Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Vaera 25 de
Tevet 5785 No 1494
Salir de las limitaciones
Rav
Jagai Londin
(reimpresión)
La
Salida de Egipto nos acompaña casi en todo momento de nuestra
vida: Shabat,
Iom Tov (días festivos), y muchas de las mitzvot
de la Torá
son “recuerdo de la Salida de Egipto”. ¿Qué
sucedió en la Salida de Egipto?
¿Por qué “es una mitzva recordar la Salida de
Egipto en el día y en la
noche, como dice el versículo ‘para que recuerdes el día
de tu salida de la
tierra de Egipto todos los días de tu vida’ (Dvarim 16:3)”
(Ramba”m, Mishne
Torá, Hiljot Kriat Shmá 1:3)?
El
Midrash (Mejilta, Itro 1) nos enseña que “en un principio
no había
ningún esclavo que pudiese escapar de la tierra de Egipto, ella
estaba cerrada
herméticamente”. Es decir, la tierra de Egipto no sólo es
un sitio geográfico,
sino que es la gran “Casa de Esclavitud” del mundo antiguo. Mitzraim
(Egipto)
es derivada de la palabra metzar (límite), es la
expresión de una
situación de obstrucción anímica,
limitación del horizonte e incapacidad de
avance, o dicho de otra forma: Esclavitud.
La
incapacidad de la persona de salir de las limitaciones deterministas,
de
superar sus bajas pasiones y defectos – es el punto álgido de la
cultura
egipcia. El marco de esclavitud práctico es sólo una
consecuencia social de la
ideología pagana, del sumergimiento total – hasta el punto de la
pérdida de los
sentidos – en la dimensión grosera de la vida. De momento que no
hay ningún
ideal moral que logre subyugar toda la personalidad del individuo, se
formaron
culturas que intentan consolar temporalmente la humanidad a
través de la
liberación de toda limitación frente a los más
bajos instintos del hombre.
Cultos paganos atroces, como el pasado de los hijos por el fuego frente
al
ídolo “Molej”, las pasiones carnales, danzas salvajes
hasta que se
herían y manaban sangre e incluso la defecación frente al
ídolo – todos ellos
fueron institucionalizados como el centro de la cultura pagana.
En
el episodio de la Salida de Egipto surge en la historia una
nación que le
enseña a la humanidad que existe la posibilidad de ser libre,
luchar contra
dioses y personas – y vencerlas. Es decir, existe la posibilidad de
elevarse
por encima de las limitaciones de la realidad, y revelar la moral, el
bien y la
justicia, y descubrir el valor de la vida. “Todo el que no cree en la
paganía
es llamado judío” (Meguila 13A): La esencia de Am Israel (el
Pueblo de
Israel) es la salida de las limitaciones actuales hacia el Mundo
Venidero –
“Seré el que Seré” (Shmot 3:14). En base a eso, es
natural que la Salida de
Egipto esté acompañada de “diez plagas” y rasgado del Iam
Suf – es
decir, sometimiento cosmológico de todo el marco del plano
natural del mundo.
La
Salida de Egipto no es sólo un episodio histórico, sino
que el punto de viraje
en el eje del tiempo en el que fue aclarado que existe la libertad, una
dimensión de valor de la realidad. La aspiración interna
de la humanidad, que
se expresa en el nacimiento de Am Israel, es no quedarse
satisfecho con
la existencia en sí, sino que desear revelar la meta de la
existencia, como lo
recalca Rashi al principio de Bereshit (Génesis):
“¿Y por qué comenzó
con el génesis?...” (Rashi, Bereshit 1:1) – la meta de la
creación es la
aparición plena de la nación de Israel en su tierra,
“para Israel que son
llamados ‘principio’” (según Ialkut Shimoni, Bereshit 1).
