Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Con
amor
En
la actualidad
El Rav
Kuk zt”l con su mirada genérica y penetrante de todas las
generaciones, desde
el principio hasta el final, nos enseña que la
destrucción del primer y segundo
Beit HaMikdash (El Templo) fue consecuencia de la tendencia
material excesiva.
El materialismo exacerbado generó la perversión de las
virtudes y la corrupción
moral. Y la consecuencia – culto a otros dioses, relaciones prohibidas
y asesinato,
que caracterizaron los fines de la época del primer Beit
HaMikdash, y el
odio gratuito que nos llevó a la destrucción del segundo Beit
HaMikdash
y dos mil años de galut (exilio).
La galut
fue el corregimiento de ese materialismo, y fue como un programa de
educación
largo donde Am Israel (el Pueblo de Israel) se ocupó
sólo del espíritu.
La situación saludable y natural de una nación exige un
equilibrio entre el
espíritu y lo material, como una unión del cielo y la
tierra, como la escalera
de Iaacov cuyos pies se encontraban sobre la tierra, y su cabeza
llegaba al
cielo. De la misma forma que lo terrenal sólo no es bueno,
tampoco la
espiritualidad sola no es buena, y en nuestra generación, la
generación del renacimiento
nacional, Am Israel retorna a su situación equilibrada,
paulatinamente.
En primer lugar se edifica el país, y por ello todavía
nos ocupamos del aspecto
material en gran manera, pero la tendencia materialista es sólo
pasajera, y no
está lejos el día en que la nación volverá
también a la espiritualidad, a las raíces
y los valores que se plasmaran en grandeza en el Estado de Israel, como
el alma
que da vida al cuerpo (véase Orot 159).
En la
actualidad, nuestra
generación prepara el terreno para la edificación del
tercer Beit HaMikdash,
que será construido pronto, en nuestros días. Somos
merecedores de ver con
nuestros ojos el movimiento de edificación, desarrollo y
creación en nuestro
país, a un ritmo sin par en el mundo. Justamente por el gran
esfuerzo que se
invierte en el mundo de la edificación y el materialismo, en
nuestra generación
a primera vista hay un descenso moral y espiritual. Pero todo eso es
por poco
tiempo. Y ya ahora somos testigos del despertar y la búsqueda de
contenido,
sentido y valores, y como hemos dicho no es por azar.
La meta
a la que aspiramos, en forma consciente e inconsciente, es el
descubrimiento
del amor gratuito, que es todo lo contrario del odio gratuito que
generó la
destrucción y la galut. Amor gratuito quiere decir yo
amo a las
criaturas, sin ninguna condición o cálculo de
conveniencia, yo amo porque el
amor por las criaturas y el prójimo es la esencia de la vida.
Sin amor, no hay
vida (véase Orot 69). Y de la misma forma que D’s ama a Su
pueblo Israel
siempre, en todo lugar y en todo momento, como un buen y amante padre,
que ama
a sus hijos en toda situación, también cuando ellos se
alejan de él, así
también nosotros debemos amar a nuestro prójimo. Debemos
marchar por los
caminos de D’s y Sus virtudes. Y en base a ello seremos merecedores de
la
edificación del tercer Beit HaMikdash, y veremos con
nuestros propios ojos
la plasmación del rezo “y trae el salvador a los hijos de sus
hijos por Su
nombre, con amor”.
El que se lamenta y duele por la galut y
la destrucción del Beit HaMikdash
Con anhelo de la salvación y el consuelo pleno
Dov
Bigún
Yo
lo sé todo
Rav
Shlomó Aviner
Yo lo sé
todo, o casi todo. Porque no tengo tiempo para ocuparme de los
pequeños detalles,
me alcanza con entender el principio de las cosas, y entonces yo ya
comprendo
todo el tema.
En nuestros
días no es difícil saberlo todo, hay motores de
búsqueda en el Internet, en cuestión
de pocos minutos yo llego a todo tema y enseguida ya entiendo todo de
ese tema.
Había
una vez en que las personas sabias escondían su
sabiduría, sus libros y nos
gobernaban. Eso terminó, ahora yo soy independiente, con la
ayuda del Internet
yo lo sé todo.
