Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
La
reconstrucción de
Ierushalaim es la reconstrucción de Am Israel
En
la actualidad
El
profeta Irmya, cuando le habla a Clal Israel (la totalidad
genérica del
Pueblo de Israel) en nombre de D's, le dice: “Anda y clama a los
oídos de Ierushalaim,
diciendo; así dice el Eterno, acuérdoMe del cariño
tuyo a Mi en tu juventud,
del amor de tus desposorios, cuando Me seguiste por el desierto, en una
tierra
no sembrada” (Irmya 2:2). El Rada”k explica que “a los oídos de
Ierushalaim”
quiere decir al lado de Ierushalaim. El que habla se encuentra frente a
Ierushalaim, como si se encontrase frente al pueblo. También Rav
Jaim de
Voloshin zt”l escribe en su libro “Nefesh HaJaim” que el
versículo habla
respecto a Clal Israel, y lo llama
“Ierushalaim”. Porque en ella
se reunía todo Am Israel
(el Pueblo de Israel) en las fiestas,
cuando llegaban al Beit HaMikdash
(El Templo). Y allí recibían abundancia de Torá, de kdushá (santidad) y temor a D’s, cada uno según la
raíz de su alma en Kneset Israel (el alma genérica del Pueblo de Israel) – y
por ello es llamado “Ierushalaim del cielo”. ¿Y qué es
“el amor de tus
desposorios”? Es el secreto de la fuente de las almas de todo Israel. Y
por
ello es también llamada Kneset
Israel, como “Ierushalaim de la
tierra” – cuando llegaba todo Am
Israel en las fiestas, para
presentarse frente al Señor. Y ese es el tema de
En la actualidad, “nuestros pies
estaban plantados en tus puertas, oh Ierushalaim” (Tehilim 122:2).
Comenta Rashi
– “nuestros pies estaban firmes para luchar en todo lugar por los
portones de Ierushalaim…
Ierushalaim que está edificada en el cielo, y en el futuro Ierushalaim en la tierra será como
ella… porque en Ierushalaim se
revelará
Bienaventurados y dichosos somos, que nos
encontramos en los portones de Ierushalaim y vemos con certeza
cómo se cumple
“el Eterno es el que edifica a Ierushalaim, que recoge a los
desterrados de
Israel” (Tehilim 147:2). Es cierto que aún luchamos por
Ierushalaim – los
enemigos de Israel todavía no aceptan nuestro gobierno en
Ierushalaim y en Har
HaBait (el Monte del Templo) – y
debemos estar preparados
para combatir por su integridad y su edificación. Pero el
sueño que soñaron
todas las generaciones – regresar a Tzion y a Ierushalaim - ya se
plasma frente
a nuestros ojos. Como decimos “cuando el Eterno hizo tornar el
cautiverio de
Tzion, éramos como quien sueña” (Tehilim 126:1) – no
“soñábamos”, no
alucinaciones, sino que “como quien sueña”. Nosotros ya somos
merecedores de
ver con nuestros ojos a Am
Israel que se
reúne en Eretz
Israel (
Del que se alegra
con el regocijo de Ierushalaim y su liberación
Dov
Bigún
Un
cuento enojoso
Rav
Shlomó Aviner
Cuando
estudié en el liceo me obligaron a leer literatura ajena, y como
es
acostumbrado, me olvidé de la mayoría. Pero hubo
artículos que los recuerdo
porque me emocionaron, o me enojaron, o ambos. Por ejemplo, un cuento
corto de
Guy De Maupassant de hace 150 años, que es titulado
“Misericordia”. Acostumbran
a citarlo como demostración que el escritor era una persona
sensible, que
comprende el sufrimiento de los demás, y se identifica con
ellos. Y así dice:
“¿Por
qué sufro en la vida, cuando la mayoría de las personas
son alegres? ¿Por qué
esa extraña tortura que me consume? ¿Por qué no
sumergirme en los placeres, en
los deleites?
La razón
es que tengo otro punto de vista de la realidad, que es el don y el
suplicio de
los escritores. Yo escribo, porque comprendo y siento el dolor de todo
lo que
hay en el mundo, porque conozco demasiado, y ese sufrimiento vive
dentro mío.
