Alumbrar

basado en materiales de Majón Meir

Parashat Tzav     14 de Nisan 5781     Shabat HaGadol     1302 

“Lo comerán apresuradamente”
Rav Elishá Aviner
(reimpresión)

Las halajot de la ofrenda de Pesaj son especiales, y por eso hacen que los hijos pregunten: “Y será cuando hubieres llegado a la tierra… observaréis este culto. Y será cuando os preguntaren vuestros hijos: ¿Qué es para vosotros este culto? Y diréis: Sacrificio de Pesaj es para el Eterno…” (Shmot 12:25-27). Explican los comentaristas que los hijos preguntan justamente respecto al sacrificio de Pesaj, porque es una ofrenda singular, distinta de todas las otras conocidas. Como escribe el Rashba”m: “‘¿Qué es para vosotros este culto?’ – que es distinto de todas las otras festividades en varios aspectos”.
¿En qué es distinto el sacrificio de Pesaj de las demás ofrendas? Contesta Rabí Avraham Even Ezra: "La razón por la cual preguntan los hijos, es que ven toda la familia unida en un solo grupo, que comen un cordero entero, cuando está prohibido romperle ningún hueso, y ningún extranjero puede comer de él, ni tampoco alguien que no ha sido circundado – y todo eso no se acostumbra en otra festividad”. Hay otras halajot que seguramente harán preguntar a los hijos: Está prohibido dejar la carne del cordero hasta la mañana, y no se puede cocinarlo o cocerlo.
¿Y por qué todo eso? Contesta el Ramba”m (More Nebujim 3:46) que hay una misma razón para todas esa halajot. Los Hijos de Israel fueron ordenados comer el sacrificio de Pesaj la noche en que salieron de Egipto, y por ello todas las halajot del sacrificio de Pesaj tienen por cometido alentar la celeridad: “Las leyes especiales del sacrificio de Pesaj - y son que lo comamos solamente asado, en una sola casa, y no quebremos ninguno de sus huesos – todas ellas tienen una misma simple razón. Porque de la misma forma que la Matza (pan ácimo) insinúa la rapidez, también la carne asada. No hay tiempo para preparar manjares… ni siquiera hay tiempo para romper los huesos. Y ya fue mencionada la regla, cuando dijo: ‘Lo comerán apresuradamente’ (Shmot 12:11). No hay tiempo para cortar algún hueso, y enviar parte de la carne del sacrificio a otra casa… porque todo eso es negligencia y demora”. Todos los detalles tienen un objetivo: ¡La celeridad!
Pero a fin de cuentas, ¿para qué todo ese apresuramiento? La respuesta del Ramba”m nos sorprende por su sencillez: “La meta del apresuramiento y la celeridad era para que ninguna persona se demore y no llegue a salir de Egipto junto con todos los demás, quedando sólo cuando pueden llegar a dañarle”. Es decir: D’s temió que alguna persona de los Hijos de Israel se demore cocinando, y no salga junto con todos los demás Hijos de Israel de Egipto, y se encontrará él solo dentro de la enemiga muchedumbre egipcia, y corra peligro. Por ello, D’s prohibió que se ocupen demasiado del sacrificio de Pesaj y les permitió solamente lo mínimo indispensable para comerlo.
¡Qué extraño! Cuando todo Am Israel (el Pueblo de Israel) está saliendo de Egipto, a la libertad, se está liberando de la dura y larga esclavitud y está logrando escaparse de la cárcel egipcia, ¡¿un judío está tan ensimismado en la preparación de manjares y comidas hasta tal punto que se perderá la salida de Egipto?! ¿Acaso es lógico? ¡¿Acaso puede ser que una persona este tan sumamente ocupada en nimiedades hasta tal punto que no se esforzará por alcanzar su libertad?! ¡¿Acaso una persona normal estaría dispuesta a renunciar a su libertad por un poco de carne?!
Lamentablemente, ¡la respuesta es que ! Cuando se piensa sólo en el “ahora”, en el placer inmediato, en la ganancia a corto plazo, todo eso puede llegar a esconder los grandes ideales que son el patrimonio del mañana. El presente, que vive y palpita, puede hacer olvidar el gran futuro. Según el Ramba”m el carácter de todas las mitzvot de la festividad – la Matza y el sacrificio de Pesaj – es la prontitud. La celeridad en la preparación de la Matza y del sacrificio de Pesaj y en su comido, tienen por meta apremiar a Am Israel hacia su gueulá (Redención).
Y quizás preguntemos: ¿Por qué fueron determinadas las halajot relacionadas con la urgencia para todas las generaciones? Contesta el Ramba”m: “Fue fijada esa situación para todas las generaciones, para recordarnos cómo sucedieron las cosas, como dice el versículo ‘y tendréis ese día por memorial… por ley perpetua lo celebraréis’ (Shmot 12:14)”. Es decir, debemos revivir en cada generación la vivencia de la salida de Egipto. La vivencia es importante de por sí misma, y también es importante por la enseñanza que nos imparte para todas las generaciones.
A lo largo de la historia, varias veces Am Israel fracasó cuando se demoró en momentos que brilló el resplandor de la gueulá. Algunos versículos de “Shir HaShirim” (Cantar de los Cantares) – que acostumbramos a leer en la festividad de Pesaj – insinúan ese punto, según el comentario de Rabí Iehudá HaLevi. En relación con el regreso a Tzion en la época del segundo Beit HaMikdash (El Templo) vaticinó el profeta Zjaria: “Canta y regocíjate, oh hija de Tzion, pues he aquí que Yo vengo…” (Zjaria 2:14). Pero sólo unos pocos de los que fueron deportados a Babilonia escucharon el llamado de Ezra. Al respecto, escribe Rabí Iehudá HaLevi: “La mayoría se quedaron en Babilonia, consintiendo con el exilio y bajo gobierno ajeno, con tal de no separarse de sus casas y sus ocupaciones. Y puede ser que eso fue lo que insinuó el rey Shlomó cuando dijo: ‘Es la voz de mi amado, que está golpeando a la puerta’ (Shir HaShirim 5:2), que está insinuando cuando D’s los llamó a volver a la tierra. ‘Heme quitado la túnica, ¿cómo me la he de volver a vestir?’ (Shir HaShirim 5:3), insinúa su pereza, que se negaron a escuchar el llamado y volver a Eretz Israel (la Tierra de Israel)” (HaKuzari).
Hemos aprendido algo importante: También en momentos de gueulá pueden los individuos – o incluso muchas personas – llegar a comportarse con pereza, y poner en peligro todo el proceso. También en nuestros días, con el tercer regreso a Tzion en nuestra generación, debemos actuar con celeridad, con rapidez, para no desaprovechar el momento adecuado. Pronto, en nuestros días, ¡amen!