Soy
médico, psicólogo, economista, Ramatka”l
(Comandante en Jefe), Primer Ministro,
y por supuesto que también soy Rav. Me duele el corazón
por todas esas
personas, que una gran responsabilidad se encuentra sobre sus hombros,
y no
saben nada. Quizás antes sabían mucho, pero ellos
confían demasiado en sí
mismos, y no se esfuerzan en actualizarse. Y seguramente tienen
también
Internet.
Por ejemplo,
los médicos no saben nada. Vean cuántos errores cometen,
cómo un médico dice
algo, y otro dice al revés – y a veces el mismo médico se
desdice. Basta. Hay que poner un
límite a la oscuridad.
Ahora nosotros decidimos solos. Ya no soy un niño pequeño.
Y no
mencionaremos a los psicólogos, que hablan de todo tipo de
teorías en el aire que
aprendieron de memoria y no son afines con la realidad. De todas formas
yo no
los necesito, me alcanza con lo que yo leo.
Los economistas,
son un desastre. Cuanta desocupación, cuantas crisis, cuanta
pobreza, cuantos
despilfarros, cuantos engaños. Pobre de nosotros. No entiendo
cómo tienen
semejante seguridad en sí mismos para hablar de temas que no
entienden de
ellos.
En
cuanto al ejército, ya no confío en él.
Envían a los soldados a operaciones sin
sentido, y ellos mueren allí. Esas personas del ejército
no entienden las cosas
más sencillas que yo entiendo. Yo estuve en el ejército,
y yo se exactamente lo
que ocurre allí. Una rutina sin sentido ni lógica.
Y los
políticos, son los peores, no se puede confiar ni un poco en
ellos. Si
consagrasen algunos minutos a leer en el Internet lo que yo sé,
eso ahorraría
de ellos tantos errores. Pero yo sospecho que no les importa,
sólo les importa
una cosa: Su silla.
Pero
cuando llegamos a los Rabanim (Rabinos), eso ya está al
borde de la
Profanación del Nombre de D’s. Quizás ellos leyeron
muchos libros, pero no lo
suficiente. Ellos están desconectados de la realidad, no saben
lo que pasa. Por
supuesto, de momento que el Internet es abominable a sus ojos, ellos
todavía viven
en la Edad Media. Se volvieron totalmente irrelevantes. Y yo hace
tiempo que
dejé de preguntarles preguntas de la halajá. Todo
puede ser encontrado
con rapidez en el Internet. Pero hay personas que todavía tienen
fe en ellos.
Si ellos son Rabanim (Rabinos), conviene que tengan un poco de
humildad,
y reconozcan que ellos no son realistas. Que se queden sentados en su
esquina,
que estudien sus libros, y no se metan en nuestros asuntos, como si
ellos lo
supiesen todo. Les diría todo eso en la cara, no me
avergonzaría, pero es una
perdida de tiempo, ellos no escuchan.
Y ellos
no son los únicos que no escuchan, mucha gente que yo encuentro,
y les digo las
cosas en forma directa, cosas lógicas, no escuchan. Ellos
están trancados en
sus ideas y se piensan que lo entienden todo. Ellos se esfuerzan tan
poco en
pensar, ellos son tan poco críticos, tan cerrados, tan
trancados. Orgullosos.
Se piensan que lo saben todo.
Por
supuesto que yo cuido la Torá y las mitzvot. Es
una suerte que
hay un D’s. Pero no son los Rabanim que decidirán por
mí qué dice D’s, y
se apoderarán de mi vida. Esas épocas han pasado, yo
tengo Internet. Y yo, con
mi sabiduría, con rectitud y verdad interpretaré
qué dice D’s. Viva la libertad,
viva yo. Si, viva yo. Yo me siento comprometido a la verdad de
mí, y no le
permitiré a otros decidir por mí.
Yo hablo
con personas, pero ellos se empecinan en no coincidir conmigo. Al
principio me
molestaba, pero decidí no tomarlo a pecho. Es el problema de
ellos. Intenté explicarles,
ellos no quieren entender, no los necesito. Yo los abandono a su
destino superficial
y tonto.
Lo que
me molesta son las muchachas que encuentro para encontrar pareja.
Tampoco ellas
escuchan. También ellas se piensan que lo saben todo.
¡Querida muchacha, un
poco de raciocinio, un poco de humildad, un poco de escuchado!
¿Tú no logras comprender
que yo entiendo de ese tema y tú no? ¿Por qué
hablas sin sentido? Por supuesto,
no podré casarme con una muchacha como esa. Yo me encuentro con
otra muchacha,
y otra muchacha, y todas son así, y el tiempo va pasando.
