Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Jaiei Sara     24 de Jeshvan 5782     1331 

Límites de bondad
Rav Netanel Eliashiv

En nuestra Parashá nos encontramos con la medida de la bondad de nuestra matriarca Rivka, y aprendemos que la rectitud en general, y su plasmación en la medida de la bondad en particular, es la base adecuada para formar un hogar fiel en Am Israel (el Pueblo de Israel). El siervo de Avraham, que nuestros sabios lo identifican como Eliezer, se encuentra con Rivka y le pide un poco de agua. Ella consiente con buena voluntad, y le da de beber de por sí misma también a sus camellos. Tomando en cuenta la cantidad de agua que beben camellos, y teniendo en cuenta que Rivka tiene sólo un jarro en su mano, realmente es un testigo maravilloso del gran amor por la bondad de Rivka.
El autor del comentario “Or HaJaim” recalca la formulación del versículo: “Comenzó a darle de beber y dijo; también para tus camellos sacaré agua, hasta que terminen de beber” (Bereshit 24:19). Pregunta el Or HaJaim: ¿Por qué dice el versículo “comenzó a darle de beber”? ¿A primera vista tendría que decir “comenzó a beber”, ya que ella sólo le trajo el agua, y seguramente él bebió de por sí mismo?
La respuesta que él propone es: Ella temía que de momento que él está cansado del camino el beber demasiado puede dañarle. Por ello, calculó cuánto debe beber por ahora, y no deseaba agregarle no sea que lo ponga en peligro, porque el que está cansado no sabe evaluar cuánto debe beber, por estar muy sediento.
Uno de los episodios tristes que ocurrieron justamente al final del Holocausto, fue cuando los sobrevivientes de los campos de concentración murieron por comer demasiado. En los campos de concentración que liberaron las fuerzas aliadas, se fijaron de no darles de comer demasiado, pero en parte de los campamentos que los rusos liberaron les dejaron comer todo lo que querían, y su cuerpo no pudo soportarlo. Rivka teme que Eliezer en su sed puede llegar a beber demasiado, por ello ella le da de beber sólo la cantidad de agua necesaria según lo que ella entiende, y no según lo que él pediría beber, si dependiese sólo de él.
Agrega el Or HaJaim que para que no piense que le da de beber en forma limitada para ahorrarse trabajo, tratándose de los camellos ella les dio de beber sin limitarlos, “hasta que terminen de beber”. Dicho sea de paso, en ese caso no se debía temer que lleguen a beber demasiado, porque los animales saben beber sólo lo que necesitan, y no más, no como las personas…
Podemos aprender de ello que parte de la bondad es también definir límites, y fijarse que la entrega sea en la medida correcta. El que se rinde a todas las exigencias de sus hijos, por ejemplo, no les hace ninguna bondad, sino que les hace daño, porque ellos no saben ponerse límites, y ese es el papel de los padres.
Y de ello debe aprender la persona en cuanto a sí misma: No es correcto plasmar cualquier locura, no es correcto “surcar” por la vida según lo que “se me canta” justamente en este momento. A veces escuchamos ideas como: “Debes amarte a ti mismo, y mimarte” – lo que es cierto, pero un amor auténtico no justifica renunciarte a ti mismo y conseguirte premios sin límites. Un amor auténtico, también a ti mismo, exige analizar toda exigencia que surge del corazón a la luz de la Torá, la moral y el raciocinio, no porque pretendemos disminuir el bien, sino que por el contrario, porque el equilibrio y la capacidad de reprimir impulsos es parte integral del bien.
Es interesante que también en el Gan Eden, antes del pecado del Primer Hombre, había un árbol que estaba prohibido comer de él. Un mundo en el que no hay ninguna dimensión de limitación, límites o prohibición, no es un Gan Eden. El hombre necesita límites, y son parte de su plenitud.
Y así nos enseña Rabí Iehudá HaLevi en su libro “HaKuzari” (tercera parte, inciso 3), donde compara al judío ideal (jasid) con el gobernador: El jasid es la persona que gobierna sobre su país, que les entrega a todos sus habitantes el alimento y todas sus necesidades según la medida correcta, y se comporta con todos con justicia, no empobrece a nadie y no le da a nadie más de lo que le corresponde.
Un buen líder no sólo les proporciona a los habitantes lo que necesitan, sino que también se fija en no darle a nadie más de lo que le corresponde.
Esa idea que aprendemos de nuestra matriarca Rivka es importante sobre todo en la sociedad de abundancia en la que vivimos hoy en día, una sociedad que a veces nos hace pensar que es una falta no tomar todo lo que se puede, “come según lo que puedas”, “tú te lo debes” y similares. Lo que realmente necesitamos es lo que también le debemos a nuestro Creador – utilizar todos los buenos regalos que Él nos entrega en forma racional y equilibrada, para una meta correcta y en la dosis correcta. Y de esa forma haremos el bien para con nosotros mismos y para con nuestro entorno.

