Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Bamidvar     29 de Iyar 5769     No 718

La reconstrucción de Ierushalaim es la reconstrucción de Am Israel
En la actualidad

El profeta Irmya, cuando le habla a Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel) en nombre de D's, le dice: “Anda y clama a los oídos de Ierushalaim, diciendo; así dice el Eterno, acuérdoMe del cariño tuyo a Mi en tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando Me seguiste por el desierto, en una tierra no sembrada” (Irmya 2:2). El Rada”k explica que “a los oídos de Ierushalaim” quiere decir al lado de Ierushalaim. El que habla se encuentra frente a Ierushalaim, como si se encontrase frente al pueblo. También Rav Jaim de Voloshin zt”l escribe en su libro “Nefesh HaJaim” que el versículo habla respecto a Clal Israel, y lo llama “Ierushalaim”. Porque en ella se reunía todo Am Israel (el Pueblo de Israel) en las fiestas, cuando llegaban al Beit HaMikdash (El Templo). Y allí recibían abundancia de Torá, de kdushá (santidad) y temor a D’s, cada uno según la raíz de su alma en Kneset Israel (el alma genérica del Pueblo de Israel) – y por ello es llamado “Ierushalaim del cielo”. ¿Y qué es “el amor de tus desposorios”? Es el secreto de la fuente de las almas de todo Israel. Y por ello es también llamada Kneset Israel, como “Ierushalaim de la tierra” – cuando llegaba todo Am Israel en las fiestas, para presentarse frente al Señor. Y ese es el asunto de la Shjina (manifestación de la Presencia Divina), que se manifiesta sobre todo en Ierushalaim. “Ierushalaim, la edificada como ciudad bien unida entre si, a donde suben las tribus de D’s, como testimonio a Israel, para dar gracias al Nombre del Eterno” (Tehilim 122:3-4).
En la actualidad, “nuestros pies estaban plantados en tus puertas, oh Ierushalaim” (Tehilim 122:2). Comenta Rashi – “nuestros pies estaban firmes para luchar en todo lugar por los portones de Ierushalaim… Ierushalaim que está edificada en el cielo, y en el futuro Ierushalaim en la tierra será como ella… porque en Ierushalaim se revelará la Shjina, y en ella serán colocados tronos para juicio (Tehilim 122:5), para juzgar a los pueblos y el trono reinal para el linaje de David”.
Bienaventurados y dichosos somos, que nos encontramos en los portones de Ierushalaim y vemos con certeza cómo se cumple “el Eterno es el que edifica a Ierushalaim, que recoge a los desterrados de Israel” (Tehilim 147:2). Es cierto que aún luchamos por Ierushalaim – los enemigos de Israel todavía no aceptan nuestro gobierno en Ierushalaim y en
Har HaBait (el Monte del Templo) – y debemos estar preparados para combatir por su integridad y su edificación. Pero el sueño que soñaron todas las generaciones – regresar a Tzion y a Ierushalaim - ya se plasma frente a nuestros ojos. Como decimos “cuando el Eterno hizo tornar el cautiverio de Tzion, éramos como quien sueña” (Tehilim 126:1) – no “soñábamos”, no alucinaciones, sino que “como quien sueña”. Nosotros ya somos merecedores de ver con nuestros ojos a Am Israel que se reúne en Eretz Israel (la Tierra de Israel), y reconstruye a Ierushalaim. Es una gran mitzva alegrarse en el Día de la Liberación de Ierushalaim, con el regreso de nuestra soberanía en ella  y con su reconstrucción, como dicen nuestros sabios: “Todo el que guarda duelo por Ierushalaim, se hace merecedor de ver su alegría”. No dicen “de ver su reconstrucción”, sino que “de ver su alegría”: Los edificios, todos los ven. Pero el que realmente se lamenta por su destrucción, puede alegrarse por cada edificio y edificio que se construye en ella, por cada árbol que es plantado en Ierushalaim, por cada camino que es pavimentado en Ierushalaim, por cada ieshiva (centro de estudio de la Torá) y Beit Kneset (Sinagoga) que es inaugurado en Ierushalaim, por cada fábrica que es construida en Ierushalaim. Bienaventurado somos, que podemos decir y cantar con alegría en nuestra generación “alaba, oh Ierushalaim, al Eterno. Alaba, oh Tzion, a tu D’s. Porque Él fortalece los cerrojos de tus puertas, bendice a tus hijos en medio de ti” (Tehilim 147:12-13).

 Del que se alegra con el regocijo de Ierushalaim y su liberación
Dov Bigun

Midreshet Majón Orá

Centro de estudios de Torá para chicas en
español y portugués
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Divorcio emocional
Rav Shlomó Aviner

