Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Matot - Masaei     26 de Tamuz 5783     1417 

Cumple con tu palabra
Rav Ioram Eliahu

“Moshé habló a los jefes de las tribus de los Hijos de Israel… si un hombre hace un voto al Eterno… no profanará su palabra, conforme a todo lo que sale de su boca deberá hacer” (Bamidvar 30:2-3). Nuestros sabios nos enseñan en varios lugares que un voto es algo severo, y si una persona hace un voto debe cumplir con lo que dijo. A pesar de la severidad de los votos, dijeron que un voto para incentivarse a hacer algo positivo está permitido, por ejemplo si una persona desea fijar un horario de estudio de la Torá y teme que el mal instinto lo haga desistir, “tiene permitido incentivarse a sí mismo con un voto o un juramento”. Eso se aprende del versículo “he jurado y lo cumpliré, que cuidaré de Tus justos juicios” (Tehilim 119:116). Y a pesar de ello, escribió el Kitzur Shuljan Aruj (67) “debe cuidarse cuando dice que hará alguna mitzva que agregue ‘sin voto’”.
En el Midrash (Midrash Rabah) al principio de nuestra Parashá dicen “‘Y juré, vive el Eterno…’ les dijo D’s a Am Israel (el Pueblo de Israel), no piensen que tienen permitido jurar utilizando Mi nombre… sino que cuando ustedes tienen esas virtudes, y sean como los que fueron llamados temerosos de D’s, como Avraham e Iyov”. Y el Midrash enumera las virtudes de las que debe estar colmada la persona para que pueda jurar y hacer votos. El Sfat Emet explica: “Porque la fuerza de Am Israel es solo en su boca, porque está escrito ‘e imbuyó en él alma, espíritu de vida’ (Bereshit 2:7), y por ello la persona es capaz a través de la Torá que emite con su boca de acercarse a sí mismo a D’s” (Sfat Emet, Matot, 634). Pero la condición para ello, dice el Sfat Emet, es que la persona cumple con su palabra, como dice el versículo “no profanará su palabra” – no transformará su palabra en laica. “Y de ello aprendemos que su palabra es santa, a través de la kdushá que D’s le entregó a toda persona de Am Israel”. Y agrega el Sfat Emet que según cuanto la persona cuida su boca, así también se hace merecedor de que lo que dice se cumple, es decir, D’s escuchará y recibirá su rezo, y colmará sus pedidos.
¿Por qué tiene la persona semejante fuerza en su boca? Hasta tal punto que todo lo que dice o lo que consagra, recae sobre ese objeto kdushá, por ejemplo cuando consagra una oveja para ser sacrificada en el Beit HaMikdash (El Templo), o todo otro objeto en el que recae kdushá. Explica Netivot Shalom según lo que mencionó Rabeinu Iona (el Or HaJaim lo citó en la Parashá Pinjas, hablando de los hijos de Isajar, comienza “escribieron los piadosos de Israel”, véase allí) que la boca de la persona de Am Israel es como un utensilio santo, que es utilizado en el Beit HaMikdash, y un utensilio santo en el que introducen algo (como sémola, agua o similar) es santificado, “así también a través del habla que el judío emite de su boca que es un utensilio santo, se genera una situación nueva de kdushá”. Y la boca es singular en ello, porque la esencia y el papel de Am Israel es “este pueblo que Me he creado para que cuenten Mis alabanzas” (Ishaya 43:21) y de momento que la meta del culto a D’s de la persona es contar Sus alabanzas, y se cumple con la boca, esta es semejante a un utensilio santo, cuya función es participar en el culto a D’s.
Nuestra habla es singular, y somos capaces de influir mucho con ella. Toda la edificación de la persona es a través de la labor de la boca y el estudio de la Torá. Todo el acercamiento a D’s, la vinculación y el temor a D’s, es a través de la boca y el rezo. Toda la relación correcta y buena entre las personas, entre los cónyuges, entre el padre y sus hijos, depende mucho de lo que se dice, se habla. Debemos recordarlo y cumplir con lo que decimos, con las obligaciones que aceptamos, ya sea entre nosotros y D’s, ya sea en las relaciones con nuestros amigos y nuestro hogar. No se debe decir o prometer cosas que no somos capaces o no pretendemos cumplir. Y si ya nos comprometimos, debemos cumplir con lo que dijimos, y recordaremos la mitzva de la Torá “no profanará su palabra”, y seremos merecedores que también D’s escuche nuestros rezos y ruegos. 

¿Qué culpa tiene el pueblo?
Rav Shlomó Aviner

 

Hay quienes no están satisfechos de las resoluciones del gobierno y el Kneset (Parlamento). Es legítimo. A veces pasa. Pasa casi todo el tiempo, en todos los países democráticos. La pregunta es, ¿cómo se lucha contra esas resoluciones?

