Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Ki Tavo     16 de Elul 5783     1424 

“Servid al Eterno con alegría”
Rav Ioram Eliahu
(reimpresión)

 

Los días de la Tshuvá (arrepentimiento sincero) en los que nos encontramos en su apogeo son acompañados por nuestra parte con cierta dificultad. La necesidad de prestar más atención a nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros pensamientos, produce cierta obstaculización del surcado de la vida, y puede también generar pena o incluso depresión.

A eso se le suma otra preocupación: ¿Acaso mi arrepentimiento será aceptado? Muchas veces me prometí que cambiaré, y no pude hacerlo. ¿Quién dice que justamente ahora lo lograré, y mi arrepentimiento será recibido? El Rav Kuk en su maravilloso libro “Orot HaTshuvá” nos enseña que “en el principio básico de todo debe encontrarse la idea genérica de la confianza en la Tshuvá y la tranquilidad y alegría vigorizante que debe vestir el alma de toda persona sobre la que el resplandor de la Tshuvá brilla”. Pero esa alegría no es un alegría de irresponsabilidad, sino que una alegría que es acompañada del temor del pecado, “y comprensión de cómo esa alegría auténtica y esa ternura del santo resplandor no altera el temor, D’s no lo permita” (prólogo a Orot HaTshuvá), de forma que “la Tshuvá no amarga la vida, sino que la endulza” (Orot HaTshuvá 16:6) porque el hecho que tú te ocupas y te encuentras en un proceso de Tshuvá, de retorno a la fuente original, y tú sufres y te arrepientes por tus malas acciones, eso ya es síntoma de que tu arrepentimiento es sincero, y no hay una alegría mayor que esa (Orot HaTshuvá 14:23).

La alegría debe acompañarnos en todo nuestro culto a D’s, eso lo aprendemos de nuestra Parashá. Y así escribe el Ramba”m al final de las halajot de Lulav: “La alegría que se alegra la persona cumpliendo la mitzva y el amor del D’s que nos la ordenó, es un gran nivel de culto, y todo el que no se alegra así se merece ser castigado, como dice el versículo ‘porque no serviste al Eterno, tu D’s, con alegría y buen corazón’ (Dvarim 28:47)”. Ese versículo que figura en las maldiciones de nuestra Parashá nos enseña que la falta de alegría en el culto a D’s es la razón de todo el descenso espiritual que finalmente acarrea todas esas maldiciones. Y debemos preguntar: ¿Cómo puede ser que la persona que cumple las 613 mitzvot puede acarrear esas terribles desgracias sólo porque no unió la alegría a su culto - lo que a primera vista es sólo un detalle de la mitzva? Contesta el Rav Nebentzal z”l: “Todo el que cumple la Torá con alegría, tiene prometido que siempre querrá agregar más y más. El culto a D’s con alegría es el testimonio de su identificación interna con las mitzvot, y demuestra que él comprendió su elevado nivel. Pero el que cumple sintiéndose obligado, es síntoma que no hay en él esa comprensión interna, y en realidad él quiere liberarse de ese yugo, y también si él continúa cumpliendo las mitzvot con frialdad, sus hijos o sus discípulos absorberán esa falta de vida que hay dentro suyo y ellos ya plasmarán su deseo escondido de liberarse de ellas. De forma que la alegría no es otro detalle más del cumplimiento de las mitzvot, sino que ella decidirá el punto álgido, si acaso esa persona será de las que cumplen las mitzvot, si sus hijos o discípulos serán de los que continúan esa casa y ese Beit Midrash (centro de estudio de la Torá), o D’s no lo permita, la cadena será interrumpida” (Sijot LeRosh HaShaná).

Y de esa forma lo explica Rabí Iosef Karo en su comentario “Maguid Mishné” al Ramba”m anteriormente citado: “Y lo principal es que no es adecuado para la persona hacer las mitzvot porque son una obligación y no tiene otra posibilidad, sólo hacerlas, sino que debe hacerlas y alegrarse en su cumplimiento, y hará el bien porque es bueno, y elegirá la verdad porque es auténtica, y le será fácil su trajín y comprenderá que para eso fue creado, para rendirle culto a su Creador”.

Debemos profundizar nuestra perspectiva y rendirle culto a D’s con alegría, y aunar la alegría a nuestra Tshuvá, y de esa forma seremos merecedores de un arrepentimiento por amor, que convierte los pecados en méritos.

Dos tipos de paz
Rav Shlomó Aviner

 

Hay discusiones en nuestro país. Todos somos hermanos – eso está claro y es absoluto. Pero, ¿Cómo llegaremos a la paz? Hay dos concepciones respecto a la paz:

Primera: Vivimos juntos, cada uno desea otra cosa, debemos arreglarnos juntos. De lo contrario, todos sufriremos y es una pena. Ya dijo Aristóteles que el hombre es político en su naturaleza, es decir, social. Sin sociedad no podrá subsistir. Si no llegamos a ningún acuerdo cada uno tirará en su dirección, el más fuerte vencerá, y por supuesto no es justo.

Segunda: Todos somos hijos de nuestro Padre en el Cielo. Todos somos hermanos en nuestra esencia del alma. En realidad somos una misma alma, cuando cada uno es un destello de ese alma genérica. En una unión de ese tipo, podremos edificar juntos una vida de justicia recta. Y por supuesto, esa es la paz ideal.

