Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir


Parashat Vaishlaj     16 de Kislev 5769     No 696

“Fue Reuben… y escuchó Israel”
Rav Azriel Ariel

El episodio de Reuben es poco claro: “Y aconteció que mientras habitaba Israel en aquella tierra, fue Reuben y se acostó con Bilá, concubina de su padre, y escuchó Israel” (Bereshit 25:22). Nuestros sabios dijeron que “todo el que dice que Reuben pecó, se equivoca” - y no tocaremos ese tema. Ellos hablan de la pregunta formal: Acaso fue ese un severo pecado de relaciones prohibidas, o se trata de algo distinto, mucho más leve?. Pero hay algo que está claro: Reuben hizo algo que estaba prohibido.
Iaacov sabe que lo hizo - “escuchó Israel” – pero no reacciona. Por el contrario, está dicho enseguida después: “Eran, pues, doce los hijos de Israel. Los hijos de Lea: Reuben, el primogénito de Iaacov…” (Bereshit 25:22-23). Y lo que eso quiere decir, es que Reuben continúa siendo considerado parte de esa familia. Él no es maldecido – como fueron maldecidos Jam y Knaan. Él no es expulsado – como Ishmael. Él no deja de ser considerado el primogénito – como su tío Esav. Ni siquiera se hace merecedor de una amonestación – como sus hermanos Shimon y Leví. La reacción de Iaacov llega sólo después de muchos años, cuando bendice a sus hijos antes de morir. Si bien es cierto que “Reuben, tú eres mi primogénito, mi vigor, y el principio de mi fuerza” (Bereshit 49:3), y por ello te merecías ser “el preeminente en dignidad, el preeminente en poder”. Pero no recibirás tu primogenitura: “Bullente como agua, no serás el preeminente, por cuanto subiste al lecho de tu padre, entonces, mi tálamo profanaste” (Bereshit 49:4). Y las cosas están escritas en forma más clara en otro lado (Divrei HaIamim Alef 5:1-3): “Y los hijos de Reuben, primogénito de Israel – que él era el primogénito, mas cuando profanó el lecho de su padre, fue dada su primogenitura a los hijos de Iosef, hijo de Israel, y él no debe ser considerado primogénito. Pues Iehudá superó a sus hermanos, y el príncipe descendió de él, bien que la primogenitura fue dada a Iosef”.
Y todavía debemos comprender el silencio de Iaacov – y aprender de ello.
Propondremos dos explicaciones.
En primer lugar, Ishmael y Esav - e incluso Shimon y Leví, salvando las grandes diferencias - perjudicaron a una tercera persona: Ishmael amenazó con atacar a Itzjak, o pecó otros pecados (según el Midrash). Esav pretendió atacar a Iaacov, y cometió otros pecados (según el Midrash). También Shimon y Leví atacaron a los habitantes de Shjem, y no a Iaacov mismo. Por ello, su padre no tenía dificultad alguna en reaccionar de inmediato, de acuerdo a la gravedad de las acciones. Pero encontramos dos casos en los que un hijo hiere a su padre: Jam y Reuben. Noaj no dudó en reaccionar de inmediato en una situación como esa, cuando Jam lo lastimó. Su reacción no se basa en el plano moral de la falta de Jam, sino que en el plano personal: “Y despertó Noaj de su vino, y supo lo que había hecho con él su hijo menor” (Bereshit 9:24). Su reacción – cuando estaba encolerizado – hizo recaer una maldición eterna sobre la descendencia de Jam. Pero no ayudó a Jam a arrepentirse ni corregir su falta.
