Beahavá   Ubeemuná

Parashat Pinjas     19 de Tamuz 5769     N^o 725

El principio de la desgracia
Rav Eran Tamir

Nuestros sabios fijaron tres ayunos en recuerdo de la destrucción de Ierushalaim y el Beit HaMikdash (El Templo) – el primero y el segundo:
1. El ayuno del 10 de Tevet – cuando empezó el sitio de Ierushalaim, en la época del primer Beit HaMikdash.
2. El ayuno del 17 de Tamuz – cuando lograron penetrar la muralla de Ierushalaim en la época del segundo Beit HaMikdash (en la época del primer Beit HaMikdash la muralla fue resquebrajada el 9 de Tamuz, pero después de la destrucción del segundo Beit HaMikdash nuestros sabios juntaron los dos ayunos, según la fecha más cercana a nosotros).
3. El ayuno del 9 de Av, cuando fue destruido el Beit HaMikdash – el primero y el segundo.
La conclusión de la Gmará (Taanit 29A) que habla del tema de los ayunos en recuerdo de la destrucción del primer Beit HaMikdash es: “El día 9 del mes de Av, hacia el anochecer (es decir, al final del noveno día) los enemigos prendieron fuego al Beit HaMikdash, y todo el 10 de Av se fue quemando”. Y por ello, dijo Rabí Iojanan: “Si hubiese estado en esa generación, hubiese fijado el ayuno (del 9 de Av) en el décimo día, porque la mayoría del Eijal (Sacrosanctorum) se quemó en ese día”. Y enseguida pregunta la Gmará: Entonces, ¿por qué fijaron nuestros sabios para todas las generaciones el ayuno por la destrucción en el 9 de Av, y no el 10?. Responde la Gmará: “El principio de la desgracia es más severo”.
Y enseguida preguntamos: ¿Por qué el principio de la desgracia es lo que determina?. Sobre todo cuando los otros dos ayunos – 17 de Tamuz y 10 de Tevet – también son el principio de la desgracia: En el 17 de Tamuz comenzó la caída de la muralla, y el 10 de Tevet comenzó el sitio a Ierushalaim. ¿Cuál es el sentido de ese argumento?
Nuestros sabios nos quieren enseñar un gran principio. Vivimos en un mundo en el que todo es medido según los logros: Si la meta fue alcanzada en la práctica, o no. El éxito o la severidad del daño es medido según cuánto logramos – o logró el enemigo, D’s no lo permita – llevar a la práctica las intenciones. Pero la verdad es justo lo contrario. Las cosas deben ser medidas auténticamente según la intención y la voluntad: ¿Cuál era la intención antes de la acción?. Porque el pensamiento, el deseo y la intención son la raíz, son la cosa en sí, son la esencia – y no la acción, que es sólo una consecuencia de ellos. Por ello, el atrevimiento de nuestros enemigos cuando sitiaron a Ierushalaim, rompieron la muralla y quemaron el Beit HaMikdash es en sí la desgracia, es la raíz de la destrucción mucho antes que sea quemado el Beit HaMikdash en la práctica – lo que es sólo una expresión práctica de su desvergüenza y maldad.
Por ello, la respuesta frente al atrevimiento de nuestros enemigos es lo que se llama hoy en día el “poder de disuasión”, “el orgullo nacional”, etc. Pero realmente, debemos identificar el principio de la desgracia en su comienzo, como idea y propulsora de las acciones, y actuar sin demora contra ella para exterminarla – porque ¿quién sabe cuales serán las consecuencias?
En nuestra época es muy acostumbrado juzgar todo según sus consecuencias prácticas – por ejemplo, cuando gracias a D’s no hay heridos por el disparo de cohetes en el sur, todos seguimos con la rutina – pero es un grave error. Debemos asimilar dentro nuestro las enseñanzas de nuestros sabios y de acuerdo a ello actuar, identificando la raíz del problema en las ideas e intenciones, y enseguida, cuando el enemigo pretende levantar cabeza – en sus pensamientos, que se traducen en palabras y el comienzo de sus acciones – antes que logre llevar a cabo su propósito, debemos reaccionar en forma drástica, con determinación y firmeza, para que no se atreva a hacerlo – ya que “el principio de la desgracia es más severo”.
Y de esa forma seremos merecedores de continuar con "el principio de nuestra redención" – también ese principio es la raíz – con la reconstrucción de nuestra tierra, nuestro país y nuestro Beit HaMikdash, pronto, en nuestros días, ¡Amén! 

