Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Tzav 15 de Adar
Bet
5768 Shushan Purim No 660
Rav
Azriel Ariel
El cuento de Meguilat Ester está
relacionado con muchos campos: El campo nacional (Israel), el campo
reinal
internacional (Persia), el campo municipal (ciudades con muralla, y
ciudades
sin muralla), e incluso campos relativos a la vida privada de sus
protagonistas
– Ajashverosh y Haman, Ester y Mordejai. Pero nosotros - leyendo entre
líneas -
intentaremos hablar de otro campo: El campo familiar.
Meguilat Ester es el
cuento de familias que fueron arruinadas. La familia de
Ajashverosh fue arruinada con violencia, cuando Ajashverosh mata a su
esposa
Vashti, siguiendo el consejo de Memujan. La casa donde se crió
Ester fue
arruinada, cuando su padre y su madre murieron a temprana edad.
También la casa
de Mordejai fue arruinada: Según nuestros sabios Ester era su
esposa, que le
fue robada por Ajashverosh. E incluso la casa de Haman es arruinada, el
día que
fue colgado del árbol. Sólo una casa es edificada en
Para nuestra sorpresa, de entre las casas
que son arruinadas hay una que resalta por su estabilidad: La casa de
Haman!.
Si analizamos las relaciones entre Zeresh y Haman, encontramos que eran
muy
buenas. Haman hace participe a su esposa de sus vivencias – las buenas
y las
malas. No tiene necesidad de esconderle nada. Cuando su
situación es buena, la
invita junto con sus amigos – "hizo venir a sus amigos y a su esposa
Zeresh" (Ester 5:10) – para contarles "sobre la gloria de sus
riquezas, y la multitud de sus hijos, y acerca de cómo le
había promovido el
rey al rango que detentaba, por sobre los príncipes y servidores
del rey"
(Ester 5:11). Y ella es la primera que lo aconseja bien – desde su
punto de
vista: "Y le dijo su esposa Zeresh, y todos sus amigos…" (Ester
5:14). Y cuando su situación empeoró, se siente
suficiente seguro con ella para
contarle – y después a los demás – el incidente que le
ocurrió: "Y le
contó Haman a su esposa Zeresh y a todos sus amigos todo lo que
le
ocurrió" (Ester 6:13). Ella comparte con él su pena, y no
lo deja
equivocarse ilusionándose – pero no será la primera que
le dirá la mala
conclusión: "Y le dijeron sus sabios, y su esposa Zeresh" (Ester
6:13). Y mientras que los "amigos" se transformaron en
"sabios", ella quedó como siempre: Siempre fue "su esposa
Zeresh". Si bien es cierto que Haman es "Haman el malvado", pero
incluso los malvados tienen algún punto rescatable. Y no es por
azar que
nuestros sabios dijeron que "de los descendientes de Haman estudiaron Torá
en Bnei Brak" (Guitin 57B) – y también nosotros podemos aprender
algo de
ellos.
La casa más enferma, es la de
Ajashverosh. Para él, la mujer es un objeto: "Úsalo, y
tíralo". No
tiene una comunicación normal con ella: Con Vashti, ni siquiera
habla. Dicho
sea de paso, nunca es llamada "su esposa", sino que "la
reina", lo que recalca que el vínculo entre ellos era formal y
nada más,
no una relación personal. Él le ordena, ella desobedece,
y los sabios la
sentencian a muerte sin que él ni siquiera intente hablarle y
escuchar la razón
por la cual así se comportó. Del cuento es notorio lo que
dicen nuestros
sabios, que Ajashverosh no era descendiente de ninguna dinastía,
y por ello se
comportaba en su casa como un "nuevo rico". Vashti - que era hija de
reyes, y tenía autoestima – no se rindió, y fue asesinada
(incluso si fue
"sentenciada" según algún tipo de "juicio"). Ajashverosh
también amenaza a Ester con la muerte, hasta tal punto que ella
teme
acercársele sin que él la llame. Las charlas entre ellos
no son parecidas a las
de una pareja casada: Más bien son las charlas entre un
gobernante y un
vasallo. "Y habló Ester nuevamente ante el rey,
prosternándose, y con
lágrimas en los ojos le rogó…" (Ester 8:3). Ester – que
también ella es
hija de una dinastía – le corresponde con la misma moneda, y
esconde su
secreto. "Ester no dice su nación ni su pueblo" (Ester 2:20). Y
también ella - como la reina anterior - nunca es llamada "su
esposa",
sino que "la reina". E incluso cuando Haman enciende los celos
románticos del rey, le grita: "Acaso querrás forzar a la
reina
delante de mí, en mi propia casa?!" (Ester 7:8) – en vez de
decir "mi
esposa".
