Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir


Parashat Matot - Masaei     28 de Tamuz 5784     No 1470

 

El patrimonio de Menashe
Rav Oren Travelsi

 

Del análisis de los versículos surge una diferencia clara entre las tribus que heredaron la orilla oriental del Iarden. Los que llegan a Moshé a pedir heredar la orilla oriental son Reuben y Gad solamente. “Y los hijos de Reuben y los hijos de Gad poseían abundante ganado” (Bamidvar 32:1). Pero cuando se les entrega, es mencionado de pronto la mitad de la tribu de Menashe: “Entonces Moshé les dio a los hijos de Gad y a los hijos de Reuben así como a la mitad de la tribu de Menashe hijo de Iosef el reino de Sijon, rey del emori, y el reino de Og, rey de Bashan” (Bamidvar 32:33). Y debemos aclarar por qué les fue agregada la mitad de una en la orilla oriental, y por qué justamente de la tribu de Menashe.

Según la interpretación sencilla explica el Ramba”n que cuando Moshe se allegó a repartir la tierra vio que era demasiado grande y amplia para dos tribus. Y por ello buscó otra tribu que esté dispuesta a recibir allí su herencia. Y los hijos de Menashe aceptaron, quizás porque también ellos tenían ganado como las tribus de Reuben y Gad.

Pero el Jezkuni encuentra la raíz de ello en los acontecimientos del libro Bereshit (Genesis): “De momento que su padre hizo que los hermanos rasguen sus vestiduras en el episodio de la copa, le fue entregada su herencia en dos partes, en ambas orillas del Iarden” (su fuente es Bereshit Rabah 84 20). Menashe era el enviado de Iosef para encontrar la copa en la alforja de Binyamin. Luego que fue encontrada, los hermanos aceptaron el veredicto, rasgaron sus vestiduras y volvieron a Egipto para salvar a Binyamin. Por esa rasgadura que generó Menashe con sus acciones frente a los hermanos, fue rasgada su tierra en dos trozos, a ambas orillas del Iarden. A primera vista, tal parece que es un castigo: Vuestro padre hizo sufrir a los santos hermanos, por ello ustedes también sufrirán y no vivirán como una misma tribu, todos juntos. Pero parece que se esconde aquí una intención justamente opuesta. Una comprensión profunda nos dice que no se trata de un castigo, sino que una consecuencia positiva de la acción de Menashe que hizo rasgar las vestiduras de los hermanos.

El altercado y la separación entre los hermanos es la que produjo la venta de Iosef a Egipto. Encontramos una aguda controversia entre Iosef, hijo de Rajel, y los hijos de Lea, siendo el cabecilla Iehudá. En efecto, ya cuando descendieron a Egipto a buscar comida por el hambre cuentas nuestros sabios que los hermanos comprendieron su error y querían arrepentirse: “Descendieron los diez hermanos de Iosef – y no dice el versículo Hijos de Iaacov, nos enseña que se arrepentían de su venta y querían ser amigables con él, y rescatarlo pagando toda suma que sea necesaria” (Bereshit 42:3, Rashi).

Iosef les exigió a los hermanos hacer descender su pequeño hermano Binyamin, y de esa forma demostrarán que no son espías. Iaacov no consintió, hasta que Iehudá se comprometió a ser su garantía. Luego cuando Binyamin llega ante Iosef y se le arrodilla, se cumplió el sueño de las espigas en el que todos los hermanos se arrodillan frente a Iosef. En esa fase Iosef podría revelarse a sus hermanos, pero elige no hacerlo, y ordena en secreto esconder su copa en la alforja de Binyamin. Iosef desea expresar en la practica el buen pensamiento de los hermanos. Por ello trama una situación difícil en la que los hermanos tendrán que luchar por Binyamin, el hijo de Rajel que quedó. Y sobre todo Iehudá, que era el director de los hijos de Lea y acepto ser garantía. De esa forma será puesto a prueba si los hermanos en efecto se han arrepentido y están dispuestos a luchar por todos los integrantes del Clal (la totalidad genérica), y si entienden que toda fracción de la nación tiene su lugar, también los que no son como ellos, como los hijos de Rajel. Y en efecto, los hermanos pasaron la prueba y con la dirección de Iehudá lucharon para devolver a Binyamin, también a cuestas de un elevado precio personal de Iehudá mismo, “Y ahora, que tu siervo se quede en lugar del joven como esclavo de mi señor y que el joven ascienda con sus hermanos” (Bereshit 44:33).

