Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
El
corazón y el juicio
Rav
Jagai Londin
La Parashá Mishpatim se ocupa
de las leyes relativas al plano monetario y los daños, del orden
de las
relaciones entre las personas en la sociedad. La sección de la halajá
que
se ocupa de ello, es llamada Joshen Mishpat, insinuando al Joshen
(peto) que vestía el Cohen Gadol (Sumo Sacerdote)
Aarón sobre su
corazón. En el Joshen estaban engarzadas piedras
preciosas, en las que
estaban gravadas los nombres de las tribus. Cada vez que se necesitaba
decidir
en el juicio y necesitaban del Joshen, destellaban las letras
que
estaban gravadas en las piedras.
Cada uno de los miembros de Am
Israel (el Pueblo de Israel) tiene una letra en la Torá,
un resplandor
singular suyo. El Joshen Mishpat cerciora que cada uno tome su
lugar y volumen
exacto en el mundo, sin desplazar a los demás. Si hay una letra
que no brilla –
el relato no está completo. El Joshen se encontraba
sobre el corazón del
Cohen Aharon. Sólo el que tiene un corazón como
Aharon - que ama la paz
y persigue la paz, que es capaz de abarcar a todos - puede decretar el
juicio.
Sólo el que tiene una mirada de bondad puede dedicarse al
juicio. Sólo el que
escuchó la Parashá Itro, que contempla el
panorama integro que comprende
la meta de D’s en el mundo, que fue revelada en el Monte de Sinai, de
hacer el
bien para con todo el mundo, sólo él puede leer la Parashá
Mishpatim.
El
estado, poco a poco
Rav
Shlomó Aviner
Para
decidir en forma correcta en asuntos estatales en cuanto a la
preservación de
la tierra, se debe leer en forma correcta el mapa de la realidad. Pero
para
ello se necesita una perspectiva amplia. Todo el que observa los
acontecimientos de nuestros días como una persona que pega su
nariz a un dibujo
impresionista, que es un conjunto de puntos, puntos de luz y oscuridad
– saldrá
enloquecido y confundido, como el cuento del camaleón que se
volvió loco cuando
se paseó por una tela a cuadros.
Ocurrió
una vez que una persona que vio en la vitrina de un negocio de venta de
libros
científicos un libro en cuya tapa había cuadraditos,
negros y blancos, a
primera vista ordenados en forma aleatoria. Cuando dio un paso
atrás y miró, se
dio cuenta que los cuadrados forman un rostro de una persona. Cuando se
alejó
un poco más, vio que era el rostro de Albert Einstein, el
conocido genio judío.
Perspectiva.
También
nosotros debemos fortalecernos y observar atentamente la escritura
borroneada
de los acontecimientos, para revelar el “einstenismo” de ellos.
No es
por azar que la primera Mishná del Talmud Ierushalmi
nos enseña
que la gueulá (Redención) de Israel se revela
paulatinamente, y es
semejante al alba. Dentro de la terrible oscuridad, cierto resplandor
pálido
lucha por alumbrar, y va brillando más y más, y ya arde
todo el horizonte,
hasta que sale el sol en todo su esplendor. Entre el alba y el sol que
sale,
hay un período intermedio, en el que la luz y la oscuridad
coexisten. Sólo si
observaremos con una perspectiva de generaciones podremos discernir un
proceso
histórico gigante, que impulsa a la nación de Israel:
Asentamiento de la
tierra, el regreso a Tzion y la edificación del Estado de
Israel. Países
cayeron, y de entre los restos humeantes de ellos floreció el
Estado de Israel.
Ahora, ya podremos apodar a ese gigante proceso con su nombre claro:
D’s comenzó
a salvar a Su pueblo. Todo el que tiene ojos, ve cómo D’s
retorna a Tzion.
Por
supuesto, ese proceso es largo, sembrado de dificultades y
complicaciones. Pero
siempre supimos que Eretz Israel (la Tierra de Israel) es
adquirida con
sufrimiento. También respecto a eso, no debemos perder la
perspectiva. El que
pasa momentos trágicos le parecen como una montaña
amenazante, pero el que mira
al globo terráqueo todo, ve a las montañas más
altas como arrugas en la cáscara
de la naranja, e incluso menos que eso. Todas las crisis y todos los
retrocesos
son sólo pequeños estremecimientos, estremecimientos
naturales y previstos, en
el gigante proceso de la gueulá de la nación,
que es semejante al
proceso del respirado, que incluye entre otras cosas también el
vaciado de los
pulmones de aire.
Hay
que cesar de soñar, y entender que no hay soluciones
instantáneas. No paz
ahora, ni guerra ahora. No Har HaBait (el Monte del Templo)
ahora, y no
transfer ahora.
En
contraste con ello, hay procesos, en los que cada peldaño
prepara el próximo, y
los pasos más tardíos alumbrarán situaciones y
proporcionarán soluciones a
problemas que no podíamos resolver en las fases anteriores. Y
entre tanto, hay
que continuar sin desfallecer. También en nuestra primera gueulá
en
Egipto, con el nacimiento de la nación, al principio el pueblo
reaccionó con falta
de paciencia, “pero ellos no escucharon a Moshé a causa de la
falta de aliento
y el duro trabajo” (Shmot 6:9). También ahora, debemos saber que
D’s no nos prometió
entregarnos la tierra en una bandeja de plata, ni Iehudá
(Judea) ni el Shomrón
(Samaria) ni el Golan en una bandeja de oro. Ciertamente, hay
cosas
desagradables y sombras, pero no debemos desfallecer y trastornarnos.
Ya hubo
situaciones más difíciles en nuestra larga historia, y
las sobrepasamos con la
ayuda del Redentor de Israel, y también ahora nos sobrepondremos.
