Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
“Y
su hermana fue
mantenida de lejos”
Rav
Ziv Rave
Las
palabras de nuestros sabios nos exigen profundizar mucho. Por ello, el
que se
encuentra con sus palabras superficialmente, no se detiene ni intenta
llegar a
su profundidad, es como quien mira al mar desde la ventana de un
avión. En
contraste con un buceador que nada entre peces y esponjas bellas que
ensanchan
el corazón. Un ejemplo de ello traeremos de dos ideas respecto a
cierto
versículo en nuestra Parashá:
“‘Y su
hermana fue mantenida de lejos para saber qué sería de
él’ (Shmot 2:4). ¿Por
qué fue mantenida Miriam de lejos? Dijo Rabí Amram
citando a Rav, porque Miriam
profetizaba y decía, mi madre dará a luz un niño
que salvará a Am Israel (el
Pueblo de Israel). De momento que nació Moshé, la casa se
llenó de luz. Su
padre la besó en su cabeza y le dijo, mi hija, tu
profecía se ha cumplido. Eso
es lo que insinúa el versículo ‘entonces la profetiza
Miriam, hermana de Aarón,
tomó la pandereta en sus manos’ (Shmot 15:20). ¿Acaso
ella es la hermana de Aarón
y no es la hermana de Moshé? Es que dijo su profecía
cuando era hermana de Aarón
y todavía no había nacido Moshé. Y de momento que
lo tiraron al río, su madre
le palmeó la cabeza y le dijo, mi hija, ¿qué
será de tu profecía? Eso es lo que
insinúa el versículo diciendo ‘y su hermana fue mantenida
de lejos para saber
qué sería de él’, para saber qué
será de su profecía” (Shmot Rabah 1:22).
Según
las reglas de la ortografía, a primera vista lo correcto
sería que el versículo
diga que su hermana permaneció a lo lejos, y no “fue mantenida”.
Pero es que hay
una profunda razón por la cual la Torá
utilizó ese término. La profecía
de Miriam en cuanto al nacimiento del Redentor es la que actuó
en Miriam, y ese
conocimiento Divino la impulsó (según Gvurot Hashem del
Mahara”l de Praga). A pesar
de que ella tenía sólo siete años (Seder HaDorot),
el futuro se encuentra
frente a ella con certeza absoluta. ¡Su hermano salvará a Am
Israel! Todo
lo que le queda ahora es sólo contemplar los acontecimientos a
través de los
cuales D’s, bendito sea, plasmará Su palabra en la realidad, de
qué forma será
llevado a la práctica.
Una
persona que vive en nuestra generación observa de lejos esos
maravillosos
episodios y siente que son parte de los esplendorosos días
antiguos de la
nación, de las generaciones en las que la profecía
fluía con potencia del Cielo.
Pero si descenderemos a la profundidad de las cosas, veremos que
nuestro gran
pueblo así vive su vida también hoy en día. La
certeza de las profecías respecto
a los Días del Meshiaj (Redentor), la
reconstrucción del tercer Beit
HaMikdash (El Templo) y la redención del mundo es muy fuerte
dentro
nuestro, y estamos totalmente seguros de que todo lo que dijeron los
profetas
se cumplirá. Los sueños proféticos de los gigantes
espirituales de la nación
son la fuente de toda nuestra seguridad y optimismo incluso en las
épocas más complicadas.
Incluso si nuestro presente está envuelto en espesas nieblas, no
es menos
brumoso que el conocimiento de Miriam de cómo se darán
las cosas con su hermano
el bebé que yace en la pequeña arca en el río. No
sabemos cómo se plasmarán las
profecías, pero lo que sucederá en el futuro, por la
gracia Divina, bien
sabemos. Eso nos da certeza, como la certeza de Miriam a la orilla del
río. Los
vaticinios de los profetas de Am Israel nos obligan a
“mantenernos de
lejos”, como personajes en una película cuyo final bien
conocemos, pero la
trama depende en gran medida de nuestro esfuerzo.
“Dijo
Raba, cuando introducen a la persona al juicio le dicen: ¿Fuiste
recto en el
comercio? ¿Fijaste horas de estudio de la Torá?
