Beahavá   Ubeemuná

Parashat Jukat     7 de Tamuz 5770     N^o 772

Sijon, Og y los reinos de Knaan
Rav Eran Tamir

El último tema central en nuestra Parashá es el encuentro con los pueblos enemigos en el camino a Eretz Israel (la Tierra de Israel): Edom, los Knaanitas, Sijon y Og. A Edom lo rodeamos, mientras que a los Knaanitas, Sijon y Og los enfrentamos y los vencimos. Así lo resume el rey David: “El que hirió a muchas naciones, y mató a poderosos reyes; a Sijon rey del emorita, y a Og rey de Bashan, y a todos los reinos de Knaan; y dio la tierra de ellos como herencia, herencia de Israel, Su pueblo” (Tehilim 135:10-12). Y debemos preguntar: Si todos los reinos de Knaan – 31 reyes contra los que luchamos – fueron incluidos en una misma categoría, lo correcto hubiese sido que el rey David diga “todos los reyes de los Emoritas”, o “todos los reyes de la margen oriental del Iarden” y “todos los reinos de Knaan”. ¿Por qué fueron mencionados en especial Sijon y Og, cada uno por separado?
El Rav Kuk (Olat Reaya Bet 83) explica que la lucha contra Sijon, Og y todos los reinos de Knaan no es sólo un episodio histórico del pasado, sino que se trata de tres tipos distintos de contiendas con las que debemos enfrentarnos durante toda la historia, y por supuesto que también hoy en día. Las naciones del mundo nos atacan en tres planos distintos, de tres formas diferentes, y debemos estar preparados para ello, para poder vencer en la lucha y edificarnos a través de ella.
La primera, “Sijon rey del emorita” – Sijon es como un siaj (potro, en hebreo. N. del T.) del desierto, como un borrico salvaje. Los animales salvajes – a diferencia de los civilizados – se caracterizan por no tener límites, viven cuando todo les es permitido. El “sijonismo” que lucha contra nosotros a lo largo de toda la historia se expresa en la maldad, el salvajismo y la crueldad sin límites, que busca aterrorizarnos y hacernos perder las esperanzas. Es una guerra sicológica-moral que no amenaza nuestra existencia física, sino que nuestra estabilidad anímica. “El vigor salvaje es una fuerza que inspira temor, que fue utilizada sobre todo por los antiguos grandes malvados del mundo, como Nebujadnetzar que comió una liebre viva para enraizar en su ser la cualidad de la tiranía y la crueldad salvajes, sabiendo que eso le permitirá fortalecer su terrible reinado” (Olat Reaya Bet, 83). Frente a esa “valentía” salvaje debemos anteponer el auténtico vigor anímico y la moral, que emanan de la fe en nuestra causa y nuestras metas. Am Israel (el Pueblo de Israel) demostró muchas veces en el pasado y también hoy en día que todas las tribulaciones y desgracias que le suceden no sólo que no lo desplomaron, sino que lo fortalecieron y le hacen expresar su vigor anímico.
La segunda, “Og rey de Bashan”. En contraste con la guerra sicológica, esta es una guerra física bruta militar, como Og que era muy corpulento, enorme y fuerte. En esa lucha el enemigo nos ataca con su fuerza bélica, que incluye muchos guerreros bien adiestrados, provistos de armas y medios tecnológicos avanzados. A esa amenaza debemos hacerle frente con un fuerte ejército que es capaz de vencer, doblegar y exterminar todo enemigo. Muchos “Og” nos atacaron,  pero finalmente siempre lo lamentaron.
La tercera, “todos los reinos de Knaan”. Se trata de una guerra colectiva, una presión internacional que es ejercida en contra nuestro, que nos amenaza y nos disuade. Frente a esa presión general, debemos unirnos como una sola persona, una unión que nos dará vigor y fuerza para hacerle frente a todos los que se juntan para hacernos daño - como siempre lo hicimos en situaciones difíciles.
El “sijonismo” salvaje de Aza, el “ogismo” nuclear de Irán y la presión colectiva de America y Europa no podrán vencernos, como no pudieron en el pasado. Debemos inmunizarnos moralmente, fortalecernos bélicamente y unirnos, y con la ayuda de D’s venceremos. Como dice el Rav Kuk: “Y esto nos debe enseñar para todas las generaciones que la voluntad de D’s y Su palabra serán para siempre, y no podrán hacer nada todas las fuerzas anímicas salvajes, ni las fuerzas materiales gigantes, ni las alianzas de pueblos y reinos que se unen contra el Pueblo de D’s. Como ocurrió con Sijon rey del emorita, Og rey de Bashan y todos los reinos de Knaan. Y finalmente su tierra nos fue entregada como patrimonio, para Israel Su pueblo” (Olat Reaya Bet, 83) – en aquel entonces, y con la ayuda de D’s pronto en nuestros días.

