Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Shmini
22 de Adar Bet
5765 Shabat Pará No 506
"Sea
la gracia del Eterno sobre
nosotros"
En la
actualidad
Luego de haber
sido concluido el Mishkan
(Tabernáculo), en el octavo día de su inauguración
hubo dos grandes crisis. La
primera, cuando la Shjina
(Presencia Divina) no se reveló, a pesar que Aharón
elevó sus manos y
bendijo al pueblo al finalizar la edificación y la
inauguración del Mishkan.
El versículo nos cuenta que "Moshé y Aharón
entraron en el Oel Moed
(Tienda de Reunión), después salieron y bendijeron al
pueblo" (Vaikrá
9:23), y sólo después está escrito "y
apareció la
Gloria del Señor ante todo
el pueblo... y como lo viese todo el pueblo, lanzó gritos de
júbilo y cayeron
sobre sus rostros" (Ídem., 24). Y Rashi comenta: "Cuando vio
Aharón
que todos los sacrificios fueron ofrecidos, y todas las tareas fueron
llevadas
a cabo, y no descendió la Shjina,
se lamentaba y decía que seguramente D's aún está
enojado con él, y por su
culpa no se revela la Shjina
a Am Israel. Le dijo a Moshé: Mi hermano Moshé,
así me haces, que yo
entre y sea avergonzado?. De inmediato entró Moshé con
él, le rogaron a D's y
descendió la Shjina
frente a Am Israel. Ellos salieron y bendijeron al pueblo, y
dijo 'sea
la gracia del Eterno, nuestro D's, sobre nosotros, y sea Su voluntad
que se
rebele la Shjina
en todas vuestras labores'".
La segunda crisis fue la muerte de Nadav y
Abiu. La reacción de Aharón en ese caso -
tratándose de una desgracia
particular - fue "y Aharón guardó silencio"
(Vaikrá 10:3). Y por guardar
silencio recibió como recompensa que D's le habló a
él personalmente (Rashi,
allí).
Cuando se trata de una crisis general,
cuando la anhelada Shjina no se le revela a Clal Israel
(la
totalidad genérica de Am Israel), Aharón no
calló. Por el contrario, se
quejó a nuestro Rav Moshé. Pero tratándose de una
crisis particular, cuando
murieron dos de sus hijos - calló, y santificó el Nombre
de D's de esa forma.
En la
actualidad, hay que diferenciar entre una
crisis
particular y una crisis general, y también la reacción
frente a ellas debe ser
distinta. Tratándose de una crisis particular - por más
dolorosa que sea - hay
que aceptarla como hizo Aharón el Cohen (Sacerdote)
cuando murieron sus
hijos, "y Aharón guardo silencio": No cuestionarle a D's, D's no
lo
permita, sino que aceptar Su veredicto.
Pero cuando se trata de una crisis
colectiva, cuando la Shjina
no se le revela a Clal Israel - como en la edificación
del Mishkan
- no se debe renunciar ni se debe callar, sino que por el contrario,
debemos
actuar: Rezar y rogarle a D's, y bendecir a Clal Israel - como
hicieron
Moshé y Aharón - y continuar con redoblado vigor, con la
certeza que la crisis
no es casual, sino que nos incita a descubrir dentro nuestro potentes
fuerzas
que se encuentran ocultas en el alma de la nación. Y de esa
forma continuaremos
ascendiendo por el camino de la gueulá
(Redención) y la salvación
plenas, y seremos merecedores de que "sea la gracia del Eterno, nuestro
D's, sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre
nosotros, sí,
confirma Tú la obra de nuestras manos" (Tehilim 90:17)
de quien anhela la
salvación plena
Dov
Bigún
"Aún
no hemos perdido nuestra esperanza"
Rav Azriel
Ariel
Esas palabras nos son conocidas
a todos del canto "HaTikva"
(el himno nacional), que atestigua - con resaltada desgracia - que
también en
situaciones casi sin ninguna posibilidad de salvación,
"aún no hemos
perdido nuestra esperanza" (pero puede ser que la perdamos muy
pronto...).
Son pocos los que se percatan que el origen de esas palabras se
encuentra en la Haftará
de nuestra
semana, en la "Visión de los Huesos Resecos" del profeta
Iejezkel.
Escuchamos en boca de Am Israel que se encuentra sumergido en
la galut
(exilio): "Se han secado nuestros huesos, y ha perecido nuestra
esperanza,
fuimos apartados absolutamente" (Iejezkel 37:11). Intentaré
aclarar que
esa es la profunda idea básica de la mitzva de Pará
Aduma (la Vaca Roja).
Y para esos efectos haré uso
del artículo de Itai Elitzur (que fue publicado en "Tzoar",
número
19, Elul 5764).