Ajeno
Rav Shlomó Aviner

El destino del ajeno es duro. Hay muchos niveles de esa desgracia. Hay un ajeno en una tierra que no le pertenece, hay un ajeno en una sociedad que no lo acepta, e incluso hay un ajeno dentro de su familia. No se puede describir el disgusto de una persona ajena.
Peor lo peor es la persona ajena a sí misma, que perdió su identidad. Semejante a esa leyenda respecto al que vendió su sombra – que vendió su identidad por la moda.
Uno de los componentes centrales de la persona, es si es hombre o mujer. Pobrecito el que vendió su identidad a un pueblo ajeno.
Pobrecito el hombre que quiere vestirse como mujer, o la mujer que quiere vestirse como hombre. Pobrecita la mujer que quiere estudiar Torá como un hombre, y pobrecito el hombre que quiere estudiar Torá como una mujer, como dice el Rav Kuk (Shmona Kvatzim 1:514).
Es amarga la vida de un hombre que ha adoptado una profesión femenina, y es amarga la vida de una mujer que desea trabajar en una profesión masculina. Es algo que los egipcios bien entendieron: “Y amargaron sus vidas con duro trabajo” (Shmot 1:14). Explicaron nuestros sabios, que cambiaban las ocupaciones, le daban un trabajo de hombre a las mujeres, y un trabajo de mujer a los hombres (Sota 11B).
Y por encima de todo, o para ser más exacto por debajo de todo, cuán desgraciada es la criatura humana que traiciona su identidad como hombre o mujer, y se convierte en un ajeno a sí mismo.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Atado
La Melaja de “Kosher” (atado) es una de las 39 melajot tipo que está prohibido hacer en Shabat. Esa Melaja era necesaria en el Mishkan cuando ataban hilos y hacían con ellos redes para cazar el Jilazon[1]. Con la sangre del Jilazon pintaban la lana con color Tjelet, para utilizarlo en la fabricación de las prendas de los Cohanim (sacerdotes) y las telas del Mishkan.
También la Melaja de “Metir” (desatado) es una de las 39 melajot tipo que está prohibido hacer en Shabat, porque a veces era necesario desatar los nudos en las redes para añadir o quitar hilos, y de esa forma agrandar o achicar la red
[2].
Trenzado de cuerdas
Escribió el Ramba”m: El que trenza cuerdas, es derivado de la Melaja de atado, y el que lo hace en Shabat comete una trasgresión de atado según la Torá escrita. Trenzado de cuerdas quiere decir que junta hilos de lana, o lino y similares, y los retuerce sobre sí mismos hasta que se hace una cuerda. El que así hace en Shabat de forma que los hilos quedan bien retorcidos y juntos, y no se separan [a pesar de que no ató los extremos de la cuerda], comete una trasgresión de atado según la Torá escrita
[3].
Así también el que separa los hilos de una cuerda, uno del otro, de forma que cuando abandona la cuerda no vuelven a unirse, es derivado de la Melaja de desatado, y el que así hace comete una trasgresión de la prohibición de desatado según la Torá escrita [de forma que lo hace para algún fin, y no para desarmar la cuerda]
[4].
Hay quienes escribieron que los hilos del tzitzit que se enredaron, no se los debe separar en Shabat
[5], sino que los debe revisar sin separarlos[6].


[1](Gmará Shabat 74B).
[2](Allí, Gmará. Rashi, 111B comienza kaj u jaia al eteran).
[3](Ramba”m, Hiljot Shabat 10:8. Fue citado por Maguen Avraham 317 inciso 20, y Mishná Brurá inciso 34). “Y la cantidad mínima, es que la cuerda quede trenzada sin atar los extremos, porque su acción es duradera” (Ramba”m, allí).
Y Pri Megadim (Eshel Avraham 7 inciso 20) escribió que en opinión del Ramba”m el que trenza hilos delgados se hace acreedor por ser tejido, y no por ser atado. Y escribió que se debe diferenciar, porque tratándose de hilos delgados su trenzado es como se acostumbra a tejer, mientras que cuando se trata de cuerdas los hilos son gruesos, y no es como un tejido sino que como un atado.
En nuestros días hay un pequeño gancho de metal que es utilizado para cerrar bolsas de pan o galletitas, trenzando sus extremos, y los poskim hablaron si está prohibido hacerlo en Shabat por ser trenzado.

[4](Allí, Ramba”m.
En efecto, el Shuljan Aruj  (314 inciso 7) escribió así: “Sellos de los utensilios, como cómoda, armario o ropero, cuya cobertura está atada con una cuerda, puede desatarla o cortar con un cuchillo la cuerda o destrenzarla”. Y escribió Mishná Brurá (allí, inciso 32) y el Biur Halajá (inciso 8, comienza jotalot) que es en opinión de Rashi y el Tur, pero en opinión del Ramba”m” está prohibido por ser considerado desatado, como fue aclarado [y en su opinión, está permitido sólo cortar o romper la cuerda].

[5](Gan HaMelej inciso 65. Y también Shaarei Tshuvá inciso 9. Ben Ish Jai, primer año, Bereshit, inciso 3. Fue citado por Kaf HaJaim allí, inciso 30, y también por otros ajaronim). Y también escribe que Maar”i Prag”i escribió que el que separa los hilos del tzitzit en Shabat, está prohibido por ser derivado de la Melaja como es aclarado en el Ramba”m (Hiljot Shabat 10:8). Y a pesar de que el Mate Moshe escribió que está permitido, y también Yafe LaLev escribió que lo que dijo Gan HaMelej es sólo cuando separa los hilos del tzitzit por primera vez después de haberlos atado, que de esa forma es el término de la Melaja, de todas formas es preferible no hacerlo (Kaf HaJaim allí). Y así también en Shtilei Zeitim (inciso 13) y en el sidur Tijlel Etz Jaim.
[6](Ben Ish Jai, allí. Y véase Mishná Brurá 8 inciso 20 citando Ba”j y Eliha Rabah. 13 Mishná Brurá inciso 7. Biur Halajá, comienza kodem sheietze bo).
[Si ve que los nudos están flojos, está prohibido reforzarlos en Shabat, porque es considerado un nudo permanente que está prohibido hacer en Shabat].

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