La principal regla: No a cuestas del pueblo. El pueblo no tiene la culpa. El pueblo no es parte de la contienda.

No se dice: Nosotros, los pilotos, no nos presentaremos a cumplir nuestras tareas. Nosotros, los médicos militares, no nos presentaremos a cumplir nuestras tareas. De esa forma se daña al ejército y al pueblo.

Es como una persona que no está satisfecha de su esposa porque ella no consiente con todas sus exigencias, y entonces toma a los hijos como rehenes.

No se lucha diciéndole a todo el mundo que no somos una democracia, y de esa forma se perjudica al pueblo. No se lucha diciéndole a todo el mundo que nuestra economía se desmoronará, porque de esa forma realmente se daña la economía.

No se lucha diciéndole a todo el mundo que hay dentro nuestro una brecha, y entonces nuestros enemigos se frotan las manos con placer, aumentan sus ataques y asesinan judíos.

No se lucha creando embotellamientos en los caminos, mortificando judíos inocentes que desean llegar a su destino.

Es legítimo que haya discusiones en cuanto a cómo equilibrar entre los distintos poderes. Cada país y su equilibrio. Y también cambia con el tiempo en un mismo país. A pesar de que el equilibrio propuesto actualmente es el que existe casi en todos los países del OCDE, pero es legítimo exigir otro tipo de equilibrio. La cuestión es cómo se lo exige.

¿Con manifestaciones? ¿Manifestaciones salvajes en las que queman neumáticos? ¿Somos el Estado de las Manifestaciones, o somos el Estado de Israel? ¿Acaso encerraremos a nuestro país con manifestaciones en pro y en contra? ¿Acaso todo el que añade manifestaciones – porque tiene más dinero, más tiempo, más disponibilidad – es el que determinará?

No. Hay otra solución: Democracia representativa. El pueblo tiene representantes en el parlamento, y ellos deciden. Si la decisión no le parece correcta a ciertas personas, es legítimo, se puede hacer nuevas elecciones. No es agradable hacer elecciones una y otra vez, pero ocurre en muchos países, y es uno de los precios de la democracia.

Muchos judíos en nuestro país no estaban satisfechos de un gobierno que se basaba en los representantes de los árabes – que como es sabido no aman a Israel, no aman a Am Israel (el Pueblo de Israel) ni al Estado de Israel – a cambio de grandes presupuestos y muchas concesiones, pero esos judíos no se vengaron en nuestro pueblo querido.

Recordar lo principal: Somos hermanos, somos un mismo pueblo. No solucionaremos problemas desbarrancando al pueblo con un dialogo venenoso. Amor gratuito, y más amor gratuito. 

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.

Orden a un gentil en Shabat

Orden en Shabat para un día común

Un judío tiene prohibido ordenarle a un gentil en Shabat que le haga alguna Melaja prohibida, incluso si le dice hacerla en un día común[1].

A pesar de que de esa forma no está prohibido por ser considerado que el gentil lo hace como emisario del judío, ya que también el judío tiene permitido hacer esa Melaja en un día corriente, de todas formas está prohibido porque el versículo dice “lo honrarás… ni hablando palabras ociosas” (Ishaya 58:13) – que no sea tu forma de hablar en Shabat como un día corriente[2].

Insinuación

Pero un judío tiene permitido insinuarle a un gentil que haga para él alguna Melaja en un día corriente[3], porque de esa forma no habla de asuntos seculares en Shabat, sólo piensa en ello [ya que con sus palabras insinúa alguna necesidad de un día corriente], y dijeron nuestros sabios[4]: “Hablar está prohibido, pensar está permitido” [5].

Por ejemplo: Si un judío tiene algún desperfecto en la instalación sanitaria de su casa, tiene prohibido decirle al gentil en Shabat que venga a su casa luego del Shabat para arreglarlo, porque de esa forma habla de asuntos seculares en Shabat.

Pero tiene permitido insinuarle al gentil diciendo “¿te parece que podrás venir a mi casa luego del Shabat?” [6], a pesar de que el gentil comprende que quiere que venga a su casa luego del Shabat para hacer alguna Melaja. De todas formas no está prohibido, porque no habló de asuntos seculares en Shabat.



[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 307 inciso 9. Kaf HaJaim inciso 14).
[2](Shuljan Aruj HaRav, allí inciso 7. Shu”t Avnei Nezer 43 inciso 6).
[3](Ram”a, allí inciso 22).
[4](Shabat 113B).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso 29. Shuljan Aruj HaRav allí).
[6](Allí, inciso 7. Mishná Brurá inciso 28). Y véase Shuljan Aruj (allí) que puede decirle de esa forma también a su compañero judío.

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