Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Límites
de bondad
Rav
Netanel Eliashiv
En
nuestra Parashá nos encontramos con la medida de la
bondad de nuestra
matriarca Rivka, y aprendemos que la rectitud en general, y su
plasmación en la
medida de la bondad en particular, es la base adecuada para formar un
hogar
fiel en Am Israel (el Pueblo de Israel). El siervo de Avraham,
que
nuestros sabios lo identifican como Eliezer, se encuentra con Rivka y
le pide
un poco de agua. Ella consiente con buena voluntad, y le da de beber de
por sí
misma también a sus camellos. Tomando en cuenta la cantidad de
agua que beben camellos,
y teniendo en cuenta que Rivka tiene sólo un jarro en su mano,
realmente es un testigo
maravilloso del gran amor por la bondad de Rivka.
El
autor del comentario “Or HaJaim” recalca la formulación
del versículo: “Comenzó
a darle de beber y dijo; también para tus camellos sacaré
agua, hasta que
terminen de beber” (Bereshit 24:19). Pregunta el Or HaJaim:
¿Por qué
dice el versículo “comenzó a darle de beber”? ¿A
primera vista tendría que
decir “comenzó a beber”, ya que ella sólo le trajo el
agua, y seguramente él
bebió de por sí mismo?
La
respuesta que él propone es: Ella temía que de momento
que él está cansado del
camino el beber demasiado puede dañarle. Por ello,
calculó cuánto debe beber
por ahora, y no deseaba agregarle no sea que lo ponga en peligro,
porque el que
está cansado no sabe evaluar cuánto debe beber, por estar
muy sediento.
Uno
de los episodios tristes que ocurrieron justamente al final del
Holocausto, fue
cuando los sobrevivientes de los campos de concentración
murieron por comer
demasiado. En los campos de concentración que liberaron las
fuerzas aliadas, se
fijaron de no darles de comer demasiado, pero en parte de los
campamentos que
los rusos liberaron les dejaron comer todo lo que querían, y su
cuerpo no pudo
soportarlo. Rivka teme que Eliezer en su sed puede llegar a beber
demasiado,
por ello ella le da de beber sólo la cantidad de agua necesaria
según lo que
ella entiende, y no según lo que él pediría beber,
si dependiese sólo de él.
Agrega
el Or HaJaim que para que no piense que le da de beber en forma
limitada
para ahorrarse trabajo, tratándose de los camellos ella les dio
de beber sin
limitarlos, “hasta que terminen de beber”. Dicho sea de paso, en ese
caso no se
debía temer que lleguen a beber demasiado, porque los animales
saben beber sólo
lo que necesitan, y no más, no como las personas…
Podemos
aprender de ello que parte de la bondad es también definir
límites, y fijarse que
la entrega sea en la medida correcta. El que se rinde a todas las
exigencias de
sus hijos, por ejemplo, no les hace ninguna bondad, sino que les hace
daño,
porque ellos no saben ponerse límites, y ese es el papel de los
padres.
Y de
ello debe aprender la persona en cuanto a sí misma: No es
correcto plasmar
cualquier locura, no es correcto “surcar” por la vida según lo
que “se me canta”
justamente en este momento. A veces escuchamos ideas como: “Debes
amarte a ti mismo,
y mimarte” – lo que es cierto, pero un amor auténtico no
justifica renunciarte
a ti mismo y conseguirte premios sin límites. Un amor
auténtico, también a ti mismo,
exige analizar toda exigencia que surge del corazón a la luz de
la Torá,
la moral y el raciocinio, no porque pretendemos disminuir el bien, sino
que por
el contrario, porque el equilibrio y la capacidad de reprimir impulsos
es parte
integral del bien.
Es
interesante que también en el Gan Eden, antes del pecado
del Primer
Hombre, había un árbol que estaba prohibido comer de
él. Un mundo en el que no
hay ninguna dimensión de limitación, límites o
prohibición, no es un Gan
Eden. El hombre necesita límites, y son parte de su plenitud.
