Alumbrar
basado en materiales de Majón Meir
Aún
no hemos llegado
a Ierushalaim
Rav
Iony Lavi (reimpresión)
No tiene un paisaje fabuloso, y no hay en
ella recursos naturales preciosos. Se encuentra en una zona
problemática desde
el punto de vista de los caminos y su abastecimiento de agua es
difícil y
cansador. Y a pesar de ello, hay un encanto misterioso en esa ciudad,
que
palabras y pensamientos no logran describir. Los psicólogos
saben incluso
caracterizar una perturbación relacionada con ella, llamada
“síndrome de
Ierushalaim” – hay personas que llegan a esa ciudad, y comienzan a
comportarse
en forma extraña. Ellos ven visiones y se imaginan que tienen
poderes Divinos y
mesiánicos. Eso fue divulgado cuando en el año 1969 un
turista de Australia intentó
incendiar las mezquitas sobre el Har HaBait (Monte del Templo)
y explicó
que intentó permitir la nueva construcción del Beit
HaMikdash (El
Templo) y traer la Redención para el mundo. Pero él no
fue el primero que
produjo un embrollo alrededor de esa ciudad. Desde siempre, los
más grandes
imperios lucharon para poner sobre ella sus manos, también
pagando un precio
enorme de sangre. A todos los guio la intuición interna y la fe
poderosa que en
esa ciudad se encuentran los portones del Cielo. El vínculo con
lo que está por
encima del “ahora” y la realidad presente. Les era claro que asirse en
la
Ciudad Santa es un bien precioso, que no se puede medir según
ningún criterio
común.
Pero no menos de lo que Ierushalaim es un
lugar geográfico, es también un lugar profundo en el ser.
La raíz de origen,
pura y limpia, que queda siempre íntegra, en toda
situación. Los envoltorios
sucios y las deficiencias siempre se quedarán afuera, pero ella
permanecerá
limpia, inmaculada.
Cada uno tiene su Ierushalaim interna. En
momentos de flaqueza y dificultad, decaído y dolor, cuando la
realidad se ve
desesperante y sin futuro, el judío será capaz de cerrar
sus ojos y vincularse
con el origen de su energía interna, el alma que aspira elevarse
a lo alto todo
el tiempo. De ella él se imbuirá de fuerzas para levantar
la cabeza y comenzar
de nuevo, también desde los abismos más oscuros.
Ese profundo vínculo recibe un recuerdo y
un alimento diario. En todo lugar en el mundo, cuando un judío
se para para
rezar, se orienta a Ierushalaim. En la cumbre de la Noche del Seder
y el
último rezo de Iom Kipur (Día del
Perdón), surge la potente declamación:
“El año que viene, en Ierushalaim reconstruida”. Incluso en los
momentos
maravillosos de la jupa, cuando un hombre y una mujer
judíos eligen enlazar
sus vidas, se cuidan de recordarse a sí mismos frente a los
fragmentos rotos el
juramento “si te olvidare, oh Ierushalaim, que se seque mi diestra”.
¿Cómo
puede un pueblo salvar un río de miles de años de
persecuciones,
aniquilaciones, pogromos y Holocausto terribles? Todo eso tiene una
misma
respuesta: ¡Ierushalaim!
La mayoría de Am Israel (el Pueblo
de Israel) festeja con alegría Iom HaAtzmaut (Día
de la Independencia).
Muchos menos recalcan el Día de la Liberación de
Ierushalaim. Es más fácil comprender
la necesidad de independencia estatal y de un ejército
judío que nos proteja.
Es más difícil asimilar e internalizar el valor del lugar
espiritual y la kdushá
(santidad) en nuestras vidas. Todo eso es cierto también en el
plano
particular, cuando cada uno de nosotros vive su Iom HaAtzmaut
particular
de él con su nacimiento, cuando recibe cuerpo y alma, fuerzas y
aptitudes para
actuar en el mundo. Pero pocos se hacen merecedores también de
festejar su Iom
Ierushalaim particular: El vínculo con el lugar espiritual,
con la misión
Divina singular de ellos en el mundo.
Cuando subamos en la próxima semana a
Ierushalaim, cuando marchemos por sus calles coloreadas con banderas y
jóvenes
alegres, nos recordaremos de nuestra misión. No dejaremos a las
apariencias
confundirnos. No nos conformaremos con poco, y no renunciaremos.
Ierushalaim
nos espera con paciencia ya hace muchas generaciones, pero hoy estamos
mucho
más cerca de lo que estuvimos durante dos mil años. Tal
parece que la
declamación “Har HaBait se encuentra en nuestro poder”
continúa siendo
cierta sólo en el nivel más básico, pero al Har
HaBait realmente no
hemos regresado… El camino hacia allí se hace con pasos
nacionales valientes,
como así también pasos delicados y recatados de cada uno
en su vida interior –
en la vida de pareja, en el trabajo, en los estudios, en el culto a
D’s. Más
fe, más amor, más atención, ser más
nosotros mismos, quieren decir estar más
cerca de casa. ¡El año que viene, en Ierushalaim
reconstruida!
