Beahavá Ubeemuná
Majón
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Parashat Ajarei Mot - Kdoshim
10 de Iyar 5770 No
764
Rav
Iaacov Ariel
“Santos
serán” (Vaikra 19:2) – en opinión
del Ramba"n, en esas dos palabras
Según
esa línea comenta también el Ramba”n
el versículo “en el séptimo mes, en el primer día
del mes habrá un día de cese
para ustedes” (Vaikra 23:24). Si la persona fuese formalista,
podría llegar a
un absurdo en la observación del Shabat: Si bien se
cuidaría de no hacer
ninguna Melaja (trabajo que era necesario para la
construcción del
Tabernáculo) prohibida por
El
cumplimiento de las mitzvot según la halajá exige que seamos kdoshim según
Una kdushá auténtica es la identificación
plena con la voluntad de D’s. El que realmente quiere ser kadosh,
busca toda forma de santificarse
más y más, estar más cerca de D’s y más
vinculado con Él. Él no podrá limitarse
a cumplir su obligación solamente: Él aspirará a
ser piadoso, a cumplir también
lo que no es obligación estricta. A través de la
aspiración a esa plenitud, no
se conforma con las 613 mitzvot de
Así
también debe ser la actitud frente a Eretz Israel
(
La orden
“santos serán” nos exige aspirar a la plenitud individual y
social, sin
selección. No se puede argüir que el que se ocupa del
asentamiento de Eretz Israel en forma plena, o ayudando a su
prójimo en forma plena, cumplió su obligación. La
sensación misma de saciado
por haber cumplido con la obligación – como si así fuera
– es contraria a toda
la esencia misma de la mitzva.
Nuestra actitud selectiva misma menoscaba la plenitud, le corta las
alas,
prefiere lo parcial, lo falto en vez de lo pleno. Pero toda esa mitzva es
la aspiración a la plenitud sin
límite. Ser kadosh, quiere decir hacer lo mejor en
todo. De la misma forma que D’s no tiene límite, así
también la aspiración
humana debe ser ilimitada. La aspiración a la plenitud debe
expresarse con
todas las fuerzas del alma, en todas las facetas de la personalidad:
Plenitud
en
16 veces
figura la expresión “Yo soy el Eterno” en el primer
capítulo de
Midreshet
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Rav
Shlomó Aviner
1. La primera característica del luchador,
es el no
temer. Como dice el Ramba”m al final del capítulo 7 de sus “Hiljot
Melajim”, en base al versículo “no desfallezca su
corazón, no tengan miedo,
no entren en pánico ni se aterroricen” (Dvarim 20:3).
Y debemos preguntar:
¿Acaso la persona puede controlar su miedo? ¡El miedo
entra sin golpear la
puerta! Esa pregunta se refiere a todas las mitzvot que deben
cumplirse
con el corazón y los sentimientos: No odiar, amar a tu
prójimo como a ti mismo,
no envidiar, no codiciar lo que le pertenece a otra persona. La persona
dice:
Yo soy así, y no puedo controlarlo. Y la respuesta: Es cierto
que no se pueden
controlar los sentimientos, pero se pueden controlar los pensamientos –
salvo
personas enfermas, D’s nos salve. Toda persona tiene pensamientos
malos, pero
aquí interviene el libre albedrío humano: ¿Seguir
pensando en ello, o ahuyentar
ese mal pensamiento lo más lejos que pueda?
El cumplir las mitzvot
del corazón y los sentimientos quiere decir pensar en cosas que
fortalecen esos
buenos sentimientos, y no pensar en lo que refuerza los sentimientos
negativos.
