Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
El
celo de Pinjas
Rav
David Landau
En nuestra Parashá
nos encontramos
con temas dolorosos y estremecedores en cuanto al orden de las familias
en Am
Israel (el Pueblo de Israel). ¡Una persona de Am Israel,
simiente
santa, tiene relaciones con una hija de un pueblo ajeno! (Sanhedrin
82A). En Am
Israel hay quienes cuidan de las mitzvot más o
menos, pero siempre
cuidaron dos cosas especiales: Brit Mila (circuncisión)
y casamiento.
Una persona que no circuncidará su hijo no es concebible.
Siempre hubo una
sensación general que hasta tal punto, no se llegará.
Dicho sea de paso, hubo una
persona de los pensadores nacionalistas al principio, en Varsovia. En
esa
ciudad de Geonim (genios del estudio de la Torá)
y tzadikim
(justos), hubo una familia que no querían circuncidar a su hijo.
Los encargados
de los entierros no quisieron enterrarlo. Esa “joya” salió en
contra de ellos, gritándoles.
Es un ejemplo. Y en contraste, Nordau cuando le propusieron ser el
dirigente
después de Hertzel, se negó, porque estaba casado con una
gentil. Se avergonzaba
de ello. Eso ya pertenece a los niveles del arrepentimiento. El que
hace una
trasgresión y se avergüenza, lo perdonan (Brajot 12B).
Incluso en los lugares
llamados no religiosos, existía cierta salud de sentimiento
judío para con esas
dos cosas: Brit Mila y relaciones con una hija de un pueblo
ajeno.
Pinjas se estremece por ello. ¡Una persona
de Am Israel, de la descendencia de Avraham, Itzjak e Iaacov,
de la
simiente que se presentó a la falda del Monte de Sinai con toda
su vitalidad y
cuerpo, tiene relaciones con una hija de un pueblo ajeno (Malaji 2:11)!
“Y se levantó
de en medio de la asamblea y tomó una lanza en su mano”
(Bamidvar 25:7). “Asamblea”
– ese es el Sanhedrin (Suprema Corte). Todo Am Israel
es llamado
asamblea, y sobre todo el Sanhedrin. Él se
levantó en base a la fuerza
de la Torá. Hay distinciones
muy sutiles en cuanto al celo. Hay un celo en base a la Torá,
y hay un celo que emana de malas
virtudes, de la colera, el enojo y el
odio. Por ello, era necesario aclarar las bases sicológicas del
celo de Pinjas.
Cuentan en la Gmará (Sanhedrin 82) que luego que Pinjas
celó a D’s hubo mucho
barullo. Arguyeron: Pinjas mató una persona honorable, un
presidente de una
tribu de Am Israel. Es un pecado terrible, una
corrupción espantosa. ¡Pinjas
tiene cualidades de asesino! La raíz se encuentra en su
pertenencia a la
familia de Itro. También en Pinjas hay ciertos elementos de
gentil, cualidades
de gentiles. Por ello, aclara la Torá en
extensión: “Pinjas hijo de
Elazar, hijo de Aarón el Cohen ha vuelto atrás Mi
colera” (Dvarim 25:11).
No por su enojo se levantó Pinjas, sino que por su pertenencia a
la
descendencia de Aharon el Cohen, el bondadoso, “Tus Tumim y
Urim son
propios de Tu varón bondadoso” (Dvarim 33:8), “ama la paz y
persigue la paz”
(Avot 1:12). La Torá atestigua que “he aquí que
Yo le otorgo Mi alianza
de paz” (Bamidvar 25:12).
En nuestra Parashá se revela la
interpretación sencilla de lo que sucedió en la Parashá
anterior: “Pinjas
hijo de Elazar, hijo de Aarón el Cohen ha vuelto
atrás Mi colera de
sobre los Hijos de Israel al vengar Mi celo en medio de ellos, y no
consumí a
los Hijos de Israel en Mi celo” (Dvarim 25:11). Esa es la
aclaración en base a
la fuente Divina del valor de las acciones de Pinjas (en base a Sijot
HaRav Tzvi
Iehudá, Bamidvar pág. 324 – 327).
