Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Rav Itiel
Ariel
Los comentaristas en nuestra Parashá
acostumbran a centrarse en el
Pecado de los Espías, en los factores - espirituales y
anímicos - que lo generaron,
y en los esfuerzos desesperados de Kalev de callar al pueblo y revivir
el
espíritu de valentía y conquista de Eretz Israel.
Y no hay ningún
estudio en el Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá)
sin
innovaciones. Y a pesar de ello, deseo tratar otro punto de este
episodio, que
nos exige realizar un balance parcial de los resultados del
altercado
entre Ioshua y Kalev, contra el resto de los espías y todo el
pueblo - en el
que los primeros salieron perdiendo.
A primera vista, es difícil encontrar algún logro de los
que luchaban por
la fidelidad a la mitzva de conquistar la tierra, la fuerza de
su fe
- "subamos de una vez, y tomemos posesión de ella" (Bamidvar
13:30) y
su capacidad de sacrificio - "incluso si estuviese en el cielo,
y
Moshé nos dice que debemos hacer escaleras y subir, tendremos
éxito"
(Rashi, allí). Y no solo que ellos fracasaron en su intento
de convencer al
pueblo, sino que por demás, su lucha produjo más
daño aún. Y quizás si
hubiesen prescindido de ella - los daños espirituales producidos
hubiesen sido
menores: Si antes de sus palabras la polémica pública se
limitaba al aspecto
bélico, y el argumento utilizado era que "el que no es
capaz, está
exento", cuando el testimonio "profesional" de los espías fue
aceptado sin vacilaciones por el público, justamente la
discrepancia de Ioshua
y Kalev fue la que motivó duras expresiones de desprecio por
la tierra, y
calumnias (ver Ramba"n, Bamidvar 13:32).
Es más: Si les parecía a Ioshua y Kalev que su
legítimo liderazgo y su
posición basada en la fe les permitirá ocupar un lugar
efectivo para influir
en la opinión pública y en los procesos de toma de
decisiones, para su
amarga desilusión les fue aclarado que todos los medios son
justificables para
marginarlos y dejarlos en una posición tal que no puedan
intervenir. Los
métodos se van perfeccionando, y en nuestra generación no
es necesario apedrear
a los que son fieles a D's y a sus mitzvot: Se puede truncar su
lucha,
no dejarlos expresarse y ahogar el gemido de los que aman a Eretz
Israel.
Y a lo sumo ellos podrán consolarse con la promesa personal
que
recibieron de entrar en la tierra - pero también ello,
sólo dentro de cuarenta
años, cuando toda su obra en el presente se
desmoronará y se degenerará.
Y de acuerdo a ello, preguntó el autor de "Meshej Jojmá"
(comienza "Vaikrá"): Por qué rezó Moshé por
Ioshua en forma personal,
y cambió su nombre para que D's lo salve de lo que tramaban los
espías?. Acaso
se trataba de salvar en forma particular del pecado a Ioshua -
su
discípulo más cercano?. O quizás ese rezo tiene un
sentido más amplio, para con
todo Am Israel, para todas sus
generaciones?. Y su respuesta: Ioshua es el
que condujo la primera guerra contra
Amalek, y por ello le es necesaria una bendición especial en
nombre de todo
el público, que - D's no lo permita - no llegue a consentir
con la victoria
de Amalek que habitaba en el Sur. Porque si Ioshua hubiese
consentido con
ello, habría acentuado la crisis, y desmoronaría el
ánimo de Am Israel por
varias generaciones. Y la conclusión, es que ese logro
tendrá
una importancia crucial en la próxima generación.
Y a continuación él describe la crisis de
liderazgo en la que Am Israel se encontraba,
desde la profecía de Eldad y Midad que habían dicho
"Moshé fallece, y
Ioshua introduce [al pueblo] a la tierra". Esa profecía
quizás todavía no había
sido asimilada en toda su envergadura por el público general,
pero los espías
bien comprendieron qué significa combatir por Eretz Israel
sin los milagros y los méritos de nuestro Rav Moshé - y
dudaron que esa generación
sea capaz de salvar ese escollo exitosamente. Pero el autor de "Meshej Jojmá" recalca que incluso ellos
reconocieron
que eso no es necesariamente cierto también en cuanto a la
nueva generación,
ya que dijeron "porque es más fuerte que nosotros" (Bamidvar
13:31) -
pero no es más fuerte que "ellos". Y también esa
confesión a
medias es un logro.
Y aprendemos de ello, que
también en situaciones
de difíciles crisis en relación a Eretz Israel y la Torá
de Israel, tiene un valor auténtico la declamación de
"subamos de una
vez", y como dijeron
nuestros sabios en otros aspectos, "incluso cien veces". Y
también si las personas de esa generación no comieron los
frutos de esa lucha, es
ella la única herramienta que le da esperanzas a las
generaciones futuras de
ser merecedoras de un mayor éxito. Hasta que finalmente
ellos elegirán
adoptar el modelo de fe de la minoría, y descartar el
modelo de desaliento
de la mayoría. Porque más allá del aporte
oculto de la fidelidad a D's y
a Su tierra de esos pocos individuos, hay un aporte evidente a
la
conciencia pública, cuando es reconocido que la
resolución le fue impuesta a
la minoría en contra de su voluntad, y nunca consintieron con
ello. Y de
esa forma también en el futuro, cuando con la ayuda de D's las
condiciones sean
más propicias y surgirá una oportunidad adecuada, los
pocos se multiplicarán y
volverán a cumplir su juramento, "subamos de una vez", y
demostrarán que también después de la dura crisis -
y quizás justamente a
causa de ella - "muy bien podremos conquistarla" (Bamidvar
13:30).