¿Te esforzaste por tener
hijos? ¿Anhelaste la salvación? ...” (Shabat 31A). La
certeza que la persona en
el futuro será preguntada si anheló la salvación
genera una exigencia doble: ¿Acaso
has anhelado que los vaticinios de los profetas se cumplan en tus
días? (véase
Rashi y Ra”n allí). ¿Acaso tu vida generó o
adelantó la posibilidad de que esos
vaticinios se cumplan?
Otro
estudio del Midrash también vincula el futuro con el
complicado presente,
pero en otro plano. “Y los sabios dicen, todo ese versículo fue
dicho en cuanto
al espíritu Divino. ‘Fue mantenida’ – como ‘vino el Eterno y se
presentó’ (Shmuel
Alef 3). ‘Su hermana’ – como ‘dile a la sabiduría, tú
eres mi hermana’ (Mishlei
7). ‘A lo lejos’ – como ‘de lejos el Eterno se me reveló’ (Irmya
31). ‘Para
saber qué sería de él’ – como ‘el Señor de
las ideas, el Eterno’ (Shmuel Alef
2)” (Midrash Rabah).
Explica
el Mahara”l (según Gvurot Hashem) que cuando Moshé fue
colocado en el río había
una razón Divina por la cual D’s lo cuidó para que no sea
dañado. Y respecto a
esa razón que cuida de Moshé fue dicho “fue mantenida”,
es decir, estabilidad y
vigor. ¿Y qué es esa razón? ¡La Torá!
Ella es la sabiduría de D’s, que
es llamada en forma insinuada “hermana”, como “dile a la
sabiduría, tú eres mi
hermana”. Y el versículo dice “a lo lejos”, porque en
relación con la persona,
una razón Divina es como si estuviese alejada, mientras que una
razón material
es cercana. “Para saber qué sería de él”, porque
D’s es llamado “el Señor de
las ideas”, y quería saber qué se le hará para que
sea cuidado del daño.
La Torá
que será entregada a través de Moshé, lo cuida. El
resplandor futuro es el que
genera la Providencia del presente. Hay una necesidad Divina que
Moshé se salve
del decreto de Paro (el faraón), y su vida se desarrolle
en forma
puntillosa exactamente como se desarrolló.
El
resplandor futuro que surgirá a través de la
nación de Israel es el que genera
la Providencia de todos los acontecimientos de nuestra
generación y de todas
las generaciones, que nos hicieron llegar hasta aquí. Dentro de
toda esa
complejidad y distracciones, D’s se ocupa de crear el fulgor del rey Meshiaj
(Redentor) (según Bereshit Rabah, 85:1). Somos impulsados con
fuerza por los niveles
Divinos que desean revelarse, y recibimos en el presente grandes
fuerzas que no
necesariamente somos merecedores de ellas en estos momentos, como
Moshé que
todavía no cumplió ni una sola mitzva. Como quien
compra fiado en el almacén
y sólo en el futuro pagará por lo que recibió,
así también “el almacenero fía”
(Avot 6) en el presente, y nuestra situación espiritual futura
lo justifica.
Nos colmaremos
de certeza, seguridad y optimismo, y ellos nos fortalecerán para
hacer avanzar
con toda nuestra fuerza la gueulá (Redención)
plena, por Su nombre con
amor, y D’s, bendito sea, nos ayudará.
Hambre
Rav
Shlomó Aviner
¿Acaso
habrá hambre en nuestro país? La verdad es que ya hay
hambre, lo que es llamado
con palabras hermosas: “Falta de seguridad nutritiva”. Y habrá
más hambre por
la corona. Y también sin corona habrá más hambre,
por la automatización que anulará
muchas profesiones, y habrá millones de personas sin trabajo.
Por
supuesto, es un problema mundial que todos los países deben
resolver, o decidir
desentenderse de él. Pero ahora no hemos venido a solucionar
todos los
problemas del mundo, sólo los nuestros.