El
Plan del Siglo – pérdida de fe
Rav
Shlomó Aviner
El
último aspecto en relación al Plan del Siglo: El aspecto
Divino. Hemos hablado
del aspecto nacional de seguridad, el aspecto religioso de mitzva,
y el
aspecto moral humano. Ahora, el aspecto Divino, de fe. Por supuesto,
todo está
relacionado: En base a la fe hay mitzvot. Y a pesar de ello,
son dos
puntos de vista distintos.
El
aspecto Divino de fe es que D’s decidió redimir a Su pueblo.
¿Por qué
justamente en esta generación, por qué no en la
generación anterior, o la
próxima? No sabemos. Así decretó Su
sabiduría, y así ordenó las almas. De todas
formas, ahora ha llegado el momento.
¿Cuándo?
Hace unos 140 años, con la primera ola de aliá
(inmigración a Israel) en
el año 5641 – es decir, el asentamiento de la tierra. Es
conocida la Gmará:
“No hay una señal más clara que lo que dice el
versículo, ‘y ustedes, oh serranías
de Israel, den vuestras ramas y den sus frutos para Mi pueblo Israel,
porque
están por llegar’” (Sanhedrin 98A). “Cuando Eretz Israel
(la Tierra de
Israel) entregue sus frutos con abundancia, se acerca el momento, y no
hay una
señal más clara” (Rashi, allí).
Segundo punto:
D’s reúne los exilios. El Ramba”m dice en cuanto al Meshiaj
(Redentor): “Y
todo el que no cree en él, o no espera su llegada, no
sólo en los demás
profetas no tiene fe, sino que tampoco en la Torá de
nuestro Rav Moshé,
ya que la Torá atestigua sobre él, como dice el
versículo ‘y devolverá el
Eterno, tu Señor, tu cautiverio, y se apiadará de ti y
volverá a reunirte”
(Ramba”m, Hiljot Melajim 11:1). O sea, la reunión de los exilios
es parte de la
época llamada los Días del Meshiaj.
Tercer
punto: La edificación del estado. También eso es
insinuado por el Ramba”m: “Dijeron
nuestros sabios, toda la diferencia entre este mundo y los Días
del Meshiaj
es solamente la abolición del yugo de los reinados”
(allí, 12:2). En la galut
(el exilio) estábamos sometidos bajo los gentiles, ahora somos
libres.
El punto
siguiente: Las guerras de Israel, guerras de defensa. En la Gmará:
“Las
guerras son también el comienzo” (Meguila 17B). El comienzo del
proceso de
redención.
Y así
también: El centro de la Torá regresa aquí, la unidad regresa.
Para no ver todo eso, hay que ser ciego. Lamentablemente, hay ciegos
que
no ven lo que D’s hace. El profeta Ishaya dice: “Oíd, oh sordos,
y mirad
vosotros, oh ciegos, para que veáis. Mas, ¿quién
es el ciego, si no Mi siervo? ¿Y
quién es tan sordo como Mi mensajero que envío?
¿Quién es tan ciego como el que
debe ser perfecto, y ciego como el siervo del Eterno? Tú, que
ves muchas cosas,
mas no observas, tienes abiertos los oídos, mas no oyes” (Ishaya
42:18-20). Él
es una persona plena, sirviente de D’s, pero tiene un defecto, que es
ciego, no
ve que D’s hace maravillas para con Su pueblo.
Y también: “Saca al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos,
que
tienen oídos” (Ishaya 43:8).
Él no ve que los exilios se reúnen, no ve que hay un
renacimiento.
Es más,
no alcanza con sentarse con los brazos cruzados y decir: D’s hace. Todo
lo que
D’s hace, lo hace a través nuestro, dentro nuestro. Ese es un
principio muy
importante: Somos partícipes con D’s. D’s le prometió el
reinado a Shlomó, y a
pesar de ello hubo que esforzarse mucho.
Si D’s
abre los portones de Eretz Israel, hay que hacer aliá.
Todas las
generaciones teníamos la obligación de hacer aliá,
pero estábamos
impedidos. Ahora podemos, y entonces debemos hacer aliá.
¿Pero es
difícil? Es sabido.
Hay una mitzva
de asentar la tierra, pero estábamos impedidos. Ahora podemos –
entonces,
tenemos que hacerlo. ¿Pero es difícil? Es sabido.