Midreshet
Orá
Gueula Najman
Cel: 052-4621830
E-mail: tgueu@hotmail.com
, editorial@alumbrar.org
Rav
Shlomó Aviner
Si, quiero ser Profesora!. Mi marido
está terminando su Doctorado en Física
- y yo lo envidio. Pero finalmente yo haré un Profesorado.
Siento que tengo las
fuerzas para hacerlo. Yo quiero títulos y carrera, haré
un Profesorado,
triunfaré, y mis discípulos me valorarán. Yo
quiero igualdad. No se trata de una
idea mía, fue D's el que creó al hombre y la mujer
iguales, ambos fueron
creados a imagen y semejanza Divina. Tengo un alma pura, y tengo fe en
mí
misma. Por supuesto, soy distinta de mi marido, pero no soy menos que
él. Seré
una Profesora. Es un sueño que acaricio desde la Úlpena
(preparatorio
religioso para muchachas). Estoy convencida de ello, e incluso ya se en
qué
campo haré mi Profesorado: Profesora de Educación,
profesora en educación de
mis hijos. Con muchos títulos: Título de feminidad,
título de casamiento,
título de madre.
Por qué se sonríen?. No se trata de una broma!. Mi esposo
fabrica
componentes electrónicos para algún aparato importante -
y yo, fabricaré niños.
Yo fabricaré almas!. Por qué se ríen?!. Acaso es
menos importante?!. No: Es más
importante, seré una Profesora en Educación de mis hijos!.
Por supuesto, yo amo a todos los niños del mundo - pero los
míos los
anteceden. Ahora, soy educadora de una clase, una educadora buena y
dedicada.
Yo amo ese trabajo, y estoy contenta con él. Pero en cuanto
nazca mi primer
bebe - con la ayuda de D's - yo cesaré. Yo seré
sólo para mis hijos. Si no
habrá más remedio, y deberé trabajar para
procurarnos el sustento - lo haré en
la medida indispensable. Por supuesto, trabajaré con
aplicación, pero sólo en
la medida necesaria. O también si sentiré necesidad de
airearme un poco.
Y quién ocupará mi importante lugar como educadora? - mi
vecina, que cesó
de enseñar cuando le nació su primer niño, y ahora
que sus hijos han crecido,
retorna al círculo laboral.
Ser madre, es ser Profesora y también un trabajo sacro. Es una
meta
grandiosa. Creo que fue Rabí Israel Salanter que dijo una vez:
"El
carpintero pisa sobre las virutas de la madera, el vidriero sobre las
astillas
de vidrio - y el educador, sobre las almas!". En efecto, es una
tremenda
responsabilidad, pero siento que tengo las fuerzas para ello. Y mi
reinado,
será mi hogar. Seré Profesora en Hogar, un refugio en
tres aspectos distintos,
como dice el Mahara"l (Derej Jaim, Avot 1:4-5): Un refugio material de
la
lluvia, el Sol y los demás adversidades, un refugio
anímico, en el que todos
puedan sentirse bien, y un refugio espiritual, en el que se
añada fe y buenas
virtudes.
Quiero una casa agradable, con utensilios lavados, toallas limpias,
tacho
de basura vaciado, sabrosos alimentos que esperan a sus habitantes,
mesas preparadas
que sonríen. Yo quiero ropa lavada y planchada, con botones
cosidos. Quiero
plantas que florecen, mis niños limpios y sus dientes
cepillados. Esa pequeña
casa será como un Gan Eden (Paraíso).
Pero lo más importante, es que sea una casa con un ambiente
agradable,
cálido, para mis hijos y para mi marido - que también le
es muy necesario. Un
ambiente de confianza en mis niños. De esa forma ellos
crecerán alegres,
tranquilos, saludables de espíritu. Por supuesto, no
crecerán mimados, pero no
olvidaré ni un momento que necesitan sentirse amados - como el
aire para los
pulmones. Eso lo aprendí de nuestro Rav, el Rav Tzvi
Iehudá Kuk, que nos enseñó
que el comienzo de la educación es el amamantado. Al principio
no comprendí qué
quería decir con ello. Más tarde explicó que
educar, es vincularse. Entonces
comprendí!. Para mí, fue como un relámpago que me
alumbró todo el panorama:
Educar, no es necesariamente impartir conocimientos - es estar cerca,
amar y
abrazar. El amamantado es un ejemplo de todas las expresiones de amor,
en base
a las que la personalidad de los niños crece derecha. Esa casa
no será otro "frente
de lucha" para mi marido y mis hijos, sino que un lugar agradable en el
que se los recibe tal cual son. Y de esa forma ellos realizarán
proezas en el
mundo. Incluso hacer los deberes con mis hijos será una vivencia
agradable.
Y mi casa será un lugar donde se añadirá Torá,
y Emuná (fe),
y Temor a D's, y buenas virtudes. Porque antes que nada, yo seré
una persona de
ese tipo.
Ustedes ya ven: no hay de qué reírse. Ustedes ya ven que
se trata de un Profesorado
muy serio, con varios títulos, en distintas materias. Ustedes ya
ven que se
trata de una labor santa, que aprendí de las mujeres tzidkaniot
(justas)
en Egipto.
Y dónde me encuentro yo en todo eso?. Cuándo haré
algo por mí misma?. Pero
justamente esa soy yo, esa es mi felicidad y mi alegría!. Cuando
le diga a mis
hijos y a mi marido, desde la mañana hasta la noche: "Yo los
amo, yo tengo
fe en ustedes", y los vea calmos, tranquilos, alegres y riendo - no
habrá
nada que me haga más feliz!.
(En honor de "La" educadora de las
mujeres de nuestra generación,
la Rabanit Jana Tau zt"l)
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
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la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla
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