Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Vivir
auténticamente
Rav
Nisim
Vitenberg
“Se
acercaron los días de Israel para morir” (Bereshit 47:29).
Pregunta el Ramba”n,
¿cómo sabía Iaacov que su muerte se acerca? Vimos
que Itzjak comenzó a
preocuparse de su muerte cuando llegó a cinco años antes
de la edad en que
falleció su madre, pero a Iaacov le faltan todavía unos
30 años para llegar a
la edad en que fallecieron su padre Itzjak o su abuelo Avraham… Y
contesta el Ramba”n
que Iaacov si bien no estaba enfermo, pero “se sintió debilidad
y una gran
flaqueza, y si bien no estaba enfermo sabía que no vivirá
por mucho tiempo más”.
Y le cuestiona al autor del Or HaJaim
(allí) que debilidad no es evidencia de que la persona
está por morir, ya que
vimos muchas personas que estaban muy enfermas y finalmente sanearon y
se
levantaron del lecho. Y también vimos quienes sentían una
gran debilidad, y
continuaron viviendo muchos años. Explica el Or HaJaim
un gran principio
básico, citando al libro “Kehilat Iaacov” en nombre del Ar”i,
que
toda persona tiene una cantidad determinada de destellos que debe
acumular y
corregir a lo largo de su vida, y cada día tiene un papel en el
trayecto de su
vida. Nuestro patriarca Iaacov estaba lo suficientemente lucido y era
lo suficientemente
sincero consigo mismo para sentir el avance de cada día de su
vida, y cuando se
percató que ya no corrige los destellos y no le rinde culto a
D’s como en su juventud,
sintió una gran debilidad y llamó a Iosef para
comunicarle su testamento. Y de
esa forma contesta el cuestionamiento al Ramba”n (que
según el Ar”i
era muy versado en Kabalá) según las
enseñanzas del Ar”i.
Lo que
aprendemos de nuestro patriarca
Iaacov es que cada uno tiene un papel, y cada día de nuestra
vida tiene un
sentido, y por ello lo correcto es que cada uno aspire a comprender
qué aporta
al mundo y siempre debe verificar cuándo ha dejado de aportar. Y
si sentimos
que ya no actuamos como corresponde en la realidad, nos esforzaremos
por encontrar
un lugar donde podamos añadir luz y kdushá (santidad),
y de esa forma
seguir viviendo y hacer vivir la simiente de Iaacov, “de la misma forma
que su
simiente vive, él también vive”.
Nuestro
gran Rav, Rav Jaim zt”l
Rav
Shlomó Aviner
Yo estoy
quebrantado porque nuestro Rav,
el Rav Jaim Drukman falleció, porque era mi maestro y Rav. Por
supuesto, no sólo
yo, sino que otros miles y decenas de miles. Cuando era joven
comencé a
estudiar Torá de él, y vi un talmid jajam (erudito
del estudio de
la Torá) auténtico, colmado de buenas virtudes,
temor a D’s, Torá
y calor, y me dije: Este es un talmid jajam auténtico de
Eretz Israel
(la Tierra de Israel). Todo él fuego, ese es el modelo.
Era un talmid
jajam normal, no
extremista. Y no debes tomarlo a la sencilla, porque el Ramba”m escribe
que el sendero
del medio que se aleja de los extremos es el camino de D’s. Es el
elevado camino
que D’s desea, respecto al cual fue dicho “y andarás por Sus
caminos”.
Y todo eso
por merito de que antes de ser
un discípulo de nuestro Rav Moshé en la Torá,
era discípulo de nuestro
patriarca Avraham en las virtudes.
Por ello
nuestro Rav era un educador
auténtico, y ya determinó en su momento nuestro Rav, el
Rav Tzvi Iehudá Kuk que
él es el Ministro de Educación auténtico de
nuestro país. Él era el gran
educador sabiendo ver el bien en todos, y por ello amaba a todos y
todos lo
amaban. No hay en nuestro país ninguna persona que lo
odió. Pero ese amor no
era superficial, no era una táctica, no era falso.
Sencillamente, Rav Jaim no
tenía ni una gota de maldad, todo él era bondad, todo
él era bueno, todo él era
amor por toda persona de Am Israel (el Pueblo de Israel) y
también por
todo converso auténtico que se adhirió a Am Israel.
Él
era el gran educador que marchaba al
frente del campamento. Bney Akiva pueden levantar la cabeza y
decir: Ese
es nuestro Rav. Las ieshivot tijoniot (liceos que conjugan el
estudio de
la Torá) pueden levantar la cabeza y decir: Ese es
nuestro maestro. Y
también en las ieshivot hesder (centros de estudio de la
Torá que
conjugan el servicio militar) tuvo una gran influencia.
También
en su casa adoptaron varios niños
con problemas, como si no tuviese suficientes dolores de cabeza con sus
problemas propios. Pero el que es bondadoso, lo es hasta el fondo, una
bondad
en base a la Torá. Y no olvidamos el mérito de su
esposa, la Ravanit
Sara – que D’s le conceda larga vida – la sacrificada doctora, que por
supuesto
está a la altura de mi maestro y Rav, el Rav Jaim.
