Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Rav
Azriel
Ariel
“Dijo
entonces Moshé: Ruegote, me permitas ver Tu gloria” (Shmot
33:18). Acaso Moshé
pidió ver a D’s?. Acaso él no sabía que “no tiene
forma, y no tiene cuerpo”
(canto Igdal)?. Y por qué le contesta D’s: “Porque el hombre no
puede verme y
vivir” (Shmot 33:20) - como si después de la muerte fuese
posible verlo?. Acaso
no hubiese sido más sencillo decir que no hay lo qué ver?.
Este tema
fue tratado por los más grandes sabios de todas las
generaciones. Y nosotros
marcharemos tras dos de ellos: Rav Saadia Gaón - de la
época de los Rishonim
– y Rav David HaCohen, el “Rav HaNezir” – de
nuestra época.
Rav Saadia
Gaón escribe (Emunot VeDeot, Maamar 2, Cáp. 12): “Y
confundió a algunas
personas la pregunta de nuestro Rav Moshé. Cómo puede ser
que le pidió a D’s
‘me permitas ver Tu gloria’?. Y más los confundió la
respuesta ‘tú no podrás
ver Mi rostro, porque el hombre no puede verme y vivir’. Y más
aún se confundieron
cuando Le dijo: ‘Para que veas Mis espaldas, mas Mi rostro no
será visto’
(Shmot 33 18-23)”. Y contesta: “Porque El Creador crea una luz, que le
muestra
a los profetas... y cuando uno de ellos ve esa luz, dice que vio la
gloria de
D’s. Y hay quien dice que vio a D’s...”. Es decir: Cuando D’s desea
revelarse a
un profeta, crea una luz. Esa luz no es D’s mismo, ni siquiera una
materialización de Él – D’s no lo permita!. Es una
creación, de la misma forma
que el Sol y su luz son creaciones Divinas. Y Moshé no
pidió ver a D’s mismo –
D’s no lo permita! – sino que ver Su gloria. Su gloria no es
Él mismo,
sino que es como una vestidura externa. Es semejante a las ropas de la
persona,
que no son la persona misma, sólo una envoltura externa que
cubre su cuerpo. (Y
la verdad debe ser dicha: También el cuerpo de la persona no es
la persona
misma, sólo una envoltura externa. Y podemos llegar a aprender
algo sobre la
forma de ser de la persona, en base a su apariencia física...).
A través de esa
luz que el profeta ve, con las formas que él percibe, D’s le
insinúa lo que no
puede ser concebido a través de los sentidos. La luz y lo que se
ve en ella,
son como una metáfora que insinúa lo que se encuentra
más allá. Semejante a lo
que dice el versículo “he aquí que está tras
nuestra pared, mira por las
ventanas, atisba por entre las rejas” (Shir HaShirim 2:9). (Hay algunos
sabios
de la época de los Tanaim que dijeron que esa luz
también la ve la
persona cuando pasa de este mundo al mundo de las almas, y por lo visto
hay testimonios
de personas que llegaron a esa situación y volvieron a la vida
terrenal que lo
confirman).
De acuerdo a
ello, explica Rav Saadia Gaón nuestro episodio: “Pero cuando
ellos ven esa luz,
no pueden mirarla directamente... y nuestro Rav Moshé
pidió que D’s le dé
fuerzas para que pueda mirar esa luz. Y le contesto que en el principio
esa luz
es muy poderosa y no podrá verla, porque puede llegar a morir.
Pero Él la
ocultará... hasta que pase esa luz inicial... como le dijo ‘te
cubriré con Mi
mano, hasta que haya pasado’ (Shmot 33:22). Y después que haya
pasado esa luz
inicial, descubrirá a Moshé y podrá ver la luz
final, como dice el versículo
‘luego apartaré Mi mano, para que veas Mis espaldas’ (Shmot
33:23)”.
Y concluye
Rav Saadia Gaón: “Pero El Creador mismo - no es concebible que
sea visto por
nadie, y eso es una mentira”.
Esa es la
profecía: El profeta ve “La luz de
"Proclamo aquí Tu gloria, y Te ofrezco
cantos de amor.
Digo Tu alabanza, aunque no Te he visto.
Te describo, aunque no Te he conocido.
A través de Tus profetas de entre Tus adoradores, Mostraste Tu
esplendor majestuoso (Tehilim 145:5)...
Ellos Te imaginaron no como realmente Eres, Te describieron por Tus
obras solamente.
Te diseñaron en innumerables visiones, a pesar de todas las
comparaciones Tu eres único.
Ellos vieron en Ti edad anciana y edad juvenil, con el cabello de Tu
cabeza ya gris, ya negro...".
El Rav HaNezir, en una clase que dedicó a ese tema, nos
hizo
notar lo que dice el Tirgum Onkelus
(traducción-comentario de
Por ello, sólo nos resta elevar nuestra plegaria al que ordena
las
generaciones de antemano, que apresure la llegada del futuro
benévolo que
vaticinaron nuestros profetas, como continúa en el canto “Shir
HaKavod”,
hacia el final:
"Tu palabra suprema es verdad (Tehilim 119:160), Creador de todo
(Ishaya 41:4), cuida de Tu pueblo que siempre Te busca.
Que mis numerosos cantos sean ante Ti, que mi grito sonoro llegue cerca
Tuyo.
Que mi alabanza sea como una corona para Tu cabeza, que mi plegaria se
levante como piadoso incienso ante Ti (Tehilim 141:2).