Hay una mitzva
de edificar un ejército. ¿Por qué no lo hicimos
antes? Porque estábamos impedidos.
Ahora podemos, entonces debemos enrolarnos en el ejército.
Así también, hay una
mitzva de ser soberanos sobre nuestra tierra, pero antes
estábamos impedidos.
Ahora, somos soberanos sobre parte de ella. No decimos ve a conquistar
en todas
las direcciones, pero debemos ser soberanos sobre lo que poseemos.
¿Pero es
difícil? Es sabido.
El que
está dispuesto a renunciar a zonas en Iehudá y Shomrón
(Judea y
Samaria), en forma parcial o total, edificar un país desarmado o
no, no tiene
fe en D’s. cuando nuestro Rav Moshe recuerda el Pecado de los
Espías al principio
del libro “Dvarim” dice: “pero en este asunto ustedes no
confiaron en el
Eterno, su D’s” (Dvarim 1:32). “Que Él les promete traerlos a la
tierra, y ustedes
no tienen fe en Él” (Rashi, allí). Ustedes son buenos
judíos, con fe y tzadikim
(justos), pero en ese punto, no tienen fe. Ustedes son judíos
apreciados y
temerosos de D’s, pero en ese punto, que D’s nos hace regresar a Iehudá
y Shomrón – no tienen fe.
Cuando
se tiene fe, se hace partícipe con D’s. “En el futuro una voz
retumbará en la
cima de las montañas, y dirá; todo el que actuó
con D’s, vendrá y recibirá su
recompensa” (Vaikra Rabah 27:2). El que no lo escucha, saldrá
perdiendo. La Gmará
menciona la pequeñez de los tzadikim, que no tuvieron fe
en D’s (Sota
48B). “Pequeñez de fe” (Rashi), en el regreso a Tzion en la
época del Segundo
Templo.
Gracias
a D’s hay también quienes tienen fe. Hay incluso jilonim (seculares)
que
tienen fe, como lo menciona el Rav Kuk en su libro “Orot”: “Todo
el
pueblo tiene fe en que no habrá otra galut posterior a
la gueulá
(Redención) que comienza frente nuestro” (Orot, Orot
HaTorá 26).
Y nuevamente,
no alcanza con una fe pasiva, sino que se debe actuar todo lo posible.
Por supuesto,
no se puede saber en todo detalle cuál es la voluntad de D’s,
pero estamos hablando
de procesos colosales, enormes.
Las
personas tienen otro argumento: La gueulá llega
paulatinamente
(Ierushalmi Brajot 1:1), entonces, renunciaremos a tres cuartos de Iehudá
y Shomrón, nacerá otro país árabe
allí, y en el futuro todo se
arreglará. Es un grave error. Paulatinamente no es un
cálculo humano, sino que
Divino. Por nuestra parte, debemos apresurarnos. Según la medida
de la
celeridad en el libro “Mesilat Iesharim”.
¡¿Qué nosotros con nuestras
propias manos hagamos algo malo, terrible, y lo llamemos
“paulatinamente”?!
Dicho sea
de paso, D’s no hace todo paulatinamente, a veces también hay
saltos. ¡Vean qué
milagro maravilloso del renacimiento de la nación, que no tiene
nada que se le
asemeje en toda la historia mundial! ¡Qué país rico
y fuerte! Y lo que D’s
hace, nosotros marchamos tras Él.
Es más,
paulatinamente es un avance lento. ¡¿Pero de ello, llegar
a permitir hacer
trasgresiones terribles?!
Para ver
qué nos hace D’s no se necesita ser un gran tzadik, ni
siquiera ser
religioso, alcanza con tener fe. Y en base a ello, ser partícipe
de la acción
Divina para con nosotros.
El Rav
Kuk explica que hay dos tipos de expectativa de la salvación: En
el plano de la
fe, y en la práctica. En el plano de la fe, también
cuando todo se ve duro y
complicado, colmado de problemas, no desesperamos, continuamos
confiando en D’s,
sabemos que al final todo estará bien, que D’s no nos
abandonó. En el plano
práctico, la expectativa activa es contemplar la
situación y hacer todo lo que
se puede para avanzar la gueulá, como el guardián
en la torre de vigila
que ve a la distancia, y cuando ve una oportunidad para hacer algo,
enseguida
llama a todos (Olat Reaya Alef, 279 – 280. Y también en Ein
Aya). Y no es
holgazanería, lo que es llamado “el argumento holgazán de
la teología fatalista”.