Escribió el psiquiatra Desfer en su libro "Los Hijos del Divorcio": "No es el divorcio el que determina la adaptación del niño, sino que el ambiente emocional que reina en el hogar. Entre los cientos de niños desgraciados que llegan a los psiquiatras infantiles, encontré niños confundidos, cuyos padres no pensaron divorciarse, pero no encontré ni un solo niño que sus padres vivieron juntos felices".
Es decir, las víctimas de las guerras de los padres son los niños – ya se trate de una guerra "activa", o de una "guerra fría". Es natural que hayan peleas y crisis en la pareja: No somos ángeles. Pero si así es todo el tiempo, el niño que tanto necesita la tranquilidad asimila luchas y tensiones.
Él se ahoga en un mar de tensión, con períodos de tranquilidad fingida o con explosiones desproporcionadas que estallan a causa de todo pequeño incidente. Y todo eso, en contraste con el amor que adorna a la persona amada con todas las virtudes – en forma semejante a las minas de sal, en las que la cristalización transforma incluso a la rama más común en un adorno maravilloso, como dice Stendel en su libro al amor. En forma semejante, la tensión continua transforma todo lo que proviene del cónyuge – sus movimientos más comunes, su forma de caminar, de reír, su edad, sus expresiones y juicios – en algo que enoja. Toda acción genera una reacción negativa. Todo está perdido desde un principio, porque todo es interpretado para mal. El cónyuge se encuentra en la mira, se lo persigue para buscar todo fallo. Cada uno se esfuerza por arruinar la unidad de la pareja.
Esa situación es llamada "divorcio emocional", sin un divorcio formal y legal. De momento que la vida de pareja dentro de la célula familiar fue arruinada, todo lo que les queda es atacar el uno al otro y provocarse dolor.
Esa meta irracional tiene preferencia absoluta sobre todo lo demás – a pesar que, por supuesto, ellos lo niegan en sus declaraciones fuera de la pareja – todos los medios son válidos en esa guerra. Esos medios son distintos según la pareja, y con los años la persona aprende a conocer a su cónyuge: Cuáles son sus puntos sensibles y qué es lo que le causa dolor, y allí lo atacará. También los niños a menudo son utilizados como medios en esa lucha, o como rehenes.
En todos los casos la comunicación de la pareja dejó de funcionar – en el sentido de una relación entre ellos y una capacidad positiva de escuchar. Se transforma en una cáscara, vacía, en un trajín. Es más, la comunicación lateral se transforma en más significativa que el contenido en sí de la conversación. A veces, las charlas se limitan a lo mínimo indispensable relacionado con las necesidades cotidianas. Y a veces, es como un diluvio de palabras – pero siempre hay una discordancia entre el contenido y el estilo: Por ejemplo, se habla en un tono indiferente de temas muy importantes...
Peor todavía, es el silencio. La interpretación tergiversada de las palabras y las acciones del prójimo muchas veces lleva a la limitación -  más y más - de las conversaciones. Ya no se hablan, se escriben notas. Pero es un silencio fingido, una actitud artificial que encubre a la tensión. Es una "guerra fría", que se ve como una paz. Puede darse también una guerra "activa" – es decir, un infierno de pareja, con explosiones y tormentas. Se alternan períodos de "guerra" y períodos de "guerra fría". Esa guerra viene a satisfacer tres necesidades básicas:
1. Liberación de sentimiento de culpa: Yo tengo razón, yo soy inocente, yo soy la víctima. La responsabilidad por lo que ocurre no es mía.
2. Culpación del cónyuge en toda situación, lo que complementa el primer punto. Todos los hechos y todos los recuerdos son utilizados – en forma "objetiva" – para demostrar la culpa del otro, y son una munición siempre al alcance e inagotable.
3. La necesidad de castigar al otro, más allá de lo que ocurre ahora: El que arruinó toda mi felicidad, toda mi vida, y truncó toda mi existencia – se merece ser castigado.
No hay perdón, nada es olvidado. ¡No olvidaremos, no perdonaremos! No comenzaremos una nueva hoja... Esa es una situación de divorcio emocional, con castigos perpetuos. El matrimonio se transformó en una trampa. Y como hemos dicho, los que lo pagan son los niños - que nacen y crecen en un infierno. La situación de fracaso del "nosotros", la desaparición del amor y la actitud para con el cónyuge como si su sola presencia fuese un defraude transforman al matrimonio en una cárcel, y la pareja funciona en forma enfermiza. Pero debemos recalcar que fuera del hogar, la pareja funciona en forma correcta. La persona no está enferma en su totalidad, sino que hay un punto enfermizo en su personalidad. Surge una terrible paradoja, cuando personas perfectamente equilibradas en su vida profesional y social reservan el aspecto desgraciado y enfermizo de su personalidad justamente para con su pareja y sus hijos.
Por ello, si ustedes quieren saber si alguna pareja funciona en forma saludable y equilibrada, hay que observar a sus hijos. No nos equivoquemos: No importa cuánto escondan de sus hijos esa "guerra fría", los niños la sienten mucho más de lo que ellos piensan. Ellos se dan cuenta de los síntomas de la tensión y la comunicación lateral. Es casi una locura, cuando la persona se cultiva para ser un científico, un estudioso de la Torá, o exitosa en cualquier otro campo – pero en el aspecto más importante, que es la esencia de su vida y de la vida de sus hijos, él actúa en forma odiosa y repugnante.
Pero no debemos perder las esperanzas: También de ese terrible laberinto se puede salir. También un volcán apagado puede volver a dar un fuego cálido de amor. Pero eso no puede hacerse a la ligera, sino que hay que decidir: De ahora en más, esa es la meta central de la vida. Esa labor de adaptación de la pareja que comienza después del matrimonio, de ajuste, es la que llena a la persona de placer, más que cualquier otra ocupación.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
espanol@machonmeir.org.il, editorial@alumbrar.org

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