¿Cómo es? ¿No se
puede encontrar una muchacha que esté dispuesta a reconocer la
verdad? Por lo
menos es bueno que eso me ocurre ahora, y no después del
matrimonio y me ahorra
el disgusto.
¿Qué
podré decirte, mi amigo? Por lo menos ese es mi consuelo, que
sé mucho. Yo lo sé
todo, o casi todo. Y yo me actualizo todo el tiempo, y tengo una vida
interesante. Por lo visto todavía no ha llegado el momento que
todos lleguen a
mi situación. Es una pena que no están dispuestos a
escucharme. Que se queden en
su error. Yo continuaré con vigor con mi verdad.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Melaben
Lavado del cuerpo en Shabat
En Shabat está permitido
lavarse la cara, las manos y los pies[1].
Así también bajo ciertas
condiciones está permitido lavar todo el cuero en Shabat[2].
Secado después del lavado
El que se baña en Shabat [cuando
está permitido], incluso si lavó todo su cuerpo, puede
secarse con una toalla[3],
sólo que debe cuidarse mucho
que no llegue a escurrir su pelo, como será aclarado.
A pesar de que cuando se seca la
toalla se humedece, nuestros sabios no lo prohibieron, y no temieron
que llegue
a escurrir la toalla.
Así también después de haberse
secado con la toalla está permitido moverla. Y a pesar de que
una prenda húmeda
está prohibido moverla en Shabat como fue aclarado
anteriormente, de
todas formas tratándose de una toalla está permitido.
Los poskim (sabios que
determinan la halajá) mencionan dos razones:
1. El agua que es absorbida por la
toalla cuando se seca es considerada “poca agua”, y una prenda que
absorbió
poca agua nuestros sabios no temieron que llegue a escurrirla, como fue
aclarado anteriormente. Por ello, está permitido secarse con la
toalla, y
después de haberse secado está permitido moverla[4]
[también después de haberla soltado
de su mano[5]].
2. Por lo general, no se acostumbra
a fijarse que una toalla no esté húmeda, y por lo tanto
no se teme que llegue a
escurrirla para secarla. Y también después de haberse
secado está permitido
moverla[6].
Luego de utilizar la toalla hay que
prestar atención que no la coloque a secarse como acostumbra a
hacer con las
prendas mojadas en días corrientes.
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 326, inciso 1).
[2](Véase allí).
[3](301 inciso 48).
En el Shuljan Aruj
(allí) escribió: “La persona se seca con una aluntint [es
decir, una prenda con
la que se secan luego de bañarse]”. Y en Mishná
Brurá (allí, inciso 173)
escribió que tal parece del Maguen Avraham que en nuestros
días es bueno secarse
con algo que no se fija que no esté húmedo. Y en Biur
HaGr”a parece que toda
aluntint es así.
[4](Elia Rabah citando a Sefer HaTruma. Fue citado
por Mishná Brurá allí, inciso 175. Y así
también Kaf HaJaim allí, inciso 275).
Otra razón encontramos
en los poskim, que de momento que todos los que se bañan
acostumbran a secarse
luego de bañarse, y si prohibirán el secado es como si
prohibiesen el bañado,
entonces nuestros sabios no lo prohibieron y no temieron que lleguen a
escurrir. Y de momento que permitieron secarse con la toalla,
permitieron
también traerla a su casa (allí, Beit Iosef y
Mishná Brurá inciso 175. Shuljan
Aruj HaRav inciso 60. Kaf HaJaim inciso 276). E incluso en nuestros
días, que
es posible no bañarse en Shabat, y a primera vista se puede
evitar secarse con
la toalla, no está prohibido, de momento que nunca fue prohibido
por un conjunto
de sabios (Maguen Avraham allí, inciso 58. Fue citado por
Shuljan Aruj HaRav y
Kaf HaJaim allí).
Y véase Mishná Brurá
(allí) que según eso, después que trajo la toalla
a su casa y la dejó en algún
lado, estará prohibido volver a moverla. Pero según las
otras razones que
fueron aclaradas, incluso después de haber traído la
toalla a su casa y haberla
dejado en algún lugar, estará permitido moverla.
[5](Allí, Mishná Brurá).
[6](Biur HaGr”a, fue citado por Mishná
Brurá allí,
inciso 173. Shaar HaTziun inciso 214. Y también en Kaf HaJaim
allí).
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