Iaacov no está dispuesto a reaccionar inmediatamente tratándose de un asunto personal, cuando su reacción puede ser interpretada en forma equivocada como proveniente de su dolor particular. Una reacción que emana de la cólera, del dolor – seguramente provocará daño, y es muy poco probable que pueda ayudar en algo. El Gaón (genio del estudio de la Torá) de Vilna dice que a pesar que el padre tiene la autoridad – e incluso la obligación – de castigar al hijo cuando es necesario (en nuestra época, debe ser aclarado…), tiene prohibido hacerlo cuando está encolerizado: “Cuando castigue a su hijo, no lo azotará como si se tratase de un enemigo, cuando está encolerizado por lo que sucedió. Toda la intención del castigo debe ser para ayudarlo, para que en el futuro no vuelva a hacer algo así. Por ello, no lo golpeará varias veces, sólo un poco, según lo que hizo el hijo. Y cuando el padre siente que está muy enojado con el hijo – no debe castigarlo en absoluto en ese momento”.
Y a pesar que toda persona de Israel tiene la obligación de amonestar a su prójimo cuando peca, si piensa que llegará a enojarse cumpliendo esa mitzva, está exento. Por eso, Iaacov no reacciona. Él continúa acercando a Reuben hacia él, como si nada hubiese ocurrido. Él demora su reacción, y habla de ello sólo al final de sus días – no como un castigo, sino que como una consecuencia lógica y necesaria. El atolondramiento – que se expresó en la conducta de Reuben – demuestra que no eres apto para dirigir, y no hay más remedio que entregar la dirección del pueblo en manos de otra persona.
Una segunda explicación emana de una pauta básica que nuestros sabios determinaron (Brajot 7A): “Es preferible un remordimiento en el corazón, que muchos latigazos… más que cien latigazos, como dice el versículo ‘una reprensión en el hombre entendido es más que cien latigazos en el insensato’ (Mishlei 17:10)”.
Dice al respecto el Rav Kuk (Ein Aya Brajot, Cáp. 1, 70-71): “Nos enseñaron nuestros sabios la forma correcta de educar. Porque la persona no puede ser educada a los golpes, sólo con amabilidad. Y el verdadero temor, es el Temor de la Alteza, que surge de la unión del amor y la fe. Y hasta los últimos tiempos los estudiosos de la pedagogía no llegaron a esa conclusión, y su forma de educar era sólo con el bastón de los golpes. Hasta nuestros días, en los que la experiencia les demostró y les hizo comprender lo que nos enseñaron nuestros sabios con su santa inspiración… Incluso en situaciones esporádicas, cuando ha pecado y cometido graves crímenes, que se merece ser castigado… sobre todo los que fueron golpeados por haber cometido algún crimen, como era acostumbrado – también en ese caso es mejor la amonestación racional. Porque el destello racional de la persona alumbra también las tinieblas del corazón de los que ya torcieron su camino…”.
Iaacov deposita su confianza en Reuben, confía en que él reconocerá por sí mismo su pecado, sin necesidad que su padre lo amoneste. Y en efecto, muchos comentaristas hablan de que Reuben reconoció su pecado, y se arrepintió plenamente por su propia iniciativa. 