Por
esa razón decimos “en toda generación la persona debe
verse a sí misma como si ella
hubiese salido de Egipto” (Hagada de Pesaj) – en todo momento de
nuestra vida
debemos vivir de nuevo la Salida de Egipto. Liberarnos de los defectos,
de las
malas costumbres y los prejuicios de la sociedad, dejarle alumbrar al
resplandor de la libertad dentro nuestro – y “no hay nadie libre, salvo
el que
se ocupa de la Torá”. La naturaleza de Israel que fue
acuñada dentro
nuestro cuando fuimos creados se caracteriza por la incapacidad de
consentir
con la realidad limitada, y una búsqueda sin descanso de la
verdad: “La
terquedad de encontrarse siempre en la misma opinión y apoyarse
en ella con los
lazos pecadores que se hicieron costumbre, ya sea en las acciones o en
los
pensamientos, es una enfermedad que llega en base al sumergimiento en
el duro
trajín, que no le permite al
resplandor
de la libertad de la tshuvá alumbrar con su luz, porque
la tshuvá
aspira a la libertad auténtica que es la libertad Divina, en la
que no hay
ninguna esclavitud” (Orot HaTshuva 5:5).
Volver
a Gush Katif
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta:
¿Acaso debemos volver a Gush Katif (los asentamientos
en
la Franja de Gaza)?
Respuesta:
Por
supuesto. No hay lo qué preguntar. Es nuestra tierra. No menos
que Tel Aviv o Jebron.
Pregunta: ¿También
más al sur?
Respuesta:
Por
supuesto. Eretz Israel (la Tierra de Israel) es 500 parsa
[medida de longitud. N. del T.] por 500 parsa, es decir 2000 Km
por 2000
Km. Nos falta mucho. Por supuesto, no será mañana. Se
necesita paciencia
histórica.
Pregunta: ¿Pero
también en cuanto a Iehuda y Shomron (Judea y
Samaria) hay presión internacional para que lo abandonemos y sea
fundado un
estado palestino?
Respuesta:
Es sabido.
¿Y qué? Es nuestro. Es nuestra tierra. Hay un canto de
la época del retorno a Tzion contra todos los revoltosos que nos
atacaron: “No
nos moveremos”. Tampoco nosotros nos moveremos.
Pregunta: Entonces,
preguntaremos al revés. No hay ningún pueblo en el mundo
a lo largo de toda la historia que estuvo dispuesto a renunciar a parte
de su
tierra. ¿Cómo podemos comprender que nosotros tenemos
flaquezas al respecto?
Respuesta:
Es por el
Holocausto. Aparte del asesinato de seis millones, el
Holocausto quebrantó en cierta forma nuestro espíritu.
Perdimos la auto
seguridad, y no nos atrevemos a decir: Es nuestro. Pero gracias a D’s
nos vamos
fortaleciendo, añadimos seguridad, y la población en Iehuda
y Shomron
crece todo el tiempo.
Pregunta: Argumentos
lógicos. ¿Los pueblos del mundo no los entienden?
Respuesta:
El
antisemitismo no es nuevo. Ahora, también es anti-israelismo.
Pregunta:
¿Por qué hay antisemitismo?
Respuesta:
Porque
nosotros traemos al mundo moral y justicia, y el mundo esta
interesado en liberar sus bajas pasiones.
Pregunta: Volvamos
al tema de Gush Katif. ¿Qué haremos con un
millón
de árabes que están ahí?
Respuesta:
Un
árabe que no rinde culto a otros dioses y es fiel al Estado de
Israel puede quedarse, semejante al estatus de Guer Toshav. Los
demás,
no tienen lo qué hacer aquí. Hay más de 20
países árabes con más de medio
millar de habitantes.
Pregunta: ¿Los
expulsaremos?
Respuesta:
No. Ellos
se irán de por sí mismos.
Pregunta: ¿Por
qué?
Respuesta:
Porque
querrán un país de ellos. Ellos se quedan en base a la
esperanza que llegará un día en que este será su
país. Cuando comprendan que
eso nunca ocurrirá, se marcharán.
Pregunta: ¿Hay
que convencerlos?
Respuesta:
No depende
de ellos, sino que de nosotros. Cuando tengan claro que
nosotros decimos “es nuestro, para siempre” – ellos harán sus
cuentas y se
irán.
Pregunta: ¿Pero
en estos momentos esa no es la realidad?
Respuesta:
Es cierto.
