Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
La
Fiesta
de la Libertad
Rav
Elisha Vishlitzki zt”l
En la Haftará
de este Shabat el profeta Malaji vaticina cierto tipo de
crisis,
cuando las personas dirán “cosa vana es servir al Señor”
(Malaji 3:14), y
podemos sentirlo hoy en día, “nosotros ahora llamamos dichosos a
los soberbios,
decimos también medran los que obran maldad” (Malaji 3:15). Hay
una sensación
que andamos afligidos. Tal parece que el que toma en cuenta las
limitaciones,
el que cumple con las restricciones, el que se cuida, el que es
recatado, anda
afligido. Le tapan la boca. Y eso es agudizado más y más.
Dice el
profeta: No juzguemos la realidad según lo que salimos ganando
de ella. Pesaj
es la Fiesta de la Libertad. Hay que liberarse de la
esclavización a los lucros.
Un camino auténtico no se debe poner a prueba preguntando si es
bien visto a
los ojos de alguien, o si alguien está de acuerdo con ello, y no
será evaluado
según el concepto acostumbrado de “es cuestionable” o no.
¿Quién inventó ese
concepto, “es cuestionable”? ¿Quién delimita la
línea central y quien decide
qué es extremo?
Dice el
profeta, en la primera parte del encarado de la crisis: “Entonces los
temerosos
del Eterno hablaron cada uno con su compañero, y el Eterno
escuchó y lo oyó, y
fue escrito un libro de memoria delante de Él a favor de los que
temen al
Eterno y de los que piensan en Su nombre” (Malaji 3:16).
Shabat
HaGadol con la profecía
del profeta Malaji nos incita al escuchado, como dice
Rav Jaim de Voloshin. Alienta a la familia, a la comunidad, no juzgar
las cosas
sólo según el criterio de si mis pretensiones se
colmaron, sino que escuchar,
darle un lugar al prójimo. Darle un lugar al que es distinto y
aclarar la
verdad con las fuerzas conjuntas. Eso disminuye mucho el ego, y pone a
un lado
el egocentrismo. Es la primera condición para hacerle frente a
la crisis de
esta época.
La segunda
parte, “y Me compadeceré de ellos, como un hombre se compadece
de su mismo hijo
que le sirve” (Malaji 3:17). D’s no solo se apiada de nosotros, sino
que
también se compadece. Piedad es expresión de un
sentimiento, mientras que
compadecerse es una expresión moral, de justicia, de justicia
absoluta. D’s se
compadece de nosotros, como “su mismo hijo que le sirve”. Compadecerse
no es
sólo un vínculo, sino que un vínculo que trae
aparejado tareas. La fuente de
vida Divina es también la fuente que imparte cometidos.
El último versículo
habla también en ese marco, “entonces vosotros volveréis
a ver la diferencia
entre el justo y el malvado, entre aquel que sirve al Señor y
aquel que no Le
sirve” (Malaji 3:18). Pregunta la Gmará, de momento que
ya está escrito “entre
el justo y el malvado”, ¿para qué es agregado “entre
aquel que sirve al Señor y
aquel que no Le sirve”? Y contesta: No es lo mismo quien estudia algo
cien
veces y el que lo estudia ciento una vez. Y al respecto decía
nuestro Rav, el
Rav Tzvi Iehudá Kuk: Realmente, según nuestros sabios el
que estudia ciento una
vez por supuesto que lo hace por la buena causa. Cien veces,
todavía se puede
hablar de algún provecho.
El profeta
nos dice que la capacidad de discernir entre justo y malvado no es
sectorial,
no es nimiedades. No es una expresión, D’s no lo permita, del
hecho que yo en mi
soberbia creo que soy mejor que ellos, sino que es una exigencia
interna de servir
a la verdad, por la buena causa.
Y también
nos dice el profeta Malaji que debemos comprender que por lo menos
debemos
aspirar a colocar el culto a D’s sobre la base moral auténtica,
y no sobre las
ganancias, y eso nos entrega fuerzas para hacerle frente a las
dificultades.
En
resumen, dice el profeta: “Acordaos de la Torá de
Moshé, Mi siervo, la
que Yo le prescribí en Jorev para todo Israel, estatutos y
leyes” (Malaji
3:22).
Nuestro
Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk decía, sobre todo en la
última época de su vida,
que debemos recordar la Torá de Moshé, Mi siervo.
Todas las aclaraciones
en los suplicios del Meshiaj serán alrededor de la Torá,
la Torá
de Moshé, alrededor de la Torá del siervo de D’s.
Parte de la
preparación de Pesaj y la libertad es la capacidad de
ser siervo, siervo
de la voluntad Divina, de la gueulá (Redención).
