Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Simjat Torá 22
de Tishrei
5767 No
586
La herencia
de la comunidad
Rav Itiel
Ariel
El día de Simjat Torá - en el que se
culmina el ciclo anual de
la lectura de la Torá
– es también el día de “la Comunidad de
Iaacov” (Dvarim 33:4), y se caracteriza por la
alegría conjunta de la colectividad, cuando en el centro se encuentra la Torá. Por
parte
de la persona particular que tuvo el mérito de estudiar la Torá
con
perseverancia, y completa su estudio junto con el público – por
supuesto que es
una gran alegría, para él y para todo el público.
Pero tal parece que no hay
otra festividad como esta, en la que todo gira alrededor de la
congregación
como una unidad en sí: Ya sea en las ieshivot (centros
de estudio de la Torá)
- que son grupos
consistentes de personas que se dedican al estudio perpetuamente - o ya
sea en
las otras congregaciones de Israel - en las que se lee la Torá
a lo largo del
año, y también en ellas se fijan clases para el
público general.
En efecto, el término “Comunidad de Iaacov” no es común
en la Torá:
Por lo general,
estamos acostumbrados a encontrar términos como “la Casa de Iaacov”, o
“la
descendencia de Iaacov”. Y hay quienes propusieron interpretar ese
término como
insinuación de los muchos conversos que en el futuro se
congregarán y se unirán
a Am Israel (el Pueblo de Israel), como comenta el Ramba”n.
Pero
justamente la interpretación moderna del término
“comunidad” parece más afín al
versículo en su totalidad – “la Torá
que nos encargó Moshé, herencia será de la Comunidad de
Iaacov”: Es decir, la pertenencia de
la Torá
del judío, necesariamente surca a través de la
comunidad, y sólo en un
marco como ese la herencia de la Torá
y su patrimonio son trasmitidos de generación en
generación.
En ese día recalcamos el aspecto colectivo de todos los detalles
de la Torá
y sus mitzvot,
que estudiamos con esfuerzo diario a través de nuestros
maestros, trasmitidos
de generación en generación hasta nuestro Rav
Moshé. Y ello acentúa
necesariamente el lugar de la comunidad, en la que se determina la forma de ser
de la vida pública - alrededor de la Torá
y su estudio.
En esencia, el estudio de la
Torá pertenece al plano particular del
individuo: Es
él el que tiene que determinar su capacidad de estudio personal
y crear un
marco de tiempo y estudio adecuados. Pero esos logros personales – con
toda su
importancia – no pueden ser recibidos o trasmitidos por herencia. El
estudio y
conocimiento de la Torá
de nuestro Rav Moshé, no se puede comparar al estudio y
conocimiento de Rabí
Akiva – a pesar que “todo lo que algún discípulo
innovará en el futuro, ya le
fue dicho a Moshé en el Monte Sinai”. Y sólo en donde se consolida un grupo que
estudia y cumple la Torá
como comunidad, sólo allí puede surgir una profundo
sentido de pertenencia, que
continúa pasando a lo largo de las generaciones.
Y por ello – dicen en la
Jasidut (corrientes jasídicas) –
bailamos con los
libros de la Torá
cerrados y tapados con sus mejores vestiduras, para recalcar que
la Torá
le
pertenece a todo judío en forma genérica - por la esencia
colectiva común, de
la que él es parte - incluso antes de haber sido merecedor de
profundizar en el
contenido de las letras que en ella están escritas.
Midreshet
Majón
Orá
Centro de estudios
de Torá para chicas en
español y portugués
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interesadas, hay dormitorios en el lugar
Vamos
avanzando
Rav
Shlomó
Aviner
En
los primeros días de la Guerra de Iom Kipur volvió
del frente de batalla un alumno de la ieshiva (centro de
estudio de Torá)
“Merkaz HaRav”, quebrantado y desmoralizado, y le
contó con
desaliento a nuestro Rav -
el Rav Tzvi Iehudá Kuk - los duros acontecimientos de los que fue testigo. Nuestro
Rav lo
escuchó atentamente, sentado en una postura que toda ella
decía vigor y
fortaleza. Cuando el alumno terminó su
relato, dijo sólo dos palabras: “Vamos
avanzando!”. Es
decir, a pesar de las dificultades, las derrotas y las crisis, en
general, si
se toma en cuenta todo – vamos avanzando. Vamos avanzando en todos los
campos.
1.
Torá: En la galut
(el exilio), nuestra vida está en peligro. No
solamente nuestra vida física, sino que también nuestras
almas. Hace cien años,
los Rabanim (Rabinos) de Rusia se opusieron a la aliá
(emigración
a Israel), porque ese país tenía muchos talmidei
jajamim (eruditos del
estudio de la Torá)
y estudiantes,
mientras que Eretz Israel (la Tierra de Israel) tenía muy
pocos. Y cuál es la situación hoy en día?.
Allí, casi no hay nada, es
terrible!. Y aquí, el país está colmado de Torá,
de ieshivot, de Ulpenot
(centros de estudio para muchachas), toda la nación estudia Torá.
Por
supuesto, todavía queda mucho por hacer, pero vamos avanzando!.
2.
Eretz
Israel (la Tierra de Israel):
Me dijo
un amigo con barba blanca, que “cuando mi bisabuelo nació,
aquí había 30.000
habitantes!. Cuando mi abuelo nació, 80.000!. Cuando mi padre
nació, 200.000!.