Experiencias cercanas a la muerte
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Muchas personas que llegaron a un estado de muerte clínica y volvieron a la vida cuentan que pasaron una experiencia maravillosa, que demuestra la supervivencia del alma y la vida después de la muerte. La persona siente que se desprende del cuerpo, vuela sobre él, lo mira desde arriba y ve todo lo que le ocurre. Entra en un túnel enorme, cuando el extremo del túnel encuentra bañado de una luz grandiosa, potente y dulce. Se encuentra con una entidad colmada de amor sin límite, que le hace sentir una dicha maravillosa. Se encuentra también con distintas figuras que le son conocidas y desconocidas, ángeles y santos. Ve como en una película una revisión de toda su vida, y finalmente retorna a su cuerpo por una decisión de lo alto, o por su pedido.
Todo eso está de acuerdo con nuestras fuentes respecto al Mundo Venidero – que está inundado de la luz de la Shjina (manifestación de la Presencia Divina), y también es descrito el encuentro con las generaciones anteriores. Lo que es maravilloso es que existe una gran uniformidad entre las descripciones: La experiencia es casi idéntica, lo que demuestra su veracidad.
Respuesta: Es cierto, la experiencia es muy parecida – pero no es idéntica. A veces pasan una experiencia maravillosa, y a veces tienen una experiencia espantosa, de pesadillas muy duras, acompañadas con torturas de demonios y semejantes – un 15% de los que experimentaron la sensación de dejar el cuerpo. ¿Podríamos decir que es una demostración del infierno?… Pero sólo un 20% de las personas que llegaron a un estado cercano a la muerte cuentan que experimentaron un pasaje a otra vida, entre las cuales un 10% no recuerdan mucho. ¿Entonces, si la mayoría no experimenta nada, es una demostración que en realidad no hay vida después de la muerte?…
El Dr. Raymond Moody, que en el año 5735 realizó todo ese estudio con personas que estuvieron en coma agudo o muerte clínica antes de ser revividos y experimentaron la cercanía a la muerte – en ingles, Near Death Experiencie – hizo un buen trabajo, pero sólo se ocupó de los casos que apoyan su opinión – y se desentendió de los que son contrarios. Los estudios científicos no son siempre válidos, incluso la gran investigadora Dr. Elisabeth Kubler-Ross que apoyó con fervor esa teoría, se dejó engañar por un charlatán que se presentó como quien puede comunicarse con los muertos, en su entusiasmo por demostrar la veracidad de su teoría. Es más, el cristiano se encuentra con esa otra persona y las grandes figuras de la iglesia, el musulmán se encuentra con Muhammad y todo tipo de imanes, y salvando las grandes diferencias, nosotros, discípulos de nuestro Rav Moshé nos encontramos con nuestro patriarca Avraham y otras grandes personas. Es evidente que cada uno se encuentra con lo que cree anteriormente. Y todas las otras maravillas son derivadas de su fe y creencias. Es por eso que el porcentaje de niños – que aún no han enriquecido su mundo – que sienten esa experiencia es mucho menor.
Los siquiatras no creen que se trata de alguna demostración de la vida después de la muerte, más bien es una ilusión y alucinación producto del trastorno de los sentidos que le hacen interpretar distintos estímulos como una experiencia de vida después de la muerte. En efecto, hay muchas personas que experimentan algo parecido – aunque no es idéntico – sin ninguna muerte clínica. Por ejemplo:
1. Utilización de Ketamine, que es una droga alucinógena utilizada como anestésico rápido, que le hace sentir a la persona como si se desconectase de su cuerpo y volase.
2. Uso de distinto tipos de drogas, como hachis, LSD, DMT.
3. Psicosis.
4. Ataque epiléptico.
5. Estimulación eléctrica del hemisferio temporal, como parte de operaciones para el tratamiento de epilepsia.
