiere decirnos. Le damos
preferencia a lo desconocido
que nos espera en la llamada, al momento que estamos viviendo. Y a
cambio de
una sopa de lentejas - la ilusión - vendemos la realidad
auténtica, con
facilidad. A cambio de la posibilidad de estar en contacto en todo
momento,
renunciamos a la tranquilidad y la concentración, y tal parece
que no sólo el
celular está en “vibratorio” todo el tiempo: También su
dueño lo está...
La curiosidad está relacionada con
nuestro temor perpetuo: Quizás “perderemos” algo que no es
sabido, y por ello
en todo lugar donde vayamos debemos llevar junto con nosotros el
celular. Es
una curiosidad que no conoce saciedad, que exige ser colmada "aquí" y "ahora".
Por supuesto que hay personas que el
tener el celular junto con ellas todo el tiempo es una gran
bendición, pero con
una mano en el corazón: ¿Cuántos de nosotros son
parte de ese grupo de
personas? Una vez dijeron que el que no sabe cerrar
A primera vista, en el deseo de estar
siempre con el celular hay un anhelo de estar conectado todo el tiempo
con las
personas lejanas, que siempre sea posible contactarlos. Pero en
realidad, más
que permitir la conexión produce la desconexión. Con esa
posibilidad de
contacto absoluta, nos negamos a conectarnos auténticamente con
lo que estamos
ocupados en este momento. Muchas veces se encuentran personas muy
cercanas
físicamente, la conversación es ágil y bulliciosa,
pero después de unos
momentos nos percatamos que no se trata de una conversación
entre ellos, sino
que cada uno habla con su compañero a la distancia. Parecen
estar cercanos, pero
están muy lejanos.
El Rav Kuk en su libro Musar Avija
dice que a veces la persona siente que el encuentro con D’s lo
logrará a través
de algo de lo que no se ocupa él ahora. Cuando reza, siente que
si estuviese
estudiando Torá sería merecedor de un
vínculo con D’s. Y cuando estudia,
siente que si estuviese rezando encontraría el goce de esa
cercanía. Cuando
trabaja, se lamenta porque ahora no está estudiando Torá,
y cuando
estudia se preocupa por su sustento.
El Rav Kuk orienta la persona a una
conciencia que “en todos tus caminos tenlo presente” (Mishlei 3:6). La
persona
debe tener la certeza que en lo que se está ocupando ahora - si
lo hace con
profundidad y concentración – en eso mismo encontrará el
vínculo con el Creador
del Mundo: “Porque de momento que se ocupa de esa labor, es como si
para él D’s
se manifestase justamente en ella, y en ella lo encontrará, y no
en ninguna otra
ocupación… Y cuando la persona suple alguna carencia – ya sea en
los
pensamientos o en las acciones – debe alegrarse de su papel, y no
perseguir
otra cosa, porque es como si todo el mundo se limitase frente a
él justamente
en ese detalle del que se ocupa ahora” (Musar Avija 2:2).
El Rav Kuk nos incita a la
concentración y la profundización en lo que la persona se
encuentra haciendo
ahora, y nos advierte que no debemos dejar esparcir nuestras fuerzas.
Le indica
a la persona que debe encontrarse con todas sus fuerzas focalizadas en
lo que hace
ahora. Me parece que el teléfono celular es el medio moderno de
dispersión de
los pensamientos. La perpetua accesibilidad del aparato amenaza con
desconectarnos en todo momento de lo que estamos haciendo, no nos
permite
concentrarnos y hacer las cosas en forma continuada. Es válido
en cuanto al
estudio de
Se
necesita cierta valentía para hacerlo, pero me parece que se
debe decidir que
en ciertos momentos del día el celular estará apagado, o será
puesto en algún lugar fuera del alcance de la mano, y eso nos
devolverá un poco
de la libertad que perdimos por estar disponibles en todo momento, y
nos será
una gran bendición.
Aparte de
esa decisión – de acostumbrarse a que en ciertas horas del
día uno se
encontrará sin el aparato que vincula y desconecta al mismo
tiempo – me parece
que hay que decidir que a veces está permitido no contestar. Durante
la cena familiar, o cuando se le cuenta un relato al niño antes
de dormir, si
se le da preferencia al amigo que llama de lejos eso irradia cierto
mensaje en
cuanto a la importancia que le damos a las personas que nos rodean en
ese
momento. Hay que acostumbrarnos que no siempre se debe contestar, para
nuestra
salud. En el peor de los casos, algo urgente puede ser trasmitido con
un
mensaje escrito.
Los buenos
modales anteceden a la conversación: Ese aparato desconecta a la
persona del
lugar donde se encuentra, hasta tal punto que ni siquiera se da cuenta
que su
conversación se convirtió en un griterío, en
público, molesta al entorno y a
veces revela a los oídos de los que lo rodean detalles
íntimos que no es
correcto que el público los sepa. Me parece que el esfuerzo por
hablar menos en
público, y tratar de conversar cuando es necesario sólo
en brevedad y en voz
baja, será bueno para todos.
Nos
encontramos en un mundo en el que trabajamos muchas horas del
día para
procurarnos nuestro sustento, y varias veces cosas apreciadas son
desplazadas a
un lado. Los aparatos celulares agrandaron el problema, porque la
persona ahora
está disponible todo el día para las cuestiones del
trabajo, hasta tal punto
que se transformó en un esclavo del trabajo. Me parece que
sería bueno que nos
esforcemos por cuidar un límite claro entre las horas de asuntos
particulares y
las horas de trabajo. (Por supuesto, hay algunas pocas personas cuyo
trabajo es
una misión que realmente comprende todas las horas del
día, pero yo escribo
para la mayoría de las personas).
En
general, hay que disminuir las conversaciones. Esos aparatos nos
facilitan la
vida, siempre y cuando se los utilice en forma correcta, y no
convirtamos
nuestra vida en una sarta de conversaciones sin fin. Algo que puede
ayudar a
hablar en forma correcta por el celular, es pegar una foto de
Rabí Israel Meir
HaCohen al celular: A fin de cuentas, el alma no le permitirá a
los labios
hablar Lashón
HaRrá (calumnias) a
“espaldas” del Jafetz Jaim…
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: sfaradit@emeir.org.il,
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