Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Hacerlos
olvidar…
Rav
Eial Vered
¿Cómo se
puede hacer que alguien olvide algo? ¡Es paradójico!
Porque en el momento que
hablamos de algo que hay que olvidar, lo transformamos en un recuerdo
vivo y
activo. Entonces, ¿cómo pensaron los griegos hacernos
olvidar de la Torá,
la Torá de vida, como decimos en el rezo de Janucá?
La
respuesta se encuentra en el rezo mismo: No pretendieron hacernos
olvidar de la
Torá. Ellos pretendían hacernos olvidar de “Tu Torá”.
De la Torá
de D’s que nos fue entregada en el Monte de Sinai.
Es
decir, estudiar la Torá, incluso desarrollarla – pero
como una sabiduría
humana, y no como una revelación Divina profética. Y
así podremos continuar
ocupándonos de la Torá, estudiándola,
comparar, analizar e investigar,
encontrar esquemas literarios, motivos repetitivos, ideas
filosóficas y
sistemas formularios. Toda una obra maravillosa – humana.
La biblioteca
estará colmada de libros, pero la Torá en ellos
será una ciencia humana,
que es analizada y estudiada con herramientas críticas, mientras
que lo principal,
el alma, la profecía, la Torá de D’s – no
estará presente.
Y ese es
el problema. Porque esa actitud que proveniente de la escuela griega,
es una
actitud de la que todos disfrutamos hasta hoy en día. Una
actitud que en su
base se encuentra la capacidad de dudar siempre de todo lo que se
mueve. ¿Quién
dijo? ¿Quizás es distinto? Esa es la actitud que hizo que
el mundo se aparte de
su lugar idólatra, de los mitos, en dirección al mundo
científico que nos es
comprensible. Cuando escuchamos truenos – no es la intención que
los dioses se
enojan los unos con los otros, y por ello luchan entre ellos y nosotros
debemos
temer las consecuencias, sino que hay un fenómeno natural
sencillo, de nubes
cargadas de agua que llevan también una carga eléctrica
determinada y chocan
entre ellas.
La ciencia
es la consecuencia de esa duda, del pensamiento crítico que hace
avanzar al mundo.
También nosotros somos parte de ese desarrollo. Lo que hace a
Grecia un asunto
complejo. Parte de eso es cierto y auténtico, y D’s mora
realmente también en
la herencia de Iefet. La parte que es encargada de la belleza de la
creación y
su descubrimiento.
Pero la
crítica no lo es todo. Por encima del nivel del raciocinio se
encuentra la
corona de la fe. Las cosas más profundas dentro nuestro no
pueden ser
demostradas. El amor de los conyugues, su fidelidad, el sentimiento
nacional,
el sentimiento de pertenencia, las tendencias más profundas
dentro nuestro, lo
que amamos y somos atraídos por él. Todo eso no son cosas
racionales. El
raciocinio puede explicarlos, pero no puede generarlos.
También
la Torá es así. La Torá comienza
en Sinai. Con una vivencia de
revelación profunda que fue grabada en nuestros antecesores, y
por su grandeza
y potencia, su magnificencia y significado, nuestros antepasados
juraron
transmitir ese episodio a las generaciones futuras, a sus hijos y sus
descendientes.
Eso es
fe. Es más fuerte que el raciocinio. No hay ninguna razón
lógica por la cual tantos
millones a lo largo de miles de años se sientan obligados a ese
episodio en el
que no estuvieron presentes, que exige de ellos tanto, incluso exige su
vida
misma en situaciones determinadas, si no fuese por el episodio en el
que hubo una
vivencia de revelación profunda e infinita que fue grabada en
los corazones de
nuestros antecesores, y de ellos a nosotros.
La
actitud frente a la Torá que no parte de ello, le quita
el alma. La Torá
no es una ciencia, sino que profecía. La revelación de la
palabra de D’s a través
de Moshé, Su profeta, y a través de todos sus siervos,
los profetas. Esa es la Torá
de D’s, que los griegos intentaron hacernos olvidar, a través
del estudio de la
Torá como si fuese sólo una ciencia. La duda, la
crítica, división en
fracciones, resumen en carpetas – y he aquí que la
sabiduría de la Torá
fue introducida también ella en el gran cofre de las ciencias,
que exige
demostraciones.
“La
ciencia intenta desarmar las cosas para entender cómo funcionan,
mientras que
la fe intenta unirlas juntas para entender su sentido” (HaShutafut
HaGdolá, del
Rav Ionatan Zaks).