Menashe fue enviado a los hermanos y les hizo rasgar sus vestiduras, pero es un rasgado que todo él expresa unión. Un rasgado que tiene por cometido volver a unir el distanciamiento que surgió en el seno de la familia de Iaacov. Menashe hace descubrir la fuerza de unión de las tribus en un mismo cuerpo, que esta compuesto de muchos matices pero es un mismo sólido y consolidado organismo. Esa capacidad de Menashe es necesaria cuando se reparte la orilla oriental del Iarden.

Cuando Reuben y Gad piden heredar la orilla oriental del Iarden, Am Israel (el Pueblo de Israel) se encuentra frente a un gran peligro. El Iarden es un límite geográfico que separa entre sus dos márgenes. Con el correr de la generaciones puede suceder que surja una situación en la que parezca que son dos pueblos distintos que viven en ambas márgenes del Iarden. Y en efecto, en el libro Ioshua se habla de ese temor de las tribus de Reuben y Gad, y por ello construyeron un altar: “Tal vez el día de mañana vuestros hijos hablaran a nuestros hijos diciendo, ¿qué tenéis vosotros que ver con el Eterno, el D’s de Israel?” (Ioshua 22:24). Frente a ese peligro Moshé comprendió que se debe crear un elemento de vinculación entre esas partes de la nación. Tomar una tribu que es una familia, y dividirla en dos. Y así en la orilla oriental habitarán personas de esa tribu, que estarán ligadas con su tribu en la orilla occidental, unirán la rasgadura y harán recordar a toda la nación que no hay dos pueblos en ambas orillas del Iarden, sino que un mismo pueblo unido. Y el que sabe unir rasgaduras, es por supuesto la tribu de Menashe.

A veces la realidad invita a la nación de Israel a grandes y agudas rasgaduras entre diferentes sectores dentro de ella, pero no es por azar. En base a la rasgadura puede revelarse una profunda unión, mucho mas elevada. Y la Providencia Divina nos trae rasgaduras como esas que en ellas mismas se esconde la fuerza de unión y vinculación autenticas y potentes entre las partes de la nación. Una rasgadura que toda ella es unión.

 

Más hermosa

Rav Shlomó Aviner

 

Pregunta: Beit Shamai (los discípulos de Shamai) dicen: La persona no debe divorciarse de su esposa a no ser que encontró en ella alguna promiscuidad, como dice el versículo ‘descubrió en ella alguna promiscuidad’ (Dvarim 24:1)”. Es comprensible. Pero Beit Hilel (los discípulos de Hilel) dicen: “Incluso si arruinó la comida”. Eso no es comprensible. ¿Acaso si la comida no es tan sabrosa es una causa de divorcio? Y Rabí Akiva es menos entendible: “Incluso si encontró otra mujer más hermosa, como dice el versículo ‘si ella no halló gracia ante los ojos de él’” (Guitin 9:10). ¿Esa es una causa de divorcio? “La gracia es engañosa, y la hermosura una vanidad, la mujer temerosa del Eterno es la que será alabada” (Mishlei 31:30). Y en general, nuestros sabios dicen que “todo el que se divorcia de su primera esposa, incluso el Altar derrama lágrimas, como dice el versículo … ‘la mujer de tu juventud, contra quien te has portado deslealmente, aunque ella sea tu compañera y la mujer de tu pacto’ (Malaji 2:14)” (Guitin 90B). Sobre todo cuando Rabí Akiva fue el que dijo que la felicidad de la persona es “todo el que tiene una esposa de buenas acciones” (Shabat 25B), y no su belleza superficial. Y él también les dijo a sus discípulos respecto a su esposa: “Mi Torá y la Torá de ustedes, es de ella” (Nedarim 50A).

Respuesta:

1. Antes que nada, el Ramba”m en su comentario a la Mishná escribe que la halajá no fue determinada como Rabí Akiva: “Y lo que dijo Rabí Akiva fue rebatido, porque si encontró una mujer más hermosa, puede casarse también con ella sin divorciar a la primera, que no ha hecho nada malo”.

2. Es más, el Ramba”m determina la halajá como Beit Shamai: “No se divorciará de su primera esposa a no ser que encontró en ella alguna promiscuidad” (Ramba”m, Hiljot Guirushin 10:21).