Porque la paz del primer tipo se basa en el deseo de cada uno de conseguir lo máximo que puede. Es una unión frágil, y se desmoronará cuando ya no sea el deseo de algún grupo. Se basa en el amor propio, respecto al cual fue dicho que una comunidad que no es por la buena causa no persistirá (Avot 4:11). Sólo una comunidad por la buena causa, es decir en base a la fe que el Nombre de D’s mora en nosotros persistirá.

De momento que la meta es el bien del individuo particular, las tensiones pueden surgir en cualquier momento, generar odio entre los hermanos, como nos ocurrió ya varias veces.

Pero ahora no sucederá. Hemos aprendido suficiente del pasado. Nos hemos purificado suficiente del pasado. Pero no debemos dormirnos en la guardia, para no perder lo que hemos obtenido.

Debemos añadir amor por todo Am Israel (el Pueblo de Israel), más y más, siempre. Pero no un amor interesante-ordenado-practico-político, sino que interno-autentico-del alma-Divino (véase Ein Aya Brajot Bet, 20). 

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.

El honrado del Shabat

Hay cosas que nuestros sabios prohibieron hacerlas en Shabat a pesar de que no son Melajot. Esas prohibiciones son llamadas en forma general “Shvut”.

Parte de las cosas que fueron prohibidas las aprendieron nuestros sabios de la interpretación de las palabras del profeta: “Si apartares tu pie del Shabat sin hacer tus quehaceres en Mi día santo, y llamarás al Shabat delicia, al día santo del Eterno honorable, y le hicieres honra, no haciendo tus cosas ni hallando en él tu propio placer, ni hablando palabras ociosas, entonces te deleitarás en el Eterno, y Yo te haré cabalgar sore las alturas de la tierra, y te alimentaré de la herencia de tu padre Iaacov, porque así lo ha dicho la boca del Eterno”[1].

Nuestros sabios interpretaron esos versículos de varias formas, en relación con cómo debe conducirse la persona en Shabat:

“Llamarás al Shabat delicia”: La persona debe deleitar su Shabat, con la comida y la bebida – que no sea su comida en Shabat como la comida de los días comunes[2].

“Día santo del Eterno honorable”: Que no se comporte la persona en Shabat con ligereza, sino que debe santificar al Shabat y honrarla de todas formas[3].

“Le hicieres honra”: Se debe honrar al Shabat, con prendas hermosas y limpias[4].

“No haciendo tus cosas”: Que la forma de andar de la persona en Shabat no sea como la forma de andar en un día común[5]. Por lo tanto, está prohibido correr en Shabat salvo para cumplir alguna mitzva[6].

“Ni hallando en él tu propio placer”: La persona tiene prohibido hacer en Shabat toda acción que prepara o es beneficiosa para que pueda hacer luego del Shabat algo prohibido en Shabat. Por ejemplo: La persona tiene prohibido andar en Shabat en su campo, para ver qué trabajos debe hacer en él luego del Shabat[7].

“Ni hablando palabras ociosas”: Que tu forma de hablar en Shabat no sea como la forma en que se habla en un día común[8]. Por ejemplo: Está prohibido decir en Shabat “mañana haré tal cosa [algo que está prohibido hacer en Shabat]”. E incluso hablar demasiado vanidades está prohibido[9].

El profeta alaba diciendo: “Bienaventurado el hombre que hace esto… que guarda el Shabat para no profanarlo”[10]. Y todo el que cuida del Shabat como corresponde según la halajá, lo honra y se deleita en él todo lo que puede, ya fue escrito en forma explícita por el profeta cuál es su recompensa en este mundo, por encima de la recompensa que le espera en el Mundo Venidero: “Entonces te deleitarás en el Eterno, y Yo te haré cabalgar sore las alturas de la tierra, y te alimentaré de la herencia de tu padre Iaacov, porque así lo ha dicho la boca del Eterno”[11] [12].



[1](Ishaya 58:13-14).
[2](Midrash Tanjuma, Bereshit cap. 2. Shuljan Aruj, Orej Jaim 242. Mishná Brurá inciso 1). Y Mishná Brurá mencionó que hay poskim que opinan que el honrado del Shabat y su deleite es según la Torá escrita, porque es parte de la obligación de Mikraei Kodesh, que nuestros sabios explicaron que se debe santificar esos días y deleitarse en ellos (véase allí, Shaar HaTziun inciso 1).
[3](Midrash Tanjuma, allí).
[4](Midrash Tanjuma, allí. Shabat 113A. Shuljan Aruj allí. Mishná Brurá inciso 5. Shaar HaTziun inciso 16).
[5](Midrash Tanjuma y Gmará allí).
[6](301 inciso 1. Mishná Brurá inciso 1. Kaf HaJaim inciso 1).
[7](Shabat 150B. Shuljan Aruj 306 inciso 1. Shuljan Aruj HaRav allí, inciso 1).
[8](Midrash Tanjuma allí. Shabat 113B, 150B).
[9](307 inciso 1).
[10](Ishaya 56:2).
[11](Allí, 58:14).
[12](Ramba”m, Hiljot Shabat 30:15). Los detalles serán aclarados más adelante.

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