La Torá
se encuentra en el mundo del sentido. En la práctica, no es
posible traducirla
en absoluto. Ya el primer versículo nos enfrenta con
dificultades extremas de
traducción. ¿Cómo podremos traducir al griego la
palabra “Bereshit”? ¿En
el principio? ¿El principio de qué? Nuestros sabios
interpretaron ese versículo
de acuerdo con el entorno – todo el relato de la creación figura
en la Torá
no sólo para contarnos el proceso de la creación, sino
que de acuerdo con la
medida en que puede dilucidar algo en cuanto a la esencia de esa
creación, para
qué fue creada. Y por ello la palabra “Bereshit” por
supuesto que no es
una indicación de un punto en el tiempo, ya que todavía
el concepto de tiempo
no existía, sino que describe un sentido. ¿Para
qué fue creado el mundo? Y la
respuesta, para lo que es llamado “Reshit” – Am Israel
(el Pueblo
de Israel), Eretz Israel (la Tierra de Israel) y la Torá.
Entonces,
Grecia es muy buena cuando tenemos que hacerle frente al mundo
físico. La duda,
el pensamiento y la crítica hicieron avanzar mucho al mundo.
Pero Grecia es
ciega, como “la oscuridad sobre el abismo”, cuando se trata de escuchar
al
mundo y dilucidar su sentido.
La vela
de Janucá conjuga dentro de ella lo que tomamos de
Grecia y lo que no.
Por un lado, la encendemos dentro de la casa, y toda ella es fuego,
calor, ardor.
La vela nos cuenta algo que sólo el que se encuentra dentro de
la casa, el que
vive el ambiente de la casa puede comprender y vivir. Pero por otro
lado la
vela de Janucá es encendida de izquierda a derecha,
semejante a la
escritura griega. Las velas avanzan de día en día de
derecha a izquierda, como
la escritura hebrea, mientras que el encendido mismo se hace de
izquierda a
derecha, como expresión de la potencia bendita de Grecia en el
descubrimiento
de los secretos del mundo material.
Hacerlos
olvidar Tu Torá. Y frente a ello – la Torá
de vida. “La única
diferencia entre los libros, los tfilin y las mezuzot
es que los
libros son escritos en toda lengua, mientras que tfilin y mezuzot
son escritos sólo en Ashurit. Raban Shimón Ben
Gamliel dice, incluso los
libros fue permitido escribirlos sólo en griego”. Los libros son
escritos en griego,
incluso libros de kodesh. Pero los tfilin y las mezuzot,
el corazón de la fe judía, pueden ser escritos
sólo Ashurit [las letras
hebreas que utilizamos hoy en día para esos fines, una letra
derecha y clara,
como es escrito el Sefer Torá]. La base de la fe no
puede ser comprendida
sino que dentro de ella, como parte de ella. De Tu Torá.
¿El
pueblo decide o el juez?
Rav
Shlomó Aviner
Nosotros,
el pueblo que habita en Tzion, nunca fuimos preguntados si aceptamos
que el
gobierno pase a manos del poder judicial. Sencillamente, eso
ocurrió - y fuimos
obligados a una dictadura.
Nosotros,
el pueblo, queremos que los representantes que nosotros elegimos
decidan por
nosotros, que tengan que rendirnos cuentas. Y si lo que hacen no nos
parece
bien, no los elegiremos nuevamente. Pero los jueces no los elegimos,
ellos no
nos tienen que rendir cuentas, y se encuentran en sus sillas hasta la
vejez,
sin posibilidad de cambiarlos. Es una dictadura.
Los
jueces no deben determinar leyes, sino que preocuparse de su
cumplimiento. No
tienen autoridad para interpretar las leyes en forma creativa amplia,
en forma
contraria a la intención del que determinó la ley.
Los
jueces no deben amenazar al que lucha contra ese activismo judicial, o
abrir
investigaciones para silenciarlo o doblegarlo.
Los
jueces no deben entrometerse en la política, en la seguridad, en
la economía.
Para eso tenemos representantes en el Kneset (Parlamento) que
hemos
elegido.
Los
jueces no deben determinar normas y valores morales.
No hay
ningún paralelo en el mundo a algo así como que los
jueces descartan leyes del
parlamento en base a una constitución que no existe en forma
clara en nuestro
país.
No nos
extraña que nosotros, el pueblo, en su mayoría
perdió su fe en el sistema judicial,
y la situación está lejos de mejorar.
Por supuesto,
los jueces arguyen que ellos actúan en base a la
ilustración, pero no hay
dictaduras ilustradas. Edificaron una dictadura no ilustrada, en nombre
de la
ilustración.
Nosotros,
el pueblo, determinaremos qué es ilustrado. Por ejemplo, estamos
a favor del
sionismo y el nacionalismo, que dicho sea de paso, sin ellos no
habría nacido
el estado, ese estado del que todos comemos y procuramos nuestro
sustento
ampliamente de su dinero. Y no como su mayoría, nosotros estamos
a favor del
judaísmo, que también él, sin él no
habría nacido el estado, y de él ustedes
reciben gruesos sueldos. Así también nosotros estamos a
favor de la familia con
hijos, y también por mérito de ello nació el
estado.