Por ello, en la guerra
– explica el Ramba”m – la persona no debe comenzar a asustarse a
sí misma,
pensando ¿qué puede llegar a pasarme? ¿Qué
hará la familia si eso ocurre? Y si
tiene algún pensamiento de ese tipo, enseguida debe alejarlo. Y
así también
respecto a pensamientos que tenemos prohibido pensar. Hubo grandes talmidei
jajamim (eruditos del estudio de
Sobre todo no se debe
exagerar en cuanto a los peligros en el ejército. Contó
un oficial de una
unidad especial de combate: “En mi vida, vi la muerte con mis ojos tres
veces…
en accidentes de tráfico”. En efecto, ellos causan mucho
más bajas que todos
los atentados de terror y todas las guerras de Israel. Y a pesar de
ello, nadie
deja de andar en auto por ello, o incluso andar a pie por la calle – ya
que un
tercio de los muertos en accidentes de tráfico son
transeúntes. Esa es la
proporción de las cosas.
Dijo el Mayor General
Itzjak Sade (fundador de la organización Palma”j): “Una persona
valiente no es la que no teme. Hay muchas
personas
valientes que sienten temor, pero lo superan sabiendo que se dirigen
por el
camino correcto”.
Y también muchos de los
que no sienten miedo no son valientes. Por ejemplo, el que conduce a
velocidad
excesiva no tiene miedo, pero eso no lo convierte en un valiente. Hay
valientes
luchadores que sienten miedo en el combate, pero ellos echan ese
sentimiento
afuera.
Lo principal, dice el
Ramba”m, es no atemorizarse a sí mismo, pensando en lo que le
hace tener miedo.
Y también dice Rabí Najman de Breslav: “No atemorizarse
en absoluto”. No dice:
“No tener miedo”, sino que la persona no debe atemorizarse a sí
misma.
El cuidarse de los
pensamientos dañinos es cierto en todo campo. Por ejemplo: Por
supuesto que la
persona debe arrepentirse de sus malas acciones, pero no debe
criticarse todo
el tiempo, hasta tal punto que se convenza que no tiene ningún
valor.
La persona puede
controlar sus pensamientos. Hubo una vez una persona que fue a visitar
a su
Rav. Golpeó la puerta, pero su Rav no le abrió,
sólo lo miró desde la ventana.
El alumno durmió toda la noche en la calle, y por la
mañana el Rav lo dejó
entrar. Le dijo: “Tengo malos pensamientos que me persiguen todo el
tiempo, y
no logro liberarme de ellos”. Le contestó el Rav: “Ya te di la
respuesta. El
dueño de la casa decide quién entrará, y
quién no”.
2. La segunda característica del luchador es
la hermandad.
Sin hermandad entre los luchadores, se pueden clausurar todos los
ejércitos del
mundo. “Todos para uno, y uno para todos”. Ese es el lema de Suiza.
Hubo allí
inundaciones y mucho sufrimiento, y recaudaron dinero con la ayuda de
ese lema
solidario – cuyo origen es el escritor Alexander Duma, en su libro “Los
Tres
Mosqueteros”, que siempre sabían que pueden confiar el uno en el
otro en toda
situación.
Por supuesto, también
fuera del ejército se necesita hermandad, en el trabajo y en la
vida. Y sobre
todo entre marido y mujer – allí, lamentablemente muchas parejas
no son buenos
amigos.
Gracias a D’s, en el
ejército hay hermandad. “Y salió Moshé a sus
hermanos, y vio sus cargas. Y vio
a un hombre egipcio que golpeaba a un hombre hebreo, de sus hermanos.
Miró a un
lado y al otro, vio que no había ningún hombre, y
mató al egipcio y lo ocultó
en la arena” (Shmot 2:11-12). Sabía que todos los
policías de Egipto lo
perseguirán, pero la hermandad es el principio básico que
se encuentra por
encima de todo.
La base de toda nación
es la hermandad. El lema oficial de Francia es “libertad, igualdad y
hermandad”. Allí no lo cumplen, pero nosotros sí lo
cumplimos. Dicho sea de
paso, ese es uno de los argumentos para oponerse al reclutamiento de
muchachas
en el ejército, ya que la presencia de ellas en las unidades
combatientes genera
sentimientos de competencia que complican y desbaratan esa hermandad.
