Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
De
los primogénitos de
su rebaño
Rav
Ziv Rave
“Y sucedió al
cabo de cierto tiempo, que
Kain trajo del fruto del suelo una ofrenda al Eterno” (Bereshit 4:3).
De
momento que en cuanto a Kain está escrito “del fruto del suelo”,
en contraste
con Hebel que trajo “de los primogénitos de su rebaño y
de lo mejor de él”
(Bereshit 4:4), Rashi concluye que la ofrenda de Kain era “lo peor de
la tierra”.
Eso no está claro: Si Kain de por sí mismo decidió
traer una ofrenda, ya que no
tenía ninguna obligación, ¿por qué trajo de
lo peor?
En el libro “Netivot Shalom”
(Bereshit) dice que Kain trajo del fruto de la tierra, y no de su
fruto
de la tierra. Es decir, recolectó lo que encontró, no
ofreció algo por lo que
él se esforzó. Hebel en contraste ofreció en honor
a D’s de lo escogido y lo más
apreciado de su riqueza, por lo cual se esforzó, “de los
primogénitos de su
rebaño y de lo mejor de él”. Kain, que tomó de lo
que vino a primera mano,
también trajo frutos buenos, pero su sacrificio es considerado
de lo peor,
porque no invirtió su corazón en pensar qué
corresponde traer frente a D’s. En
contraste, Hebel eligió lo mejor, después que
pensó cómo le será más grato a D’s
su culto.
Es semejante a dos personas que disertan
una clase de Torá. Una, que estuvo muchos años
estudiando en el Beit HaMidrash
(centro de estudio de la Torá), se esfuerza y prepara
una clase consistente
y profunda. Y la otra, diserta en forma asociativa sobre un tema que
encontró
en el capítulo, habla de lo que él piensa y de su
concepción, sin fijarse qué
dijeron nuestros sabios y sin esforzarse o edificar su interior. De esa
forma
el capítulo es como una percha para colgar lo que él
piensa y nada más, y a
veces es incluso contrario a los valores de la Torá.
Del episodio de Kain y Hebel aprendemos
un principio genérico de todo nuestro culto a D’s. No alcanza
con que la
persona de Am Israel (el Pueblo de Israel) entregue en forma
voluntaria
una ofrenda a D’s, él debe entregar lo más apreciado y lo
más amado, de su esfuerzo
y su trabajo. Si no ofrece lo que su naturaleza material se opone a
ello,
incluso si se ocupa de la Torá y del culto, se
está ocupando de lo que
es afín con su naturaleza y no exige de sí mismo
superarla. Traer “de los
primogénitos de su rebaño y de lo mejor de él”
quiere decir ofrecer de él mismo
grandes fuerzas, esfuerzo o riqueza en honor de D’s, y entonces su
ofrenda será
bien aceptada frente a D’s, “y el Eterno atendió a Kain y a su
ofrenda”
(Bereshit 4:4). El valor de la ofrenda se mide en la pureza del
vínculo del
corazón de la persona que invierte en ello, “D’s desea el
corazón”, y según el
esfuerzo de la persona así será su acercamiento a D’s, y
“de acuerdo al
esfuerzo, la recompensa”.
“Todo el culto a D’s depende del cultivo
de las virtudes” (Even Shlema, del Gr”a), porque las virtudes son como
las raíces.
Un sinfín de productos llegarán a expresarse en las mitzvot
prácticas de
cada virtud cultivada, o no cultivada. Por ello, escribe Rav Jaim Vital
que “las
virtudes no son parte de las 613 mitzvot, porque ellas son
preparaciones
básicas de las 613 mitzvot cuando son cultivadas o no, y
por ello una
virtud mala es mucho peor que una trasgresión. Y de momento que
son
preparaciones básicas no fueron contadas con las 613 mitzvot,
y por lo
tanto más se debe cuidar de malas virtudes que del
incumplimiento de las mitzvot”
(Shaarei Kdusha, 1:2).
