Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Lluvias
y aguaceros
Rav
Eran Tamir
El agua
del cielo que le es necesaria al hombre es llamada de dos formas
principales: Gueshem
(lluvia) y Matar (aguacero). ¿Cuál es la
diferencia entre ellos, y
por qué necesitamos los dos?
La primera
vez que es mencionada el agua del cielo, es en nuestra Parashá,
en la
que son llamadas “aguaceros”: “Pues el Eterno, el Señor,
todavía no había hecho
descender el aguacero sobre la tierra” (Bereshit 2:5). La razón
según el versículo
por la cual el aguacero aún no había descendido es
“porque no había un hombre
para trabajar el suelo” (Bereshit 2:5). ¿Cuál es el
significado de ello?
Explica
el Malbi”m (Sefer HaCarmel) que “la diferencia entre la lluvia
y el aguacero
es que la lluvia es algo natural, llega por los vapores que se elevan
del suelo.
Y el aguacero es de la Providencia, llega del Cielo”. Es decir, hay dos
razones
– metas para las aguas que llegan al suelo: Una de ellas es material,
que
expresa la necesidad económica natural del agua que sacia la
tierra, que hace
crecer las plantas de las que se alimentan los animales y el hombre, y
permiten
la existencia de la vida física. La segunda, espiritual, expresa
la dependencia
existencial del hombre de D’s, que hace descender la abundancia
material del
Cielo a la tierra, una dependencia que revela y genera un
vínculo y pertenencia
profundos entre los seres creados y el Creador, cuando se vinculan con
la
fuente de vida, la fuente de la abundancia – D’s. Esa es la meta
interna espiritual
del aguacero. Esa es la razón por la cual en los primeros
días de la creación,
en los que todavía no fue creado el hombre que puede identificar
la meta espiritual
de la abundancia material, no es necesario realmente el agua que llegue
del
cielo. Y como explica Rashi (allí): “Porque todavía no
había un hombre que
trabajara la tierra y no había quien reconociera los beneficios
del aguacero. Y
cuando vino el hombre y se dio cuenta de que el aguacero era necesario
para el
mundo, rezó por ello y este descendió, y entonces
crecieron los árboles y las
hierbas…”. Entonces, la relación entre la dimensión
superficial material de la
lluvia – abundancia material y económica, y la dimensión
interna espiritual de
ella – la meta espiritual del aguacero, vincularse en forma viva y
profunda con
el Señor del Mundo, es el modelo de la actitud básica que
debemos tener entre
cuerpo y alma, entre espíritu y materia, entre kodesh
(lo santo) y lo laico,
en todos los campos de nuestra vida particular y nacional.
El
Rav popular
Rav
Shlomó Aviner
El
problema del Rav que busca ser popular no es nuevo. Ya es mencionado en
la Gmará:
“Ese talmid jajam (erudito del estudio de la Torá)
que las personas
de su lugar lo aman, no es porque sea mejor, sino que porque no los
amonesta en
cuestiones del Cielo” (Ktuvot 105B).
Y
ocurrió que un talmid jajam fue nombrado Rav en cierto
lugar. Luego de
un tiempo, le preguntó el Gaón (genio del estudio
de la Torá), el
Rav Avraham Shapira zt”l: ¿Hay quienes se te oponen? No,
contesto. Entonces no
haces bien tu trabajo. Luego de un tiempo, volvió a preguntarle
lo mismo, y
recibió la misma respuesta. La tercera vez, contestó el
Rav que tiene quienes
se le oponen. Sólo entonces el Rav Avraham Shapira estuvo
satisfecho.
Y habló
mucho al respecto el Gaón, el Rav Iosef Dov
Solovietchik, por lo visto
porque en su tiempo eso era común y peligroso en EE. UU. Pero
lamentablemente,
llegó también aquí. Y así dijo:
“Cuando
un Rav tiene éxito en su comunidad, cuando su camino está
bordado con rosas,
cuando el público lo aprecia y lo eleva con dinero y honor… el
Rav debe hacer
una introspección, debe sopesar su labor pública,
confesarse frente a D’s y
revisar sus acciones, quizás ha cometido una
equivocación… el tener éxito en el
rabinato, los aplausos y los festejos del público muchas veces
son síntomas de
corrupción y pecado, si se tiene éxito… me temo… en
nuestros días es clara
señal que se trata de un Rav demasiado popular que no cumple su
papel… porque
el “buen aceite” nunca desciende sobre la cabeza del Rav popular, amado
por el
público… nunca llegó al interior del Rav, su raciocinio,
su alma y toda su
esencia, sino que es superficial…
Y por otro
lado, cuando el Rav a veces se encuentra en la estrechez, cuando siente
que no
es tan popular, cuando los que lo odian lo persiguen y ya lo
están alcanzando,
cuando le es difícil, no debe desesperar, no debe temer. Esa
falta de éxito es
testigo fiel que la Shjina (manifestación de la
Presencia Divina) se
revela en sus obras, que no traicionó el aceite con que fue
ungido.
No callen
su profecía, no escondan del público, exijan de
corazón y frente a todos el
cumplimiento de las 613 mitzvot, no renuncien a las discusiones
de
Abaiei y Raba, al Shuljan Aruj y sus comentaristas, a las prohibiciones
de Shabat
y los alimentos prohibidos, los peligros de las concepciones herejes,
que
alejan y descarrían.
El
rabinato necesita personas que el destello de la profecía
auténtica arde en
ellos, que son firmes en su opinión y raciocinio, guerreros, que
no desean
recibir lisonjas falsas, que no persiguen alabanzas que quitan a la
persona de
este mundo. El judaísmo fiel exige líderes religiosos que
critiquen al público,
que lo dirijan y no que sean dirigidos, que reúnan al
público y le hagan saber
la palabra de D’s – la halajá, que tomen el libro de la Torá
en
su seno y marchen por los mercados y las calles difundiendo su luz y
resplandor. El rabinato no es un refugio para los débiles. El
que tiene miedo y
su corazón es débil, que vuelva a su casa”.