En
nuestra dura galut (exilio) soñamos mucho:
Soñamos con una gueulá
rodeada de rosas. Y realmente, sin esos sueños nos
habríamos perdido. Pero
ahora ha llegado el momento de despertar, y también nosotros
debemos despertar
y cesar de soñar.
Soñadores
judíos religiosos piensan que nos sentaremos cruzados de brazos
y D’s luchará
por nosotros. Soñadores políticos se engañan a
sí mismos y a la nación pensando
que entregando trozos de nuestra tierra a nuestros enemigos
alcanzaremos la
seguridad deseada, y se niegan a aceptar que por el contrario, eso es
un
peligro, D’s no lo permita, es un oprobio. Es una falta de raciocinio y
falta
de fe en D’s al mismo tiempo.
Antes
de la edificación del estado había revoltosos y asesinos,
y no nos dimos por
vencidos.
Había
malaria en los asentamientos, pozos infectados en Ierushalaim – y no
nos dimos
por vencidos.
Después
de la Declaración de la Independencia nos atacaron los fedayines
– y no nos
dimos por vencidos.
Fuimos
bombardeados en Ein Guev y Tel Katzir – y no nos dimos por vencidos.
¿Y
ahora, nos daremos por vencidos?
¿Quién
nos lo permite?
Esta
tierra no es pertenencia particular de ningún gobierno. Es
patrimonio de Clal
Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel), en todo
su largo y
ancho, en todas las generaciones. ¿Qué le diremos a las
generaciones que nos
precedieron, que sacrificaron su vida por la tierra? ¿Y
qué le diremos a las
generaciones futuras, cuando nos juzgarán por haber entregado
trozos de nuestra
tierra al enemigo por comodidad?
No es
así. Somos un pueblo fuerte y valeroso. “Israel – los osados de
entre los
pueblos”. “El Eterno le entregará osadía a Su pueblo”
(Tehilim 29:11) – entregó,
entrega y nos entregará más. Somos un pueblo creyente,
que sabe tener fe. “¿Quién
ha oído jamás tal cosa? ¿Quién ha visto una
cosa así? ¿Nace una tierra en un
día? ¿Nace una nación súbitamente?” (Ishaya
66:8), dice el profeta Ishaya al
final de su libro.
“Porque
tan pronto como Tzion tuvo los dolores de parto, dio a luz sus hijos”
(Ishaya
66:8). No desfalleceremos, también con los dolores de parto: “
¿Acaso traeré al
punto de nacer y no haré parir? Dice el Eterno. ¿Acaso
Yo, que hago dar a luz,
he de cerrar la matriz? Dice el Eterno” (Ishaya 66:9). Continuaremos y
nadie podrá
devolver la historia atrás. Sabremos que un poderoso redentor se
encuentra
dentro nuestro, añadiremos valentía y vigor, raciocinio y
conocimiento, y del
Cielo nos ayudarán.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo
escrito en esta sección.
Dash
El exprimido de frutas está
prohibido en Shabat, porque en esa acción se “desarma”
el líquido de
donde estaba concentrado, en el fruto. Esa acción está
prohibida por ser Mefarek,
que es Tolada de Dash[1].
El exprimido de las frutas en Shabat
a veces está prohibido según la Torá
escrita, y a veces está prohibido
según nuestros sabios, y a veces no está prohibido y
está permitido. Eso
depende del tipo de fruto y de la forma en que se lo exprime[2],
como será aclarado más adelante.
Cuando está prohibido exprimir el
fruto, no hay diferencia si lo exprime con una herramienta o con la
mano, de
todas formas, está prohibido[3].
Un fruto de cierto tipo, que en su mayoría
se lo exprime para preparar de él jugo, su exprimido en Shabat
está
prohibido según la Torá escrita por ser Mefarek.
Pero tipos de frutos
que en su mayoría no se los exprime para sacar jugo, no
está prohibido según la
Torá escrita exprimirlos en Shabat[4]
[pero nuestros sabios
lo prohibieron].
La razón es que tipos de frutos que
en su mayoría se los exprime, su jugo es considerado un alimento
líquido, y
cuando exprime la fruta separa el líquido de dentro de la comida
donde se
encontraba concentrado[5].
Pero frutos que la mayoría
de su producción no se exprime, su jugo es considerado como un
alimento sólido,
y cuando se lo exprime separa comida de entre comida, y no
estará prohibido
según la definición de Mefarek[6].
Pero según nuestros sabios está
prohibido exprimir también frutos que en su mayoría no se
los utiliza para extraer
de ellos el jugo, como fue aclarado.
Aceitunas o uvas, de momento que la
mayoría de su producción es para exprimirlas y fabricar
aceite o vino, está prohibido
según la Torá escrita exprimirlas en Shabat[7].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 320 inciso 1.
Mishná
Brurá inciso 1. Kaf HaJaim inciso 2).
[2](Allí, Shuljan Aruj).
[3](Pri Megadim allí, Eshel Avraham en su
prólogo,
comienza vehine).
[4](Allí, Shuljan Aruj y Mishná
Brurá).
[5]Y también cuando recolectó el
fruto para
comerlo y no para utilizar su jugo, está prohibido exprimirlo
(véase Mishná
Brurá allí, inciso 4).
[6](Shuljan Aruj HaRav allí, inciso 1.
Mishná
Brurá inciso 7. Kaf HaJaim inciso 3).
[7](Shabat 145A, “según la Torá no se
hace
acreedor sino que solo al exprimido de las aceitunas o de las uvas”.
Ramba”m,
Hiljot Shabat, cap. 21, halajá 12. Shuljan Aruj, allí).
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