¿Cómo se llega a la
hermandad? No se debe pensar lo que desbarata la hermandad, sino que
pensamientos que la refuerzan: Él es un judío como yo, es
una buena persona. La
persona es juzgada según su mayoría.
3. Responsabilidad. ¡Una misión, debe ser
cumplida! ¡Confían en ti!
También cuando estás solo, respeta las reglas. Incluso si
estas solo en la
guardia, continúa actuando según las reglas: No te
duermas, no escuches radio,
no debes rezar ni comer, no te sientes. Tú eres responsable.
Hubo una vez un guardia
que se durmió, y entró un enemigo. En el juicio
arguyó: Miles de veces cuidé
como es debido, sólo una vez me pasó que me dormí.
Le contestaron: Todas esa
miles de veces, fueron para esa última.
Hubo una vez una
discusión entre Rabanim (Rabinos) si un guardia
está exento de rezar.
Dijo un Rav: Está exento, porque el que se encuentra ocupado con
el
cumplimiento de una mitzva está exento de toda otra mitzva
que no
puede cumplir. Le dijo el otro Rav: Tiene prohibido rezar…
La persona aprende en
el ejército a ser responsable, de modo que es posible confiar en
él también
cuando cumple un papel secundario. No hay ningún papel sin
importancia. Todo es
importante. “Todo por un pequeño clavo”. Cayó un clavo de
la herradura del
caballo, el caballo se cayó, el jinete se cayó, el
regimiento cayó en la
batalla, toda la ciudad cayó en manos del enemigo…
Hay que ser serio. Es
parte de la educación para toda la vida – como la
valentía y la hermandad.
4. Otra característica, es la fuerza de
voluntad.
Hay personas que no tienen fuerza de voluntad, nada les interesa lo
suficiente.
Como si su resorte se hubiese roto, por las andanzas de la vida. No los
culpamos, pero debe saber que se puede cambiar el resorte y reconstruir
su
fuerza de voluntad. ¿Cómo? En forma gradual. Para una
misión corta, se necesita
poca fuerza de voluntad. Y así se debe aumentar paulatinamente.
Una esfuerzo
escalado. Así se va fortaleciendo la fuerza de voluntad. La
fuerza de voluntad
no se recibe como un regalo del cielo, sino que se construye a
través de
misiones bien definidas.
Por ello, el que recibe
en el ejército una misión pesada y aburrida no debe
quejarse y lamentarse, sino
que por el contrario, debe considerarlo un desafío, se
alegrará y cantará. No
debe verlo como una molestia, sino que como una prueba y un
desafío.
Dicho sea de paso,
alguien me dijo que en el idioma chino no hay una palabra “crisis”. El
chino
trabaja como un burro, y gana un shekel por día. Y si es un
especialista, gana
un dólar por día. Y ahora, desgraciadamente su esposa
falleció. Aparte del
trabajo agotador, debe ocuparse de su pequeña hija.
¿Acaso está en crisis? Por
supuesto que no. Estar en crisis es un lujo de ricos. Si le
preguntarán cómo se
siente, les contestará: Nada cambió, sólo se hizo
más difícil.
En el ejército se van
recibiendo desafíos más y más difíciles, y
así va creciendo la fuerza de
voluntad. Es cierto que a veces el soldado siente que le es
difícil en el
ejército. ¡Por el contrario! ¡Cada dificultad es un
desafío! Y así termina con
una gran fuerza de voluntad.
Véase “Mesilat
Iesharim” (Cáp. 19): Es como un oficial de combate, que
cuanto más difícil
es la misión que le dan, es más feliz.
Es lo que dijimos:
Valentía, hermandad, responsabilidad, fuerza de voluntad.
Si no hubiese necesidad
de un ejército, deberíamos inventarlo sólo para
eso. Así organizó las cosas el
Señor del Mundo, con su sabiduría y amor.
Fortalezcámonos y nos
reforzaremos.
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ibero-americano
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Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: sfaradit@emeir.org.il,
editorial@alumbrar.org
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