Beahavá Ubeemuná
Majón
Meir |
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Parashat Vaieshev 25
de Kislev
5770 Januca
No 746
Rav Ioram
Eliahu
Pero en Am Israel es distinto.
Respecto a ellos fue dicho ‘vosotros Me seréis un reinado de
sacerdotes y un
pueblo santo’, un reinado que se ocupa de la dirección
política, y un sacerdocio
que se ocupa de la dirección espiritual - juntos y unidos. ‘Un
pueblo santo’ –
no sólo personas individuales que llegan a altos niveles de
santidad, sino que
todo un pueblo - que se ocupa de todas las actividades - será
santo. Ese
contenido del espíritu de Israel tiene su expresión en el
candelabro puro, que
por un lado sus velas eran encendidas en forma natural - con aceite de
oliva y
mechas, que eran prendidas por las personas - y por otro lado la ‘vela
occidental’ quedaba encendida todo el tiempo, por milagro. Las fuerzas
naturales y las fuerzas milagrosas se conjugaban juntas, y eran testigo
de
Los griegos no podían soportar ese sendero singular
de Israel, que conjuga esos dos aspectos en forma plena. Ellos lucharon
contra
esa concepción que sostiene que el cuerpo es la base para que se
manifieste el
espíritu, y sabe desarrollar la kdushá (santidad)
también dentro de una
vida natural. Por ello, cuando lograron penetrar en el Eijal
(Sacrosanctorum) impurificaron todos los aceites, y su lucha fue
dirigida en
contra del candelabro, que unifica esos dos aspectos. “Frente a ellos,
se
rebelaron los Jashmonaim de la descendencia de Aharon, de la
familia del
sacerdocio en Israel. Justamente ellos vencieron en la lucha santa, y
devolvieron la corona del reinado a Israel”, y de esa forma
simbolizaron
también la lucha espiritual, “porque los luchadores con
valentía y vigor
físicos son también los que protegen al espíritu
de Israel y su alma, su pureza
y su santidad” (Moadei HaReaya, Rav Moshé Neria zt”l).
En
Explica el Rav Kuk (Ein Aya, Shabat 1, Pág.
61) que “los griegos no sólo pretendían desbaratar la
posición material de Am
Israel sino que también desarraigar el contenido de la forma
de vida que Am
Israel le comunica al mundo; la vida tiene que ser conducida
según las
bases de
Según ello podemos entender la halajá
que fue escrita en el “Shuljan Aruj” (el libro de halajá
por
excelencia), “si no tiene suficiente dinero para encender la vela de
Januca y
la vela de Shabat, debe comprar la vela de Shabat, para cuidar la paz
del
hogar” (Shuljan Aruj, Orej Jaim 678:81).
A primera vista, esa razón no es común
tratándose de cuestiones de la halajá.
Pero es que gracias al encendido de la vela de Shabat – para la paz del
hogar,
gracias a la cual
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Rav
Shlomó Aviner
Respuesta: No es una pregunta para Rabanim
(Rabinos).
Los Rabanim no son médicos. Por supuesto, puede que haya
un Rav que
también sea médico, porque estudió medicina en
1. Si bien es cierto
que hay médicos que recomiendan vacunarse, hay también
los que se oponen. ¿Cómo
sabremos qué hacer? ¿Quizás cada uno
elegirá según lo que le parece? ¿Quizás es
preferible no vacunarse, porque la regla es que cuando hay dudas, “es
preferible no hacer”?
Respuesta: De la misma forma que cuando hay
diferencias de
opinión entre los Rabanim se debe decretar según
la mayoría, también
cuando hay diferencias de opinión entre los médicos
así se debe hacer. Por
ejemplo, si hay médicos que dicen que el enfermo debe trasgredir
Shabat
o comer en Iom Kipur y hay médicos que dicen lo
contrario, fue
determinado en el “Shuljan Aruj” (el libro de halajá por
excelencia) que se debe decidir según la mayoría. Y en
nuestro caso, no se
trata de mayoría frente a minoría, sino que casi todos
los médicos contra unos
pocos – uno de cada 100 o de cada 1000. No sólo médicos
en Israel, sino que
también en Europa, en EE.UU. y en
2. Escuché que la
vacuna es peligrosa, y en el pasado decenas de personas sufrieron de
serios
efectos secundarios.
Respuesta: Es cierto, pero en contraste fueron
vacunadas
decenas de millones de personas que no les pasó nada, y se
salvaron de peligro
de muerte. También en ese caso se debe decidir según la
mayoría. No se trata de
mayoría de uno frente a mil, sino que de uno frente a un
millón. Es más, desde
ese entonces pasaron casi 30 años, la medicina adquirió
mucha experiencia en el
tema de la vacunación contra la gripe, y en relación a la
vacuna contra la
gripe porcina todavía no fue identificado ningún
problema. En contraste,
murieron muchas personas de esa gripe, incluso en nuestro país
murieron algunas
decenas. De todas formas, nos conducimos según la
mayoría, y no dirigimos
nuestras vidas según las excepciones extraordinarias.
3. Si la persona ahora
es saludable, ¿para qué se pondrá en peligro –
incluso un peligro lejano – para
salvarse de algo que en estos momentos no lo amenaza, y quizás
nunca lo amenazará
en el futuro?
Respuesta: Antes que nada, ya hemos dicho que la
vacuna no se
trata de un peligro lejano, sino que de un
peligro casi inexistente desde el punto de vista de la halajá.
