Beahavá   Ubeemuná

Majón Meir
El centro de estudios judaicos en Israel
Avenida HaMeiri 2, Kiriat Moshe, Ierushalaim  91340

Teléfono: 972-2-6511906         fax: 972-2-6514820
Hebreo: www.machonmeir.org.il
              
torah@machonmeir.org.il 
Español: www.alumbrar.org
               
sfaradit@emeir.org.il


Parashat Shoftim     2 de Elul 5769     No 731

Jueces y policías
Hadasa Gahali

“Jueces y policías pondrás para ti en todas tus ciudades... los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio...” (Dvarim 16:18). “Porque esta mitzva es uno de los fuertes pilares del cumplimiento de la religión, la mitzva de nombrar jueces y policías que ordenarán cumplir las mitzvot de la Torá, y obligarán a los que se apartan del camino auténtico volver a él, y ordenarán lo que debe ser hecho y advertirán no hacer lo que es incorrecto... y cuando se acostumbren a hacer lo bueno y lo correcto por miedo de ser castigados, el pueblo aprenderá a hacer lo justo en forma natural, por amor, y reconociendo que esa es la verdad auténtica” (Sefer HaJinuj).
La mitzva de nombrar una conducción jurídica, se basa en el principio de la Torá según el cual los jueces y policías expresan la Palabra Divina en el mundo: No se trata de un juicio humano, sino que un juicio Divino. A través del juicio se revela la verdad auténtica Divina – D's es auténtico, y Su juicio es auténtico.
El autor del "Sefer HaJinuj" explica que las acciones buenas no son determinadas según el raciocinio humano, sino que fuimos ordenados imponerle a las personas hacer el bien y lo correcto según las reglas de la Torá, para evitar malas acciones. Y cuando se acostumbren a hacer lo justo y lo bueno, finalmente se transformará en una segunda naturaleza: La persona asimilará la verdad, reconociéndola como parte de su personalidad.
En nuestros días, los padres son los jueces y policías que deben indicar el camino bueno y correcto por el cual los hijos deben marchar. Ellos son los que dirigen la familia, cuando sus sentencias, su fe y sus ideales acompañarán al niño en su vida.
Hasta los 9 años, aproximadamente, los padres son los límites – los "policías" - del niño. En esa edad es común escuchar al niño que dice "lo tengo prohibido", "mi madre no me deja", etc. A medida que comienza a madurar, asimila los valores y las leyes, y ellos se transforman en parte de su personalidad: Él actúa en base a ellos, y es dirigido por ellos.
A veces, también más tarde es necesario seguir estando atentos – ser "policías" – cuando su conducta es irregular, inmoral. Cuando los límites no fueron bien asimilados, el niño puede llegar a ponerse en peligro – y entonces, los padres deben actuar como "policías" e imponerle límites ajenos a él, para evitar o limitar su conducta negativa.
Si ese es el papel de los padres por naturaleza,
¿por qué hay quienes les resulta difícil ser los dirigentes de la familia y poner límites?
1. Hay padres que no tienen fe en sí mismos y en sus fuerzas, y temen perder el vínculo con el niño. Piensan que una buena relación con él es una relación de "amigos", sin ninguna distancia. El padre pierde su autoridad, la jerarquía en la casa no está clara, la posición de los padres decae – y los límites ya no existen. Para evitar enfrentamientos y conflictos los padres se transforman en "amigos" del niño, pensando que de esa forma expresan su fe y su amor por él.
2. Los padres se encuentran fuera de casa muchas horas, y vuelven cansados. Sus energías las invierten en el trabajo, en la carrera, y no les quedan fuerzas para hacerle frente a problemas de disciplina y límites.
3. En la cultura post-moderna, fueron quebradas todas las herramientas viejas-tradicionales, y hoy en día ya no son acostumbradas. Los padres perdieron su seguridad como tales, la intuición natural va desapareciendo y su lugar lo toman los profesionales de la educación, los libros de psicología, las técnicas y los expertos. "El experto dijo...". Los padres aprenden técnicas de criado de niños, y muchas veces estos les preguntan: "
¿Qué pasó? ¿Eso es lo que te dijo el consejero que me digas?..."
Por todo eso, los padres confían el criado de los hijos en manos de los marcos educativos – que harán su tarea, y enfrentarán los problemas de disciplina. Cada vez son más y más críticos para con los maestros si no colmaron sus expectativas: Hay a quien culpar y sobre quién tirar todo el defraude personal. La consecuencia, es que el niño crecerá confundido: Perdió la autoridad de los padres, y también de los maestros...
¿
Cómo se pone límites en forma educativa? ¿Cómo se construye un marco bien definido, claro y fijo? ¿Cómo crearemos un ambiente que no impone ni limita la autonomía del niño? ¿Cómo lograremos evitar luchas y enfrentamientos continuos?
Hay varios principios básicos que debemos tomar en cuenta:

Determinación, firmeza – la firmeza de los padres expresa su capacidad de ser fieles a sus valores a todo precio, y le trasmite al niño un mensaje claro, que no deja lugar a dudas. Un niño que recibe un mensaje de ese tipo, le será más fácil aceptar el límite que le puso el padre. Por ejemplo: Un niño que se niega a dormir porque quiere seguir jugando, se enoja y patalea hasta que sus padres no pueden soportarlo y muy rápido lo consienten – la próxima vez le será muy difícil aceptar algún límite que sus padres le impongan. En contraste, cuando los padres le hablan con determinación y firmeza, el respeto de los límites es más fácil. La firmeza se expresa en un tono tranquilo y con determinación, con una oración corta y clara, sin amenazas ni castigos. Esa expresión emana de una posición fuerte de los padres, que les importa de la educación del niño, e irradia potencia interna y convencimiento. Cuanto más sienta el padre su potencia y convencimiento interno, así también le será menos necesario imponerse. La convicción de la justicia de la causa será asimilada por los niños.
Constancia – la constancia le enseña a los niños la potencia y la autoridad de los padres a largo plazo: Entenderá que por detrás de la orden constante existe un importante valor. El padre debe encargarse que el niño siempre cumpla la orden, y de esa forma la costumbre se transformará en naturaleza. La falta de constancia confunde al niño. Si en alguna ocasión le ordenarán algo y en otra lo consentirán, no entenderá qué pretenden de él, se empecinará y discutirá hasta que los padres se cansen y lo consientan.
Lo principal y lo secundario – La definición de los límites exige que sean elegidos en forma conciente los límites principales y necesarios para la familia. Hay que enfocarse en lo básico, y no malgastar las energías y las fuerzas en las nimiedades. Es preferible decidir en forma clara entre los padres en qué temas están dispuestos a ceder, y en cual no. Cuando se enfoca en los temas importantes y centrales – y no en cosas sin valor – se le trasmite al niño un mensaje fiel de ley y orden. Debe sentir la responsabilidad y la dirección del padre, y eso influirá en su comportamiento cuando sea un adulto.
Definición clara de límites – Falta de claridad de límites genera muchas dificultades, discusiones y enfrentamientos sin fin. La claridad de los límites se expresa en una formulación correcta, en un tono convincente y una dirección detallada de las cosas. Si queremos que el niño cumpla su tarea, se lo debemos decir en forma clara – y no como una proposición. Si un niño tiene que dormir, no le preguntaremos si está dispuesto a dormir: Le diremos en forma clara "llegó la hora de dormir. ¿Tú quieres elegir un cuento, o prefieres que yo lo elija?" Los padres muchas veces dan interminables explicaciones, en vez de hacer algo que expresa en forma clara y directa el mensaje.
Concreto – Es muy importante que los padres cuiden las leyes y reglas en forma concreta, y no lo presenten como un problema personal contra el niño. Nunca se debe actuar tempestuosamente y "someter" al niño venciéndolo, sino que como padres que cuidan de las leyes, como un policía que cumple su obligación del cumplimiento de la ley. Por ejemplo: "No hay remedio, hemos decidido en nuestra casa que cuando se termina de comer cada uno lleva su plato a la pila" es una formulación moderada que no genera enfrentamientos personales.
Es importante cuidar del respeto por el niño, no humillarlo, no herirlo ni llamarlo todo tipo de apodos – como "indisciplinado".
El versículo que debemos tener siempre en cuenta, es "Él te ha dicho, oh hombre, lo que es bueno, y qué es lo que el Eterno pide de ti; sólo hacer justicia, y amar la misericordia, y andar humildemente con tu D's" (Mija 6:8). Los padres para los que la verdad plena es la luz de sus pasos, en base a la justicia y la misericordia que emana de la palabra Divina, hacen avanzar a sus hijos vinculados con el resplandor Divino. 

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués
Están todas invitadas!!
Para mas detalles llamar al : 052-4621830
o escribir a: anachman2@walla.com , editorial@alumbrar.org
Para las interesadas, hay dormitorios en el lugar 