Colonos
en Ierushalaim
Rav
Shlomó Aviner
Vi el
asentamiento judío en el Monte de los Olivos, y me
calentó el corazón. Personas
idealistas llegaron para vivir en condiciones difíciles, pero
gracias a D’s
tuvieron éxito. Y ese barrio ya existe 15 años, se va
desarrollando, y es el asentamiento
judío más grande en Ierushalaim Oriental.
¡Cuántas
luchas para conseguir los permisos, cuántas revueltas y ataques,
cuántas
piedras y gritos! Pero ellos se mantuvieron firmes, y de un
puñado al principio
ahora hay más de 1000 pobladores.
Se va edificando
un lugar hermoso, con la colaboración del estado de Israel, del
ejército de
Israel, de la policía de Israel. Por supuesto, todas las casas
fueron compradas
con el dinero de los pobladores.
Gracias a
D’s se cumple “que no abandonemos nuestra santa ciudad”. Hay
allí talmidei
jajamim (eruditos del estudio de la Torá), centros
de estudio y
cientos de niños encantadores. Hay allí jaredim (ultra
ortodoxos) y datiim
tzionim (religiosos sionistas). Llegan de todo el país a
escuchar clases
que allí son impartidas.
Gracias a
D’s, el corazón se abre en par. “Y veréis y vuestro
corazón se regocijará y
florecerán vuestros huesos como hierba tierna” (Ishaya 66:14).
Iyar 5779
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Hatmana
Hatmana parcial:
Los Rishonim discrepan en
cuanto a una Hatmana parcial si acaso es considerada Hatmana
y
también está prohibida, o no es considerada Hatmana
y está permitida[1].
Una Hatmana parcial es cuando
no se envuelve y se cubre la olla de todos lados, sino que parte de la
olla está
cubierta y parte queda descubierta [de forma que la parte que
está descubierta
disminuye la acción del cubierto].
En opinión del Shuljan Aruj, Hatmana
en forma parcial está prohibida y también ella es
considerada como Hatmana
común[2].
El Ram”a citó las opiniones
que Hatmana en forma parcial no es considerada Hatmana,
y
escribió que así se acostumbra[3].
Por ejemplo: El que baja del
fuego una olla para usar el alimento en la comida, y desea cuidar el
alimento
caliente hasta más tarde, puede cubrir parte de la olla para que
no se enfríe.
Y a pesar que Hatmana con algo que no agrega calor está
prohibida en Shabat,
de todas formas, de momento que no cubre la olla por todos lados,
sólo parte de
ella, no es considerada Hatmana.
Así también según las opiniones que Hatmana
en forma parcial no es considerada Hatmana, está
permitido cubrir las
ollas que se encuentran sobre el fuego con una toalla o similar, de
forma que
parte de ellas queda descubierta, porque de esa forma no es considerada
Hatmana,
y está permitido hacerlo incluso en Shabat[4]
[cuando el alimento está
cocinado todo lo necesario[5]].
[1]En Sefer HaIashar de Rabeinu Tam (inciso 235)
escribió que Hatmana parcial no es considerada Hatmana. Mientras
que el Rashb”a
(al principio del capítulo Bame Tomnim) opina que Hatmana
parcial es
considerada Hatmana.
[2]En Shuljan Aruj, Orej Jaim 253 inciso 1
escribió el Shuljan Aruj que está prohibido dejar en
vísperas de Shabat una
olla sobre las brasas. Porque de momento que la base de la olla se
encuentra
sobre las brasas, es considerada Hatmana. Por ello, se debe colocar la
olla
sobre algo que lo sostenga por encima de las brasas (allí,
Mishná Brurá inciso
46).
[3](Allí). Y véase Jazon Ish (37
inciso 19) que
citó las distintas opiniones de los Rishonim al respecto, y
determinó la halajá
como el Shuljan Aruj, que Hatmana parcial está prohibida.
Y véase allí (comienza
katav beMishná Brurá siman 253) que citó al
Mishná Brurá que en opinión del
Ram”a Hatmana parcial no es considerada Hatmana, y entonces está
permitido
cubrir en Shabat una olla con materiales que no agregan calor, si la
olla no se
cubre de todos lados. Y escribió el Jazon Ish que hay que pensar
mucho lo que
dice, y determina que no hay que ser menos estricto con ninguna Hatmana
que
cuida del calor, incluso si la olla no está cubierta por todos
sus lados.
[4]A pesar que fue aclarado que ollas que se
encuentran sobre el fuego si son cubiertas con una toalla o similar es
considerado como Hatmana que agrega calor, y está prohibido
incluso el viernes
antes de la entrada del Shabat, de todas formas, según esa
opinión que Hatmana
en forma parcial no es considerada Hatmana, cuando deja una parte
notoria de la
olla descubierta, está permitido en vísperas de Shabat
como en Shabat mismo.
[5]Pero si el alimento no está cocinado todo
lo
necesario, está prohibido porque acelera su cocción
(véase anteriormente).
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