Hay una diferencia esencial entre la Pará Aduma
y los otros
sacrificios. Todos los sacrificios son degollados en el Mikdash,
mientras que ella es degollada fuera de él. La sangre de todos
los sacrificios
es vertida sobre el altar (la mayoría sobre el altar exterior, y
algunos sobre
el altar interior), mientras que la sangre de esa vaca debe ser rociada
fuera
del Mikdash "frente al Oel Moed (Tienda de
Reunión)" (Bamidvar
19:4). La carne de la mayoría de los sacrificios - su lugar es
en el Mikdash,
es quemada sobre el altar o es comida por los cohanim (sacerdotes), mientras que la carne de esa
vaca es quemada totalmente fuera del Mikdash. La mayoría de las personas que se ocupan
de los otros sacrificios - quedan puros, mientras que todos los que se
ocupan
de la vaca y sus cenizas - son impurificados. Todo eso expresa una
profunda
idea. El sacrificio se acerca a lo kadosh
(santo) y también acerca al que lo
ofrece (como su nombre lo indica en hebreo: Korvan = sacrificio, lekarev
= acercar). En contraste, la Pará Aduma
es apartada, es impura, y sólo expresa el alejamiento, "porque
podrás
mirar la tierra de lejos, mas allí no podrás llegar"
(Dvarim 32:52).
Es más: No hay una expresión de la muerte mejor que las
cenizas de la Pará Aduma.
Sólo hace unas pocas horas era una vaca viviente, llena de
carne, de sangre, de
vida, roja y colorada. Y ahora - sólo queda un pequeño
montón de cenizas
negras. No sólo fue degollada, no solo su sangre fue vertida,
sino que tampoco queda
ningún vestigio de vida, ni siquiera materia orgánica.
Sólo queda de ella ceniza,
sin ningún rastro de vida. Es todo lo contrario del sacrificio,
cuya vida -
expresada por su sangre - se eleva a D's al ser vertida en el altar, y
su carne
se eleva a lo alto cuando es devorada por el fuego del altar o se
combina con
el cuerpo puro y kadosh (santo)
de los cohanim, que le rinden
culto al D's. La Pará Aduma murió
absolutamente, y se encuentra apartada del lugar kadosh
(santo).
Ese es el punto común entre la Pará
Aduma y la impureza
producto de la muerte. También el cadáver - es alejado.
Su alma pura y santa lo
abandonó. La vida lo abandonó. Todo lo que queda, es
carne sin vida que es
llevada a la sepultura, a la nada, al cero absoluto. Todo el que lo
toque, todo
el que entre en la habitación en la que se encuentra, se vincula
con la
impureza de la ausencia de vida, de pureza y de santidad. Y aquí
entran en
función las cenizas de la Pará Aduma, para
demostrarnos que es posible purificarse de la impureza de la muerte.
Hay vida
después de la muerte!. Hay vida que surge de la muerte.
"Ved ahora
que Yo, Yo solo soy, y no hay dioses conmigo, Yo hago morir y hago
vivir, Yo
hiero y Yo curo..." (Dvarim 32:39).
La Pará Aduma es alejada. La vaca es
calcinada. Pero todo eso
debe realizarse en un lugar determinado: ""frente
al Oel Moed". La Mishná
en el tratado Midot describe los
portones y las murallas, cuya
construcción es tal que le permiten al cohen que degüella la vaca
ver directamente la puerta del Eijal (Santuario). No ha quedado vida en la vaca,
tampoco kdushá (santidad),
pero algo ha quedado: El anhelo,
la esperanza, la mirada "frente al Oel Moed". Mientras
exista la esperanza, mientras continúe el anhelo, en todo lugar
donde aún persiste
una aspiración - todavía hay un poco de vida. Y gracias a
ese pequeño destello todo
puede volver a renacer.
En efecto, tiene razón el autor del canto, ya
que mientras "en dirección al oriente, los ojos miran adelante,
a
Tzion" - "aún no hemos perdido nuestra esperanza" (canto
"HaTikva"), de "volver a la tierra de nuestros antepasados, a la
ciudad donde David habitó" (canto "HaEmuna", del Rav Kuk).
Y estas son las palabras del profeta al
pueblo desalentado, que perdió la esperanza y perdió el
anhelo de volver a la
buena tierra:
"Estos huesos son toda la
Casa de Israel, he aquí que
dicen: Se han secado nuestros huesos, y ha perecido nuestra esperanza,
fuimos
apartados absolutamente!. Por lo tanto profetiza y diles... He
aquí que voy a
abrir vuestras sepulturas, y os haré subir de vuestras
sepulturas, oh pueblo Mío,
y os traeré a la
Tierra
de Israel... y pondré Mi espíritu en vosotros, y
reviviréis, y os estableceré
en vuestra tierra, y conoceréis que Yo, el Eterno, lo he dicho y
lo he hecho,
dice el Eterno" (Iejezkel 37:11-14).
Fuego
graneado
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: Señor Rav, yo realmente
me
esfuerzo por amar a todos, ya sea los que coinciden conmigo como los
que no, la
derecha y la izquierda al mismo tiempo, y yo recibo un fuego graneado
de ambos
flancos.
