Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Parashat Ki Tetze 11
de Elul 5784 No 1476
Mitzvot numerosas
Rav
Jagai Londin
La Parashá
Ki Tetze es la Parashá que contiene más mitzvot
en la Torá. 28 mitzvot positivas y 46 mitzvot
negativas. Esa gran cantidad de mitzvot nos induce a preguntar:
¿Por qué
se necesita tantas mitzvot?
Quizás
la respuesta se encuentra al principio de la Parashá,
que comienza diciendo: “Cuando salgas a luchar contra tu enemigo”. La
persona,
así explica el Ramja”l (Rabí Moshe Jaim Luzato)
en su libro Mesilat
Iesharim, se encuentra muchas veces en su vida en situación
de guerra. Debe
hacerle frente a desafíos y pruebas nada sencillos. La forma de
librar esa
batalla es a través de numerosas mitzvot
prácticas, que envuelven a la
persona en toda situación de su vida. No es por azar que la mitzva
que
nos recuerda todas las mitzvot (también ella es
mencionada en nuestra Parashá)
es la mitzva del Tzitzit. Fuimos ordenados colocar
hilos en las
cuatro puntas de nuestra vestimenta. La vestimenta es la prenda que
envuelve a
la persona. En base al mundo del alma de la persona que la envuelve,
descienden
hilos hacia abajo. El mundo ideal no se queda en el nivel espiritual
abstracto,
sino que desciende y tiene su presencia en la vida terrenal. Las mitzvot
no son solo ordenes, sino que también un vínculo. Para
estar vinculado con el
Creador, para vencer en la lucha de este mundo, para vivir en este
mundo y
permanecer puros – nos fueron entregadas numerosas mitzvot.
¿A
dónde vamos?
Rav
Shlomó Aviner
Nuestra
guerra dura mucho tiempo, y nadie sabe cuándo va a
terminar. Mucho sufrimiento es generado: Muertos, cautivos, viudas,
huérfanos.
En efecto, guerra es algo que abarca mucho, con mucha potencia, que
puede ser
aclarada sólo en base al contexto amplio de las generaciones.
Nuestra
generación, por la gracia Divina, es una generación de
renacimiento. Nos levantamos de la oscuridad de la galut (el
exilio)
gracias a un tremendo impulso Divino, que se revela a través
nuestro, dentro
nuestro: La reconstrucción de la tierra, la reunión de
los exilios, le
edificación del estado, las guerras, el regreso de la Torá
y la unión de
la nación. Si nuestras bocas se colmasen de alabanzas como el
mar, no
alcanzaremos a agradecerle a D’s.
Pero todo
eso es solo la mitad de la labor: El cuerpo del
renacimiento. Cuando una persona nace, al principio se expresa su
cuerpo, que
hay que cuidarlo con esmero: Alimentar al bebe, amor, salud, vestido.
Luego
llega el turno del espíritu: Educación, buenas virtudes, Torá,
kdushá
(santidad). Así también en cuanto a nuestra
nación: Antes que nada, economía,
seguridad y todo lo que esta relacionado con la existencia material de
la
nación en este mundo. Luego, llega el turno del espíritu,
del alma. Primero la
salud natural, y luego la salud Divina.
No somos
un pueblo como todos los otros, sino que un pueblo de
sacerdotes y una nación santa, en la que serán bendecidas
las familias de la
tierra. El resplandor interno debe revelarse. No se trata de borrar el
primer
nivel, sino que de edificar otro nivel sobre él. El alma y el
cuerpo no son
enemigos. El cuerpo es la base, el recipiente para el alma, y el alma
es la que
alumbra al cuerpo.
Si el
cuerpo nacional quedará solo, será dañado por el
materialismo, la debilidad, la auto destrucción. Esa base
bendita se hundirá en
alucinaciones vacías, imaginaciones falsas, como si nos
alcanzase con el orden,
la organización, la seguridad y la paz. Entonces nos olvidamos
de nosotros
mismos. Nos olvidamos de que somos un pueblo, y todo pueblo tiene un
alma, un
ángel, una psique colectiva, un genio nacional. Y el genio
nacional nuestro es
el kodesh (lo santo). Si olvidamos eso, nos olvidamos de
quienes somos.