La solución
es sencilla: Es el deber del país de pagarle impuestos a los
ciudadanos, para
que tengan lo qué comer. No recaudar impuestos, sino que
pagarles. Se acostumbra
a hablar de derechos humanos, pero mejor es hablar de obligaciones
humanas,
como escribió el filósofo Simone Weill. Hay que tazar
cuánto cuesta el
alimento, y entregar esa suma a cada ciudadano. No sólo el que
recibe seguro social,
lo que es llamado “entrada básica universal”.
En estos
momentos hay en nuestro país alrededor de un millón de
desocupados, y no
debemos engañarnos diciendo que surgirán nuevos puestos
de trabajo. Ahora, el
gobierno no se preocupa de los pobres, salvo sumas ínfimas, sino
que entrega
millares a las corporaciones empresariales, pensando que si ellas se
fortalecerán habrá producción, los ciudadanos
comprarán y toda la economía
continuará andando. Pero ¿cómo comprarán si
no tienen dinero para comer? Por el
contrario, si la capacidad de compra de los ciudadanos crecerá,
también las
corporaciones empresariales se fortalecerán. Y no entramos ahora
en el tema de la
economía keynesiana o anti keynesiana. El problema es que los
que deciden son
parte del eje gobierno-riqueza-bancos-directores, que todos ellos se
unen en un
solo grupo. No se necesita ser comunista para entender eso.
A nivel
mundial el problema del hambre es terrible. Los productos alimenticios
son
caros. Lamentablemente, muchos morirán. Es cruel decirlo, pero
hay que ser realista.
Hay antinatalistas que proponen limitar la natalidad. No es así,
“multiplicaos
y sed fecundos”. Hay suficiente alimento en el mundo, el problema es
que no es
repartido justamente.
Y también
el millón de desocupados que tenemos ahora en el país no
son holgazanes, ellos
quieren trabajar. Pero no hay trabajo. Tal parece que en EE. UU., el
país
capitalista, entregan subvenciones más generosas. Ellos no
están preocupados
por ello, porque a fin de cuentas el dinero queda en el país y
no pasa a otro
lugar. Gracias a D’s también nuestro país tiene mucho
dinero, pero las personas
no están convencidas que esa es la solución.
La
mayoría de los gastos de las familias pobres – que en palabras
hermosas son
llamadas “con pocas posibilidades” – es comida. Por supuesto que
necesitan
electricidad, agua, alquiler, locomoción, educación de
los hijos. Pero antes
que nada: Comida. “No sólo del pan vive la persona”, pero antes
que nada del
pan.
La
corona hoy en día es un ventanal al futuro, una advertencia de
lo que sucederá.
Por ello el principio básico debe ser proporcionarle a todo
ciudadano sustento.
El problema es que la mayoría tiene dinero, pero no está
interesado en
repartirlo. Pero lentamente el problema impactará a todos. En
estos momentos no
les importa de los demás, pero finalmente también ellos
se quedarán sin trabajo,
porque gracias al desarrollo tecnológico sectores de trabajo
enteros van
desapareciendo.
Por ello
la solución primordial es entrada básica para todos, sin
condiciones. Es cierto
que las personas estarán menos interesadas en trabajar, pero las
personas
tienen otras razones para trabajar aparte de procurarse el sustento.
Por supuesto,
no todos estudian en ieshivot o kolel (centros de
estudio de la Torá
para jóvenes o casados). No debemos desentendernos de las
consecuencias
problemáticas que eso puede generar, pero no debemos olvidar que
la pobreza es
mucho más peligrosa. Por el temor económico las personas
se permiten a sí
mismas acciones muy poco morales. La pobreza enloquece a la persona y
le hace
perder su fe.
Es
cierto que una entrada básica para todos es una suma enorme, y
hay al respecto
duras discusiones que no detallaremos ahora. Pero hicieron
cálculos que realmente
es posible en nuestro país. Pero dejemos de lado por ahora todos
los otros
gastos, y hablemos sólo de la comida. Veremos qué
sucederá y aprenderemos.
Y otra
vez, la pobreza es muy peligrosa. Vean lo que ocurre en un barrio de
criminales. Vean cómo se apoderan del lugar, recaudan dinero por
todos lados, y
pobres necesitados encuentran allí resguardo, que D’s se apiade.