El Rav Kuk zt”l vincula la esencia del
cristianismo con la raíz de Kain, que entró en el culto
religioso sin esfuerzo
y sin pureza del corazón, con malas virtudes de asesinato en
potencia, que
después salieron a la práctica. “D’s no atendió a
Kain y su ofrenda porque la
maldad se encontraba adherida a él. Ese asesinato, que luego
salió en la
práctica, se encontraba escondido en potencia también
cuando trajo la ofrenda del
fruto de la tierra, y una ofrenda como esa es una abominación,
él mismo añade
potencia a toda fuerza del mal” (Israel UTjiato 15). A pesar de que su
ofrenda no
fue recibida, Kain tendría que haber mejorado sus acciones y
purificar su corazón,
y no llegar al asesinato. Cuando el mal instinto tienta a la persona a
hacer
una trasgresión, más que haga una trasgresión su
intención es la caída de su
espíritu a consecuencia de ella, que hace que la persona
descienda más y más
(según Netivot Shalom, Bereshit). Es cierto que la tristeza no
es un pecado,
pero lleva a la persona a todos los pecados. De la misma forma que la
alegría
no es una mitzva, pero lleva a la persona a cumplir todas las mitzvot.
“Y Kain se enfureció mucho y su rostro decayó. Entonces
el Eterno dijo a Kain: ¿Por
qué te has enfurecido y por qué ha decaído tu
rostro?” (Bereshit 4:5-6). Después
que D’s no atendió la ofrenda de Kain, le dice que a pesar de
que falló en
ello, debe cuidarse que no continúe cayendo dejándose
rendir por la tristeza,
la raíz de todas las caídas. “Si te mejorarás”
(Bereshit 4:7) – es decir, si
mejorarás tus acciones, y mejorarás tu corazón con
la virtud de la alegría, te
elevarás y te acercarás a Mi. Debes saber que es una
prueba, a través de la
cual podrás también elevarte. “Pero si no te
mejorarás” (Bereshit 4:7) – te dejarás
rendir por la tristeza y tu espíritu decaerá, como dice
el versículo “Kain se
enfureció mucho y su rostro decayó”, debes saber que “a
la entrada el pecado
yace” (Bereshit 4:7) – serás entregado en manos de las fuerzas
del mal.
Es una dura tarea para toda persona, que
también si D’s no lo permita ha caído, debe fortalecerse
a sí misma y no caer
en el abismo de la tristeza, sólo debe alentarse a sí
misma con la Tshuvá
(arrepentimiento sincero) y consolarse con la alegría interna de
los puntos
buenos que hay en ella y sus victorias. De esa forma volverá a
rendirle culto a
D’s con vinculación y alegría, y buen corazón.
Estamos
cansados de las críticas
Rav
Shlomó Aviner
En los
últimos tiempos, por la corona, son disparadas críticas
de todos los lados a
todos los lados. Por ello, es necesario recordar varias cosas sencillas
relacionadas con la crítica, puntos de moralidad y entendimiento
natural.
Todos sentimos
la necesidad de criticar y corregir a los otros, es normal. Porque nos
acostumbramos a nuestra forma de pensar, y por ello creemos que si
otros no están
de acuerdo con nosotros y no marchan por nuestro camino, seguramente
están
equivocados. Porque cada uno tiene valores, tiene posiciones, tiene
puntos de
asidero en la sociedad, para ser definido. Todos sentimos nuestra fe
como una
verdad absoluta. Por ejemplo, la persona no dice: Yo creo que no se
debe utilizar
la violencia. Sino que dice: Está prohibido utilizar la
violencia. Y a pesar de
que si le preguntaremos a cada uno, él consentirá que no
posee toda la verdad y
toda la justicia, a pesar de ello tenemos una tendencia natural de
influir en
las demás personas o por lo menos amonestar y criticar a los que
se dirigen por
otros caminos que nosotros no luchamos por ellos.