Hay que
ver lo que D’s hace, y no ser ciego, sino que ver las maravillas que
D’s nos
hace. Gracias a D’s, hay religiosos que ven, hay jilonim que
ven, hay
incluso gentiles que ven, y nos ayudaron todo lo que pudieron.
Fortalezcámonos
y vigoricémonos, en las maravillas que D’s hace para con Su
pueblo y Su tierra.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo escrito
en esta sección.
Melaben
Cubrir con una prenda
Un barril o un recipiente lleno de
agua, está prohibido en Shabat colocar sobre su boca
una prenda para taparlos,
porque la prenda puede llegar a mojarse con el agua, y se teme que la
escurra
en Shabat[1],
como fue aclarado.
Así también está prohibido colocar
en Shabat utensilios húmedos [como por ejemplo
después de haberlos
lavado] sobre una prenda, porque la prenda se humedece de las gotas que
caen, y
se teme que llegue a escurrirla en Shabat[2].
Pero si se trata de una tela dedicada
a ello, que no le importa que quede húmeda, está
permitido colocarlos sobre un
recipiente con agua y también colocar sobre ella utensilios
húmedos, porque de momento
que no se cuida que esté seca, no se teme que llegue a escurrirla[3].
Otros líquidos
El decreto de nuestros sabios de no
humedecer una prenda en Shabat no sea que llegue a escurrirla,
se
refiere solamente tratándose de agua, pero si se trata de otros
líquidos, por ejemplo
vino[4],
nuestros sabios no lo
prohibieron[5].
La razón es que no hay prohibición de escurrir – Melaben
– tratándose de
una prenda empapada de otros líquidos, porque la prenda no se
lava ni se limpia
con ellos[6].
También en opinión de los que dicen
que está prohibido según la Torá escrita
escurrir una prenda empapada
con otros líquidos, de todas formas no se teme que llegue a
escurrir la prenda
si se la humedece, porque también después de escurrir la
prenda quedará en ella
la mancha del líquido y su olor[7].
Lo que no es así cuando se humedece
con agua, que se teme que la escurra, ya que después de ser
escurrida no queda
ninguna marca en ella.
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 302, Mishná
Brurá inciso
42. Kaf HaJaim inciso 81).
[2](Allí, Shuljan Aruj, inciso 15)
Así dice: “Está
prohibido colocar un pañuelo sobre un barril y colocar sobre el
balde con el que
bombea el agua, no sea que llegue a escurrir” – es decir, que escurra
el
pañuelo del agua absorbida en él del barril, y el que
escurre se hace acreedor
de Jatat por ser Melaben (allí, Mishná Brurá
inciso 42. Kaf HaJaim inciso 81 82).
[3](Allí) Una prenda que acostumbran a
colocarla
sobre el barril para taparlo, está permitido, porque no
acostumbra a fijarse
que esté seca.
Pero a veces está
prohibido colocar la prenda sobre el barril porque es como si
construyese una
carpa, los detalles son aclarados en el Shuljan Aruj y los Poskim
(Shuljan
Aruj, 315 inciso 13).
[4]Véase Mishná Brurá (302
inciso 55) y Kaf HaJaim
(319 inciso 87) que en opinión del Ta”z vino blanco es
considerado como agua en
cuanto a lavado, y también respecto a él está
prohibido según la Torá escrita
escurrir por ser Melaben, y cuando se habla que con vino está
permitido se
refiere sólo al vino rojo.
[5](319 inciso 10).
[6](Allí, Mishná Brurá inciso
39). Y es como la opinión
de los Rishonim que no hay prohibición de Melaben cuando se
escurre una prenda
que absorbió otros líquidos, porque la prenda no se
limpia con ello.
[7]Y también no se acostumbra a escurrir la
prenda
para quitar de ella el líquido y utilizarlo para algo, y por
ello no se teme
que lo escurra para utilizar el líquido y trasgredir la
prohibición de Mefarek (allí,
Mishná Brurá. Kaf HaJaim inciso 86).
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