¿Censurados?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Hay quienes arguyen que los escritos del Rav Kuk fueron censurados por nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk. No sólo que omitió expresiones, sino que también decidió que párrafos enteros no serán imprimados, porque no son afines con la imagen que quería dar de su padre...
Respuesta: Por supuesto que los escritos del Rav Kuk fueron censurados – o en otras palabras, corregidos. Esa corrección fue hecha por nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk y también el Rav HaNazir David HaCohen cuando el Rav Kuk estaba en vida y así los dirigió. Y después que falleció, continuaron según la línea que él les ordenó. No es ningún secreto. También fueron publicadas las cartas en las que el Rav HaNazir y el Rav Kuk aclaran entre ellos muchas de esas correcciones.
La razón es muy simple: El Rav Kuk no escribió para el público general, sino que para sí mismo. Sus escritos son como un diario íntimo espiritual, como un aluvión de inspiración Divina. Y respecto a eso, es conocido el refrán: "No todo lo que se piensa se dice, no todo lo que se dice se escribe, no todo lo que se escribe se publica". Hay un musar (cultivo de virtudes) que es para todos, y hay un musar adecuado sólo para unos pocos elegidos. Porque la Torá no es un pasatiempo intelectual o sentimental, sino que es una dirección para vivir, que nos enseña el camino (Olat Reaya 159-160), "estudiar y enseñar, cuidar y cumplir" (bendiciones de Kriat Shma).
Por ello, todo lo que es afín para con el público general debe ser publicado, y todo lo que habla de los caminos que son llamados "secretos", adecuados sólo para los que han alcanzado ese nivel espiritual, deben ser censurados – o como dicen nuestros sabios, custodiados en secreto.
Y también hay conceptos que si serán revelados al público en forma aislada pueden ser entendidos en forma equivocada, pero si son explicados junto con otras ideas serán bien entendidos. Porque muchas veces las cosas son comprendidas en forma aislada, cuando en realidad su comprensión plena resulta cuando son compaginadas con todas las otras. El que estudia Gmará y encuentra que ella compagina las distintas Misnaiot, o estudia los comentarios de los Rishonim que compaginan las distintas Gmarot está acostumbrado a esa forma de estudio.
Por ejemplo: "El correcto de los gentiles, mátalo".
¿Realmente? Pero, ¡está escrito en forma explícita que está prohibido matar a un gentil! En efecto, dice el autor de Tosafot que eso se refiere a la guerra (Tosafot, Avoda Zara 26B, comienza VeLo). Ustedes preguntarán: ¿No está escrito "el correcto de los gentiles, mátalo en situación de guerra"? Esa es la formulación de nuestras santas fuentes, que en algún lugar resumen mucho, y en otro lugar lo comentan más (Ierushalmi, Rosh HaShana 3:5). "La Torá del Eterno es plena, conforta el alma" (Tehilim 19:8). "¿Por qué conforta el alma? Porque es plena" (Ierushalmi, Brajot, Cáp. 5). Pero cuando cada oración es analizada de por sí, se puede equivocar, cuando "la palabra del Eterno les será precepto tras precepto, norma sobre norma, norma sobre norma, aquí un poco, allí otro poco" (Ishaya 28:13).
Eso es lo correcto tratándose de temas sencillos – y mucho más tratándose de temas profundos, cuando cada idea alumbra a su compañera y "cada secreto se une con el otro" (Orot HaKodesh 1:108). Por ello, el libro "Shmona Kvatzim" – en el que las enseñanzas fueron publicadas cada una por separado, sin correcciones – es muchas veces como un techo sin baranda, del que se puede caer con facilidad (ver Olat Reaya Alef 438). De esa forma, algunas cosas que el Rav Kuk dijo – y sobre todo de las más profundas – parecen extrañas y no son comprensibles, y son explicadas cuando se las compagina y se las une al tejido gigante de su mundo espiritual.
Es más, el Rav Kuk nos enseñó él mismo la censura cuando explicó lo que dijeron nuestros sabios respecto al libro Kohelet (Eclesiastés) y Iejezkel (ver Shabat 30B, 13B). Y no porque esos libros que fueron escritos a través de la profecía tuvieran algún defecto – D's no lo permita – sino que parte de sus elevadas enseñanzas parecían incomprensibles, hasta que lograron dilucidarlas (ver Ein Aya, Shabat Bet 89-91. Shabat Alef 67). Es decir, tal parecía que eran demasiado profundas y deberían ser custodiadas en secreto, hasta que lograron interpretarlas en forma sencilla, de forma que dirigen a la persona común según el camino de las mitzvot y el temor a D's. Por supuesto, no tirarlas o quemarlas, sólo cuidarlas en secreto, hasta que llegue el momento en que nos elevaremos, esas ideas nos sean afines y podrán ser reveladas.
¡
Incluso D's mismo así hizo! Dice el versículo: "Dijo D's, sea la luz – y fue la luz" (Bereshit 1:3). No está escrito "y así fue", porque esa luz no nos es apropiada, y D's la escondió para revelarla sólo en el futuro (Jaguiga 12A. Rashi, Bereshit 1:4).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
sfaradit@emeir.org.il, editorial@alumbrar.org

Es posible leer la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla directamente a su casilla de correo electrónico, escríbanos a suscribame@alumbrar.org