Y así
nos enseña Rabí Iehudá HaLevi en su libro “HaKuzari”
(tercera parte, inciso
3), donde compara al judío ideal (jasid) con el
gobernador: El jasid
es la persona que gobierna sobre su país, que les entrega a
todos sus
habitantes el alimento y todas sus necesidades según la medida
correcta, y se
comporta con todos con justicia, no empobrece a nadie y no le da a
nadie más de
lo que le corresponde.
Un
buen líder no sólo les proporciona a los habitantes lo
que necesitan, sino que
también se fija en no darle a nadie más de lo que le
corresponde.
Esa idea
que aprendemos de nuestra matriarca Rivka es importante sobre todo en
la
sociedad de abundancia en la que vivimos hoy en día, una
sociedad que a veces
nos hace pensar que es una falta no tomar todo lo que se puede, “come
según lo
que puedas”, “tú te lo debes” y similares. Lo que realmente
necesitamos es lo
que también le debemos a nuestro Creador – utilizar todos los
buenos regalos
que Él nos entrega en forma racional y equilibrada, para una
meta correcta y en
la dosis correcta. Y de esa forma haremos el bien para con nosotros
mismos y
para con nuestro entorno.
Ajeno
Rav
Shlomó Aviner
El
destino del ajeno es duro. Hay muchos niveles de esa desgracia. Hay un
ajeno en
una tierra que no le pertenece, hay un ajeno en una sociedad que no lo
acepta,
e incluso hay un ajeno dentro de su familia. No se puede describir el
disgusto
de una persona ajena.
Peor lo
peor es la persona ajena a sí misma, que perdió su
identidad. Semejante a esa
leyenda respecto al que vendió su sombra – que vendió su
identidad por la moda.
Uno de
los componentes centrales de la persona, es si es hombre o mujer.
Pobrecito el
que vendió su identidad a un pueblo ajeno.
Pobrecito
el hombre que quiere vestirse como mujer, o la mujer que quiere
vestirse como
hombre. Pobrecita la mujer que quiere estudiar Torá como
un hombre, y
pobrecito el hombre que quiere estudiar Torá como una
mujer, como dice
el Rav Kuk (Shmona Kvatzim 1:514).
Es
amarga la vida de un hombre que ha adoptado una profesión
femenina, y es amarga
la vida de una mujer que desea trabajar en una profesión
masculina. Es algo que
los egipcios bien entendieron: “Y amargaron sus vidas con duro trabajo”
(Shmot 1:14).
Explicaron nuestros sabios, que cambiaban las ocupaciones, le daban un
trabajo
de hombre a las mujeres, y un trabajo de mujer a los hombres (Sota 11B).
Y por
encima de todo, o para ser más exacto por debajo de todo,
cuán desgraciada es
la criatura humana que traiciona su identidad como hombre o mujer, y se
convierte en un ajeno a sí mismo.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Atado
La Melaja
de “Kosher” (atado) es una de las 39 melajot tipo que
está
prohibido hacer en Shabat. Esa Melaja era necesaria en
el Mishkan
cuando ataban hilos y hacían con ellos redes para cazar el Jilazon[1]. Con la sangre del Jilazon
pintaban la lana con color Tjelet,
para utilizarlo en la fabricación de las prendas de los Cohanim
(sacerdotes) y las telas del Mishkan.
También la Melaja de “Metir” (desatado) es una
de las 39 melajot
tipo que está prohibido hacer en Shabat, porque a veces
era necesario
desatar los nudos en las redes para añadir o quitar hilos, y de
esa forma
agrandar o achicar la red[2].