Y nuestro
Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk lo
dirigió incluso en la política, la santa labor de la
educación de la nación. En
efecto, un político debe ser un educador de la nación.
Ese es el Rav Jaim, el
educador de los individuos particulares y el educador de la totalidad
genérica.
Ese es un talmid
jajam que añade
santificación del Nombre de D’s en el mundo, como dicen nuestros
sabios al
final del tratado de Ioma y el Ramba”m (Hiljot Isodei
HaTorá, al final
del cap. 5): “¿Qué es una profanación del Nombre
de D’s? Cuando una gran
persona, estudiosa de la Torá y famosa por su piedad
haga algo que haga
murmurar a las criaturas, a pesar de que no son trasgresiones, de todas
formas
es una profanación del Nombre de D’s. Por ejemplo, si compra
fiado y no paga
enseguida… o comercia mucho… o que no habla en forma educada con las
criaturas
o no las recibe bien, sino que es peleadora y enojosa”. Y en contraste,
“si el talmid
jajam es critico consigo mismo y habla con amabilidad con las
criaturas, y
las recibe con buen semblante, y cuando lo ofenden no devuelve las
ofensas,
respeta a las personas incluso a las que lo desprecian, y comercia con
integridad… hasta que todos lo alaban y lo aman y desean hacer como
él,
santificó el Nombre de D’s y respecto a él dice el
versículo ‘tú eres Mi
siervo, Israel, en quien Me glorificaré’ (Ishaya 49:3)”.
En efecto,
nuestro Rav era de los que son
ofendidos y no devuelven los oprobios. Realmente, lo ofendieron y lo
hirieron
mucho. No se puede describir cuánto, y realmente le
dolió, pero nunca devolvió
las ofensas.
Así
era él, humilde. Un tzadik
evidente, pero también un tzadik oculto. Es decir,
tenía una
personalidad tan evidente, tan luminosa, tan activa, que se
podía pensar que
eso es todo. Pero no era así, en su humildad había mucho
más de lo que se podía
ver por fuera. No me pregunten, no sé, porque nuestro Rav era
humilde y no revelaba
lo que se ocultaba en él. Pero es evidente que en su interior
había mundos de
santidad de los que pudimos apreciar sólo una ínfima
parte.
Muy bien
Rav Jaim, continúa en el Cielo
con tu santa y gran labor por Am Israel y Eretz Israel
porque te
necesitamos. Continúa en el Cielo ocupándote del publico
con integridad. Y D’s
te ayudará en todas tus acciones, y tendrás éxito.
Nuestro Rav, Rav Jaim vive.
Que su
alma esté adherida a la fuente de
la vida junto con todas las almas de los grandes tzadikim.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas
básicas
del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica
en su comunidad
en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot
del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Medicina
en Shabat
Vendado de
heridas
Una de las
formas de curar heridas, cortaduras y raspaduras
es vendándolas. A veces se venda solamente para proteger la
herida que no sea
raspada por las prendas, o que no se ensucie y se infecte – pero no es
para
curarlas en absoluto. Y a veces el vendado es para curar, es decir, se
coloca
sobre la herida algún algodón o gaza con un
líquido desinfectante o alguna pomada
que cura, y se venda el lugar.
Proteger la
herida
Un vendaje
cuyo objetivo es proteger la herida para
que no sea raspada o se infecte, no es considerado una cura, y
está permitido
hacerlo en Shabat también cuando la herida no pone en
peligro en
absoluto a la persona e incluso si la persona no es considerada un
enfermo que
no está en peligro por esa herida, porque de momento que ese
vendaje no es una
cura está permitido[1].
Pero
se debe cuidar de varias cosas, como será aclarado más
adelante.
Una persona
que tiene un golpe o una herida está prohibido
presionar o ajustar el lugar para sacar sangre. Así
también está prohibido
vendar un golpe o herida de forma que lo oprima y salga sangre[2],
porque toda acción que saca sangre del cuerpo está
prohibía según la Torá escrita
en Shabat, por la prohibición de “herido”[3].
Por lo
tanto, cuando se venda en Shabat alguna
herida, se debe cuidar de no oprimir el vendaje sobre la herida de
forma que
salga sangre, para no trasgredir la prohibición de sacado de
sangre en Shabat[4].
Así
también hay que cuidarse de no atar el vendaje con
un nudo permanente, sino que hará un nudo que no está
prohibido en Shabat por
“atado”[5].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 328 inciso 23
24).
[2](Allí, inciso 48. Mishná
Brurá
inciso 147. Kaf HaJaim allí, inciso 265).
[3](Allí. Mishná Brurá).
[4]Véase anteriormente, en cuanto a
matado. Y véase más adelante en cuanto a colocar una
prenda sobre una herida si
se debe temer del teñido o no.
[5](Allí, Mishná Brurá inciso
82. Shaar
HaTziun inciso 52).
Por ejemplo, cuando es
un nudo que será desatado cada día, está permitido
atar una moña sobre un nudo
simple. Y si no será desatado cada día, debe hacer una
moña sin nudo. Y véase
en extensión anteriormente en cuanto a atado y desatado en
Shabat.
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