Agrega el
profeta: “He aquí que Yo os voy a enviar al profeta Eliha, antes
que llegue el día
grande y tremendo del Eterno” (Malaji 3:23). Uno de los momentos
más
significativos en la noche del Seder es cuando expresamos el
deseo de
encontrarnos con el profeta Eliahu. ¿Por qué? “Él
volverá el corazón de los
padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia sus
padres” (Malaji
3:24). La vinculación de todas las generaciones, la
vinculación de todos los
componentes de la familia, de todas las fuerzas, todos los matices, en
función de
la aclaración, sin borronear pero también sin
distanciamientos.
Ojalá que
sea un gran Shabat. Un Shabat de señal entre D’s
y nosotros, que
no comienza con las acciones, no comienza en el plano externo y no se
mide sólo
según eso. Ojalá que todos logremos orientar nuestro
corazón, ya sea quien más
o quien menos, a la voluntad Divina.
Un Shabat
alegre y bueno, un Shabat que nos de fuerzas para Pesaj,
para
llegar y acercarse a nosotros y nosotros acercarnos a él, porque
es la fuente
de la bendición. Shabat Shalom, y Jodesh Tov (buen
mes).
¿Nuestro
principal enemigo?
Rav
Shlomó Aviner
“En toda
generación hay quienes intentan exterminarnos, y D’s nos salva
de ellos”.
Tenemos muchos enemigos: Iranios, sirios, terroristas, accidentes de
tránsito,
fumado, comida insana, y más. Todos esos matan judíos,
matan hermanos, que D’s
se apiade.
Pero el
peor enemigo que tenemos, que mata más judíos, que mata y
mata y no cesa – es la
asimilación. Es cierto que no mata el cuerpo, sino que el alma,
pero es mucho
peor. Hay quienes calculan que desde el Holocausto se asimilaron en la galut
(exilio) seis millones de judíos. Hay quienes lo apodan “el
Holocausto
silencioso”. Todos los problemas que tenemos en nuestro país son
una nada en
comparación con esa tragedia. En New York hay un 50% de
casamientos mixtos, y
hay países donde se habla de un 90%.
Gracias
a D’s tenemos un lugar donde podemos salvarnos, nuestro santo
país. Gracias a D’s
no hay asimilación, o casi no hay. Bienaventurados somos que
fuimos
merecedores. Llegó el Satán, y se le
ocurrió una idea genial: Introducir
asimilación y casamientos mixtos en el país.
¿Cómo? Fueron traídos al país cientos
de miles de gentiles, bajo el amparo de la Ley del Retorno. Y ahora se
habla de
una conversión simbólica – tradicionalista – fingida, con
la ayuda de la cual
todos esos gentiles se transformarán en judíos, como si
así fuese. Judíos en el
papel, gentiles en la realidad.
No
hablamos del problema que de pronto un gentil como ese, que fue
engañado y le
dijeron que es judío, pretenderá casarse y
recibirá una cruel bofetada cuando
le digan que no es judío. No hablamos de que la confianza del
público en las
conversiones se desmoronará, de forma que también
conversos auténticos se
encontrarán siendo despreciados como gentiles. No hablamos de
que gentiles de países
enemigos podrán introducirse con facilidad luego de esa
“conversión” en
organizaciones sensibles.
Estamos hablando
de una asimilación en gran escala, peor de lo que hay en la galut,
porque allí por lo menos se sabe quién es judío y
quien es gentil – salvo los
reformistas. Pero aquí no se sabrá, y ocurrirá un
desastre, y todos nos encontraremos
en una situación similar a los reformistas. La única
solución será documentar la
descendencia en árboles genealógicos, lo que
dividirá la nación, lo que no ocurrió
desde la destrucción del Segundo Beit HaMikdash (El
Templo).
Tenemos
entonces la obligación de recordarnos el principio sencillo que
se aprende en
primero de escuela: No hay conversión sino que según la halajá
– es decir,
aceptado de las mitzvot en forma auténtica, con
sinceridad y sacrificio.
Y toda conversión de otro tipo no tiene ningún valor. Y
todos los gentiles que
se encuentran en el país, es decir esos que no regresarán
a su lugar de origen
(porque como es sabido el porcentaje mas alto de personas que abandonan
el país
es de ellos), los trataremos con amor, como los justos de las naciones
del
mundo, que como es sabido tienen parte en el Olam HaBa (mundo
venidero).
Pero una conversión sólo para el encendido de velas en Shabat,
hacer Kidush,
comer Matza y encender las velas de Janucá – no
es una conversión.
Es un
concepto básico que la conversión es válida solo
cuando se acepta las mitzvot,
como dicen todos los poskim (sabios que determinan la halajá)
Rishonim
y Ajaronim, hasta hoy en día. ¡Solo una
conversión según la halajá!
O para ser más exactos, a través de la Rabanut
HaRashit (Supremo Rabinato)
y sus enviados que fueron autorizados por ella para ello (ya que cuando
se
trata de algún Rav independiente no hay ninguna posibilidad de
verificar qué es
lo que hace realmente).