Pero tenemos cabeza y boca, y lentamente se puede
lograr una revolución conceptual.
Pregunta: Pero hoy
en día hablar de regresar a Gush Katif es algo que
el publico no es capaz de escuchar. Entonces, quizás es
preferible callar. Eso
es lo que es llamado “es una mitzva no decir lo que no es
escuchado”.
Respuesta:
No es
razón, por tres cosas:
1. La idea
se encuentra en el ambiente, y cuando llegue el momento
en que puede ser escuchada, será escuchada.
2. Hasta
que las palabras surtan efecto, por lo menos evitarán
desmoronamiento.
3. Cuando
se marcha por un camino equivocado, y los pensadores
bajan la cabeza como consintiendo, es una desgracia. Cuando dicen la
verdad,
incluso si la realidad es problemática, el aire queda puro.
Pregunta: ¿No
será peligroso para el país regresar a Gush Katif?
Respuesta:
1. Se
necesita sacrificio.
2. La
experiencia demuestra lo contrario. Cuando estábamos en Gush
Katif, había silencio. Donde se encuentra el
ejército, allí hay persuasión.
Pregunta: Entonces,
¿cuándo regresaremos a Gush Katif?
Respuesta:
Eso hay
que preguntarle a un profeta. Y tampoco los profetas lo
sabían todo, sólo lo que D’s les dijo.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los
lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno
debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las
numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no
limitarse a lo
escrito en esta sección.
Encendido
de las velas
Pasar
las velas a otro lado
Cuando
encendieron las velas en la casa en un lugar que será utilizado,
está permitido
luego de haberlas encendido [cuando todavía es día]
colocarlas en otro lugar
que también es utilizado, ya que toda la casa es considerada su
lugar. Pero hay
quienes son más estrictos, y opinan que no se debe mover las
velas en absoluto
luego de haberlas encendido[1],
y si es necesario se puede ser menos estricto[2].
Pasado
de las velas a través de alguien que no recibió el Shabat
La
mujer que encendió las velas tiene prohibido moverlas, porque
son Muktze,
según la costumbre que la mujer recibe el Shabat con el
encendido de las
velas como fue aclarado anteriormente[3].
Por
ello, otra persona que aún no ha recibido el Shabat es
la que debe
moverlas.
Así
también, según la costumbre que la mujer recibe el Shabat
con el
encendido de las velas, si se apagó alguna de las velas cuando
todavía es día,
la mujer tiene prohibido volver a encenderla, porque ya recibió
el Shabat
con el encendido[4].
Pero tiene permitido decirle a otra persona que aún no ha
recibido el Shabat
que la vuelva a encender. Porque también quien recibió el
Shabat puede
pedirle a su compañero que aún no lo recibió que
haga alguna Melaja
[cuando todavía es día] para él, como fue aclarado
anteriormente[5].
[1]La razón de los que son más estrictos es
que no se debe mover las
velas y pasarlas a otro lugar, para que sea notorio que fueron
encendidas en
honor del Shabat y no para ser utilizadas (Lebush 263 inciso 10).
El Beit Iosef citó a Shibolei Leket que no se debe
tocar las velas, y no se les puede agregar aceite luego de haber sido
encendidas, ni moverlas incluso si se apagaron. Y escribió
Drisha explicándolo
que es para que sea notorio para los que las encendieron que ellos
recibieron
el Shabat y tienen prohibido hacer Melaja. Porque cuando otros pueden
tocar y
mover las velas, como si fuesen velas comunes, pensarán los que
las encendieron
que también ellos tienen permitido hacer Melajot.
[2](Shuljan Aruj, Orej Jaim 263. Mishná Brurá
inciso 48).
No se debe encender las velas cuando alguna persona
sostiene los candelabros con la mano, también si su
intención es pasarlos
después a la mesa (Eliha Rabah inciso 5, citando Darshot
Mara”sh).
[3]Ya que las velas son Muktze (como es aclarado en 277. Y
véase
acotaciones de Rabí Akiva Iguer 263 inciso 10).
[4](Véase 263 inciso 10. Mishná Brurá
inciso 27).
[5](Allí, inciso 17).
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