Midreshet Majón Orá

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Tratamiento intensivo
Rav Shlomó Aviner

Muchos judíos acostumbran a decir después del rezo los versículos de las seis cosas a recordar perpetuamente (Sefer Jaredim, Cáp. 4). Una de esas cosas que deben ser recordadas, es "acuérdate lo que hizo el Eterno, tu D's, a Miriam, en el camino, cuando salisteis de Egipto" (Dvarim 24:9): Ella fue castigada por haberle contado a su hermano Aharon Lashón HaRrá (calumnias) acerca de nuestro Rav Moshé (Rashi, allí).
Pero debemos preguntar: Miriam dijo la verdad!. Nuestro Rav Moshé realmente se apartó de su esposa!.
Se trata de un error: Lashón HaRrá está prohibido incluso si se trata de la verdad. Si es una mentira, es llamado Motzi Shem Rrá, y es algo mucho peor.
Pero Miriam no lo dijo en público, sólo a cuatro ojos?.
Se trata de otro error: También a una sola persona está prohibido contarle Lashón HaRrá. Si se cuenta en público, el pecado se multiplica según el número de oyentes.
Pero Miriam le contó a Aharon - que es una persona kdoshá (santa), que sabe cuidar su lengua?.
Tercer error: También a una persona tzadika (justa) está prohibido contar. Y por supuesto que está prohibido contarle a una persona que les contará a los demás.
Pero Aharon era parte de su familia?
Cuarto error: También a un familiar está prohibido contarle. Y por supuesto que está prohibido lavar la ropa sucia afuera…
Pero Miriam amaba a nuestro Rav Moshé como a sí misma: Él nació gracias a ella, cuando convenció a sus padres volverse a casar, él no pereció gracias a ella, cuando lo salvó en el Nilo?.
Quinto error: También si una persona te sonríe mucho, eso no le da derecho a apropiarse de ti, y hablar mal de ti.
Pero, cómo podía saber Miriam que D's le ordenó a nuestro Rav Moshé abandonar a su esposa?. También Miriam y Aharon eran profetas, y D's les dijo "volveos a vuestras tiendas" (Dvarim 5:27). Cómo podía ella saber que D's le ordenó a nuestro Rav Moshé "mas en cuanto a ti, quédate aquí conMigo" (Dvarim 5:28)?.
Sexto error: Cuando no se sabe, no se habla como si se supiese. Primero, se deben verificar los hechos, se debe preguntar y averiguar. En efecto, nuestro Rav Moshé no era como los otros profetas: "Si hubiera profeta del Eterno entre vosotros, Yo Me daría a conocer a él en visión, o en sueños le hablaría. No es así Mi siervo Moshé…" (Bamidvar 12:6-7). El Ramba"m explica en su libro "More Nebujim" que en realidad, nuestro Rav Moshé no era profeta, sino que algo mucho más sublime. Pero no tenemos ninguna palabra en el lenguaje humano para describirlo, y por ello lo llamamos "profeta" (More Nebujim 2:35). Miriam y Aharon miraron a Moshé a la altura de sus ojos – no a la altura de un hombre común, sino que a la altura de un profeta – y eso les hizo hablar Lashón HaRrá.
Pero Miriam era una mujer kdoshá, colmada de méritos – por qué fue castigada por un pecado tan leve?.
Octavo error: También una persona kdoshá tiene prohibido hablar Lashón HaRrá.
Noveno error: Lashón HaRrá no es un "pecado leve"!.
Pero nuestro Rav Moshé era muy humilde, y no lo tomó a pecho, como dice el versículo "y aquel varón Moshé era muy modesto, más que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra" (Bamidvar 12:3)?.
Décimo error: También tratándose de una persona humilde, que lo perdona, está prohibido contar Lashón HaRrá. Nuestro Rav Moshé perdonó – pero D's no los perdonó!.
(ver Ramba"m, Hiljot Tumat Tzaraat 16:10. Comentario del Ramba"n a la Torá, allí. Ramba"n, Sefer HaMitzvot, positivos 7).
Entonces, nos queda otra pregunta: Cómo podemos solucionar el problema?. Acaso callar, cuando vemos algo que nos parece incorrecto?.
Respuesta: Por supuesto que no, pero se le debe hablar a la persona misma, sin hablar de ella a una tercera persona. Si Miriam le hubiese preguntado a nuestro Rav Moshé directamente, él le hubiera explicado lo que hizo, y todo hubiese terminado allí. Es cierto que hay personas con las que no se puede hablar, y hay personas que no están dispuestas a escuchar. Pero no era ese el caso de nuestro Rav Moshé: Él era modesto, no tenía servidores o secretarios que lo protejan, toda persona podía allegarse a él – y por supuesto que su hermana.
Y tú, mi querido lector: Si todo lo que fue escrito no te es sabido – tienes un severo problema. Necesitas un tratamiento intensivo. Debes comenzar a estudiar el libro "Jafetz Jaim" y el libro "Shmirat HaLashón". El libro "Jafetz Jaim" es para saber las halajot, y el libro "Shmirat HaLashón" para edificar una personalidad que no es capaz de hablar Lashón HaRrá, que en forma natural la asquea y no habla algo así. Hay que estudiarlos, y repasarlos muchas veces.
Y mientras tanto, utiliza este resumen: "Lo que tú odias, no se lo hagas a tu prójimo". Lo que no deseas que hablen de ti, no lo hables respecto a tu prójimo. Esa regla no soluciona todos los problemas, pero muchos de ellos.
Y se cumplirá en nosotros el versículo "guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engañosamente, apártate del mal, y obra el bien, busca la paz, y síguela" (Tehilim 34:14-15).

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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