6. Falta de oxígeno o circulación de sangre, como en situación de trauma después de pérdida de mucha sangre. O incluso en entrenamientos de alta aceleración de pilotos de avión.
7. Alto nivel de óxido de carbono.
8. Parto.
9. Meditación.
10. Migraña muy fuerte.
11. En situaciones críticas, como cuando escucha de un médico que está muerto, o unos instantes antes de un accidente de tráfico.
12. Antes de adormecerse.
No es necesario mencionar que hay un mayor porcentaje de personas muy sentimentales o con mucha imaginación que experimentan esas sensaciones.
En cuanto a la sensación de desprendido del cuerpo y vuelo por encima de él – lo que es apodado en inglés Out Of Body Experience – cuando la persona se ve a sí misma como por arriba, es algo conocido producto de la distorsión de dos sentidos que le permiten a la persona ubicarse en el espacio: Cuando el hemisferio temporal y el aparato vestibular  son trastornados, y se pierde la propiocepción. Con la ayuda de ellos, la persona sabe en qué forma descansa su cuerpo también con los ojos cerrados, y cuando estos son dañados los sentidos actúan en forma incorrecta.
En cuanto a las conversaciones que escuchó cuando fue considerado muerto, por lo visto no estaba muerto totalmente, a pesar que los aparatos así lo indicaron. O la persona “reconstruyó” los recuerdos después – inconcientemente – en base a los detalles que le fueron contados.
Es cierto que no todo lo podemos explicar, pero así es en todas las ciencias, y no por eso las desechamos. Y por supuesto que no debemos ensanchar las pequeñas grietas de lo que todavía no podemos explicar, y meter toneladas de fantasías.
Pero no nos confundamos, por supuesto que hay un Mundo Venidero, que el alma continúa existiendo y hay una vida después de la muerte, también sin ninguna demostración científica – ni tampoco necesitan ninguna demostración científica. Por el contrario, es la ciencia la que necesita de la fe para iluminar su sendero, y no la fe la que necesita a la ciencia para ser demostrada.
Es más, no debemos olvidar que no vivimos en el Mundo Venidero sino que en este mundo, y la Torá es una Torá de vida, que nos fue entregada por el Rey de la Vida, que desea la vida – véase “Mesilat Iesharim”, capítulo 1, que toda nuestra tarea es el cumplimiento de la Torá y las mitzvot en este mundo.
A D’s no le gusta que se ocupen de la muerte. El muerto impurifica. La tumba impurifica. El que tocó un muerto – queda impuro por lo menos por 7 días. Todas esas cavilaciones respecto a la muerte y el regreso de ella no son sanos. “Y elegirás la vida” (Dvarim 30:19).
Escribe el Rav Kuk: “Las suposiciones en cuanto a los temas espirituales, que se encuentran más allá del límite de la vida práctica y moral, a pesar que no podemos demostrar su falsedad, de todas formas no debemos determinar pautas de vida según nuestra Torá kdoshá (santa) de acuerdo a ellas, porque la Torá nos alejó de profundizar en esas cosas poco claras, cuando nos prohibió todo tipo de brujerías y preguntar a los muertos, y le prohibió a los Cohanim (sacerdotes)  impurificarse con los muertos, y ligo todas las mitzvot a la vida. Y dijeron en el Talmud Ierushalmi (Brajot, Cáp. 3); ‘todos los días de tu vida’ (Dvarim 17:3), los días en que te ocupas de la vida, y no los días en que te ocupas de los muertos. El mundo abstracto que no está ligado a la vida práctica, debe estar más colmado y más elevado que la vida limitada. Pero si extraeremos de él acciones, costumbres e ideas de las que se ocuparán todo el público, seguramente las ideas serán impurificadas. Incluso los profetas vaticinaron sólo los Días del Meshiaj (Mesías), pero el Mundo Venidero nadie lo vio, salvo D’s mismo” (Iguerot HaReaya, Carta 79).

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