En una
discusión, se siente la necesidad de negar lo que dice el
prójimo, no para
avanzar en la aclaración sino que para hacerle saber que no se
está de acuerdo
con él. No hay una ley que obliga a la persona a hacerlo, sino
que es una
reacción sicológica natural de toda persona. No se le
ocurre escuchar a su
prójimo, hacerle preguntas para comprenderlo mejor. Sino que
siente una
necesidad de hacerle saber que no coincide con él. No
necesariamente la reacción
será juzgadora, pero siempre es tomada como tal. Toda persona es
alérgica a la
crítica, porque no escucha en ella una apreciación
objetiva sino que un ataque
personal. Y eso es porque la persona tiene ego, orgullo, como un
mecanismo de
defensa. No le ayudará al que critica decir que no es algo
personal, sino que
algo en cuanto a la cuestión misma porque el prójimo
tiene una reacción de defensa
automática. Antes de escuchar la dimensión racional de la
crítica, llega la
dimensión sentimental. Sólo después hay
posibilidad de tomar distancia del
sentimiento y evaluar la cuestión misma. La persona siente
necesidad de ser
aceptado en la sociedad, por ello juzga la crítica como un
peligro de ser rechazado
por esa sociedad. El ego, el sentimiento, llega primero. También
las técnicas
de propaganda se dirigen al sentimiento antes que al raciocinio. En
resumen, el
sentimiento tiene un gobierno amplio sobre la persona. Una persona que
critica
a su prójimo en cuanto a cierto detalle u otro, se hace acreedor
de un mal
recibimiento, porque su amigo piensa que antes de criticar a los
demás conviene
que se critique a sí mismo. El hecho que la critica es justa no
la hace más
legítima, porque ¿quién es el prójimo para
definirse a sí mismo como juez? A una
persona adulta no le gusta que su compañero lo transforme en un
niño, al que
hay que educar, piensa que el prójimo es arrogante y se coloca
en una posición
de maestro, que le reparte notas buenas y notas malas. Un ejemplo
sencillo: ¡Mi
querido amigo, yo creo que debes cesar de fumar, tú arruinas tu
salud y
desperdicias tu dinero envenenándote a ti mismo! – Muchas
gracias. No lo pensé,
y cada mañana yo me levanto cuando mi meta es arruinar mi salud
y desperdiciar
mi dinero, y ahora me has proporcionado la motivación de cesar…
Por el contrario,
cuando le dicen algo así, la actitud es como si fuese un
retrasado mental que
no es capaz de pensar de por sí mismo. Por supuesto que es
consciente de ello,
que tiene una adicción. Por ello, esa crítica hará
despertar un mecanismo de
defensa. Nadie tiene ganas de corregir sus defectos a raíz de la
crítica. Por el
contrario, eso hace continuar con su comportamiento. Porque no ve
ninguna razón
para cambiar a raíz de su prójimo que encuentra en
él defectos.
La base
de todo es la confianza. ¿En quién confía la
persona? En el que lo ama mucho. Si
no, le dan ganas de tirarlo lejos. No está interesado en quien
se le acerca
juzgándolo y criticándolo – que es cierto tipo de
violencia. Una persona que le
habla con cierto tono negativo, ¿por qué le
contestará con un tono positivo?
Por ello, para que el sentimiento no se rebele, hay que expresarse en
un estilo
positivo, en base a una actitud interna positiva.
No se
puede cambiar el orden sentimiento – raciocinio. La persona no es una
computadora,
es una criatura sentimental con aptitudes racionales.
Sencillamente,
el que realmente quiere influir sobre los demás que ama, no
ayudará
criticarlos, por el contrario, el resultado será opuesto. Esa es
la cuestión, ¿acaso
la crítica ayuda, cuando es tomada como un juzgamiento y un
ataque? Se debe
centrar en lo que se valora de esa persona y sentir
auténticamente sus
virtudes. Escucharle, intentar comprender por qué piensa
así o asá, por qué se
comporta de una forma u otra. Toda forma de pensar o actuar tiene
muchas
razones de ser, y no se puede solucionar el problema oprimiendo un
botón.
Se debe
hacer despertar en él el deseo de corregirse, y entregarle
herramientas para
ello. Y el consentimiento con ello es posible en un clima de confianza
y
seguridad. Es algo paradójico: A través de las lisonjas
el prójimo llegará de
por sí mismo a reconocer sus defectos. No juzgues, sino que haz
despertar en tu
prójimo el deseo de mejorarse.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Escritura y borrado
La Melaja de escritura y la Melaja
de borrado son parte de las 39 Melajot tipo que
están prohibidas
según la Torá escrita en Shabat[1].