Ese argumento no se refiere justamente a la vacuna contra la gripe
porcina,
sino que en general, a toda vacuna. En realidad, también el
primer y el segundo
argumento. Al respecto, ya habla Rabí Israel Lifshitz – autor
del comentario “Tiferet
Israel” a
4. D’s creó el cuerpo
humano fuerte y sano, y es capaz de superar sólo, con sus
propias fuerzas, todo
tipo de enfermedades – a condición que esté sano – y no
es necesario
introducirle todo tipo de cosas artificiales. Tiene una vitalidad
asombrosa, y
lo superará todo.
Respuesta: Por supuesto, ese argumento ya no
habla de la
vacuna contra la gripe, ni las vacunas en general, sino que descarta
toda la medicina
moderna y nos devuelve a la medicina vitalita – es decir, de la
vitalidad – que
se basó en la fe en la fuerza todopoderosa que se encuentra en
nuestro cuerpo.
En realidad, ella nos devuelve al antiguo médico griego
Hipócrates. Le debemos
mucho, y es conceptuado como el padre de la medicina en cierta forma –
porque
hasta su tiempo intentaron curar a los enfermos con hechizos,
maldiciones y
otras tonterías idólatras. Lamentablemente, muchas de
esas supersticiones
todavía subsisten en nuestros días. Llegó
Hipócrates, y dijo que se debe curar
el cuerpo a través del cuerpo mismo, con la ayuda de procesos
internos en él
mismo. Se merece una gran felicitación por ello, pero desde ese
entonces mucha
agua surcó por el Iarden. Fueron descubiertas muchas cosas. Y
sobre todo hace
unos cien años, cuando descubrieron que los microbios son
responsables de las
enfermedades, y contra ellos utilizamos vacunas y antibióticos.
Por supuesto,
es cierto que se debe fortalecer el cuerpo en general, y en nuestro
caso se debe
cuidar mucho la higiene, el lavado de las manos y similares. Pero a
veces, es
necesario un tratamiento puntual.
De todas formas, nos encontramos frente a una
decisión entre la medicina moderna y la medicina antigua. De
acuerdo a la halajá
debemos conducirnos según la medicina de nuestros
días. Eso lo aprendemos
de la obligación de obedecer al sabio de nuestro tiempo, como
dice el versículo
“y vendrás... ante el juez de aquellos días” (Dvarim
17:9) – y no dirás que los
sabios de tiempos pasados eran más grandes. Por supuesto que
eran más grandes,
y “si los primeros eran como ángeles, nosotros somos como seres
humanos. Y si
los primeros eran como seres humanos, nosotros somos como burros. Y ni
siquiera
como el burro de Rabí Pinjas Ben Iair”. Y a pesar de ello, la halajá
es
determinada según los sabios de nuestra época – porque
ellos estudiaron los
escritos de los sabios de épocas anteriores, y agregaron
más argumentos, y con
santo respeto decidieron determinar la halajá.
Y mucho más tratándose
de médicos, ya que la medicina se va desarrollando. Muchas cosas
fueron
demostradas, y muchas otras fueron desmentidas. Hay más medios
de
investigación, hay herramientas estadísticas que nos
permiten diferenciar entre
un fenómeno anecdótico y un fenómeno general, etc,
etc. Y ya escribieron los Geonim
respecto al tratado “Guitin” – donde hay páginas enteras
que hablan de
recomendaciones médicas (Guitin 66): No se confundan, los Rabanim
no son
médicos. Esas recomendaciones no nos fueron trasmitidas en el
Monte Sinai, sino
que su fuente es la medicina de aquel entonces. Y por eso, en la
práctica, no
son válidas – salvo una de esas recomendaciones, que fue
confirmada por los
médicos de nuestros días.
5. En general, hay que
tener confianza en D’s y en Su Providencia. Si D’s decretó que
yo sea sano, no
necesito del médico. Y si D’s decretó que yo esté
enfermo, ningún médico me
podrá ayudar. Se necesita fe y confianza, y eso es lo que me
curará – y no
dirigirse al médico.
Respuesta: Buena pregunta. Y ya contestó
el Ramba”m en su comentario
a
Por ello, está escrito
en
Esa es la regla: Mi
querido amigo, haz todo lo que los médicos te ordenan, y no te
hagas el "médico
de ti mismo". Apreciamos mucho la independencia de pensamiento y el
sentido crítico, pero también se necesita un poco de
raciocinio y humildad. Es
muy loable que nos interesemos por la medicina, pero no es correcto que
en el
país hayan 5 millones de médicos, 5 millones de
economistas, 5 millones de
Primeros Ministros, 5 millones de Rabanim y 5 millones de
psicólogos
(sólo 5 millones de matemáticos no hay, porque las
personas se entreveran con
los números…). De modo que entre Minja y Arbit,
en vez de
estudiar un poco Mishná, las personas deciden en vez del
Ramatka”l
(Comandante en Jefe del ejército) cómo mover las fuerzas,
le proponen al Primer
Ministro cómo conducir el país, se extrañan que
los médicos no saben nada
aparte de fortalecer la industria de medicamentos, y se ocupan de
repartir el
dinero de Rothschild.
No. No lo sabemos todo.
No alcanza con leer algún artículo popular o escuchar un
programa científico en
la radio para entender algún asunto. Hay que estudiar muchos
años, con gran
esfuerzo. Por ello, mis queridos amigos, diríjanse a los
médicos que viven en
nuestros días, según las corrientes centrales y generales
de la medicina, y de
esa forma serán merecedores de muchos y buenos años de
vida.
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