Beahavá Ubeemuná
Majón
Meir |
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Parashat Dvarim 4 de Av
5769 Shabat Jazon No 727
Una
pequeña diferencia
Rav Lior
Engelmann
Así es en la vida, los extremos opuestos se
parecen mucho. La niñez y la ancianidad, el nacimiento y la
muerte, surgen en
el mundo a través de los mismos útiles. La sangre del
parto nos recuerda la
sangre de la muerte, y los dolores de parto son tan difíciles
como una agonía.
El niño que acaba de nacer, débil y dependiente de su
entorno, es semejante a
un anciano que se encuentra en su último día sobre la
tierra. El principio y
el fin se asemejan mucho.
Los acontecimientos que fueron síntoma del
principio de la amarga galut (exilio), vuelven a repetirse hoy
en día,
pero esta vez son señal del principio de la gueulá
(Redención): “En la
generación en que llega el hijo de David la asamblea se
transforma en una casa
de vergüenzas, el Galil será desolado y sus habitantes
andarán de ciudad en
ciudad, sin que nadie se apiade de ellos. La sabiduría de los
escribas se
adulterará, los temerosos de D’s serán despreciados, el
rostro de la generación
será como la cara de un perro, y la verdad será escasa…
los jóvenes
avergonzarán a los sabios, los sabios se pararán frente a
los menores, la hija
se revelará frente a su madre, la nuera frente a su suegra…”
(Derej Eretz Zuta
10).
Todo parece un descalabro moral total, que
es una señal de la pérdida de la existencia judía.
Muchos pecan en su
incapacidad de diferenciar entre un tipo de sangre y otro, entre la
sangre del
nacimiento y la sangre de la muerte, e inundan al público con
apreciaciones
equivocadas que siembran la desesperación y el temor, como si
nuestros
sufrimientos y caídas no tuviesen remedio alguno. Y a pesar de
ello, los sabios
de Israel - con su aguda capacidad de
análisis – nos enseñan que lo que nos parece la sangre de
la muerte, es en
realidad la sangre del nacimiento, son los sufrimientos que anteceden
al Meshiaj
(Mesías), y no los suplicios de la agonía. Nuestros
problemas, son los
problemas de un nuevo comienzo.
“‘Forzando la nariz sale sangre’ (Mishlei
30:33) – todo discípulo cuyo Rav se enoja con él por
primera vez y calla, se
hace merecedor de diferenciar entre la sangre impura y la sangre pura”
(Brajot
63B).
La sangre impura es la sangre que expresa
el cesado de la existencia, la pérdida de vida o la
imposibilidad de traer vida
al mundo. Es muy importante saber identificarla y ser conciente que se
trata de
una sangre que está relacionada con el cese de la existencia,
que aleja a los
cónyuges, una sangre que no encierra ninguna esperanza de vida.
La sangre pura, en contraste, es una sangre
que anuncia la llegada de la vida – y es una sangre que nos confunde
mucho. El
que observa las cosas desde un punto de vista común, le parece
sangre impura,
muy semejante en su apariencia a esa sangre que expresa el fin. Y el
que no se
hizo merecedor de diferenciar bien entre ellas, puede definirla
enseguida como
una sangre impura. Ese error de identificación produce un
daño enorme, porque
se trata de una sangre pura, una sangre de vida, que lo correcto
sería
definirla como tal para saber que nos encontramos frente a una
oportunidad de
añadir vida y bendición.
No todo discípulo se hace merecedor de
diferenciar entre la sangre pura y la impura, de diferenciar entre la
sangre
que anuncia una nueva vida y la sangre que cierra los portones de ella.
Por la
forma parecida de ambas, y por la apariencia amenazante, con facilidad
se puede
definir todo tipo de sangre como impura. Se necesita una habilidad
especial
para diferenciar, se necesita una mirada muy aguda para entender que
más allá
de la sangre surge la vida. Se necesita fe y valentía para
decir: ¡Es pura!
El discípulo que es descrito en este caso, reacciona
de otra forma. Él es capaz de diferenciar entre un enojo que
tiene por objetivo
criticarlo e incluso rebajar su valor, y otro tipo de enojo, que
proviene del
amor de su Rav que desea su éxito. Un enojo que por fuera parece
igual a todos
los enojos del mundo, pero por dentro está colmado del amor del
Rav por su
alumno. Él logra entender que el enojo es síntoma de vida.
Ese alumno no se deja impresionar por el
aspecto exterior, logra penetrar la capa superficial y descubre que ese
enojo
nació por su bien. Por ello, él calla, no protesta en
contra de su Rav y
analiza en lo profundo, intenta corregir su falla. Una persona como esa
–
promete
Esas sangres son una alegoría, cuando en
realidad estamos hablando de todos los incidentes nada sencillos que
están
ocurriendo en nuestra vida: Para el que se fija sólo en el
aspecto exterior de
las cosas parecen síntomas que anuncian la destrucción
cercana, pero los que son
capaces de un análisis agudo optimista lograrán ver en
ellos destellos de
esperanza.