Que Te sea precioso el canto de un pobre hombre, como el canto que
será
cantado con los sacrificios".
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Majón
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Shlomó
Aviner
Respuesta: Tú has dicho la respuesta:
“HOY”. D’s no te
exige que corrijas todo tu futuro, sólo HOY. “Hoy – si
escucharéis Su voz”
(Tehilim 95:7). Hoy, sólo hoy. Cuando se ayuda a personas que se
encuentran en
un estado de adicción, a veces se utiliza un método: No
se les exige corregir
su conducta para siempre - sólo hoy. Y mañana – veremos.
Así nos explica el Rav Kuk (Midvar Shur): Nuestros sabios
dijeron
“arrepiéntete el día anterior a tu muerte” (Avot 2:10). Y
cuando le preguntaron
a Rabí Eliezer sus discípulos quién sabe
qué día morirá?, les dijo: "Entonces,
que se arrepienta hoy, porque quizás mañana
morirá!" (Shabat 153A). Si así
es, por qué no dicen simplemente: Que se arrepienta cada
día?. Porque no es
la misma tshuva (arrepentimiento sincero). Si una persona
cree que
todavía le quedan muchos años de vida, debe planear el
presente y el futuro
para que no vuelva a reincidir en su falta. De esa forma sentirá
sobre sus
hombros un pesado yugo, y perderá la esperanza de arrepentirse
sinceramente:
Quién sabe qué pruebas le esperan en el futuro?.
Por ello, le decimos: Prepárate sólo para un día.
“Y por un sólo
día, le será fácil vencer a su instinto en las
pruebas que encontrará, incluso
si se ha acostumbrado a hacer el mal – D’s no lo permita. Y
después, se
esforzará otro día más, hasta que se acostumbre a
andar por el buen camino”
(Midvar Shur 88-89).
Ese es el secreto de la concentración de las fuerzas: No te
disperses, concéntrate en lo que haces en este momento, y en
este día (ver
Musar Avija 2:2, Bejol Drajeja Daeu). Pero toma en cuenta que puede que
toda tu
vida tengas que luchar por alcanzar las mismas metas. También Tzaha”l
(Ejército de Defensa de Israel) lucha con gran sacrificio contra
nuestros
enemigos desde
Hay una antigua leyenda griega, según la cual un personaje fue
castigado de una forma muy frustrante: Debía llenar con agua
para toda la
eternidad un barril perforado, que se vaciaba todo el tiempo. Salvando
las
grandes diferencias, nuestros sabios nos cuentan que el que estudia y
se olvida
todo lo que estudia – en forma semejante al barril que se vacía
constantemente
– no debe preocuparse, porque será recompensado por cada balde
de agua que
volcó en el barril. En otras palabras: “La recompensa, es
proporcional al
esfuerzo” (Avot 5:23). D’s no juzga a la persona por sus logros, sino
que en
base a su esfuerzo, en base a la utilización plena de las
fuerzas de su alma.
Cada persona en la tierra tiene condiciones de inicio y
condiciones de lucha distintas. Por ello, no es juzgada según
los logros, sino
que según su lucha. “Y quizás tú digas: Yo estudio
mucho, y él estudia poco?.
Ya sea que estudia mucho o estudia poco, lo importante es la
intención” (Brajot
17A).
Escribió el Rav Kuk (Shmona Kvatzim 8:36): No debemos desesperar
si después de esforzarnos muchos años nos encontramos
exigiéndonos en los
mismos asuntos que tanto nos ocupamos de ellos y andamos en derredor. Y
en lo
que respecta a las cosas básicas de las buenas virtudes, a veces
nos
encontramos en la misma situación, permanecimos en nuestra
pequeñez, y nos
vemos necesitados a lo largo de toda nuestra vida del mismo esfuerzo
para
superar problemas morales sencillos – es decir, nos encontramos en el
mismo
punto de partida. Pero después de todo, sabemos que nuestro
esfuerzo no fue en
vano, y nuestro espíritu se ha enriquecido mucho con esa labor.
El sentimiento
de frustración que nos acompaña cuando nos damos cuenta
que después de tanto
trabajo todavía nos encontramos en la oscuridad, llega para
enseñarnos: Qué
pretende D’s de nosotros?. Él pretende que siempre – incluso
hasta la vejez –
nos encontremos armados de nuestras fuerzas espirituales, para trabajar
y
cargar, y nunca digamos que ya hemos terminado nuestra tarea. Porque la
meta no
es alcanzar algún logro, sino que elevarnos, y siempre andar
trepando. Y cuando
nos ataca algún sentimiento de holgazanería que pretende
debilitar nuestro
esfuerzo, y nos hace ver la dura realidad: Tal parece que todo nuestro
esfuerzo
pasado no tuvo ningún fruto, como si permaneciésemos en
la misma situación
inicial en la que empezamos a trabajar, de pobreza de espíritu y
congoja. Eso
no es para que desesperemos – D’s no lo permita – sino que para
hacernos
recordar que debemos luchar siempre, que no debemos alcanzar una meta
determinada sino que luchar. “Bienaventurado sea el hombre temeroso de
D’s que
desea las mitzvot” – las mitzvot en sí, y no su
recompensa. Y
después que aceptemos con buen corazón la época de
oscuridad, nos alumbrarán
luces nuevas- viejas, “D’s es mi luz y mi esperanza – de quién
temeré?”
(Tehilim 27:1).
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ibero-americano
Majón Meir
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Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
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