Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Vaietze     9 de Kislev 5769     N^o 695

El recato y el silencio
Rav Lior Engelmann

Ha llegado el momento de revindicar la virtud del recato. Desde el encumbrado y elevado pedestal de las nobles virtudes de Am Israel (el Pueblo de Israel) la virtud del recato descendió hasta el suelo, y se ensució con el polvo de las definiciones técnicas sencillas. Como si todo el recato dependiese de las prendas de vestir, como si no hubiese recato en el mundo si no fuese por las medias, las largas mangas y las polleras!. No es mi intención – D's no lo permita! – agraviar las normas de vestir recatadas que nos enseñaron nuestros sabios. Y a pesar de ello tal me parece que identificar el recato con el armario de las prendas de vestir y nada más, nos hace perdernos un rico mundo, o incluso odiarlo. Cuanto más nos encontremos con el recato auténtico, con todos sus horizontes y profundidad, también nos será más fácil aceptar con facilidad su expresión en la halajá, la que sin un profundo análisis nos puede parecer como si nos estuviese quitando la libertad en la vida, los derechos humanos, y sobre todo de la mujer – que no debe avergonzarse de sí misma.
En esta oportunidad pretenderemos también redimir la virtud del silencio de su silencio... en un mundo colmado de cháchara, rico en frecuencias de transmisión y muy variados medios de comunicación, tal parece que el derecho a callar es un concepto que sólo está relacionado con oscuros cuartos de interrogatorio. Todos hablan sin descanso, es tan barato charlar – y tampoco tienes que hacerte responsable de lo que hablas!. Los medios de prensa pretenden revelar más y más. Y el silencio... es conceptuado como una debilidad, como una carencia de opinión – ya que el que tiene lo qué decir, seguramente que no preferirá callar.
"Por mérito del recato, Rajel se hizo merecedora que de ella salga Shaul. Y por mérito del recato, Shaul se hizo merecedor que de él salga Ester" (Meguila 13B). El Midrash identifica a Rajel como un primer eslabón en una cadena de personas recatadas, que surgirán tras ella. Podríamos esperar que el Midrash hable del recato de Rajel cuando su hijo Iosef la escondió de los ojos de Esav el malvado. Pero la Gmará habla del recato de Rajel justamente por el hecho que le dijo a Lea cuáles eran las señales que ella había convenido con Iaacov, en vísperas de su casamiento. El haberle contado las señales fue un acto muy noble, una entrega total que cuesta describir – pero, por qué es definido como "recato"?!.
También Shaul era recatado. Podríamos esperar que el Midrash cite como demostración el hecho que él "está escondido entre el bagaje" (Shmuel Alef 10:23). O quizás nos cuente que él acostumbraba a no descubrir ni un palmo de su cuerpo... pero el Midrash elige citar como prueba de su recato otro acontecimiento: "Pero en lo concerniente a lo que había hablado Shmuel sobre el reinado, nada le dijo" (Shmuel Alef 10:16). También en cuanto a Ester, el Midrash ignora lo que dice el versículo que "cuando le tocó el turno a Ester... ella no pidió nada..." (Ester 2:15). Y encuentra la señal de su recato en el versículo que dice "Ester no revelaba su patria y su pueblo..." (Ester 3:20).
Si analizamos nuevamente el Midrash, encontraremos que el común denominador de todos los episodios que describe como recatados, es la capacidad de guardar un secreto - la fuerza del silencio. Guardar un secreto es una misión difícil para muchos de nosotros: Nos cuesta guardar dentro nuestro una noticia atronadora, y a veces intentamos adquirir a través de su revelación el título del que "lo sabía primero". Para guardar un secreto necesitamos un mundo interior rico, que es capaz de asimilar en él también ese conocimiento sin necesidad de revelarlo o impresionar a los demás. Según el Midrash, la persona de pocas palabras es la recatada – una persona cuyo mundo interior es lo suficientemente rico para ser capaz de esconder algo.
En efecto, Rajel demostró poseer una capacidad incalculable de generosidad para con su hermana cuando le contó las señales, pero no menos que eso durante todos los festejos del casamiento ella se comporta como la hermana de la novia: Seguramente escucha de los invitados expresiones como “que pronto tú también te cases”, y quien como ella sabe cuán cercana estuvo de ello… ella mira a Iaacov, al que esperó durante 7 años, que se casa con Lea… y calla!. Ella sabe que con una sola palabra puede poner en evidencia todo el engaño, y devolver a Iaacov a ella, pero encuentra en su mundo interior un espacio inmensurable, en el que puede incluir el secreto y callar.
Shaul se enfrenta con una revolución en su vida: El que fue a buscar los asnos está por ser el rey!. Él encierra dentro de él la importante noticia – y no se la hace saber a su primo. Como él, también la reina Ester se encuentra frente presiones insoportables de los seguidores de Ajashverosh – pero ella continua con su conducta, no revela su pueblo ni su patria, lo esconde!. El Midrash (Ester Rabah) agrega un nuevo eslabón en la cadena de los silenciosos – recatados: Binyamin, cuya piedra preciosa en el Peto, que expresa su tribu, es llamada Iashpe, e insinúa que “iesh pe, veshotek” (tiene boca pero calla, en hebreo). Binyamin sabe que sus hermanos vendieron a Iosef, pero no le contó a nadie de ello.
El recato, como también el silencio, es una virtud interna. Cuanto más rico es el mundo interno de la persona, cuanto más amplio es – así también la necesidad de recibir constantemente elogios es menor. Él esconde, calla, y a pesar de ello vive con todas las fuerzas, está colmado de un contenido interno. Y al contrario, cuanto más vacío y carencia siente la persona dentro de ella intentará llenar ese vacío con algún tipo de expresión hacia fuera, charlando sin parar y buscando la apreciación y el interés del entorno. Cuanto más baja es la autoestima, así también las expresiones de cinismo y exteriorización serán más extremas. Puede que elija esconderse totalmente de la vista de los demás – porque se avergüenza de lo poco que posee. O por el contrario, puede que elija presentarse en forma tal que “grite” todo el tiempo: “Yo estoy aquí!”.
Las halajot del recato no pretenden esconder a la persona con las ropas - según la concepción que piensa que el hombre y la mujer deben avergonzarse de su cuerpo - sino que parten del deseo de abrirle una puerta al mundo interior a la persona, que no se mide todo el tiempo según como lo miran por fuera. Un portón al mundo del silencio, que es tan valioso - más que todas las palabras que puedan decirse. Una puerta a un mundo recatado e interno, al cual ninguna exposición puede comparársele. 