Es una mitzva ser sano
Rav Shlomó Aviner

Es una mitzva ser sano. Quizás ustedes digan: ¿Pero no depende de nosotros? Y la respuesta: Nosotros haremos todo lo que sí depende de nuestro esfuerzo.
Por ejemplo: Vacunarse. Los casos de muerte por rubéola disminuyeron en un 74% en siete años, en vez de 750.000 en el año 5760, 200.000 en el año 5767. ¡Es un milagro! ¡Un milagro de la medicina! Es cierto que "no se confía en el milagro", pero el “milagro” confía en nosotros…
Y nuevamente, ustedes preguntaran: ¿Dónde está escrito que es una mitzva? Muy sencillo. El Ramba”m escribe que fuimos ordenados dirigirnos por los caminos de D’s, como dice el versículo “y andarás por Sus caminos” (Dvarim 28:9) – es decir, las buenas virtudes (Ramba”m, Hiljot Deot 1:6). Y a continuación, él escribe: “Que el cuerpo sea sano y pleno, es parte del camino de D’s” (Ramba”m, Hiljot Deot 4:1). Y en su libro “More Nebujim” escribe que el objetivo de la Torá es también la corrección del cuerpo (More Nebujim 3:27). Y también está escrito en el “Tur”: “Y es una mitzva que la persona haga el bien y cuide su salud, para que sea saludable y fuerte y pueda rendirle culto al Creador, bendito sea” (Tur, Orej Jaim 155).
Una de las bases principales de la medicina preventiva: “Cuando estés hambriento, come. Cuando estés sediento, bebe. Cuando tu caldera hierba – vierte su contenido” (Brajot 62B). Si tienes hambre, come. Si tienes sed, bebe. Y cuando tienes necesidades, ve al baño y no te contengas (Rashi, Brajot 62B). Y también escribe el Ramba”m: “Nunca debe comer, sólo cuando tiene hambre. Y no debe beber, sólo cuando está sediento. Y si tiene necesidades, no debe contenerse ni un momento” (Ramba”m, Hiljot Deot 4:1).
En nuestros días, los médicos dicen que no hay ningún problema con beber agua en exceso. Y como es sabido, los Rabanim (Rabinos) no son médicos, sólo citan lo que dijeron los médicos en su época, y se necesita la aprobación del médico para todo remedio que citen nuestros sabios (Otzar HaGueonim, Guitin, responsa 376). Y hay una antigua prohibición que instituyeron, de no utilizar los remedios que son citados en el Talmud (Iam Shel Shlomó, Julin, Cáp. 8), sino que se debe hacer como dicen los médicos en nuestros días (Jatam Sofer, Iore Dea 101).
Pero todos están de acuerdo con que se debe fomentar una digestión correcta – y por ello, se debe comer frutas, verduras y otros alimentos con fibras, como pan integral, arroz integral y semejantes. Y también beber mucha agua.
Y por supuesto que se debe evitar comer demasiado – que es muy dañino. Por el contrario, hay que rebajar de peso. La obesidad aumenta la probabilidad de complicaciones cardíacas y ataques al corazón. Pero rebajar de peso en forma drástica y repentina no es bueno – porque se vuelve al peso inicial después de corto tiempo.  Se debe comer según un programa alimenticio, que garantice un cambio paulatino a largo plazo.
También se debe realizar actividad física a diario. También eso nos lo dice el Ramba”m: “Mientras la persona hace ejercicio hasta cansarse, y no come hasta saciarse y su digestión es ligera – no sufrirá de ninguna enfermedad, y se va fortaleciendo” (Ramba”m, Hiljot Deot 4:14). En sus escritos médicos, el Ramba”m recomienda jugar a la pelota, porque hace trabajar a todo el cuerpo y no tiene ningún peligro (Pirkei Moshé, Cáp. 18). Pero los médicos de hoy en día recomiendan 40 minutos de caminata rápida por día. También correr es bueno, también la gimnasia en casa – pero lo principal, es la constancia. No hay “atajos”.