Recuerdo
días grises, cuando mi corazón tanto se quebró, de
lo que vi en ese momento, y
esa visión continúa en mí desde ese entonces, como
una herida abierta.
Una
mañana, en la avenida de la Opera, en medio del público
ruidoso y alegre,
borracho del sol del mes de mayo, de pronto vi pasar una criatura sin
nombre,
una mujer anciana totalmente encorvada, vestida de trapos que en
algún momento fueron
un vestido, con un gorro de paja negro que hace ya mucho tiempo todos
los
adornos y cintas cayeron de él. Ella marchó, arrastrando
sus pies, con tanta
dificultad, que sentí en mi corazón como ella, y
aún más que ella, el dolor de cada
uno de sus pasos. Ella se apoyaba en dos bastones, pasó
desconectada del
entorno, del ruido, de las personas, de los vehículos, del sol,
y así volvió a
su pobre casa. Una bolsa de papel estaba colgada de su mano con una
cuerda, por
lo visto con pan en ella. Nadie, ningún vecino, no se
ofreció a hacer por ella
esa bondad, y por ello, sin ningún otro remedio, ella misma hizo
esa terrible
marcha, de su casa al almacén. Dos horas de marcha ida y vuelta,
por lo menos. ¡Qué
camino doloroso!
Elevé
mis ojos a los techos de los altos edificios. Allí ella se
dirigió. ¿Cuándo
llegará? ¿Cuántas veces tendrá que
detenerse resoplando, en las escaleras
oscuras y tortuosas?
Todos se
daban vuelta para mirarla, murmurando: Pobre mujer, y pasaban. Su
pollera, ese
trapo que usaba como pollera, se arrastraba sobre la vereda, colgada de
su
cuerpo roto. ¿Acaso había algún pensamiento en ese
cuerpo roto? ¡No! ¡Sólo un
terrible sufrimiento, continuo, insoportable!
Hay, la
miseria de los ancianos sin pan, sin esperanzas, sin hijos, sin dinero,
sin
nada aparte de la muerte frente a ellos. ¿Acaso pensamos en
ellos, acaso pensamos
en los ancianos hambrientos en las pobres moradas? ¿Acaso
pensamos en las
lágrimas de los ojos apagados, que una vez brillaron, se
emocionaron y se
alegraron?”.
Realmente,
emocionante. Hace llorar. Y a pesar de ello es enojoso, por tres
razones:
1.
Querido escritor, si tú te emocionantes tanto, ¿puedo
saber por qué no la
ayudaste a marchar? ¿Por qué no le propusiste darle
comida, que le llevarás a
su casa? ¿Por qué no la invitaste a comer en un
restaurante o en tu casa? Hablar,
emocionarse - es fácil. Pero también hay que hacer.
2. ¿Y
dónde escribió el escritor todo eso? En su diario
personal, “En Las Aguas”. ¿Ustedes
saben cuándo escribió ese diario? En su crucero de placer
en el Mediterráneo,
en su yate particular. Por lo visto, no le faltaba comida para
desayunar. Es
muy lindo hablar, ¿pero quizás le darás un poco de
lo tuyo a los desgraciados?
3. Y ahora,
lo más enojoso: Eso es lo que ocurre en nuestro país. Hay
muchos ancianos, muy
pobres, no tanto como en el cuento, pero de todas formas deben decidir
si
comprar comida, remedios o pagar la electricidad del calentado. Y hay
también
más jóvenes, que trabajan muy duro de la mañana
hasta la noche, pero les falta
lo indispensable. Y hay incluso niños que saltean comidas.
No digan
que no es cierto, negarlo es lo más fácil. Lean el
informe del Seguro Social,
lean el informe del Control del Estado, lean el informe de la OECD.
¿Dónde
están ustedes, donde estamos nosotros, los Hijos de Israel,
“misericordiosos
hijos de misericordiosos”?
Es lindo
hablar de izquierda, es lindo hablar de liberalidad - pero
también hay que
hacer.
¿Dónde está
el corazón?
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Melaben
Su remojado es su lavado
La prohibición de lavar una prenda
en Shabat es válida no sólo cuando hace una
acción de lavado propiamente
dicha – que remoja la prenda y la frota para quitar de ella la suciedad
– sino
que también si sólo la remoja en el agua, a pesar de que
no la frota, también
está prohibido.