La gran tragedia, ocurre en la casa
conjunta de Mordejai y Ester. Las relaciones entre Ester y Mordejai son
complejas. Él era mucho mayor que ella, "y él crió
a Hadasa, o sea Ester…
cuando murieron su padre y su madre, Mordejai la tomó como hija"
(Ester
2:7). Y nuestros sabios dijeron que no debe ser interpretado "bat"
(hija, en hebreo) sino que "bait" (casa, en hebreo). Ester lo
obedece ciegamente: "Ester no hizo saber cuál era su pueblo y su
linaje,
porque así le había dicho Mordejai" (Ester 2:10). Y
más adelante,
"Ester no dice su nación ni su pueblo… como le había
ordenado Mordejai,
porque Ester hacía lo que le ordenaba Mordejai, como cuando ella
fue criada por
él" (Ester 2:20). Pero esa obediencia no era producto de
amenazas, sino
que de un gran respeto. En la continuación de la trama de
Pero el sacrificio de Ester no fue en
vano. Ella sacrificó su casa particular por
El cuento de una familia, que se esconde
en los tortuosos pasajes de Meguilat Ester, finalmente es
revelado
cuando todos los campos se unen: El nacional y el familiar, el
comunitario y el
municipal – "y esos días son recordados y observados por cada
generación,
cada familia, cada país y cada ciudad" (Ester 9:28). Y
finalmente
"nunca dejarán de observarse esos días de Purim,
ni perecerá su
memoria de su simiente" (Ester 9:28).
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Rav
Shlomó Aviner
Respuesta: Exterminar
el terrorismo no es maldad, sino que es moral. Es la cima de la
moralidad!: Es
decir, borrar del mapa asesinos que matan hombres, mujeres y
niños, personas
buenas y correctas.
Así le contestó nuestro Rav, el Rav Tzvi
Iehudá Kuk, al Comandante de Batallón que le
preguntó cuál debe ser nuestra
actitud frente a los terroristas: "'El que pretende matarte,
madrúgalo',
'el que persigue a su prójimo para matarlo, dijo
Una persona moral, no es una persona que
diserta solamente, sino que es una persona que lucha contra la maldad.
Escribe
el Rav Kuk: "Los pensadores puros – que son el núcleo central de
la
humanidad, que para ellos ella vive – siempre luchan contra las
personas
malvadas, que ponen como meta de sus vidas la cualidad de la fiera
humana que
se encuentra en la humanidad que aún no ha madurado, como
particulares y como
sociedad" (Maamarei HaReaya 508).
Ocurrió una vez que un terrorista penetró
en un asentamiento judío, y se abalanzó con un cuchillo
sobre una mujer que
llevaba un bebe en cochecito. Ella protegió con su cuerpo a su
niño, y el
terrorista la acuchilló más de diez veces en su espalda.
En forma milagrosa,
llegó un judío, le disparó al terrorista y lo
liquidó. Un periodista le
preguntó en la radio: "Cómo te sientes después de
haber matado un ser
humano?". Él le contestó: "El que maté no era un
ser humano!".
Tratándose de salvajes, hay que ser
cruel. También el más misericordioso debe comportarse
cruelmente en semejantes
situaciones – y esa es la máxima bondad. Como dice el Rav Kuk:
"Ser cruel
para santificar el Nombre de D's, para vengar los enemigos de D's…
porque toda
su intención… es hacer el bien para con todo el mundo, quemando
las espinas del
viñedo… cuán grandiosa es la bondad, hasta tal punto que
todos esos
ajusticiamientos son anulados frente a ella y son incluidas en ella, y
son
considerados también bondad" (Maamarei HaReaya 429-430).
Somos morales, e incluso muy extremistas
en lo que a misericordia respecta. Escribe el Rav Kuk, en
relación a las
batallas del rey David: "No era posible que sólo Am Israel
(el
Pueblo de Israel) no luche, porque entonces todos los pueblos se
habrían unido
para exterminarlo, D's no lo permita. Y por el contrario, era necesario
que los
salvajes le tengan miedo, también comportándose con
crueldad, con el anhelo de
llevar a la humanidad al nivel que debe alcanzar – pero no antes de
tiempo" (Iguerot HaReaya Alef, Pág. 100).
Lo que no fue capaz de hacer Shaul – que
era demasiado delicado en el campo de batalla. Escribió el Gaón
(genio
del estudio de
Justamente por el hecho que amamos la paz
debemos ser duros en el combate, para decidir la batalla de una vez,
rápidamente. "Quebranta los lomos a quienes se alzan contra
él, así como a
sus aborrecedores, para que no se levanten más" (Dvarim 33:11).
Explica el
Netzi"v (Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín) que no
alcanza con
"quebrantar los lomos", "que no es más que herirlos en la lucha.
Pero puede que enseguida después vuelvan a levantarse y luchar
nuevamente. Por
ello, la bendición 'para que no se levanten más' es que
la victoria será de tal
forma, que no podrán levantarse nuevamente" (Haamek Davar,
Dvarim 33:11).