Volviendo a la alimentación: Nuestros sabios nos recomiendan comer “el pan de la mañana” (Baba Metzia 107B), es decir, un buen desayuno. Se necesita energías para la actividad diaria. Un refrán conocido dice: “Come como un rey por la mañana, como una persona al mediodía, y como un mendigo por la noche”. Cuando te dispones a dormir, no comas en absoluto. Los últimos estudios indican que cuando la persona duerme, la digestión se detiene totalmente.
Disminuye el consumo de comida que no es sana – sobre todo el azúcar y la grasa. Si se come mucho de ellos, es como un veneno. Escribe el Ramba”m: “La persona inteligente domina su instinto y no se deja llevar por sus pasiones” (Ramba”m, Hiljot Deot). Una doble ganancia: No come lo que no es sano, y también corrige sus virtudes. Y ya lo dijimos: No comas demasiado. No es sano (Ramba”m, Hiljot Deot 4:2) y también es glotonería (Ramba”m, Hiljot Deot 5:1).
Una buena recomendación, es comer lentamente y masticar bien – ya que “por la glotonería, la persona tiende a tragar la comida antes de haberla molido como corresponde con los dientes” (Sidur Ieshuot Israel, Zer Zaav. Y véase también Kitzur Shuljan Aruj 32:13). Y también le parece que está hambriento, y come en exceso – cuando en realidad se trata sólo de su pasión (Sidur Ieshuot Israel, Zer Zaav) – por ello, hay que hacer pausas.
Come muchas verduras y también frutas – pero no demasiado, por el azúcar que hay en ellas. Hay muchos estudios respecto al aporte de salud de las uvas, almendras, pepinos en vinagre o sal y la palta. También son alabados el te verde, las semillas de lino e incluso la malta – por supuesto, todo eso en forma limitada. Es cierto que el Ramba”m se opone al consumo de frutas (Ramba”m, Hiljot Deot 4:11) pero ya dijimos que debemos hacer como dicen los médicos de hoy en día. Y lo principal, es no comer entre las comidas todo tipo de golosinas, galletitas, gaseosas, caramelos, chocolates y helados. Se debe comer sólo en las comidas. Y no se debe comer pocas comidas al día – porque entonces se está hambriento y se come más – sino que comidas normales, a menudo. Por ejemplo: A las 7:00, una comida importante. A las 10:00, una comida ligera. A las 13:00, una comida importante. A las 16:00, una comida ligera. A las 19:00 una comida importante. A las 21:00, una comida ligera.
Y después de toda comida, cepillarse los dientes. Es importante, y también evita malos olores que molestan al prójimo.
Y no vistas ropas ajustadas – no es sano. Tampoco es recatado, y no te pienses que si eres gordo de esa forma parecerás delgado: Por el contrario, las ropas ajustadas hacen notar más el cuerpo.
Y siéntate derecho. Párate derecho. Una postura correcta evita problemas de espalda.
Y todo lo que dijimos, es para personas sanas. Las que no lo son, deben preguntarle al médico (Ramba”m, Hiljot Deot 4:21).
En efecto, la salud es un tema de la Torá (ver Shabat 82A y el comentario de Ein Iaacov allí).
Y D’s los curará totalmente de sus males.

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