La razón es que el remojado de la
prenda en el agua es como lavarla, ya que la regla es “su remojado es
su
lavado”[1].
Por ello, aparte de la prohibición
de lavar prendas, está prohibido remojarlas en agua. Esa
prohibición se refiere
tanto a prendas blancas – claras, como prendas coloreadas - oscuras[2].
Una prenda sucia
Una prenda sucia, incluso si tiene
sólo una pequeña suciedad [por ejemplo, cayó sobre
ella una gota de sopa, jugo,
sangre o similar que la manchó], está prohibido mojar la
prenda en Shabat
incluso si no la frota para limpiarla, porque el remojado es su lavado.
Y si la
mojó incluso un poco con agua, es considerado un lavado
prohibido según la Torá
escrita[3].
Una prenda limpia
El Ram”a escribe que hay quienes
opinan que también cuando la prenda está limpia – es
decir, no tiene ninguna
suciedad – está prohibido según la Torá
escrita mojarla con agua en Shabat
[incluso un poco de agua], porque el remojado de la prenda es
considerado
lavado también cuando la prenda está limpia, porque
también tratándose de una
prenda sin suciedad la regla es que su remojado es su lavado[4].
Escribieron los poskim
(sabios que determinan la halajá) que se debe ser
más estricto y tomar
en cuenta esa opinión, porque se trata de algo relacionado con
una prohibición
de la Torá escrita[5].
En efecto, también en opinión de los
que prohíben mojar una prenda limpia, de todas formas no siempre
está
prohibido, y si moja la prenda con agua como si la ensuciase [por
ejemplo, si
seca sus manos con una toalla] está permitido[6],
como será aclarado más
adelante.
[1](Zbajim 94B, Shuljan Aruj, Orej Jaim 302 inciso
9, Mishná Brurá 39 inciso 3, 45. Kaf HaJaim inciso 66).
[2](Shuljan Aruj HaRav 21, Mishná
Brurá 39, inciso
2. Kaf HaJaim allí).
[3](Allí, Shuljan Aruj 9, Mishná
Brurá inciso 43,
44 y 45. Kaf HaJaim inciso 65, 66).
[4](Allí, Ram”a).
Los Rishonim discrepan
si la prohibición de remojar una prenda en agua porque su
remojado es su lavado
es relevante sólo cuando se trata de una prenda sucia, o
también una prenda
limpia (véase Mishná Brurá 39 inciso 3).
Según la interpretación
sencilla de lo que escribió el Shuljan Aruj, “una prenda sucia”,
tal parece que
opina que tratándose de una prenda limpia no se dice que su
remojado es su
lavado, y así escribió Maguen Avraham comentando el
Shuljan Aruj.
Pero Tosefet Shabat y
Biur HaGr”a escriben que también el Shuljan Aruj opina como lo
citado por el Ram”a,
que incluso tratándose de una prenda limpia es válida la
regla que su remojado
es su lavado (como es evidente en 334, inciso 24), y la razón
por la que el
Shuljan Aruj escribió aquí que se trata de una prenda
sucia es porque esa es la
formulación de la Mishná, y por lo que dice a
continuación que seca la suciedad
con un trapo (Biur Halajá allí, comienza sheiesh alaiv
lijluj, Kaf HaJaim
inciso 74).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso
48. Kaf HaJaim
inciso 69 y 73 citando Aruj HaShuljan).
Y en el Biur Halajá
(allí) escribió que en la práctica, citando al
Gr”a, si no tiene intención de
lavar, lo correcto es como la primera opinión, que si la prenda
está limpia no
cabe decir que su remojado es su lavado. Y en Eliha Rabah tal parece
que esa es
la opinión de la mayoría de los Rishonim. Y de todas
formas, de momento que hay
varios Rishonim que son más estrictos, y esa es la
opinión del Tur (319 y 334)
según lo que comentó Beit Iosef, se debe ser más
estricto, por tratarse de una
prohibición de la Torá. Y así también
parece que es la opinión de Eliha Zuta y
otros Ajaronim.
[6](Allí, Mishná Brurá y Kaf
HaJaim inciso 72).
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