La preocupación
por los pobres, aparte de ser una obligación moral,
también genera estabilidad
nacional, seguridad para los ciudadanos y prosperidad económica.
Ese es el interés
egoísta de los ricos y los medianos.
Por supuesto,
por encima de todo se encuentra la obligación moral.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Pintado
Preparación de pintura en Shabat
Está prohibido preparar pintura en Shabat.
Por lo tanto, está prohibido en Shabat introducir en
agua hojas o distintos
tipos de plantas de las que se prepara pintura o tinta, y
también está prohibido
introducir en agua polvos u otro tipo de materiales concentrados para
preparar
pintura[1].
En la prohibición de preparación de
pintura hay diferencias de opinión entre los poskim
(sabios que
determinan la halaja). Hay Rishonim que opinan que la
prohibición
de preparación de pintura es un derivado de la Melaja de
pintado, y
también está prohibida según la Torá escrita[2].
Y hay Rishonim que opinan que
introducción de tinturas en agua está prohibida por ser Lash (amasado) [de la misma forma que
está prohibido introducir harina en
agua por ser Lash], pero la
prohibición de pintado no es
relevante, ya que se refiere sólo cuando se pinta otras cosas
con la pintura y
se termina de esa forma la Melaja. Pero la
preparación de la pintura
para pintar otros objetos no está prohibida por ser pintado[3].
Pintado de alimentos
Escribió el Shuljan Aruj:
“Está
permitido poner azafrán en la comida, y no se teme que sea
considerado pintado,
porque el pintado no es relevante tratándose de alimentos[4]”.
Es decir, está permitido en
Shabat agregar algún condimento en un alimento para
mejorar su sabor,
como azafrán en la sopa [de forma que no haya prohibición
de cocinado]. Y a
pesar de que la sopa cambia su color por ello, está permitido,
porque no hay
prohibición de pintado tratándose de alimentos.
Así también está permitido en Shabat
servir vino rojo sobre vino blanco para mejorar su sabor, a pesar de
que el
vino blanco se vuelve rojizo por ello. Y no se debe temer porque sea
pintado,
ya que no hay pintado tratándose de alimentos[5].
Está permitido en Shabat
mojar el pan en el vino o el jugo, a pesar de que cambia su color,
porque no
hay pintado tratándose de alimentos[6].
[1](Ramba”m, Hiljot Shabat 9:14. Fue citado por
Mishná Brurá 320 inciso 59. Kaf HaJaim inciso 123).
[2](Ramba”m. Fue citado por Mishná
Brurá y Kaf
HaJaim allí).
[3](Raaba”d, fue citado por Mishná
Brurá y Kaf
HaJaim allí). Y véase Jaiei Adam (clal 24 inciso 4) que
si pone las tinturas en
el agua para cambiar el color del agua como algo decorativo,
también en opinión
del Raaba”d se hace acreedor de sacrifico por ser pintado, porque con
ello terminó
la Melaja de pintado (fue citado por Kaf HaJaim allí.
Véase más adelante).
[4](320 inciso 19).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso
56). Y en Ben Ish
Jai (segundo año, Pekudei inciso 4) escribió que ponga el
vino blanco en el
vino rojo, y no al revés. Y véase Shu”t Rab Poalim
(tercera parte, inciso 11)
que cuando pone algo que pinta en un líquido hay que cuidarse
[incluso si su
intención no es pintar] porque es semejante a la
preparación de pintura. Y así
escribió en su libro Ben Ish Jai (segundo año, Pekudei
inciso 3). Y algo
semejante escribió en Shu”t Lev Jaim (tercera parte, inciso 78).
Y véase Kaf
HaJaim (inciso 116) que los citó. Pero en cuanto a poner
azafrán en una sopa
clara no se debe temer, porque la sopa es considerado alimento, y no se
confundirán con preparación de pintura porque es un
líquido alimenticio, cuando
el condimento y la grasa en la sopa demuestran que es una comida
(allí, Kaf
HaJaim inciso 114 citando Shu”t Rav Poalim).
[6](Allí, Shuljan Aruj inciso 20).
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