Trenzado de cuerdas
Escribió el Ramba”m: El que trenza
cuerdas, es derivado de la Melaja
de atado, y el que lo hace en Shabat comete una
trasgresión de atado
según la Torá escrita. Trenzado de cuerdas quiere
decir que junta hilos
de lana, o lino y similares, y los retuerce sobre sí mismos
hasta que se hace
una cuerda. El que así hace en Shabat de forma que los
hilos quedan bien
retorcidos y juntos, y no se separan [a pesar de que no ató los
extremos de la
cuerda], comete una trasgresión de atado según la Torá
escrita[3].
Así también el que separa los hilos de una cuerda, uno
del otro, de
forma que cuando abandona la cuerda no vuelven a unirse, es derivado de
la Melaja
de desatado, y el que así hace comete una trasgresión de
la prohibición de
desatado según la Torá escrita [de forma que lo
hace para algún fin, y
no para desarmar la cuerda][4].
Hay quienes escribieron que los hilos del tzitzit que se
enredaron, no se los debe separar en Shabat[5], sino que los debe revisar sin
separarlos[6].
[1](Gmará Shabat 74B).
[2](Allí, Gmará. Rashi, 111B comienza
kaj u jaia
al eteran).
[3](Ramba”m, Hiljot Shabat 10:8. Fue citado por
Maguen Avraham 317 inciso 20, y Mishná Brurá inciso 34).
“Y la cantidad mínima,
es que la cuerda quede trenzada sin atar los extremos, porque su
acción es
duradera” (Ramba”m, allí).
Y Pri Megadim (Eshel
Avraham 7 inciso 20) escribió que en opinión del Ramba”m
el que trenza hilos
delgados se hace acreedor por ser tejido, y no por ser atado. Y
escribió que se
debe diferenciar, porque tratándose de hilos delgados su
trenzado es como se
acostumbra a tejer, mientras que cuando se trata de cuerdas los hilos
son gruesos,
y no es como un tejido sino que como un atado.
En nuestros días hay un
pequeño gancho de metal que es utilizado para cerrar bolsas de
pan o
galletitas, trenzando sus extremos, y los poskim hablaron si
está prohibido
hacerlo en Shabat por ser trenzado.
[4](Allí, Ramba”m.
En efecto, el Shuljan
Aruj (314 inciso 7) escribió
así: “Sellos
de los utensilios, como cómoda, armario o ropero, cuya cobertura
está atada con
una cuerda, puede desatarla o cortar con un cuchillo la cuerda o
destrenzarla”.
Y escribió Mishná Brurá (allí, inciso 32) y
el Biur Halajá (inciso 8, comienza
jotalot) que es en opinión de Rashi y el Tur, pero en
opinión del Ramba”m” está
prohibido por ser considerado desatado, como fue aclarado [y en su
opinión,
está permitido sólo cortar o romper la cuerda].
[5](Gan HaMelej inciso 65. Y también Shaarei
Tshuvá inciso 9. Ben Ish Jai, primer año, Bereshit,
inciso 3. Fue citado por
Kaf HaJaim allí, inciso 30, y también por otros
ajaronim). Y también escribe
que Maar”i Prag”i escribió que el que separa los hilos del
tzitzit en Shabat,
está prohibido por ser derivado de la Melaja como es aclarado en
el Ramba”m (Hiljot
Shabat 10:8). Y a pesar de que el Mate Moshe escribió que
está permitido, y
también Yafe LaLev escribió que lo que dijo Gan HaMelej
es sólo cuando separa
los hilos del tzitzit por primera vez después de haberlos atado,
que de esa
forma es el término de la Melaja, de todas formas es preferible
no hacerlo (Kaf
HaJaim allí). Y así también en Shtilei Zeitim
(inciso 13) y en el sidur Tijlel
Etz Jaim.
[6](Ben Ish Jai, allí. Y véase
Mishná Brurá 8
inciso 20 citando Ba”j y Eliha Rabah. 13 Mishná Brurá
inciso 7. Biur Halajá,
comienza kodem sheietze bo).
[Si ve que los nudos
están flojos, está prohibido reforzarlos en Shabat,
porque es considerado un
nudo permanente que está prohibido hacer en Shabat].
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