¿Un estado palestino?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Es correcto que haya un estado para el pueblo palestino, como lo tiene nuestro pueblo?
Respuesta: No sólo que la respuesta es no, sino que no hay lo qué preguntar, porque el pueblo palestino no existe. Ellos son árabes como todos los árabes, los árabes tienen 22 países y no hay ninguna razón moral por la cual ellos deben continuar devorando trozos de nuestro país, como lo hicieron hasta ahora en el norte, en el sur, en el este y el occidente.
El nombre Palestina deriva del nombre “Plishtim”, y nunca hemos escuchado que los árabes sean descendientes de ese pueblo. Fueron los ingleses los que le pusieron ese nombre a nuestra tierra en su maldad, queriendo borrar el vínculo con nuestra tierra. Dicho sea de paso, los Plishtim desaparecieron hace tiempo, y también en aquel entonces ellos no se asentaron aquí de tiempos antaño, sino que llegaron de una tierra lejana e invadieron esta tierra, como lo atestigua su nombre [plishtim es invasores en hebreo. N. del T.].
Esa es la regla, esas personas que se apodan palestinos son árabes como todos los árabes, y nunca tomamos de ellos un país, que nunca tuvieron.
Es cierto que los árabes dominaron nuestra tierra durante cierto momento en la historia, como otro eslabón de la cadena de ladrones. Y esta es la cadena de ladrones después del Reinado de Israel que existió durante cientos de años: Los babilonios, los persas, los griegos, los romanos, los bizantinos, los árabes, los cruzados, los mamelucos, los otomanos, los británicos – y gracias a D’s, hemos regresado.
Los árabes la robaron de otros, y les fue robada de ellos.
¿Alguien me puede explicar cómo es que los ladrones tienen derecho a nuestra tierra? La pregunta es válida tratándose de ladrones nuevos, y mucho más tratándose de ladrones antiguos, en los que se cumplió “el que roba de un ladrón…”.

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Cazado
Animales hogareños que se rebelaron

Animales que fueron adiestrados o se acostumbraron a la casa, y ahora se rebelaron – es decir, a pesar de que vuelven a su jaula por la tarde de todas formas durante el día se escapan de sus dueños, y no se los puede atrapar con facilidad – en cuanto a su cazado en Shabat:
Si ellos se pasean ahora por el campo o por un patio grande, según todas las opiniones nuestros sabios prohibieron perseguirlos a un lugar estrecho y cerrar la puerta[1], porque de momento que se rebelaron y no es fácil atraparlos el confinado a un lugar estrecho se ve como un cazado[2].
Pero si se pasean en un patio pequeño, donde se los puede atrapar de una vez [es decir, en ese patio se puede atrapar de una vez esos animales incluso cuando no están acostumbrados a la casa], son considerados cazados, y está permitido encerrarlos en un lugar más estrecho, y nuestros sabios no lo prohibieron[3].

Cazado de bestias
Tratándose de animales como vacas o caballos no cabe hablar de cazado, incluso según nuestros sabios. La razón es que esos animales por su naturaleza no se escapan de las personas, y cuando la persona los intenta atrapar con la mano ellos se quedan en su lugar. Por lo tanto, está permitido en Shabat cerrar la puerta del establo cuando las vacas o los caballos están en él[4].
A veces una vaca o un caballo se rebela, y se escapa a un lugar alejado e incluso por la noche no vuelve a su lugar, y para atraparlos se necesita valerse de todo tipo de artimañas. En ese caso son considerados como los otros animales, que está prohibido cazarlos según la Torá escrita[5].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 316 inciso 12). Es decir, también en opinión del Shuljan Aruj que lo permitió tratándose de animales domesticados, como fue aclarado anteriormente.
[2](Allí, Mishná Brurá inciso 56).
[3](Allí, Mishná Brurá inciso 55. Kaf HaJaim inciso 115). Y si es un pájaro que puede volar, no alcanza con que sea un patio pequeño, sino que también debe tener techo (allí, Shaar HaTziun inciso 84).
[4](Allí, inciso 12, Mishná Brurá inciso 59).
[5](Allí, Ram”a).

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