“Que Tu
compasión, Señor nuestro D’s, se extienda sobre los
justos y los piadosos,
sobre los conductores de Tu pueblo, la Casa de Israel, y sobre los que
quedan
de sus sabios, sobre los conversos auténticos y sobre nosotros”.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Muktze
Para utilizar su lugar
Muktze que es Kli SheMelajto LeIsur, aparte de
estar permitido moverlo para utilizarlo [como fue aclarado
anteriormente], está
permitido moverlo también para utilizar su lugar. Es decir,
cuando es necesario
utilizar el lugar donde se encuentra ese Muktze, está
permitido moverlo
y pasarlo a otro lugar[1].
Por ejemplo: Una mesa sobre la cual
se encuentran depositados lápices y lapiceras, y en Shabat
desean
sentarse alrededor de esa mesa para comer, está permitido
moverlos y ponerlos
en otro lado[2].
Así también una jarra eléctrica que
se encuentra sobre el mármol en la cocina, y desean moverla para
colocar objetos
sobre el mármol, está permitido tomarlo con la mano y
colocarla sobre el mármol
en otro lado[3].
Llevarlo a donde quiera
El que toma con la mano Kli
SheMelajto LeIsur y lo mueve para utilizar su lugar o para
utilizarlo en
forma permitida en Shabat, de momento que el objeto se
encuentra en su
mano en forma permitida, puede llevarlo y depositarlo donde quiera[4].
Por ejemplo: Una persona que tomó un
martillo en su mano para cascar nueces, luego de haber terminado con
las nueces
no tiene obligación de tirar enseguida el martillo, sino que
puede andar con él
y colocarlo en todo lugar que desee.
Así también el que toma una jarra eléctrica
porque necesita el lugar donde se encuentra, puede andar con ella y
colocarla
donde desee [cuando la jarra no está conectada a la
electricidad], y no tiene
obligación de colocarla justamente en el lugar más cercano[5].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 308 inciso 3).
[2]Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso
22) que escribió
que no se debe mover un Kli SheMelajto LeIsur para utilizarlo o
utilizar su
lugar si puede hacerlo de otra forma [y tal parece que según eso
si tiene otro
lugar para utilizar, no debe mover el Kli SheMelajto LeIsur para
utilizar su
lugar]. Y véase lo que escribimos anteriormente en cuanto a
mover Kli
SheMelajto LeIsur para utilizarlo cuando tiene otro utensilio permitido.
Y en el Ta”z (allí,
inciso 13) escribió en cuanto a un zapato que se encuentra en su
molde [un
aparato con el que se fabrican los zapatos, y en nuestros días
es común un aparato
similar para ensanchar el zapato, que es Kli SheMelajto LeIsur] que del
Shuljan
Aruj tal parece que también cuando puede quitar el zapato del
molde, tiene
permitido quitar el molde del zapato con la mano (fue citado por
Mishná Brurá
allí, inciso 57. Y Kaf HaJaim inciso 109) Y citó Eliha
Rabah que duda al
respecto, y escribió que si puede quitar el zapato del molde es
preferible a quitar
el molde del zapato con su mano. Y si es difícil quitar el
zapato del molde,
por supuesto que no se debe ser más estricto.
Y véase Biur Halajá
(comienza minal jadash) lo que escribió respecto a quitar y
mover un zapato
nuevo, cuando todavía no lo estrenó.
[3]En cuanto a otros aparatos eléctricos,
los
poskim determinan qué es considerado Kli SheMelajto LeIsur y
qué es considerado
Muktze MeJamat Jizaron Kis [que está prohibido mover, incluso
para utilizarlos
o utilizar su lugar]. Y en todo caso se debe preguntar a una autoridad
de la halajá
al respecto.
[4](Allí, Shuljan Aruj).
Y véase Kaf HaJaim
(allí, inciso 27) que citó al Tosefet Shabat, que incluso
tiene permitido
sostener el Muktze todo el tiempo que quiera, pero de todas formas
está
prohibido pasarlo de una mano a la otra, porque es considerado un
movido nuevo.
Y véase Mishná Brurá (310, inciso 15) citando a
Eliha Rabah que el Mohel tiene permitido
entregar el cuchillo a otra persona luego de haber hecho el Brit Mila,
para que
lo coloque donde desee.
[5]Y escribió Maguen Avraham (allí,
inciso 7) que
también si se equivocó y tomó un Kli SheMelajto
LeIsur en su mano [sin
necesitarlo para utilizarlo o para utilizar su lugar], tiene permitido
andar
con él y colocarlo donde desee Y Biur HaGr”a (266, inciso 12) no
está de
acuerdo con ello, y opina que sólo cuando lo tomó estando
permitido, puede
continuar andando con él y colocarlo donde desee, pero si lo
levantó por error
cuando estaba prohibido, debe soltarlo enseguida (308, Mishná
Brurá inciso 13 Y
véase Jazon Ish 48, inciso 8).
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