Él explica: "Como ocurrió con David,
que en corto tiempo logró más que otros reinados exitosos
en muchos años".
Por ello, dice el versículo "cual los cuernos del búfalo"
(Bamidvar
24:8): Es semejante al búfalo, que "corre rápidamente,
gracias a sus
grandes pasos. En forma similar, a pesar que David se conducía
en forma natural
y salía a la batalla con un ejército de luchadores, de
todas formas sus pasos
eran muy anchos". Y por ello, "consumirá a los pueblos que le
oprimen" (Bamidvar 24:8) – consumirá a los pueblos que son sus
opresores –
y no todos los pueblos, "y roerá sus huesos" (Bamidvar 24:8).
"Respecto al rey Shaul dice el versículo 'y a cualquier lugar
que se
dirigía, derrotaba a los enemigos' (Shmuel Alef 14:47). Mientras
que respecto
al rey David dice 'y era David muy afortunado en todas sus andanzas'
(Shmuel
Alef 18:14) – y ambos versículos se refieren al éxito en
sus batallas. La
diferencia entre ellos, es que hay quien vence en la batalla y no
conquista al
enemigo, sólo lo debilita: No conduce al éxito su pueblo,
sólo derrota a su
contrario. Y hay quien vence y conquista, y eso es exitoso para su
pueblo: Esa
es la diferencia entre Shaul y David. Shaul sólo debilitaba a
los
contrincantes, mientras que David conquistaba a los enemigos y nombraba
gobernadores,
como hizo con Edom y Moav (Shmuel Bet 8:6-14) y todos los pueblos que
conquistó".
El rey Sahul sólo debilitaba al enemigo,
y por ello las luchas no cesaban. Derrotó al enemigo, pero no
trajo la solución
para su pueblo. Mientras que David conquistaba, y nombraba gobernantes
– es
decir, los dejaba bajo gobierno y soberanía de Israel. "Sus
huesos" –
"es decir, se reforzaba con los pueblos", "roerá" –
"es decir, los traerá para sí, y los unirá con
Israel": Anexó todo
territorio que conquistó. De forma que la guerra termina, y el
soldado de
Israel puede dejar de luchar, porque ya no es necesario. "Otra
diferencia
entre esos dos tipos de conquista, es que el que vence al enemigo
sólo lo
debilita en forma temporal, hasta que vuelva a sobreponerse dentro de
algunos
años, y deberá ser necesario cuidarse de él… pero
el que conquista y nombra
gobernantes, no lo deja reforzarse, y no tiene que cuidarse más.
Y eso es lo
que vio Bilam respecto a David, 'y sus flechas exterminará'
(Bamidvar 24:8) –
romperá las flechas con las que hizo la batalla, porque no las
necesitará
nuevamente. Y así fue al fin de los días de David, y
todos los días de
Shlomó" (Haamek Davar).
La dureza de David en el campo de batalla
fue la que permitió la paz, y le ahorró un sufrimiento
innecesario al enemigo.
También escribe el Netzi"v:
"Shaul vencía en la lucha, y cometía atrocidades en la
tierra del enemigo
– y no tenía más remedio, para que no vuelvan a luchar,
porque no los
conquistaba. Mientras que David cuando los conquistaba no le era tan
necesario,
porque después de la conquista dejaba allí gobernantes
suyos. Y por eso dice el
versículo respecto a David 'y era David muy afortunado en todas
sus andanzas'…
porque los temerosos de D's no se alegran con la destrucción,
incluso de sus
enemigos… y por ello está escrito respecto a las conquistas de
David 'Tus
temerosos me verán, y se alegrarán' (Tehilim 119:74) –
porque no hice
atrocidades" (Arjev Davar, Dvarim 33:11).
Aniquilar totalmente al enemigo, y
dejarlo bajo soberanía y gobierno Israelí es lo
más moral: No sólo para con las
inocentes víctimas de Am Israel, sino que también
para el enemigo mismo,
para evitar una lucha continua – y eso es lo que nos llevará a
la paz. Se puede
romper las flechas, porque no se teme que el enemigo vuelva a atacar,
gracias a
la fuerza de persuasión de Israel. Enseguida después del
versículo que dice
"'y sus flechas exterminará" (Bamidvar 24:8), está
escrito "se
agazapó, se echó como un león, y como un
león fuerte, quién lo levantará?.
Benditos los que te bendigan, y malditos los que te maldigan" (Bamidvar
24:9). Comenta el Netzi"v: "Desde ese entonces,
descansará y
nadie se atreverá a luchar contra él... Incluso
algún otro pueblo que nunca
conquistó, no se atreverá… No sólo que no se
atreverán a luchar contra Am
Israel con la espada, sino que tampoco se atreverán a
maldecirlo"
(Haamek Davar, allí).
Fortalezcámonos, y reforcémonos.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
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