La unión del público
Rav Shlomó Aviner

Tenemos una buena noticia: Si se fijan bien, encontrarán que todo el público que viste kipa tejida dice con determinación "debemos unirnos".
Bienaventurados somos que fuimos merecedores de estar todos de acuerdo por lo menos en un punto – que realmente es lo más importante: La unión del público.
Luego de ese gran logro, sólo resta un pequeño detalle a aclarar – realmente pequeño. Es cierto que tratándose de un tema tan importante es una mezquindad tratar un punto tan lateral, pero para poder tener una visión completa de la situación hay que mencionarlo: Cuál es el público que debe ser unido?. Hay muchos sectores en la sociedad, cuando cada uno grita con todas sus fuerzas elevando su gran estandarte y tocando su pequeña trompeta: "Yo poseo toda la verdad, toda la justicia y la rectitud – y todos los otros no valen nada".
Y además, cuanto más pasa el tiempo, cada sector se divide en sub-grupos, hasta tal punto que toda persona sencilla ya no sabe cuál es su público!.
Por ello, de momento que cada uno tiene su sector, entonces yo también – en mi humildad – como todos, propondré un grupo: Mi grupo es el grupo de Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel)!. Eso lo aprendí del Rav Kuk – que por lo visto no le gustaban las divisiones, como escribió en su artículo "Masa HaMajanot" (Maamarei HaReaya Pág. 76). Pero amaba mucho a Clal Israel.
Y no me digas que en Am Israel (el Pueblo de Israel) hay personas tales y cuales, con defectos de uno u otro tipo – porque yo te contestaré, en base a las enseñanzas del Baal Shem Tov: "No andará un chismoso en tu pueblo" (Vaikra 19:16) – no cuentes chismes respecto a Am Israel. Y también te contestaré – según la línea de Rashi, que cita a nuestros sabios – que la fuerza de Guidon, quien D's le dijo "anda con esta, tu fuerza, y tú salvarás a Israel" (Shoftim 6:14) fue que recalcó el mérito de Am Israel (el Pueblo de Israel). Y también te contestaré que en el "Zohar" (el libro de Kabala por excelencia) está escrito varias veces, respecto al versículo "en medio de mi pueblo yo habito" (Melajim
Bet 4:13), que lo principal es estar vinculado con todo Am Israel.
En la galut (el exilio) éramos "un pueblo disperso y disgregado" en comunidades. También en ese entonces eso era una desgracia, pero en nuestra tierra es algo insoportable: Debemos actuar de acuerdo al versículo "y quién como Tu pueblo Israel, un pueblo en la tierra".
Debemos cesar de cortar a Am Israel con el cuchillo, apodando a nuestros camaradas "malvados" y recalcando los defectos de los demás (ver Higueret Kidush HaShem, del Ramba"m). Dijo uno de los discípulos del Baal Shem Tov: "Jueces y magistrados pondrás para ti" (Dvarim 16:18) – para juzgarte a ti mismo, y no a los demás.
Si, unión del público!. Por supuesto – pero qué público?!. Todo Am Israel!. Esa es una profunda labor interna. Como es sabido, la desunión comienza con el pensamiento, continúa con las palabras, y termina con los hechos. Por ello, nuestra tarea ahora, es: La unión del gran público de Am Israel, unión de corazón.
Quizás ustedes digan: "Son todas palabras muy lindas, pero no es algo práctico. Quizás en el futuro lejano". No es así, está muy cercano. Sólo que ustedes no se dan cuenta, de tanto que hablan de la desunión se han vuelto ciegos, y no saben apreciar cuánta unión ya hay. Yo vi un ejemplo viviente de esa gran unión, de todas las fracciones de la nación.
Dónde se encuentra esa maravillosa flor?: En el ejército!. Nuestro ejército. El Ejército de Defensa de Israel. Allí hay una hermandad de luchadores hasta tal punto que son capaces de entregar la vida el uno por el otro. Bienaventurados somos, y que seamos merecedores de que esa hermandad se esparza del ejército a toda la vida nacional.