Esas Melajot eran necesarias
en el Mishkan (El Tabernáculo). Cuando los Hijos de
Israel viajaban en
el desierto tenían que desarmar el Mishkan, y cuando
estacionaban tenían
que volverlo a armar. Para que las tablas siempre sean armadas en el
mismo
orden las señalaban con letras, cada tabla con otra letra, y se
fijaban que la
tabla marcada con la letra “alef” [primera letra del alfabeto
hebreo. N.
del T.] siempre sea puesta al lado de la tabla marcada con la letra “bet”
[segunda letra del alfabeto hebreo. N. del T.], y así todas ellas[2].
También la Melaja del borrado
era necesaria, porque a veces cuando escribían las letras sobre
las tablas se
equivocaban, y era necesario borrar la letra escrita y volver a
escribir la
letra correcta[3].
Letras en otros idiomas
La prohibición no sólo se
refiere a
las letras hebreas, sino que todo tipo de escritura, en cualquier
idioma, está
prohibida según la Torá escrita en Shabat[4].
También la prohibición de escribir
es válida ya sea que escribe letras o números[5].
La cantidad
Según la Torá escrita,
está
prohibido escribir en Shabat incluso una sola letra o
número[6].
Y lo que fue dicho respecto
a la Melaja de escritura que se trata de dos letras, se refiere
a la
obligación de traer un sacrificio de Jatat – ya que el
que escribe en Shabat
sin intención de hacer una trasgresión debe traer ese
sacrificio si escribió
por lo menos dos letras[7],
o dos números. Pero en
cuanto a la prohibición, incluso una sola letra o número
están prohibidos [como
toda “media cantidad”, que está prohibida según la Torá][8].
[1](Mishná, Shabat 73A).
[2](Allí, 103B. Rashi, Shabat 73A comienza
kotev
umojek).
[3](Allí).
[4](Ramba”m, Hiljot Shabat 11:10. Shuljan Aruj,
Orej Jaim 306, Mishná Brurá inciso 47. Kaf HaJaim inciso
88). Y en Biur Halajá
(comienza biktav) demostró en extensión que la
opinión de todos los Rishonim es
que el que escribe letras de otro idioma comete una trasgresión
de la Torá escrita.
Y la opinión del Or Zarua que citó el Ram”a - que la
prohibición en ese caso es
sólo de nuestros sabios - es una opinión única,
pero el Ram”a la citó para ser
más estricto. Es decir, que lo que fue permitido comprar una
casa en Eretz
Israel (la Tierra de Israel) de un gentil en Shabat, cuando firma el
contrato,
es cuando se escribe en otro idioma, que según la opinión
del Or Zarua es sólo una
prohibición de nuestros sabios, y por el asentamiento de Eretz
Israel la permitieron
cuando un gentil lo hace como emisario suyo.
[5](Ramba”m, allí 11:10. Mishná
Brurá 340 inciso
22 al final de la letra hei. Shaar HaTziun inciso 41. Biur
Halajá comienza
bemashkin).
[6](340 Mishná Brurá inciso 22, letra
dalet. Biur
Halajá allí, al principio, comienza al shtei searot. Kaf
HaJaim allí, inciso 26).
[7]El que escribe dos letras se hace acreedor de
Jatat, incluso si ambas letras juntas no son ninguna palabra.
También si escribe
la misma letra repetida dos veces (allí, Mishná
Brurá inciso 22 letra hei.
Shaar HaTziun inciso 38), a condición de que es una palabra.
Pero cuando
escribe dos veces la misma letra que no es ninguna palabra, los
Rishonim
discrepan si está prohibido según la Torá escrita
o sólo por nuestros sabios
(Biur Halajá, comienza bemashkin).
El que escribe una sola
letra, incluso si la escribe al lado de otra letra que ya estaba
escrita
anteriormente, no se hace acreedor de Jatat. Pero si escribiendo esa
letra
completa la escritura de un libro, se hace acreedor de Jatat porque su
acción
es muy significativa (allí, Mishná Brurá inciso 22
letra dalet. Kaf HaJaim
inciso 27).
[8](Allí, Mishná Brurá inciso
3. Biur Halajá
allí).
Y véase Kaf HaJaim
(allí, inciso 8) que citó quienes opinan que el concepto
de “media medida está
prohibida según la Torá escrita” se refiere sólo a
prohibiciones de comida,
pero en cuanto a las otras prohibiciones no está prohibido
según la Torá.
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