Yo, 600.000!. Mi hijo, 2 millones!. Mi nieto, 5 millones!. Y hay
quienes dicen
que la situación se deteriora…”. Por el contrario, nos
fortalecemos tanto en la
reunión de los exilios como en la reconstrucción de la
tierra. Gracias a D’s,
tenemos un país magnífico. No somos conscientes de ello,
pero en todo el mundo
el Estado de Israel es admirado, por su empuje perpetuo. Hay quienes
nos aman,
y hay quienes nos odian, pero todos nos valoran. Y como escribe el Rav Kuk:
“Después de todas las
muchas carencias que notamos en nuestra vida colectiva - en nuestra generación en general y en Eretz
Israel en particular - debemos sentir que renacemos, desde los
niveles más
bajos somos vueltos a crear nuevamente como en los días de
antaño” (Orot, Orot
HaTjia 26).
3.
Ejército: Ocurrió
una vez que un padre, muy dolido por lo que ocurrió en el
Holocausto, llegó al país después de la
creación del Estado de Israel, y le
dijo a su hijo: “Allí, ellos sostenían armas y nos
asesinaban. Aquí, el judío
viste uniforme y sostiene un arma... ha llegado la época del Meshiaj
(el
Mesías)!”. Si bien es cierto que el Meshiaj aún
no ha llegado - y lo
esperamos todos los días - pero esta es la preparación para su llegada. Como
dice la Gmará,
que las
guerras son “Atjalta DeGueula” (el comienzo de la Redención)
(Meguila
17B). Hay alrededor nuestro 300 millones de árabes, que son
apoyados por muchos
países, y nuestro valiente y sagaz ejército nos protege,
como su nombre lo
indica: Ejército de Defensa de Israel. Qué capacidad de
sacrificio maravillosa
vemos en nuestros soldados!. Dicho sea de paso: Una vez alguien
preguntó,
“también en los ejércitos de nuestros enemigos a veces
vemos capacidad de
sacrificio?”. Por supuesto, también los Nazis se sacrificaban,
pero la pregunta
es: Por qué ideal te sacrificas?. Acaso te sacrificas por hacer
el mal, o por Am
Israel (el Pueblo de Israel), por Eretz Israel, por
santificar el
Nombre de D’s – como nuestro ejército?!.
4.
Ahavat
Israel (amor por todo el Pueblo de
Israel): Sí!.
El ejército es todo él Ahavat Israel: Si un
judío se encuentra en
peligro, un millón acudirán en su ayuda. Pero
también en la vida cotidiana
encontramos hermandad – incluso si debemos mejorarla mucho. Por
ejemplo, en
EE.UU. ustedes pueden ver en el tren subterráneo o en la calle
una mujer joven
con un bebe en brazos, que sostiene un cartel que dice “I’m hungry!” (estoy
hambrienta). Y es cierto. A su lado, hay un rascacielos gigante, donde
hay
personas que ganan un millón de dólares por día, y
no les importa en absoluto!.
Es cierto que en el dólar está impreso “in God we trust”
(creemos en D’s), pero
son sólo
palabras. O quizás el dios, es el mismo dólar... En
nuestro país, no hay algo
así. Por supuesto, tenemos que mejorarnos mucho, pero nos
alegramos con los
logros obtenidos.
5.
Liderazgo: Quedarse en la galut
- en una situación de peligro física y
también espiritual - es una falta de liderazgo. Decir: “Hacemos aliá!.
Construimos!. Edificamos un estado!. Formamos un ejército!.
Creamos ieshivot!”
– eso es liderazgo!. A veces, dicen: “No tenemos lideres, ni
espirituales ni
políticos”. Incluso si fuese cierto - pero observen la
maravillosa obra que
hemos hecho en los últimos cien años, y sobre todo desde
la creación del Estado
de Israel!. Por lo visto, sabemos cómo trabajar...
Y aquí llegamos a la pregunta del millón de
dólares: “Por supuesto que avanzamos, incluso lo hacemos
rápido. Pero, qué
debemos hacer para que sea más rápido?” – como decimos en
nuestros rezos,
“prontamente, en nuestros días!”. Y la respuesta es muy
sencilla: Para remolcar
a la nación – ya seas hombre o mujer, muchacho o muchacha,
anciano o anciana,
niño o niña – las personas tienen que desear marchar
contigo. Si tú te
sientes defraudado, desalentado, si criticas y te sientes un
desgraciado –
nadie se interesará por ti. Si tú estás
colmado de vigor y valentía, optimismo
y alegría, marcharán contigo. Si tú tienes profundidad de pensamiento y fe,
estarán interesados en
escucharte. Si tú poseerás buenas virtudes, un buen
corazón, amarás a las
personas, serás recto y auténtico, las personas
dirán: Eso es lo que queremos!.
Por eso, no corrijas a los demás –
corrígete a ti mismo!. Y de esa forma, influirás sobre
los demás. Recuerda que
personas que cuidan los preceptos de la Torá,
pero hablan Lashón HaRrá (calumnias) y no
son rectos, alejan a los
demás de D’s. Pero si no hablan Lashón HaRrá
y se
conducen con rectitud, acercan a las personas a D’s (Ioma 86A).
Esa es nuestra tarea: Buenas virtudes!.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de la Torá en un marco
agradable, que enfatiza el
valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá
y la Tierra
de Israel. Para aquellos que lo deseen,
existe
también en el Majón un ulpán de hebreo
bajo la órbita del Ministerio de
Educación.
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
editorial@alumbrar.org
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