Mira lo que está escrito en el libro "Pele Ioetz" (inciso Hatzalá): "Si salva personas que estaban por ser matadas, se hace meritorio como si hubiese cumplido toda la Torá, ya que dijeron nuestros sabios que todo el que salva una persona de Am Israel es como si hubiese salvado todo un mundo (Sanedrín 37A). Y respecto a ello dijeron que incluso los más vacíos de Am Israel se encuentran colmados de mitzvot como una granada de semillas (Brajot 27A). Por que hay muchos que a primera vista parecen vacíos, pero han cumplido la mitzva de salvar a alguna persona, y de esa forma han superado incluso a los grandes sabios de Am Israel". Han escuchado?. Ese soldado que salva judíos, ha superado a los grandes sabios!. Por supuesto, eso no lo exime del cumplimiento del resto de la Torá y las mitzvot. Y por supuesto si arriesga su vida cuando lo salva, está colmado de mitzvot como una granada.
Y yo en mi humildad agrego a las palabras del "Pele Ioetz": Hay un soldado que tira una granada al enemigo, y por ello está colmado de mitzvot como una granada. Y más aún, hay un soldado que se tira sobre una granada para salvar a sus compañeros, y por supuesto que él está colmado de mitzvot como una granada…
Y no digas que a pesar de ello hay atentados, porque no hablas inteligentemente. Tú realmente piensas que Tzaha"l (el Ejército de Defensa de Israel) es 100% efectivo?!. No: Sólo 99%!. En el año 5768 hubo sólo 18 víctimas muertas por atentados terroristas en Israel (dicho sea de paso, ninguna de ellas en Iehudá ni Shomrón), en contraste hubo 500 muertos por accidentes de tránsito. Y también hubo un descenso del 50% de atentados con cargas explosivas. Todo eso no fue conseguido sin esfuerzo, sino que gracias a la sofisticación y el sacrificio de nuestro ejército.
Y quizás tú también dirás: "Pero ese es el ejército que expulsó?!". Pensé que esta vez me ahorrarás la necesidad de hablar de ese inagotable tema… Pensé que finalmente has entendido que la vida es compleja. Recuerda que ese judío que expulsó, es el judío que lucha contra los terroristas, es tu vecino, es tu familiar.
Esa es la regla: Entre judíos hay sólo diferencias de opinión, no luchas.
Me dijo un apreciado Comandante de Brigada – que no tiene kipa sobre su cabeza, ni tampoco en el bolsillo: "No me preocupa Irán ni Irak, ni Jizbalá ni Jamas, sólo me preocupa que no hablamos todos de la misma forma respecto a nuestra tierra, que hay quienes no se enrolan en el ejército – ya sean derechistas, izquierdistas, jaredim (ultra-ortodoxos) o datiim leumim (religiosos nacionalistas). Nuestro arma es el espíritu, y con ese arma triunfamos en todas las guerras".
Gracias a D's tenemos un millón de soldados que amamos y nos aman, con sus esposas y sus familias – pero no nos durmamos en la guardia.
Contó el Admo"r (director de una corriente jasídica) de Gur, Rabí Mordejai Alter, autor del libro "Divrei Emet": "Cuentan que una vez un judío rico mantenía a sus dos yernos, cuando uno de ellos comía carne y el otro leche en su mesa. Le acomodó una cocina y un comedor a cada uno por separado. Al final, perdió todo su dinero, ya no les proporcionó más carne ni leche, sólo pan y agua. Pero ellos continuaron comiendo cada uno por separado. Les dijo: Para qué toda esta separación?. Y a qué se asemeja?. En una época, todos los judíos le rendían culto a D's auténticamente, pero tenían diferencias de opinión en elevados temas, y por ello edificaron cada uno un Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá) por separado. Pero ahora, cuando todo es ruinas, y la lucha es por la subsistencia, por las cosas más básicas sobre las que no hay diferencias de opinión – para qué necesitamos la división?!".
Por ello, volvamos al principio, a la unión del público, el gran público de todo nuestro pueblo, nuestro amado pueblo, nuestro respetado pueblo, nuestro valiente y vigoroso pueblo, nuestro pueblo que es tan bueno – por fuera y por dentro.

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