“El
choque entre el kodesh (lo sagrado) y lo laico, entre la
concepción
religiosa y la concepción laica hereje no es tan severo y
complejo como el
choque entre el kodesh auténtico y el kodesh
falso, entre la
religión fiel, fresca y original y la religión falsa…
Cuando la
persona religiosa… se encuentra con sectas y agrupaciones que pretenden
ser
representantes de la religión, con los falsos profetas que
vaticinan en nombre
del Eterno, Señor de Israel, y diseminan una ideología
religiosa falsa, la
situación cambia al otro extremo. Aquí la persona puede
llegar a caer y andar
tras las equivocaciones, que se visten como un talmid jajam y
como un
Rav”.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Esquilado
Peinado en Shabat
Está prohibido en Shabat
peinarse, porque cuando se peina se arrancan pelos, y el arrancado de
los pelos
está prohibido en Shabat por ser considerado derivado de
la Melaja
de esquilado[1].
A pesar de que el que se peina no es
su intención arrancar pelos, de todas formas está
prohibido, porque peinando
con un peine seguramente serán arrancados pelos [y es
considerado Psik
Reisha[2]],
y cuando la consecuencia es
inevitable, el hecho que no es esa su intención no lo permite[3].
También cuando no se peina los pelos
exactamente, sino que sólo los acomoda un poco en su lugar con
un peine, está prohibido
hacerlo en Shabat, porque también de esa forma
seguramente serán
arrancados pelos[4].
Cepillo blando
El peinado está prohibido
también
con un cepillo blando [hecho de pelos suaves], pero está
permitido utilizar ese
cepillo para acomodar un poco los pelos de la cabeza.
La razón es que de esa forma no es
seguro que arrancará pelos [y no es considerado Psik Reisha],
y por lo
tanto está permitido[5].
Acostumbraron a dedicar un cepillo
blando determinado para acomodar los pelos en Shabat, para que
esa acción
no se parezca a lo que se hace en días corrientes[6].
Acomodado de los pelos con la mano
Así también está
permitido en Shabat
acomodar los pelos con la mano, y separarlos con los dedos, de
forma que no
es seguro que llegue a arrancarlos [y no es considerado Psik Reisha][7].
Y también si ocurrió que fueron
arrancados algunos pelos, no está prohibido, porque su
intención no era
arrancar pelos en absoluto, y no era seguro que eso ocurra[8].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 303 inciso 27).
[2]En cuanto a las Melajot de Shabat nuestros
sabios
definieron Psik Reisha así:
Toda acción que a
consecuencia de ella puede que se hará algo que no es su
intención hacer [a
pesar de que esa consecuencia es algo prohibido en Shabat (véase
333 inciso 1)],
está permitido hacerlo en Shabat.
Pero cuando la
consecuencia no es dudosa, sino que necesariamente ocurrirá, a
pesar de que no
es su intención hacerlo, se hace acreedor de ofrenda.
Y nuestros sabios lo ejemplificaron:
¿Psik Reisha ve lo iamut [acaso le cortarás la cabeza y
no morirá]? Es decir,
el que le corta la cabeza a una gallina en Shabat comete una
trasgresión,
incluso si toda su intención era tomar la cabeza y no matarla,
porque cortando
la cabeza la gallina morirá, necesariamente.
Y véase Biur Halajá
(277 inciso 1, comienza shema) que citó al Maharsh”a que
también cuando la
consecuencia es casi segura está prohibido [incluso si no es esa
su intención].
[3](303, Mishná Brurá inciso 86). Y
también en
opinión de Rabí Shimon que si no tiene intención
está permitido, tratándose de
Psik Reisha él coincide.
Y también en opinión de
los que interpretan a Rabí
Shimón que coincide
sólo
cuando la consecuencia le es provechosa, pero si no le es entonces lo
permite,
en este caso de momento que el que se peina desea alisar y separar los
pelos
para que sea más bello, y no es posible hacerlo sin arrancar
algunos pelos, es
considerado que le es provechoso y está prohibido (Beit Iosef
allí, fue citado
por Kaf HaJaim allí inciso 125 y Shaar HaTziun allí,
inciso 74).
[4](Allí, Mishná Brurá inciso
87).
[5]Pero peinado, incluso con un cepillo suave,
arranca pelos, y está prohibido (allí, Mishná
Brurá inciso 87). Y cuando su
intención es arrancar pelos que están por caer,
está prohibido también con un
cepillo blando de todas formas (allí Mishná Brurá
inciso 86).
[6](Allí, Mishná Brurá inciso
87 citando Pri
Megadim). Y en Maamar Mordeji escribió que el cepillo
deberá ser dedicado a
usarlo en Shabat, de forma que nunca se lo utiliza para peinar (fue
citado por
Shaar HaTziun allí, inciso 78).
[7](Allí, Ram”a y Mishná Brurá
inciso 88).
Y en cuanto al peinado
de una peluca [que el arrancado de pelos es Psik Reisha] hay que hacer
como fue
dicho en cuanto al peinado de pelos de la cabeza (según Eglei
Tal, Gozez inciso
10. Minjat Shabat 80 inciso 117, véase allí). Y en Ktzot
HaShuljan (143, Badei
HaShuljan inciso 6) lo citó y agregó que si los pelos de
la peluca se mezclaron
y arrugaron de forma que no se la puede vestir, seguramente está
prohibido también
por ser corrección de un utensilio.
[8](Allí).
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