El rey David se define a sí mismo como el
que toda su vida se ocupó de intentar definir qué sangre
es impura y cual no:
"D's, ¿acaso no soy un Jasid (piadoso)? Cuando todos los
reyes del
oriente y el occidente se sientan agrupados con gran honor, yo ensucio
mis
manos con la sangre de las placentas y fetos para purificar a las
esposas..." (Brajot 4A).
El rey David - de cuyo linaje llegará el Meshiaj
– dice que su tarea más importante es identificar la sangre
pura, para
purificar a las esposas. La capacidad de diferenciar entre lo que
parece a
primera vista como problemático, pero en realidad es un
síntoma de vida, es la
capacidad del Meshiaj que redime al mundo.
Bienaventurado es el que sabe diferenciar
entre la sangre pura y la sangre impura, entre las dificultades del fin
del
camino y los síntomas del principio de un camino nuevo. El
día de Tisha BeAv
de nuestra época no es sólo una expresión de duelo
y desesperación, contiene
también la esperanza de la gueulá plena que
llegará pronto.
Midreshet
Majón Orá
Centro de estudios
de Torá para chicas en
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Rav
Shlomó Aviner
Es
sobreentendido que eso no disminuye en nada la espantosa
destrucción. Tenemos
la mitzva del asentamiento de Eretz Israel (
Las personas fueron expulsadas con
la cabeza en alto. Incluso hubo quien antes de ser expulsado dijo:
"Antes
de marcharme, haré un banquete de agradecimiento a D's por todos
los buenos
años que viví aquí".
¿A qué se asemeja? A la
destrucción de la ciudad Betar – que fue algo espantoso (Guitin
57). Toda la
revolución de Bar Kojva fracasó en un nuevo Tisha BeAv
(Ramba"m,
Hiljot Taaniot 5:3). Y a pesar de ello, después de un tiempo
nuestros sabios
agregaron una cuarta bendición especial dentro de Birkat
HaMazon
(bendición después de haber comido pan) cuando los
caídos en la lucha de Betar
fueron enterrados: "HaTov VeHaMeitiv – HaTov (El
Bondadoso),
porque los cuerpos no se pudrieron. VeHaMeitiv (que hace
bondades),
porque permitieron enterrarlos" (Brajot 48).
En efecto, el espíritu no se echa
a perder. Hay quienes arguyen que Bar Kojva se equivocó – pero
el Rav Kuk no
piensa así. ¡Bar Kojva tenía razón! Es cierto que no tuvo
éxito en su contienda,
pero el espíritu de lucha quedó para toda la eternidad, y
por su mérito
lucharán en el futuro y vencerán en
Las personas que fueron
expulsadas de Gush Katif no se echaron a perder. Ellos fueron
"enterrados", y volverán a resucitar. Ellos hicieron despertar
el
nacionalismo Israelí, permaneciendo fieles a la tierra y su gran
fe. Ninguno de
ellos se fue corriendo a recibir indemnizaciones, ni abandonó el
lugar para ello.
Todos dijeron: "Este es nuestro lugar, esta es nuestra mitzva,
y no
iremos a ningún otro lado".
Sólo cuando no tuvieron más
remedio comenzaron a empaquetar sus pertenencias. Hay quienes
comenzaron tarde,
y hay quienes empezaron más tarde aún. Y hay quienes no
empaquetaron nada en
absoluto. Todos actuaron excelente, cada uno según su forma de
ser. Y hay
quienes fueron más lejos aún. El denominador
común: ¡Todo sea por la buena causa! ¡Y todo eso quedó para
toda la
eternidad! Esa fe en D's, y ese sacrificio, y esa valentía,
quedaron para
siempre. Lo que dirigió toda la contienda, fue
Los asentamientos fueron destruidos,
pero la potencia de la fe no. Nada de ella fue dañado. El
aspecto físico dejó
de existir. Todos despreciaron las indemnizaciones, y las aceptaron
sólo para
que puedan reconstruir su vida en algún otro lado.
No es fácil vivir en
condiciones de incertidumbre, cuando no se sabe qué será
mañana. Para eso, se
necesita una gran fe. Pero se necesita también humildad: Los
caminos de D's son
extraños. Podemos preparar un gran banquete, y finalmente D's
tirará todo al
mar. Y también al revés.
Los habitantes de Gush Katif
hicieron su parte, su obligación y mucho más
también, durante decenas de años
de construcción y también en el año de la
destrucción. Y D's hizo lo suyo, ya
sea que lo entendemos o no.
También cuando nuestro
patriarca Avraham llegó a Eretz Israel, hubo hambre y
tuvo que descender
a Egipto. Y también a nuestro patriarca Itzjak lo expulsaron de
Grar.
Y en
Nosotros continuaremos luchando
con valentía, con alegría y fe, y la verdad
encontrará su camino.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
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de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
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Director del
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Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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E-mail: sfaradit@emeir.org.il,
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