3. En cuanto a la opinión de Beit Hilel, por supuesto que no es lógico. Pero, ¿qué podemos hacer si para el esposo la comida es algo tan central, y por ello hay peleas todo el tiempo en la casa? El Ba”j escribe que él la odia porque ella arruina la comida. No se puede vivir con alguien que se odia. Y ya escribió el Ramba”m: “Y no es correcto que se apresure a divorciar su primera esposa, pero segunda, si la odia se divorciará de ella” (allí). Esa es la opinión de Beit Shamai, mientras que Beit Hilel opinan que incluso la primera esposa puede ser divorciada, si la odia porque arruina la comida. O como explica HaMeiri que la intención es que desdeña las necesidades básicas de la casa.

4. Debemos agregar lo que dijo Rabeinu Tam, que si bien puede divorciarse de ella, el Altar derrama lagrimas (Responsas 77).

5. En cuanto a la opinión de Rabí Akiva, escribió Rabí Iehudá Jasid que si no se divorciara de su esposa, llegará a cometer adulterio. Es como el caso de la cautiva bella y por eso le está permitido, pero tendrá que rendir cuentas por sus acciones en el Cielo (Sefer Jasidim 380).

6. Y debemos agregar que no puede ser que una persona encuentre una mujer más hermosa que su esposa. Ese es un matrimonio corrupto. Como le dijo el Primer Hombre a su esposa Java: Todas las mujeres son como monos al lado tuyo (como fue citado en el Zohar).

7. Ocurrió una vez que una persona mortificó mucho a su esposa, y ella decidió divorciarse. Como dijeron nuestros sabios, que nadie vive con una víbora en un mismo canasto. Le dijo el Rav: Si te divorciaras, el Altar derramará lágrimas. Le contesto: Yo derrame tantas lágrimas… ¡que él derrame lágrimas una vez! 

Meorot HaShabat

 

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.

Preparación del Shabat para un día corriente

Estudiamos en la Mishná: “Se tienden las camas por la noche del Shabat para el día, pero no en Shabat para después de Shabat[1]. Es decir, está permitido en Shabat colocar las sábanas y arreglar la cama para dormir, si se necesita en Shabat. Pero está prohibido hacerlo si no utilizara la cama en Shabat, y lo hace para después de Shabat.

También cuando se necesita acomodar la cama para Shabat, de todas formas es mejor hacerlo en vísperas de Shabat[2].

Lavado de platos

También estudiamos en la Gmará: “Enseñaron nuestros sabios, los platos que utilizó para comer por la noche, se los lava para comer por la mañana. Por la mañana, se los lava para comer al mediodía. Por el mediodía, se los lava para comer por la tarde. Por la tarde y más, no se los lava”[3].

Es decir, la persona tiene permitido lavar los platos con los que comió en Shabat cuando los necesita para comer otra vez en Shabat. Y por ello los platos con los que comió por la noche o por la mañana e incluso al mediodía, puede lavarlos para utilizarlos por la tarde. Pero los platos que utiliza para comer por la tarde, y no los necesita para comer otra vez en Shabat no se los puede lavar para que estén limpios y listos a la salida del Shabat.

Los utensilios que son utilizados todo el tiempo en Shabat, también después de la comida de la tarde pueden ser lavados, como será aclarado.

Molestarse en Shabat para un día corriente

También acciones que no implican ninguna Melaja en absoluto, nuestros sabios prohibieron hacerlas para un día corriente, porque esas acciones son una molestia innecesaria en Shabat, y está prohibido molestarse en Shabat para un día corriente[4].



[1](Shabat 113A).
[2](Shuljan Aruj, Orej Jaim 302, Mishná Brurá inciso 19. Kaf HaJaim inciso 23, citando HaAguda).
[3](Shabat 118A).
[4]Rashi (Shabat 114B, comienza asur bekanivat ierek), y así dice: “Y todo Shabat está prohibido, porque se molesta en Shabat para un día corriente”. Y así también en Shuljan Aruj HaRav (323 inciso 6) y Mishná Brurá inciso 28.
Pero Ramba”m (Hiljot Shabat 23:7) escribió: “Y está prohibido enjuagar platos y ollas y similares porque es como reparado de utensilios, solamente si los lava para utilizarlos en otra comida en Shabat está permitido”. Y el Raaba”d allí escribió: “Dice Avraham, todo eso está prohibido porque se molesta para un día corriente”.

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