Olvidamos que somos un pueblo, un pueblo singular.
Ese es el
secreto de nuestra existencia: Recordar que somos un
pueblo. No un pueblo como los otros, sino que nuestro pueblo. Cuando
olvidamos
eso, despierta el antisemitismo para recordarnos quienes somos y
cuál es
nuestra meta.
Por ello,
sobre la base del renacimiento nacional debe revelarse,
y va surgiendo, el renacimiento del kodesh. Por supuesto, no
ocurre de
pronto, no es un proceso instantáneo, sino que un largo proceso
histórico, que
exige paciencia histórica.
Guerra es
algo terrible, para bien y para mal. Por un lado, hay víctimas,
dolor y sufrimiento. Por otro lado, surge un vigor sin límites.
El
antisemitismo nos recuerda a través del sufrimiento y la
destrucción que somos
un pueblo. Pero por encima de ese aspecto negativo, el vigor
bélico, la unión
social, nos recuerda la profunda verdad que somos un pueblo. Y por
supuesto, si
somos un pueblo, tenemos un alma nacional. Todos esos procesos llegan
según los
profundos designios de D’s, cuyos pensamientos no son como nuestros
pensamientos.
En el
ejercito todos se encuentran juntos, las separaciones son
anuladas, las fracciones son borradas. Volvemos a la convicción
natural,
profunda, vital, que somos hermanos, que somos un pueblo. En el
ejército, uno
para todos y todos para uno. En el ejercito todos somos amigos, todos
somos
hermanos, todos somos uno, todos somos pueblo, todos somos un mismo
pueblo.
Escucha Israel, el Eterno es nuestro Señor, el pueblo de Israel
es uno. ¿En qué
somos uno? En el hecho que D’s es nuestro Señor. Esa profunda
convicción, esa
convicción vital, es patrimonio de todos, ya sea en forma
evidente, ya sea en
lo profundo del alma.
Y nada
podrá evitar que ese resplandor interno se revele con
potencia. Y él va revelándose impulsado por D’s, un
impulso tremendo.
Renacemos, no solo en el plano material, sino que en base a él
renacemos
también en el kodesh.
Pensamos
más y más israelismo, tenemos más y más fe
en el kodesh
elevado, nos vinculamos más y más con el D’s vivo, rey
del mundo.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los
lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno
debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las
numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no
limitarse a lo
escrito en esta sección.
Preparativos
del Shabat
Cortar
el pelo en vísperas de Shabat
Una
persona cuyo pelo está largo, es una mitzva que se
corte el pelo en
honor al Shabat, para que no llegue al Shabat cuando
está
desordenado, con pelo largo[1].
Y lo
mejor es cortarse el pelo en vísperas de Shabat, porque
de esa forma es
notorio que lo hace en honor del Shabat[2].
Cortar
las uñas en vísperas de Shabat
Es
una mitzva cortarse las uñas todo viernes, en honor del Shabat[3].
El
Ram”a escribió que el que se corta las uñas no debe
hacerlo una tras otra, sino
que el orden correcto es empezar por la mano izquierda en el cuarto
dedo –
inmediato al menique – y continuar según el orden 4-2-5-1. Y en
la mano derecha
se comienza por el segundo dedo – el índice – inmediato al
pulgar, y se
continúa según el orden 2-4-1-3-5[4].
Pero
hay quienes opinan que no hay obligación de cortar las
uñas según ese orden
justamente[5],
y
escribió al respecto Mishná Brurá que de
todas formas, en un principio,
hay que cuidarse de ello[6].
Se
cuida de no cortar las uñas el jueves, porque por lo general las
uñas comienzan
a crecer nuevamente tres días después de ser cortadas, y
cuando las corta el
jueves comienzan a crecer en Shabat, y no es correcto desde el
punto de
vista del honor del Shabat[7].
Hay
quienes escribieron que no se debe cortar las uñas de las manos
y de los pies
un mismo día, y lo correcto es cortar las uñas de los
pies el jueves y de las
manos el viernes[8].