Por lo
visto, en cuanto a los jueces en nuestro país, tiene
razón el pensador francés Jean
Giraudoux que la ley es la escuela más grande para la
imaginación, ningún
escritor interpretó la naturaleza en forma tan libre como el
juez interpreta la
realidad.
Recuerden,
este país es de todos.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las numerosas
y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse
a lo
escrito en esta sección.
Borer
Trozos de carne, pollo o pescado que
tienen dentro de ellos huesos o espinas que no son aptos para ser
comidos,
cuando desea separar la carne de los huesos debe hacerlo de la forma
permitida,
para no trasgredir la prohibición de Borer.
Cuando come, puede separar la carne
de los huesos tomando el hueso y comiendo de él la carne, ya que
de esa forma
separa la comida de los desperdicios[1].
Así también puede introducir en su
boca la porción de carne con los huesos en ella, y luego quitar
de su boca los
huesos[2].
Hay quienes escribieron que la
separación de los residuos de la comida cuando se come
está permitida, por ejemplo,
si toma la porción del alimento y quita de él los
residuos, y enseguida la
come. La razón es que ellos arguyen que Borer es cuando
separa [residuos
de la comida] antes de la comida y la prepara para ser comida
enseguida, pero
cuando come la porción es considerado “forma de comer” [3].
Y en su opinión, cuando
sostiene el trozo de carne para comerlo, está permitido quitar
los huesos.
El Mishná Brurá citó a los poskim
(sabios que determinan la halajá) que incluso
cuando se come está
prohibido quitar los desperdicios, pero escribió que no se debe
amonestar a los
que son menos estrictos, ya que tienen en quién fiarse[4],
como fue aclarado.
Hay poskim sfaradim
que escribieron que el que come una porción de pescado o carne
que tiene
huesos, tiene permitido quitar con la mano los huesos y luego comer la
porción
enseguida, porque esa es la forma en que se come siempre, y no es
considerado “forma
de Borer” sino que “forma de comer” [5].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 319, inciso 1, que
está permitido separar comida de los residuos con la mano, para
comerlo enseguida.
Y en Biur Halajá allí, inciso 3 comienza mitoj ojel
citando a Maamar Mordejai.
Jazon Ish 54 inciso 5).
Y véase Jazon Ish
(allí) que puede quitar la carne del hueso con la mano o con el
tenedor.
[2](Véase Jazon Ish 54 inciso 1, que
escribió así
explicando al Ramba”n).
[3](Allí, inciso 3). Y en Biur Halajá
(comienza haborer
psolet) escribió: “Y hay que dudar en cuanto a si el concepto de
Borer es justamente
cuando separa antes y prepara la comida para comer enseguida, pero no
cuando
come en sí, que sostiene con su mano y desea comer
y quita residuos y los tira, eso no es
llamado Borer a pesar que lo hace antes de comer porque así se
come, o quizás no
importa, y debe tirarlo después de comer justamente, o que tire
junto con él un
poco de la comida”. Y escribió allí que en Birkei Iosef
escribió que los poskim
discrepan en ello, y el Mahar”i Abulafia es menos estricto y el
Maharita”tz lo prohíbe.
Y escribió Birkei Iosef que del hecho que los poskim no
diferenciaron, por lo
visto separar los residuos de la comida incluso de esa forma
está prohibido.
Y escribió el Biur
Halajá que se trata de una controversia del tiempo de los
Rishonim, porque en
las innovaciones del Ramba”n es evidente que opina como Mahar”i
Abulafia que lo
permite. Pero según el Ro”sh parece que opina como Maharita”tz
que está prohibido.
[4](Allí, Biur Halajá, comienza mitoj
ojel).
También escribió allí
que el que quita los huesos incluso antes de comer, si los huesos
tienen un poco
de carne sobre ellos no podemos amonestarlo, pero justamente si lo
hacen
enseguida antes de comer. Pero si lo hacen para comer después de
un tiempo,
como se acostumbra en grandes comidas, se debe cuidar mucho de no
hacerlo.
Pero huesos que no
tienen carne en absoluto, está prohibido como fue aclarado.
[5](Ben Ish Jai, Segundo año, Beshalaj
inciso 10.
Kaf HaJaim allí, inciso 44). Y no como la opinión del
Maamar Mordejai que está
prohibido cortar el pescado por la mitad y quitar la columna del medio.
Y así
también Petaj HaDvir (allí, inciso 6) que lo permite.
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