Ellos me dicen: "Loco, derechista mesiánico, falto de cordura,
colono,
conquistador primitivo que somete a un pueblo ajeno, arruinador de las
bases de
la democracia, extremista. Nos alegraremos de administrarles fuertes
golpes,
simplista, entusiasmado, mesiánico obstruido, gangster armado,
irracional, hay
que frenar tu fascismo, enemigo del pueblo que hace peligrar la paz de
la
región" etc., etc.
Y por el otro lado, otros me dicen: "Tonto, ingenuo, judío de la
galut
(exilio) que intenta apaciguar al dictador izquierdista. Débil,
falto de
valentía que entorpeces la lucha contra las fuerzas del mal, con
tu amor
pacifista. Tú no comprendes que contra las fuerzas de las
tinieblas sólo nos
ayudará el vigor, tú que adulas con tu Ahavat Jinam
(amor gratuito) al
Primer Ministro atropellador!. Tú no comprendes que la
estrategia positiva de
la "conexión" quebró. Tu aspiración de "asentarse
en los
corazones" nos ha llevado al borde del precipicio. Débil!.
Miedoso!.
Hipócrita inocente que no comprende que a los perversos que
echan judíos -
peores que los bolchevizas - hay que retorcerlos. Ciego, que se
comporta
amablemente con los que empañan a Am Israel, con el Erev
Rav (ajeno
al pueblo) que llegó a una influyente posición. No se
vence a los malvados con
sonrisas, sino que se los disuade con una amenaza contraria. Sometido
delicado"
etc., etc.
Señor Rav, le pido perdón por mi extensión - a
pesar que tengo todavía
mucho más para decir - pero ya estoy cansado. Yo escucho con
paciencia a todos,
les contesto que tenemos amor y él vencerá, que
Ierushalaim fue destruida por Sinat
Jinam (odio gratuito) y será
reconstruida con Ahavat Jinam
(amor gratuito) - y eso los ofusca más aún.
Me atacan sin sentido.
Respuesta: He comprendido el principio:
No te lo tomes a pecho. Un fuerte olor de violencia verbal se esparce
en el
aire. Es un olor que tienta, embriaga y produce adicción.
Gracias a D's, esos
son la excepción, un muy bajo porcentaje. No representan
ningún público, sólo a
sí mismos. Son la excepción que confirma la regla, que
somos un pueblo que ama.
Cuídate: Cada grupo y sus extremistas. Pero todos son nuestros
hermanos y
nuestra carne, incluso si nos humillan. Todos los ataques, todos los
oprobios y
toda la instigación en tu contra sin sentido, son una buena
señal: Es la señal
que en realidad no tienen lo qué decirte.
Bienaventurado eres que te culpan de cumplir la Torá,
de amar a la
nación. Ese es el destino de los que marchan entre los
senderos; reciben
fuego de ambos flancos. Ya escribió el Rav Kuk: "Yo siempre me
encuentro
entre los senderos" (Orej Mishpat, pág. 254). Todo eso son
heridas que
hieren al que ama. No les prestes atención, cuando se cansen
cesarán. Continúa
hablando con juicio, amor y fe.
Ocurrió una vez que le contaron a Rabí Najman de Breslav:
"Hay
quienes se consideran sabios que dicen tonterías". Les
contestó:
"Dentro de poco ellos cesarán, porque muy pronto no
tendrán lo qué
decir". Y continuó con una parábola, de una persona que
iba por el camino
y lo encontró un asaltante, que le quitó todo su dinero.
Le dijo al asaltante:
"Cómo podré regresar a mi casa sin mi dinero?. Tanto
tiempo estuve fuera
de mi casa errando, y ahora cómo podré regresar con las
manos vacías?. Te ruego
que me dispares con tu escopeta en mi gorra, para que sea notorio que
me topé con
un asaltante". Y el asaltante consintió. Luego, le rogó
que también le
dispare en otras partes de su vestidura. Finalmente le dijo el
asaltante:
"No puedo disparar más, porque se me terminó la
pólvora". Y cuando le
respondió el asaltante que no tiene más pólvora,
le dijo: "No tienes más
pólvora?!". Lo tomó por el cuello, lo dominó y
tomó todo su dinero. Y la
moraleja, es evidente (Jaiei Moharan).
Y tú también, mi querido amigo, no lo tomes a pecho, no
intentes
discutir, espera que se les termine la pólvora y entonces
cesarán, y renacerá
el amor y la unidad. Gracias a D's, somos un pueblo maravilloso, pleno
de un
gran amor mutuo. Nadie logrará desbaratarlo, por el contrario, a
través de las
dificultades nuestro amor se intensificará.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de la Torá en un marco
agradable, que enfatiza el
valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá
y la Tierra
de Israel. Para aquellos que lo deseen,
existe
también en el Majón un ulpán de hebreo
bajo la órbita del Ministerio de
Educación.
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
editorial@alumbrar.org
Es posible leer
la publicación de esta semana y las anteriores en www.alumbrar.org. Para recibirla
directamente a
su casilla
de correo electrónico, escríbanos a suscribame@alumbrar.org