Y hay quienes escribieron que no se debe cuidar de ello[9].
Hay
lugares que acostumbraron a no cortarse el pelo ni cortar las
uñas en Rosh
Jodesh, incluso cuando cae en vísperas de Shabat,
porque así ordenó
Rabí Iehudá Jasid[10].
[1] (Shuljan Aruj 260 inciso 1, citando a Or Zarua. Y Ta”z
allí,
inciso 1, y Mishná Brurá inciso 7).
[2] Y escribe el Ba”j (allí) citando al Marsha”l que
desde el viernes
por la mañana ya es notorio que se corta el pelo en honor del
Shabat.
Pero si teme que no tendrá tiempo para cortarse el pelo
en vísperas de Shabat porque estará muy ocupado con los
preparativos del
Shabat, se debe cortar el pelo el jueves (Shuljan Aruj HaRav, inciso 1.
Mishná
Brurá allí, inciso 5). Todo lo que pueda acercar el
cortado del pelo al Shabat
debe hacerlo, para que sea notorio que lo hace en honor del Shabat
(allí).
Y Birkei Iosef (232 inciso 3) escribió que se puede
demostrar que si alguna persona tiene algún motivo por el cual
debe cortarse el
pelo en medio de la semana, no debe esperar hasta las vísperas
de Shabat (y fue
citado en Shaarei Tshuvá, al final del 251. Y también Kaf
HaJaim 232 inciso
15).
[3] (Allí, Shuljan Aruj inciso 1). Y Kaf HaJaim
(inciso 9) habla de
la severidad de ello. Y Kol Bo (inciso 35) cuenta que “había un
gran sabio que
después de su muerte se le reveló a uno de sus
discípulos en sueños, y vio que
tenía una mancha en la cara. Le preguntó, ¿por
qué tienes esa mancha?, y le
contestó que por tres cosas de las que no se cuidó en
vida, de cortar las uñas
todo viernes…”.
[4] (Allí, inciso 1 en el Ram”a, citando a Abudraham).
Y en Darkei
Moshé (241) escribió que el que las corta un dedo tras
otro, puede llegar a la
pobreza, al olvido y a enterrar sus hijos, por lo cual debe cortarlas
según el
orden descrito.
[5] Allí, Mishná Brurá inciso 8,
citó al Tashvet”z que escribió que
Mahara”m no cortaba sus uñas según ese orden, y
también el Ar”i z”l. El Jid”a
(Birkei Iosef allí, inciso 5) escribió que ahora la
costumbre en su lugar es no
cortarlas según ese orden, y no hay nadie que lo haga
según ese orden. Y así
también Kaf HaJaim (allí, inciso 15). Y el Pele Ioetz
(guiluaj) escribió que a
pesar de que el Ar”i z”l se burlaba de ello, de todas formas es bueno
tomar en
cuenta el Abudraham, que escribió que puede llegar a enterrar
sus hijos.
[6](Allí, Mishná Brurá inciso 8 citando
Magüen Avraham).
[7](Allí, Mishná Brurá inciso 6).
[8](Allí, Mishná Brurá citando
Magüen Avraham).
[9](Jid”a, fue citado en Shaarei Tshuvá allí,
que el Ar”i z”l no se
cuidaba de ello. Y también Ben Ish Jai, primer año,
Parashat Lej Leja, inciso
14. Y Kaf HaJaim allí, inciso 15).
[10](Allí, Mishná Brurá inciso 7 citando
Magüen Avraham). Y en Baer
Eitev (allí, inciso 2) citó Kneset HaGdola que cuando
Rosh Jodesh cae en
vísperas de Shabat hay que cortarse el pelo el jueves. Y
así también en Kaf
HaJaim (allí, inciso 12). Y véase allí que si no
cortó sus uñas el jueves, y
están largas, puede cortarlas el viernes, incluso si es Rosh
Jodesh, porque es
peor. Hay quienes se cuidan de cortar el pelo, y no se cuidan de cortar
las
uñas.
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